droblo
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Hace muchos años, los leones eran los leones y las gacelas, las gacelas. Entonces andaba yo por la banca nacional, y recuerdo que si uno quería comprar matildes, hablo de los años setenta, seguía el siguiente proceso: Venía a mi sucursal, me rellenaba una petición, un servidor la terminaba de rellenar cuando podía, si era un día de mucho trabajo a veces la terminaba al día siguiente. Entonces a las tres de la tarde del día que un servidor terminaba la ficha una valija interna del banco se la llevaba al la central, que la recibía otra persona. Esa persona las juntaba todas, hacía una relación y las mandaba a la central del banco en Madrid, vía valija. Esta valija no siempre llegaba al día siguiente.
Cuando llegaba a Madrid, otro empleado repasaba todas las órdenes, y las iba pasando al mercado poco a poco.
Sin suerte, la orden del inversor de a pie tardaba lo menos cuatro días en entrar en bolsa, en el mejor de los casos dos o 3 días no se los quitaba nadie. Era un mundo donde el león tenía información, pasaba las órdenes rápido, y el pequeño no se enteraba de nada. La fosa era enorme.
Pero poco a poco, con la llegada de los ordenadores, las sociedades de valores, todo esto se fue igualando bastante, y creo que podemos afirmar que dejando la información privilegiada aparte, que eso siempre estará ahí, hasta hace tres o cuatro años habíamos llegado a un momento en que una gacela, con una buena herramienta on line, una buena agencia de noticias y algo de formación, podría estar casi en igualdad de condiciones que un león, dicho de forma básica, claro, el león seguía teniendo el volumen de su parte y otras muchas cosas, pero podíamos decir que la distancia se había acortado mucho. Había como una "democratización" del mercado, pero todo esto les puedo asegurar que ha terminado. Y lo peor es que prácticamente nadie se ha dado cuenta. Esta vez los leones están llevando a cabo una revolución silenciosa, muy difícil de ver si uno no está en los círculos cercanos a ellos. Pero que puede, como ya he comentado en otros artículos que esté llegando demasiado lejos, pues la mayoría del volumen viene de esta forma de operar.
No olviden esta expresión, porque oirán hablar mucho de ella: "algorithmic trading" o trading algorítmico. Un trading que ha revolucionado a Wall Street, a las bolsas europeas y aunque no se lo crean, al Ibex 35. Un trading que exige tales costes operativos, tales inversiones en tecnología y medios humanos, y tales fortunas a los pocos que son capaces de crear los programas que los hacen funcionar, que por menos de dos o tres millones de euros ni pensar en nada de esto, y eso condenado a ser un segundón. Este trading tuvo su momento malo con la crisis de los mercados del año pasado donde dieron algún susto, bueno más de uno, y donde cayeron algunos, pero por término medio, han quedado los verdaderamente buenos que siguen haciéndolo como siempre y cada vez con más volumen.
Los sistemas automáticos de trading que todos conocemos fueron los albores de esta técnica, pero sus limitaciones hicieron buscar otra solución a los bancos de inversión. Y la encontraron. Para que se entienda fácil, el trading algorítmico lo llevan a cabo software sofisticado que opera de forma automática, no en intradía, eso ya es mucho, no en intrasegundo, eso es ya mucho, ¡opera al milisegundo! y es una cita exacta y no una forma de hablar.
Cualquier irregularidad en el precio en el tick a tick, que sea reconocida por el programa como un modelo que ya ha sucedido otras veces, ejecutará una orden de compra o venta, en un ordenador que estará siguiendo miles de acciones a la vez, o todos los mercados de futuros del mundo. En un milisegundo pueden entrar decenas de operaciones, y al milisegundo siguiente deshacerse muchas de ellas, u otras que ya estaban dentro.
