Algunas claves para entender la guerra de monedas

Johngo

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PREGUNTAS BÁSICAS PARA DESPEJAR DUDAS

Guerra de monedas: algunas claves para entender el fenómeno del momento
Es por estos días una de las principales preocupaciones que aquejan al mundo. Se suman las acusaciones cruzadas y cada vez más países toman medidas para no convertirse en víctimas de esta puja cambiaria. El Cronista elaboró una guía básica para los que –sin estar del todo familiarizados con el tema– buscan aclarar algunos conceptos

LEONARDO VILLAFAÑE

Nada de armas. Ni pólvora. La guerra de monedas ha llegado para quedarse. Y sin embargo, conviene tener presente qué significa esto de tirotearse mediante el tipo de cambio. Se denomina guerra de monedas a las medidas que, en paralelo, están adoptando numerosos países para preservar la competitividad de sus economías y evitar que una apreciación de sus divisas traiga efectos nocivos para su economía. Según explicó un trabajo de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte, difundida por la prensa uruguaya, “este no es un fenómeno necesariamente nuevo, pero la expresión comenzó a usarse por lo extendido del fenómeno y por la intensidad de las medidas”.

¿En qué consiste?

Para frenar el alza del precio de su propia moneda un país puede, por ejemplo, salir a comprar los dólares que ingresan al país.

Así, un banco central busca controlar el tipo de cambio, al no dejar que se produzca el libre juego de la oferta y la demanda. Por ejemplo, recientemente Japón vendió en un sólo día 2 billones de yenes para frenar la caída del tipo de cambio (el país no intervenía en el mercado desde el 2004). Brasil también salió con compras récord de moneda extranjera para evitar una apreciación mayor del real.

¿Se pueden adoptar otras medidas?

Sí, las más conocidas son aquellas que buscan frenar o penalizar el ingreso de capitales especulativos, que meten presión a la propia moneda. Por ejemplo, subiendo encajes (el dinero que se debe inmovilizar por determinado tiempo en un banco cuando se ingresa dinero) o aumentando la carga impositiva a las inversiones extranjeras, como acaba de hacer Brasil en un intento por contener el aluvión de dinero que ingresa a la plaza.

¿Cuál es la causa?

La mayoría de los economistas la atribuyen a la persistente debilidad del dólar fomentada por los Estados Unidos para sanear su economía.

¿Por qué se debilita el dólar?

Por la sistemática emisión de billetes verdes que realiza la Reserva federal para estimular la economía de EE.UU. y rescatar con fondos públicos los quebrantos originados en la crisis subprime.

La emisión de dinero (la famosa maquinita) financia el creciente déficit fiscal norteamericano, que es también consecuencia de los rescates a los que se vio obligado el gobierno de George Bush (h) y que siguió Barack Obama para evitar la bancarrota de su sistema financiero tras el estallido de la burbuja del mercado de créditos de baja calidad. n ¿Cuál es la consecuencia de un dólar barato?

El dólar barato y abundante genera gran liquidez que, con tasas de interés muy bajas a nivel internacional, se direcciona a los países emergentes, lo que presiona al alza a sus monedas. El bajísimo nivel del costo del dinero en el mundo es consecuencia de las políticas anti recesivas de los países desarrollados, en particular EE.UU., que buscan que el dinero vaya a la producción y no a la especulación, además de alivianar la carga de empresas y estados endeudadísimos.

¿Cómo se combinan esos elementos?

Las tasas bajas hacen menos atractiva la colocación de los capitales en los mercados desarrollados porque se percibe menos tasa de interés por el dinero que se presta o deposita. Y si bien el objetivo original es que el dinero se aplique a la actividad económica y permita así reconstituir el tejido productivo, en muchas ocasiones termina fluyendo hacia los mercados emergentes. Hoy, las economías en desarrollo lucen mucho más atractivas, entre otras cosas por ser productoras de materias primas, cuyos precios se encuentran en niveles récord, en parte debido a la debilidad del dólar. Así, la avalancha de dinero que ingresa en estos mercados se traduce en una fuerte presión compradora y una tendencia a la revalorización de las monedas. De ahí que algunos gobiernos opten por tomar medidas para poner un frena o al menos suavizar este fenómeno.

¿Por qué los gobiernos intervienen para frenar el alza de las monedas?

Porque la revalorización aumenta los costos de la producción local y resta competitividad a las exportaciones del país cuya moneda se ha revaluado (se vuelven más caras y por ende, menos atractivas).

¿Cuál es el peligro?

Las intervenciones en el mercado cambiario pueden conseguir el efecto deseado transitoriamente. Pero como ningún país quiere perder ventaja competitiva, pueden sucederse las llamadas “devaluaciones competitivas” para no perder posiciones en el mercado internacional. Si todos los países hacen lo mismo, el recurso se agota vía su neutralización. Y la “guerra monetaria” muta a guerra comercial. La historia indica que cuando el recurso monetario se agota aparecen otros instrumentos, como las barreras arancelarias o para-arancelarias, las medidas aduaneras, etcétera. En un cuadro de globalización e interdependencia como el actual, medidas de esta naturaleza ponen en entredicho todo el andamiaje del comercio internacional y crean el riesgo de una agudización del proteccionismo.
 
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