Muchos argentinos somos "cabuleros" yo viví un tema que quizás no lo puedan entender ni creer. Aunque al principio me molestaba en otro foro porque es herible, hay personas que son verdaderamente mufas para la bolsa como mi exmujer. (Soy divorciado). En mi caso un amigo llamado "el puma" que jugaba al rugby, cada vez que entraba por la puerta H de la bolsa y me preguntaba como andaba era una garantía de baja. Paso un año, 2, 10 y hasta 20, y no le daba crédito, pero al final tuve que rendirme y creer en la estadística, =DERRUMBE. Hasta basta que hoy me llame por teléfono y se cae el Dow.
Había un jubilado en plena devaluación de todos los días que había inventado el índice "Cucurucho" de helados en el mundo para evaluar el dólar, o sea un comparativo en todos los países y a mi me hacia gracia.
Sobre índices insólitos hay muchos como no entrar con el pie izquierdo a la bolsa y tal vez Vds. me puedan ayudar, por eso hoy les copio esto:
Esos locos economistas y sus chifladas teorías
¿Puede un auge en las ventas de pintalabios rojos sugerir que se avecina una recesión? Algunos analistas tratan de explicar la marcha de las finanzas con los argumentos más insospechados
Dondequiera que haya dinero siempre habrá alguien aguzando el ingenio para hincarle el diente con una idea genial que requiera el menor riesgo (o esfuerzo) posible. Al igual que no faltan quienes dedican su tiempo a desarrollar sistemas de cálculo de probabilidades para ganar a la ruleta francesa o acertar una quiniela, la bolsa también tiene sus 'fabricantes de teorías' que tratan de someter los designios del destino y meterlos en un frasquito con su etiqueta de modo de empleo. Y lo mejor de todo es que, por descabelladas y estrambóticas que puedan parecer ciertas tesis, algunas cumplen... o al menos en determinados casos.
Dirigidos a quienes piensan que la información económica es más difícil de digerir que un filete de avestruz para un recién nacido, y por cortesía de los gurús estadounidenses -que siempre han sido los más dados a elucubrar teorías disparatadamente factibles- aquí van algunos ejemplos de algo así como 'las finanzas pasadas por la batidora de la cultura popular'.
EL ÍNDICE DEL PINTALABIOS
Leonard Lauder, presidente de la marca de cosméticos Estée Lauder, formuló hace años una teoría que dice que cuando se disparan las ventas de pintalabios de color rojo, se aproxima una crisis económica. Según sus observaciones, en los meses previos a una recesión, a medida que aumenta la incertidumbre, los consumidores tienden a dejar de comprar objetos de lujo y a sustituirlos por productos más baratos y sencillos. Tras los atentados terroristas del 11-S las ventas de barras de labios carmesí se duplicaron y, según un artículo publicado en 'La Vanguardia' por José Luis Nueno, directivo de varias empresas y experto en marketing, los pedidos para la fabricación de pintalabios rojos se han incrementado el 28% para el primer semestre del 2008.
LA TEORÍA DE LA MINIFALDA
Sostienen algunos que se puede predecir la marcha de los mercados sin necesidad de atender a gráficas, ni a cuentas de resultados, sino fijándose en el largo de la falda de las mujeres. Según esta tesis, cuando se pone de moda la minifalda, el mercado reacciona al alza; mientras que cuanto más se acentúa la tendencia a llevar falda larga, más posibilidades hay de que las cotizaciones caigan en picada. La explicación carece de complejidad: el triunfo de la minifalda es sinónimo de consumidores plenos de confianza y euforia; por el contrario, las prendas hasta los tobillos aparecen en épocas de temor e inquietud. Según explica la Investopedia que edita la revista 'Forbes', «aunque los analistas desprecian esta teoría, nunca faltan los inversores que -pese a no reconocerlo- siguen el argumento a pies juntillas».
Otro enlace divertido:
http://www.eleconomista.es/mercados-cot ... -Ibex.html
EL CAMBIO DE HORA
Un estudio elaborado por dos profesores universitarios y un miembro de la Reserva Federal publicado en el año 2003 por el 'American Economic Review', concluía que el valor de las acciones tiende a caer los lunes siguientes a cada cambio de hora, un descenso que es mayor en otoño, cuando el reloj se atrasa sesenta minutos. Los autores de 'Winter Blues' analizaron el comportamiento de las principales acciones cotizadas en seis mercados durante treinta años y llegaron a la conclusión de que el cambio horario deja fuera de juego no sólo a los ancianos y los niños, sino también a los inversores bursátiles.
MERCADOS Y METEOROLOGÍA
Compra cuando llueve y vende cuando salga el sol. A este simple y directo corolario llegaron un grupo de investigadores tras dedicar su (abundante) tiempo libre a cotejar la evolución de 26 mercados internacionales con el parte meteorológico correspondiente a lo largo de un periodo de 16 años. Las ganancias anualizadas de los días soleados fueron cercanas al 25%, proclamaron, mientras que las de las jornadas nubladas no superaron el 9%. «Al principio, yo mismo era escéptico sobre la relación», explicó David Hirshleifer, economista de la Universidad de California, «pero no se puede discutir con los datos objetivos». Habrá que cambiar la letra de la canción para decir, a partir de ahora, 'chiribiribí, pom-pom pom-pom, vamos a la bolsa, calienta el sol'.
