Fútbol, dinero y másters en negocios

Johngo

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09-01-11 - Mark Mulligan – Financial Times

Barcelona y Real Madrid, ambos de la liga de España, son los clubes de fútbol más ricos del mundo, aunque sus finanzas no son de las mejores. La realidad impone en el negocio global del fútbol una gestión profesional de sus economías

Cuando los archirrivales Real Madrid y Barcelona se midieron en el primer partido de la temporada de fútbol 2010-11, estaba en juego más que el clásico de la liga española.
El choque entre los dos clubes más ricos del mundo, que juntos el año pasado tuvieron ingresos superiores a 800 millones de euros, se produjo en el estadio Camp Nou de la capital catalana. Lo vieron por televisión cuatrocientas mil personas y generó millones de euros en derechos televisivos, entradas al estadio y merchandising.
Que Barcelona le haya ganado 5 a 0 a Real Madrid muestra la superioridad de uno de los mejores equipos que tiene el club en sus 121 años de historia. Sin embargo, que esa victoria se traduzca en mayor facturación, menores pérdidas y menos acumulación de deuda dependerá de que el nuevo joven directorio y los equipos de gestión –con sus numerosos diplomas en administración de empresas–, cumplan con las promesas que hicieron al asumir el control del club en julio de este año.
Al igual que en muchas otras organizaciones deportivas, el despilfarro de dinero, las comisiones por las millonarias transferencias y las cuestionables decisiones de negocios que se tomaron durante el auge del crédito pusieron en rojo los números del Barcelona. El club quedó con una deuda neta cercana a los 400 millones de euros (u$s 530 millones).

La nueva guardia prometió duplicar el flujo de efectivo y reducir la deuda en unos 30 millones de euros para cuando finalice la actual temporada. Ya mostraron un rápido progreso con un nuevo acuerdo de patrocinio para las camisetas por 198 millones de dólares con Qatar Foundation. Según ellos, es sumamente importante haber conseguido eso sin vender los activos que le permitieron al club ser el mejor del mundo tanto dentro como fuera de la cancha.
“Tenemos que ser muy cuidadosos para que nuestra austeridad no afecte el rendimiento del equipo, que es donde Barcelona tiene una enorme capacidad para generar dinero”, señaló Javier Faus, vicepresidente.

La mayoría de los expertos concuerdan en que si bien el excesivo gasto en jugadores, viajes y otros lujos a menudo refleja la presión que los hinchas y círculos más íntimos de influencia ejercen sobre los presidentes para que ganen campeonatos y alimenten el fervor de los fanáticos, está en los directorios y la alta conducción contener la pasión.
El arte de producir excelencia en la cancha sin endeudarse con un banco es lo que ubica a los directivos de clubes de fútbol más cerca de los gerentes de Walt Disney que de los de una organización deportiva.“Al igual que en Disney, tenés tus figuras estrella, tus giras mundiales, la recaudación por ventas de entradas, los derechos de televisión, las remeras y todo el merchandising,” señaló Marcel Planellas, de la escuela de negocios de Esade en Barcelona.
Todo este bombo publicitario en torno al fútbol es un fenómeno relativamente nuevo. Los ingresos de los clubes antes provenían mayormente de la venta de entradas a las canchas, pero esto cambió con la explosión de la TV paga globalizada durante los últimos veinte años. Los derechos de televisación ahora son los mayores generadores de dinero y los futbolistas se convirtieron en celebridades mediáticas. Todo eso genera la necesidad de personal y estructuras de marketing más grandes y sofisticadas.

Es por eso que, en los clubes más prósperos del mundo, los equipos ejecutivos y de gestión son más profesionales y están mejor preparados.
El actual directorio del Barcelona está generosamente integrado por profesionales con diplomas de grado o posgrado en administración de empresas, empezando por el presidente Sandro Rosell, que tiene un MBA del Esade. Rosell está acompañado de los graduados en negocios Faus (que lo secunda); Javier Bordas de Togores, director de deportes; Joan Bladé, otro director de deportes; Jordi Moix, director de economía y estrategia; y Jaume López, que fue el jefe de campaña para la presidencia de Rosell.
De los 15 miembros restantes del directorio, siete tienen títulos de grado en negocios y MBAs de escuelas de Barcelona como Iese, EADA y la Universitat de Barcelona. Moix también estudió administración en la Thunderbird School of Global Management, mientras que Faus hizo una maestría en derecho financiero en Georgetown University.

La revolución que se está produciendo en la gestión deportiva del Barcelona y de las instituciones rivales también se manifiesta en los lazos más fuertes que mantienen las escuelas de negocios y los clubes de España. Los alumnos del Esade estudian un caso práctico sobre FC Barcelona, mientras que el profesor del Iese, José Luis Nueno, es coautor de otro caso que se analiza en la Escuela de Negocios de Harvard, pero sobre el Real Madrid.
Sandalio Gómez, director académico del Centro para la Gestión de Entidades Deportivas, señaló que la demanda de cursos específicos crece porque las actividades de las instituciones de fútbol y otros deportes buscan ganancias y trofeos en forma más globalizada y compleja. “A medida que crezcan las dimensiones económicas de los clubes, también crecerá la necesidad de una gestión profesional”, comentó.
 
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