Resumen del día

Analizando los datos de crédito a empresas del mes de abril que proporciona el BdE, podemos ver que continúa la contracción de éste. Desde enero de 2009 podemos ver como el saldo se ha contraído en 50.000 millones de euros (columna 4), o lo que es lo mismo, más de un 5%, cuando hasta 2008 estábamos acostumbrados a tasas de crecimiento en el entorno del 20%.
En la columna 7 podemos ver como muchas empresas han recurrido a la emisión de bonos para financiarse, pero esto está al alcance sólo de las grandes empresas y a partir de este mes de abril sólo de las muy grandes, dado el consabido cierre de los mercados.
Finalmente, en la columna 11 podemos ver como también se ha recurrido al sector financiero exterior para conseguir préstamos a lo largo de todo 2009, pero también podemos ver como desde diciembre esta vía también se está cerrando, estando ahora mismo en tasas negativas.
Por lo tanto, a partir de ahora sólo podemos esperar que el crédito disponible a empresas vaya reduciéndose cada vez más, agravando la lucha por éste entre grandes y pequeñas empresas, lucha en la que las pequeñas tienen todas las de perder.
Si a eso le añadimos las presiones que sufre la banca para no dejar quebrar a las constructoras y la competencia del crédito hipotecario a particulares, que la banca prima para deshacerse de su cartera de inmuebles, nos encontramos con un panorama desolador para la pequeña y mediana empresa, que es el núcleo de la actividad productiva del país y donde debería focalizarse la inversión si aspiramos a salir de la crisis y nos daremos cuenta de que estamos dirigiéndonos al sitio donde no deberíamos estar, salvando a la empresas más ineficientes mientras las que lo son van muriendo asfixiadas por la falta de financiación.
 
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