LA TEORÍA DEL CICLO ELECTORAL DE EE. UU.
Yale Hirsch, ex editor del 'Almanaque del agente de bolsa', defiende que los mercados estadounidenses siempre muestran signos de debilidad en el año que sigue a la elección de un nuevo presidente. Una vez concluido el primer ejercicio, las bolsas van remontando hasta que el ciclo se completa con la llegada del siguiente inquilino a la Casa Blanca. La tesis de Hirsch, que ya está jubilado, se cumplió con notable puntualidad mientras él se mantuvo en activo. Por lo visto Roosevelt, Truman y Eisenhower le dieron la razón, pero desde la llegada al poder de George Bush padre, la teoría no levanta cabeza.
EL INDICADOR DE LA SUPERBOWL
Lo más sorprendente de este caso no es que haya 'profetas' que atribuyan la positiva o negativa marcha de los mercados a la victoria de tal o cual equipo; al fin y al cabo, como decía el torero, 'hay gente pa to'. Lo verdaderamente chocante es que esta teoría bursátil tiene hasta la fecha una efectividad del 84%, un porcentaje mucho más alto del que logran las más prestigiosas casas de análisis. De acuerdo con esta predicción, si un equipo que formaba parte de la National Football League (NFL) gana la Superbowl, las bolsas subirán al año siguiente, mientras que si el ganador proviene de la antigua American Football League (AFL), los mercados bajarán.
EL ÍNDICE BIG MAC (Ya hablamos varias veces en este foro)
No sirve para hacer apuestas sobre el futuro pero es, quizás, el mejor ejemplo de fusión entre la cultura popular y el mundo económico, en este caso el estado de la paridad del poder de compra. La publicación británica 'The Economist' elabora desde 1986 el Índice Big Mac, basado en una comparación entre lo que cuesta la hamburguesa más famosa de McDonald's en todos los lugares donde se vende. De esta manera establece una analogía entre los costes de vida de cada país y explica si las monedas están sobrevaloradas con respecto al dólar estadounidense. El índice no puede predecir la relación cambiaria de las divisas con exactitud, pero constituye una herramienta sencilla para hacer de la economía un terreno más accesible. Por cierto, teniendo en cuenta que el paradigma de la comida basura costaba a comienzos del año pasado 3,22 dólares en Estados Unidos y una media de 3,82 dólares en la zona euro, el índice concluye que la moneda europea estaba sobrevalorada en un 19%.
VER: Indice Big Mac - Buscar con Google
Había un jubilado en plena devaluación de todos los días que había inventado el índice "Cucurucho" de helados en el mundo para evaluar el dólar, o sea un comparativo en todos los países y a mi me hacia gracia.
Sobre índices insólitos hay muchos como no entrar con el pie izquierdo a la bolsa y tal vez Vds. me puedan ayudar, por eso hoy les copio esto:
Esos locos economistas y sus chifladas teorías
¿Puede un auge en las ventas de pintalabios rojos sugerir que se avecina una recesión? Algunos analistas tratan de explicar la marcha de las finanzas con los argumentos más insospechados
Dondequiera que haya dinero siempre habrá alguien aguzando el ingenio para hincarle el diente con una idea genial que requiera el menor riesgo (o esfuerzo) posible. Al igual que no faltan quienes dedican su tiempo a desarrollar sistemas de cálculo de probabilidades para ganar a la ruleta francesa o acertar una quiniela, la bolsa también tiene sus 'fabricantes de teorías' que tratan de someter los designios del destino y meterlos en un frasquito con su etiqueta de modo de empleo. Y lo mejor de todo es que, por descabelladas y estrambóticas que puedan parecer ciertas tesis, algunas cumplen... o al menos en determinados casos.
Dirigidos a quienes piensan que la información económica es más difícil de digerir que un filete de avestruz para un recién nacido, y por cortesía de los gurús estadounidenses -que siempre han sido los más dados a elucubrar teorías disparatadamente factibles- aquí van algunos ejemplos de algo así como 'las finanzas pasadas por la batidora de la cultura popular'.
EL ÍNDICE DEL PINTALABIOS
Leonard Lauder, presidente de la marca de cosméticos Estée Lauder, formuló hace años una teoría que dice que cuando se disparan las ventas de pintalabios de color rojo, se aproxima una crisis económica. Según sus observaciones, en los meses previos a una recesión, a medida que aumenta la incertidumbre, los consumidores tienden a dejar de comprar objetos de lujo y a sustituirlos por productos más baratos y sencillos. Tras los atentados terroristas del 11-S las ventas de barras de labios carmesí se duplicaron y, según un artículo publicado en 'La Vanguardia' por José Luis Nueno, directivo de varias empresas y experto en marketing, los pedidos para la fabricación de pintalabios rojos se han incrementado el 28% para el primer semestre del 2008.
