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Hazte imprescindible en tu trabajo

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Imagínate que por cuestiones personales, como por ejemplo una operación o una baja por maternidad/paternidad, no has ido a trabajar durante unos cuantos días. Durante este tiempo, no has recibido ninguna llamada de la oficina excepto para saber qué tal te iban las cosas y a tu vuelta, todo está exactamente igual que cuando te fuiste.

Deberías preguntarte si realmente tus compañeros son tan competentes que saben perfectamente cómo hacer tu trabajo o si realmente tú no eres imprescindible en él. Si la respuesta es a la primera pregunta, no hay problema. El problema está en si la respuesta es a la segunda pregunta. Ten cuidado, si no eres imprescindible (al menos un poco), tal vez seas el siguiente en salir por la puerta…

Vale, nadie es imprescindible. Está claro que todos somos sustituibles, pero es bien cierto que ante un mismo puesto de trabajo, hay quien destaca más que otros independientemente del puesto que sea. Seguramente esta persona será más imprescindible que el resto. ¿Cómo conseguir ser imprencisdible?

  • Aprende de todo

No te quedes solo en realizar tus funciones, es importante que tengas una visión general sobre la empresa y saber en qué trabajan tus compañeros. Si además de hacer bien tu trabajo, aportas y ayudas a los demás a hacer bien el suyo, te convertirás en alguien irreemplazable.

  • Olvídate de la política

Trata de evitar las esferas políticas y de mantenerte al margen. Mantén la atención en el desarrollo, la innovación y las oportunidades.

  • Utiliza el conflicto constructivo

El conflicto constructivo es aquel que desafía el estatus quo desde el respeto evitando que la organización se adormezca en la complacencia. El reto continuo, el desafío y el cuestionarse continuamente las cosas son prácticas muy recomendables.

  • Sé tú mismo

No puedes disfrazarte todos los días para ir a trabajar. Cuanto antes cuelgues el disfraz y comiences a ser tu mismo, antes comenzarás a disfrutar de lo que haces y a obtener resultados por lo que realmente eres. No olvides que… confiamos en las personas en las que creemos. Sé sincero contigo mismo y con tu organización.

Para algunos profesionales, ser imprescindible, tiene también puntos negativos y es que según dice Plácido Fajardo, socio de Leaders Trust International, “actuar como si se fuese imprescindible es un mal extendido. A veces se debe a la creencia de que los demás nunca van a hacer las cosas igual de bien. Una desmedida autoestima favorece esta fantasía, que suele dejar en ridículo a quien la experimenta a las primeras de cambio. Ante los primeros tics demostrativos de conductas así, la empresa debería tomar medidas evitando consolidar situaciones que dependan de una sola persona. Lo fácil y cómodo es dejar las cosas en manos del supuesto imprescindible, pero el riesgo es elevado. Al igual que se analizan otros peligros en las organizaciones, éste debería gestionarse también. Además, el coste que supone tolerar a quienes juegan a hacerse el imprescindible es elevado, al incidir muy negativamente en el trabajo en equipo”.

Viéndolo desde estos puntos de vista, ¿prefieres ser prescindible o imprescindible?

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