La velocidad que exige esta operativa es tan grande, que decía Reuters que había empujones por instalar servidores de los grandes operadores del mercado lo más cerca posible de los servidores centrales de los mercados oficiales. La razón es muy sencilla, si el servidor está pegado se tardará menos que si va de una ciudad a otra, aunque hablemos de cantidades de tiempo muy muy pequeñas, y por supuesto muy por debajo de un milisegundo. El director del Philadelphia Stock Exchange así lo reconocía.
Esta operativa ahora mismo es motivo del trabajo de la mayoría de bancos, en silencio y sin que se entere nadie, y esta es la operativa que está llevándose, (vean mis datos del lunes) más de la mitad de todo el gigantesco volumen del NYSE. Se está comiendo al mercado, es imparable, y eso que en agosto de 2008 hubieron algunos sustos como antes comentaba y como es completamente inaccesible para ya no sólo el pequeño inversor sino para casi todo el mundo, ha abierto de manera gigantesca la fosa entre leones y gacelas. Ahora sí que se nos escaparon de nuevo.
Además, de manera común, el software tiene una característica común muy interesante. A pesar del volumen gigantesco que mueven está programado para entrar y salir del mercado de tal manera que no se note.
Por ejemplo, en un artículo muy completo que Reuters ha ido sacando en varias entregas se podía ver que existe una orden que admiten ya todos los mercados que es la VWAP. Esa es una orden que consiste en lo siguiente. El programa sabe cual es el volumen medio de un mercado desde siempre según la hora del día. El programa cuando recibe una orden de x títulos VWAP (volume weighted average price), comprará o venderá llevando cuidado de no sobrepasar dicho volumen medio, esperando si hace falta algún tiempo y soltando poco a poco, para que ni usted, ni yo, querido lector, nos enteremos de que un león está entrando o saliendo en el mercado. Ya ven, lo tienen automatizado.
Hay algoritmos muy conocidos en el mundillo, como el algoritomo guerrilla de Credit Suisse programado para hacer que la orden sea indetectable ni llamativa en su ejecución e incluso hay un algoritmo llamado sniffer que rastrea los mercados buscando pautas de conducta de los algoritmos de ocultamiento intentando descubrir bancos que estén dentro y por supuesto actuándoles a la contra.
Esta operativa, que día a día gana adeptos, porque gana dinero y amortiza muy bien sus costes, puede estar cambiando de abajo a arriba el mercado tal y como lo hemos conocido hasta ahora. Es más que posible que cada vez sea más difíciles asistamos a períodos volátiles sostenidos, ya que la inmensa mayoría de estos programas tienden a entrar a la contra, en cuanto detectan una irregularidad intentando especular con su vuelta a la media, lo que aplana todo mucho. Además provocará que los mercados se muevan de forma diferente a partir de ahora, sin parangón con lo que habíamos visto hasta ahora lo que dificultará el trading.
Lo que está claro, sin ningún género de duda, es que la fosa entre los leones y las gacelas se ha agrandado y a partir de ahora vamos a tener que contar con este factor. Un inversor pragmático igual podría pensar que si no puedes con tu enemigo únete a él, suscribiendo hedges que siguen estas tácticas totalmente fuera de nuestro alcance, al menos para una parte de su cartera, la mayoría de hedges que siguen esta táctica suelen hablar de "arbitraje estadístico" en sus folletos y suelen cobrar altas comisiones. Lógico, uno mismo no puede disponer de la tecnología para llevarla a cabo. A mí este es un tema que me preocupa, me parece como cuando los ordenadores intentan jugar con humanos al ajedrez, con la diferencia que aquí encima nos jugamos el dinero... aunque con el paso de los años, qué remedio, ha habido que aceptar el uso del ordenador, y los programas automáticos, pero ahora realmente estamos ya pasando la última frontera ... ¿qué fue del último romántico en las bolsas? Si uno no puede con su "enemigo" lo mejor es unirse a él No obstante la inversión mediante sistemas automáticos sigue siendo totalmente posible sin tanta sofisticación, como demuestran otros fondos dedicados a ellos, algunos de ellos en España. Lo malo de todo esto, es que es evidente, muy evidente, que en cuanto baja el volumen un poco, como está pasando ahora con la crisis, futuro o valor que le toca la china de que le trabajen mucho con estos programas, termina por volverse loco y desquiciar a cualquiera. Este es el motivo por el cual futuros como el Dax o el Mini S&P y sobre todo el Bund han llegado a ser casi misión imposible en el intradía de los bandazos que pegan.
Cuando llegaba a Madrid, otro empleado repasaba todas las órdenes, y las iba pasando al mercado poco a poco.
Sin suerte, la orden del inversor de a pie tardaba lo menos cuatro días en entrar en bolsa, en el mejor de los casos dos o 3 días no se los quitaba nadie. Era un mundo donde el león tenía información, pasaba las órdenes rápido, y el pequeño no se enteraba de nada. La fosa era enorme.
Pero poco a poco, con la llegada de los ordenadores, las sociedades de valores, todo esto se fue igualando bastante, y creo que podemos afirmar que dejando la información privilegiada aparte, que eso siempre estará ahí, hasta hace tres o cuatro años habíamos llegado a un momento en que una gacela, con una buena herramienta on line, una buena agencia de noticias y algo de formación, podría estar casi en igualdad de condiciones que un león, dicho de forma básica, claro, el león seguía teniendo el volumen de su parte y otras muchas cosas, pero podíamos decir que la distancia se había acortado mucho. Había como una "democratización" del mercado, pero todo esto les puedo asegurar que ha terminado. Y lo peor es que prácticamente nadie se ha dado cuenta. Esta vez los leones están llevando a cabo una revolución silenciosa, muy difícil de ver si uno no está en los círculos cercanos a ellos. Pero que puede, como ya he comentado en otros artículos que esté llegando demasiado lejos, pues la mayoría del volumen viene de esta forma de operar.
No olviden esta expresión, porque oirán hablar mucho de ella: "algorithmic trading" o trading algorítmico. Un trading que ha revolucionado a Wall Street, a las bolsas europeas y aunque no se lo crean, al Ibex 35. Un trading que exige tales costes operativos, tales inversiones en tecnología y medios humanos, y tales fortunas a los pocos que son capaces de crear los programas que los hacen funcionar, que por menos de dos o tres millones de euros ni pensar en nada de esto, y eso condenado a ser un segundón. Este trading tuvo su momento malo con la crisis de los mercados del año pasado donde dieron algún susto, bueno más de uno, y donde cayeron algunos, pero por término medio, han quedado los verdaderamente buenos que siguen haciéndolo como siempre y cada vez con más volumen.
Los sistemas automáticos de trading que todos conocemos fueron los albores de esta técnica, pero sus limitaciones hicieron buscar otra solución a los bancos de inversión. Y la encontraron. Para que se entienda fácil, el trading algorítmico lo llevan a cabo software sofisticado que opera de forma automática, no en intradía, eso ya es mucho, no en intrasegundo, eso es ya mucho, ¡opera al milisegundo! y es una cita exacta y no una forma de hablar.
Cualquier irregularidad en el precio en el tick a tick, que sea reconocida por el programa como un modelo que ya ha sucedido otras veces, ejecutará una orden de compra o venta, en un ordenador que estará siguiendo miles de acciones a la vez, o todos los mercados de futuros del mundo. En un milisegundo pueden entrar decenas de operaciones, y al milisegundo siguiente deshacerse muchas de ellas, u otras que ya estaban dentro.
La velocidad que exige esta operativa es tan grande, que decía Reuters que había empujones por instalar servidores de los grandes operadores del mercado lo más cerca posible de los servidores centrales de los mercados oficiales. La razón es muy sencilla, si el servidor está pegado se tardará menos que si va de una ciudad a otra, aunque hablemos de cantidades de tiempo muy muy pequeñas, y por supuesto muy por debajo de un milisegundo. El director del Philadelphia Stock Exchange así lo reconocía.