LA TEORÍA DE LA MINIFALDA
Sostienen algunos que se puede predecir la marcha de los mercados sin necesidad de atender a gráficas, ni a cuentas de resultados, sino fijándose en el largo de la falda de las mujeres. Según esta tesis, cuando se pone de moda la minifalda, el mercado reacciona al alza; mientras que cuanto más se acentúa la tendencia a llevar falda larga, más posibilidades hay de que las cotizaciones caigan en picada. La explicación carece de complejidad: el triunfo de la minifalda es sinónimo de consumidores plenos de confianza y euforia; por el contrario, las prendas hasta los tobillos aparecen en épocas de temor e inquietud. Según explica la Investopedia que edita la revista 'Forbes', «aunque los analistas desprecian esta teoría, nunca faltan los inversores que -pese a no reconocerlo- siguen el argumento a pies juntillas».
Otro enlace divertido:
http://www.eleconomista.es/mercados-cot ... -Ibex.html
EL CAMBIO DE HORA
Un estudio elaborado por dos profesores universitarios y un miembro de la Reserva Federal publicado en el año 2003 por el 'American Economic Review', concluía que el valor de las acciones tiende a caer los lunes siguientes a cada cambio de hora, un descenso que es mayor en otoño, cuando el reloj se atrasa sesenta minutos. Los autores de 'Winter Blues' analizaron el comportamiento de las principales acciones cotizadas en seis mercados durante treinta años y llegaron a la conclusión de que el cambio horario deja fuera de juego no sólo a los ancianos y los niños, sino también a los inversores bursátiles.
MERCADOS Y METEOROLOGÍA
Compra cuando llueve y vende cuando salga el sol. A este simple y directo corolario llegaron un grupo de investigadores tras dedicar su (abundante) tiempo libre a cotejar la evolución de 26 mercados internacionales con el parte meteorológico correspondiente a lo largo de un periodo de 16 años. Las ganancias anualizadas de los días soleados fueron cercanas al 25%, proclamaron, mientras que las de las jornadas nubladas no superaron el 9%. «Al principio, yo mismo era escéptico sobre la relación», explicó David Hirshleifer, economista de la Universidad de California, «pero no se puede discutir con los datos objetivos». Habrá que cambiar la letra de la canción para decir, a partir de ahora, 'chiribiribí, pom-pom pom-pom, vamos a la bolsa, calienta el sol'.
LA TEORÍA DEL CICLO ELECTORAL DE EE. UU.
Yale Hirsch, ex editor del 'Almanaque del agente de bolsa', defiende que los mercados estadounidenses siempre muestran signos de debilidad en el año que sigue a la elección de un nuevo presidente. Una vez concluido el primer ejercicio, las bolsas van remontando hasta que el ciclo se completa con la llegada del siguiente inquilino a la Casa Blanca. La tesis de Hirsch, que ya está jubilado, se cumplió con notable puntualidad mientras él se mantuvo en activo. Por lo visto Roosevelt, Truman y Eisenhower le dieron la razón, pero desde la llegada al poder de George Bush padre, la teoría no levanta cabeza.
EL INDICADOR DE LA SUPERBOWL
Lo más sorprendente de este caso no es que haya 'profetas' que atribuyan la positiva o negativa marcha de los mercados a la victoria de tal o cual equipo; al fin y al cabo, como decía el torero, 'hay gente pa to'. Lo verdaderamente chocante es que esta teoría bursátil tiene hasta la fecha una efectividad del 84%, un porcentaje mucho más alto del que logran las más prestigiosas casas de análisis. De acuerdo con esta predicción, si un equipo que formaba parte de la National Football League (NFL) gana la Superbowl, las bolsas subirán al año siguiente, mientras que si el ganador proviene de la antigua American Football League (AFL), los mercados bajarán.
EL ÍNDICE BIG MAC (Ya hablamos varias veces en este foro)
No sirve para hacer apuestas sobre el futuro pero es, quizás, el mejor ejemplo de fusión entre la cultura popular y el mundo económico, en este caso el estado de la paridad del poder de compra. La publicación británica 'The Economist' elabora desde 1986 el Índice Big Mac, basado en una comparación entre lo que cuesta la hamburguesa más famosa de McDonald's en todos los lugares donde se vende. De esta manera establece una analogía entre los costes de vida de cada país y explica si las monedas están sobrevaloradas con respecto al dólar estadounidense. El índice no puede predecir la relación cambiaria de las divisas con exactitud, pero constituye una herramienta sencilla para hacer de la economía un terreno más accesible. Por cierto, teniendo en cuenta que el paradigma de la comida basura costaba a comienzos del año pasado 3,22 dólares en Estados Unidos y una media de 3,82 dólares en la zona euro, el índice concluye que la moneda europea estaba sobrevalorada en un 19%.
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