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La tormenta Klaus, que invadió España y Francia el 24 de enero, ha sido según Swiss Re el siniestro natural más dañino del año pasado. Con 25 víctimas, provocó daños por 3.372 millones de dólares, que tuvieron que ser abonados por las compañías de seguros y, en su caso, por el Consorcio de Compensación de Seguros. Otra tormenta, ésta en Estados Unidos el 10 de febrero, es el segundo siniestro natural, con daños por 1.350 millones de dólares. En cualquier caso, 2009 no ha sido un año especialmente negativo, ya que ocupa la 11ª posición en cuanto a daños asegurados: 62.000 millones de dólares. Y está lejos de la pesadilla del año 2005, cuando los huracanes Katrina, Wilma y Rita asolaron Estados Unidos.
El ya tradicional estudio de la reaseguradora suiza (lleva desde el año 1970 analizando cada año las catástrofes naturales y los desastres por la acción humana) confirma que en 2009 unas 15.000 personas perdieron la vida por esas causas. Las pérdidas aseguradas ascendieron a 26.000 millones de dólares, pero el coste económico global para la sociedad fue de unos 62.000 millones de dólares.
La brecha entre las pérdidas aseguradas y el coste económico global indica que la falta de cobertura de esos riesgos a través de seguros o de otros instrumentos (en España, el Consorcio de Compensación de Seguros) "continúa permitiendo que muchas personas y Gobiernos sean vulnerables tras un acontecimiento catastrófico", señala el estudio de Swiss Re. Sus expertos insisten en que, dada la tendencia al alza de estos siniestros naturales, "la necesidad de mantener una cobertura adecuada está cobrando importancia".
El informe concreta que los costes asegurados por catástrofes naturales en el pasado ejercicio se situaron en unos 22.000 millones de dólares, mientras que los desastres provocados por la acción del hombre supusieron un coste adicional de 4.000 millones de dólares. Las mayores pérdidas aseguradas se registraron en América del Norte, con un coste de unos 12.700 millones de dólares, aunque la cifra de fallecidos más elevada se produjo de nuevo en Asia, con cerca de 9.400 personas. En Asia, las pérdidas aseguradas alcanzaron los 2.400 millones de dólares.
Para este año, el economista jefe de Swiss Re, Thomas Hess, considera que las pérdidas no serán bajas, como muestran ya en estos primeros meses la tormenta de invierno Xynthia en Europa o los terremotos en Chile y en Haití. Aconseja prepararse "para pérdidas mucho más elevadas" que las registradas en 2009. "Dada la alta volatilidad, las pérdidas podrían fácilmente ser de tres a cinco veces superiores a las de 2009. En 2005, las pérdidas aseguradas establecieron un récord al elevarse a 120.000 millones de dólares. No me sorprendería si este registro aumenta en un futuro no muy lejano", señala experto de la reaseguradora suiza.
El ya tradicional estudio de la reaseguradora suiza (lleva desde el año 1970 analizando cada año las catástrofes naturales y los desastres por la acción humana) confirma que en 2009 unas 15.000 personas perdieron la vida por esas causas. Las pérdidas aseguradas ascendieron a 26.000 millones de dólares, pero el coste económico global para la sociedad fue de unos 62.000 millones de dólares.
La brecha entre las pérdidas aseguradas y el coste económico global indica que la falta de cobertura de esos riesgos a través de seguros o de otros instrumentos (en España, el Consorcio de Compensación de Seguros) "continúa permitiendo que muchas personas y Gobiernos sean vulnerables tras un acontecimiento catastrófico", señala el estudio de Swiss Re. Sus expertos insisten en que, dada la tendencia al alza de estos siniestros naturales, "la necesidad de mantener una cobertura adecuada está cobrando importancia".
El informe concreta que los costes asegurados por catástrofes naturales en el pasado ejercicio se situaron en unos 22.000 millones de dólares, mientras que los desastres provocados por la acción del hombre supusieron un coste adicional de 4.000 millones de dólares. Las mayores pérdidas aseguradas se registraron en América del Norte, con un coste de unos 12.700 millones de dólares, aunque la cifra de fallecidos más elevada se produjo de nuevo en Asia, con cerca de 9.400 personas. En Asia, las pérdidas aseguradas alcanzaron los 2.400 millones de dólares.
Para este año, el economista jefe de Swiss Re, Thomas Hess, considera que las pérdidas no serán bajas, como muestran ya en estos primeros meses la tormenta de invierno Xynthia en Europa o los terremotos en Chile y en Haití. Aconseja prepararse "para pérdidas mucho más elevadas" que las registradas en 2009. "Dada la alta volatilidad, las pérdidas podrían fácilmente ser de tres a cinco veces superiores a las de 2009. En 2005, las pérdidas aseguradas establecieron un récord al elevarse a 120.000 millones de dólares. No me sorprendería si este registro aumenta en un futuro no muy lejano", señala experto de la reaseguradora suiza.