Esta operativa ahora mismo es motivo del trabajo de la mayoría de bancos, en silencio y sin que se entere nadie, y esta es la operativa que está llevándose, (vean mis datos del lunes) más de la mitad de todo el gigantesco volumen del NYSE. Se está comiendo al mercado, es imparable, y eso que en agosto de 2008 hubieron algunos sustos como antes comentaba y como es completamente inaccesible para ya no sólo el pequeño inversor sino para casi todo el mundo, ha abierto de manera gigantesca la fosa entre leones y gacelas. Ahora sí que se nos escaparon de nuevo.
Además, de manera común, el software tiene una característica común muy interesante. A pesar del volumen gigantesco que mueven está programado para entrar y salir del mercado de tal manera que no se note.
Por ejemplo, en un artículo muy completo que Reuters ha ido sacando en varias entregas se podía ver que existe una orden que admiten ya todos los mercados que es la VWAP. Esa es una orden que consiste en lo siguiente. El programa sabe cual es el volumen medio de un mercado desde siempre según la hora del día. El programa cuando recibe una orden de x títulos VWAP (volume weighted average price), comprará o venderá llevando cuidado de no sobrepasar dicho volumen medio, esperando si hace falta algún tiempo y soltando poco a poco, para que ni usted, ni yo, querido lector, nos enteremos de que un león está entrando o saliendo en el mercado. Ya ven, lo tienen automatizado.
Hay algoritmos muy conocidos en el mundillo, como el algoritomo guerrilla de Credit Suisse programado para hacer que la orden sea indetectable ni llamativa en su ejecución e incluso hay un algoritmo llamado sniffer que rastrea los mercados buscando pautas de conducta de los algoritmos de ocultamiento intentando descubrir bancos que estén dentro y por supuesto actuándoles a la contra.
Esta operativa, que día a día gana adeptos, porque gana dinero y amortiza muy bien sus costes, puede estar cambiando de abajo a arriba el mercado tal y como lo hemos conocido hasta ahora. Es más que posible que cada vez sea más difíciles asistamos a períodos volátiles sostenidos, ya que la inmensa mayoría de estos programas tienden a entrar a la contra, en cuanto detectan una irregularidad intentando especular con su vuelta a la media, lo que aplana todo mucho. Además provocará que los mercados se muevan de forma diferente a partir de ahora, sin parangón con lo que habíamos visto hasta ahora lo que dificultará el trading.
Lo que está claro, sin ningún género de duda, es que la fosa entre los leones y las gacelas se ha agrandado y a partir de ahora vamos a tener que contar con este factor. Un inversor pragmático igual podría pensar que si no puedes con tu enemigo únete a él, suscribiendo hedges que siguen estas tácticas totalmente fuera de nuestro alcance, al menos para una parte de su cartera, la mayoría de hedges que siguen esta táctica suelen hablar de "arbitraje estadístico" en sus folletos y suelen cobrar altas comisiones. Lógico, uno mismo no puede disponer de la tecnología para llevarla a cabo. A mí este es un tema que me preocupa, me parece como cuando los ordenadores intentan jugar con humanos al ajedrez, con la diferencia que aquí encima nos jugamos el dinero... aunque con el paso de los años, qué remedio, ha habido que aceptar el uso del ordenador, y los programas automáticos, pero ahora realmente estamos ya pasando la última frontera ... ¿qué fue del último romántico en las bolsas? Si uno no puede con su "enemigo" lo mejor es unirse a él No obstante la inversión mediante sistemas automáticos sigue siendo totalmente posible sin tanta sofisticación, como demuestran otros fondos dedicados a ellos, algunos de ellos en España. Lo malo de todo esto, es que es evidente, muy evidente, que en cuanto baja el volumen un poco, como está pasando ahora con la crisis, futuro o valor que le toca la china de que le trabajen mucho con estos programas, termina por volverse loco y desquiciar a cualquiera. Este es el motivo por el cual futuros como el Dax o el Mini S&P y sobre todo el Bund han llegado a ser casi misión imposible en el intradía de los bandazos que pegan.