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Esa es la cuestión en Eslovaquia, el más reciente usuario de la moneda única europea, luego de que el presidente del parlamente eslovaco Richard Sulik dijo que su país debe estar preparado para abandonar el euro si la crisis de deuda en el continente sigue extendiéndose.
Sulik manifestó en un artículo de opinión publicado el lunes por el diario Hospodarske Noviny que su país necesita "preparar un plan B. Y ése es la reintroducción de la corona eslovaca".
Sus comentarios fueron rechazados inmediatamente por el ministro de finanzas eslovaco, pero son muestra de la oposición de gobernantes y ciudadanos de ese país a los caros rescates financieros europeos. Eslovaquia es uno de los países fiscalmente más estables de la eurozona.
La primera ministra eslovaca Iveta Radicova trató también de frenar la especulación creada por los comentarios de Sulik. "No existe tal alternativa para el gobierno", dijo.
La tentación de dejar la moneda única es evidente para las economías más pequeñas del bloque europeo. Un país que deje el euro podría permitir que su moneda readoptada se devalúe y aumentar con ello su competitividad comercial, en lugar de atravesar por años de recortes de gastos y reformas económicas que ahora enfrentan las economías de la eurozona.
Pero no tan rápido. Tras la partida de un miembro, los países más débiles dentro de la eurozona enfrentarían inestabilidad financiera inmediata. Las tasas de interés en los bonos gubernamentales aumentarían, lo que haría más cara la deuda.
Y un vez que los inversionistas perciban la probabilidad de que un país abandone el euro, buscarían vender sus activos denominados en euros para evitar una devaluación, lo que probablemente causaría un colapso financiero.
Además, el desertor podría enfrentar las represalias de otros miembros del bloque común europeo.
"Podemos decir con certeza que si un país abandona el euro, sería económicamente perjudicial", sin importar el tamaño del miembro que se salga, dijo Nicolas Veron, economista del centro de estudio belga Bruegel.
Eslovaquia adoptó el euro en enero del 2009, pero se ha negado a contribuir al fondo de 110.000 millones de euros (148.000 millones de dólares) para el rescate de Grecia.
Algunos economistas dicen que si Eslovaquia abandona el euro no perjudicaría grandemente al resto de la eurozona, ya que es una economía pequeña que no está integrada por completo con el resto del bloque.
Pero "si España se viera obligada a abandonar el euro, la eurozona tendría un enorme problema", dijo Simon Tilford, economista en jefe del Centro para la Reforma Europea, con sede en Londres.
Sulik manifestó en un artículo de opinión publicado el lunes por el diario Hospodarske Noviny que su país necesita "preparar un plan B. Y ése es la reintroducción de la corona eslovaca".
Sus comentarios fueron rechazados inmediatamente por el ministro de finanzas eslovaco, pero son muestra de la oposición de gobernantes y ciudadanos de ese país a los caros rescates financieros europeos. Eslovaquia es uno de los países fiscalmente más estables de la eurozona.
La primera ministra eslovaca Iveta Radicova trató también de frenar la especulación creada por los comentarios de Sulik. "No existe tal alternativa para el gobierno", dijo.
La tentación de dejar la moneda única es evidente para las economías más pequeñas del bloque europeo. Un país que deje el euro podría permitir que su moneda readoptada se devalúe y aumentar con ello su competitividad comercial, en lugar de atravesar por años de recortes de gastos y reformas económicas que ahora enfrentan las economías de la eurozona.
Pero no tan rápido. Tras la partida de un miembro, los países más débiles dentro de la eurozona enfrentarían inestabilidad financiera inmediata. Las tasas de interés en los bonos gubernamentales aumentarían, lo que haría más cara la deuda.
Y un vez que los inversionistas perciban la probabilidad de que un país abandone el euro, buscarían vender sus activos denominados en euros para evitar una devaluación, lo que probablemente causaría un colapso financiero.
Además, el desertor podría enfrentar las represalias de otros miembros del bloque común europeo.
"Podemos decir con certeza que si un país abandona el euro, sería económicamente perjudicial", sin importar el tamaño del miembro que se salga, dijo Nicolas Veron, economista del centro de estudio belga Bruegel.
Eslovaquia adoptó el euro en enero del 2009, pero se ha negado a contribuir al fondo de 110.000 millones de euros (148.000 millones de dólares) para el rescate de Grecia.
Algunos economistas dicen que si Eslovaquia abandona el euro no perjudicaría grandemente al resto de la eurozona, ya que es una economía pequeña que no está integrada por completo con el resto del bloque.
Pero "si España se viera obligada a abandonar el euro, la eurozona tendría un enorme problema", dijo Simon Tilford, economista en jefe del Centro para la Reforma Europea, con sede en Londres.