En la madrugada de este domingo 30 de marzo comienza el horario de verano y los relojes deberán adelantarse una hora, de manera que a las 2.00 horas serán las 3.00 horas. Gracias a este cambio disfrutaremos de más horas de luz y notarás que se hace de noche más tarde.
El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como Directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años, informa el Ministerio de Industria. Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Dicha Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real Decreto 236/2002, de 1 de marzo.
Así, la UE establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la hora de verano (en el que, como ahora, se adelanta el reloj una hora) y su finalización (cuando se retrasa el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.
La normativa sobre el cambio horario tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Entidad Pública Empresarial del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el potencial de ahorro en iluminación en nuestro país, por el cambio de hora, puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones de euros corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria.
El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como Directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años, informa el Ministerio de Industria. Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Dicha Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real Decreto 236/2002, de 1 de marzo.
Así, la UE establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la hora de verano (en el que, como ahora, se adelanta el reloj una hora) y su finalización (cuando se retrasa el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.
La normativa sobre el cambio horario tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Entidad Pública Empresarial del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el potencial de ahorro en iluminación en nuestro país, por el cambio de hora, puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones de euros corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria.