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El nuevo plan de ajuste fiscal y el fondo de estabilización del euro siguen sin cumplir su objetivo: estabilizar los precios de la deuda. El Tesoro ha tenido que elevar un 67 por 100 la rentabilidad de los bonos a tres años en la emisión de hoy, la primera realizada tras la rebaja del rating de Fitch. La colocación se ha cerrado con un tipo marginal del 3,394 por 100, frente al 2,03 por 100 de la subasta anterior, celebrada a principios de abril. Este precio es el mayor desde septiembre de 2008.
El erario público ha captado 3.900 millones, en la parte alta de la horquilla del objetivo, que oscilaba entre 3.000 y 4.000 millones de euros, pese el alto coste. No obstante, la deuda española sigue sin tener problemas de demanda, puesto que el importe pedido superó los 8.250 millones, un ratio de cobertura 2,1 veces superior al adjudicado.
Tras la subasta, el diferencial entre el bono de la deuda española y la alemana a diez años sigue en cotas muy altas en el mercado secundario, de 190 puntos, cerca de los máximos marcados hace unos días.
A pesar de que el Gobierno insiste en que el objetivo principal de su plan de ajuste extra es rebajar el coste de la deuda, la crisis griega, la rebaja de la calificación y las dudas sobre las economías periféricas siguen pesando sobre los precios. A esta subida se suman las registradas el pasado mes por las letras a un año (88 por 100) y a seis meses (73 por 100). Los gastos financieros han crecido un 28 por 100 en lo que va de año y podrían necesitar alguna partida extra si los márgenes continúan subiendo, puesto que el Tesoro aún tiene que colocar 120.000 millones de euros hasta finales de 2010.