La semana en los mercados
Cuentan en esta interesantísima web (http://curistoria.blogspot.com/ ) que durante la Guerra de Crimea en 1854, un tipo llamado Charles Lucas formaba parte de la tripulación de un buque de guerra británico cuando un proyectil cayó sobre la cubierta aunque no estalló. Éste comenzó a rodar y todos se tiraron al suelo convencidos de la inminencia de la explosión. En aquel preciso momento, Charles Lucas corrió hacia la bomba, la cogió (caliente como estaba) y la arrojó al mar. Explotó antes de llegar al agua por lo que parece claro que con su rapidez y valentía salvó varias vidas y posiblemente a toda la nave. Por esta acción fue merecedor de la primera Cruz Victoria (la máxima condecoración militar británica al valor) que se otorgó. Difícil encontrar una metáfora mejor de los casi 3 años que llevamos buscando a un “Charles Lucas” que no tema quemarse las manos y aleje de nosotros el proyectil -que amenaza hundirnos- llamado crisis. Quizás el problema por el que no encontramos nuestro “Charles Lucas” que expulse de nuestra nave a la crisis es porque ésta no es un proyectil lanzado por nadie sino una explosión interna motivada por la acumulación de peligrosas chispas cerca de nuestra santabárbara. Los optimistas dicen que ya hemos podido apagar el fuego y que sólo queda reconstruir, los pesimistas creen que aún hay demasiados incendios…la realidad es que al menos seguimos a flote. Pero no nos ponemos de acuerdo en cómo arreglar los desperfectos ni si afectan a la estructura -y por tanto a la viabilidad- del barco en el que navegamos sin rumbo definido.
Y es que se pueden discutir muchos datos y cifras, tendencias y encuestas, evolución de las bolsas y hasta del riesgo-país pero lo que es indudable es que el problema del paro sigue sin arreglarse. La semana pasada volvimos a ver cifras de destrucción de empleo –obviadas por los mercados, cómo no- tanto en España como en los EUA, manteniéndose las tasas de parados muy cerca de los máximos de los últimos años y con expectativas de romperlos los próximos meses. Las cifras del país más poderoso del planeta frustran hasta al más optimista: 14.9 millones de parados oficiales, 8.9 millones de empleados a tiempo parcial y una cantidad indeterminada de personas que no salen en las estadísticas porque han tirado la toalla y no buscan trabajo. Las españolas son peores y la situación es más grave al no poder contar con el contexto internacional favorable, con una recesión global como esta sumada a una crisis interna propia, necesitamos más que nunca que la primera potencia económica sea la locomotora que tire del tren. La estadística histórica dice que la creación de empleo es lo último que se recupera tras una crisis…pero también dice que no es normal que tras tanto tiempo no se haya recuperado el consumo, ni la inversión, ni la confianza y que de hecho, estén empeorando las expectativas. Y me empieza a preocupar que el del paro sea un problema más estructural que cíclico, con unas raíces anteriores a esta crisis. David Rosenberg lo argumentaba hace meses ya:
En los EUA hay 129.5 millones de personas trabajando, exactamente las mismas que había en 1999. El número de personas en edad laboral aumentó en estos años en 29 millones, todos peleando por el mismo número de puestos de trabajo, y eso a pesar de todo el endeudamiento del país y de los tipos de interés históricamente bajos.
Nancy Folbre, profesora de economía en la Universidad de Massachusetts, dice que el desempleo es una cifra discutible pero no lo es el número de puestos ocupados; lo ilustra con el juego de las sillas: suena la música, crece la población pero las sillas son las mismas. Y claro, los salarios y las condiciones laborales van a la baja ante tanta oferta. No parece sea un problema que se vaya a arreglar en unos meses precisamente. El único consuelo es para los hipotecados a tipo variable: las estadísticas históricas dicen que la FED no sube tipos tras una recesión hasta el séptimo mes de datos de empleo positivo y nadie cree que BCE mueva ficha hasta que no lo hagan ellos.
Si la semana pasada comenté que el efecto elecciones de Noviembre en los EUA podía ser un factor que impulsara a nuevos estímulos gubernamentales, Obama me dio la razón con un nuevo plan de gasto (que aún debe ser refrendado), que ha sido criticado hasta por la ministra Salgado a pesar de haber defendido esa postura hasta mayo de este mismo año. La verdad es que es el debate de moda, destacando Krugman –que además de ser premio Nobel, escribe un blog que esta semana se ha sabido es el más leído entre los económicos- por su postura a favor de gastar más y olvidarse del déficit. Parece una irresponsabilidad pero él lo defiende con ejemplos como el irlandés. Irlanda ha sido ejemplar en su iniciativa de austeridad: Los salarios del sector público cayeron un promedio del 13%, se subieron impuestos pero sin afectar a la actividad comercial, la población aceptó con resignación el ajustarse los cinturones y adaptarse a los tiempos difíciles (no hubo ningún disturbio callejero ni huelgas ni protestas). Resumiendo –defiende Krugman- Irlanda está haciendo exactamente lo que le dijeron que debía hacer, siguiendo el camino diseñado para Grecia, Portugal y España, con una disciplina admirable y desde hace mucho tiempo. Pero esta semana su riesgo país ha alcanzado máximos históricos, así como el diferencial de su deuda respecto al Bund alemán. Eso sí, he de decir que el motivo no tiene que ver con la austeridad sino con la decisión del gobierno de asumir las pésimas inversiones de sus bancos creando un “bad bank” y que por salvarles a ellos puede hacer caer a todo el país y reconozco que es triste que los mercados no reconozcan el esfuerzo de la población pero sinceramente creo que si no hubieran aplicado todas esas medidas, seguro la situación de los irlandeses sería peor.
En cuanto a los mercados, los máximos mensuales se fijaron el viernes poco después del dato de empleo americano, valorado positivamente sobre todo por las revisiones a mejor de datos anteriores y tras un lunes insípido por la fiesta en Wall Street y sin ninguna noticia que lo justificara, el martes el mercado volvió a las tendencias marcadas en Agosto: volumen bajo, subida del riesgo país de Irlanda y Portugal; compra de yenes y francos suizos y venta de euros; bolsas abajo; bajada de rentabilidad de los bonos norteamericanos y alemanes…pero el miércoles bolsas y bonos cambiaron de rumbo otra vez también sin motivo claro… Por cierto, justo el día en que Obama anuncia un gasto de 50 mil millones de $, es decir, que cuando el país con más deuda del mundo y con un déficit de dos cifras decide aumentar ambos desequilibrios, su divisa se fortalece. ¿Cómo vamos a pedir que el mercado sea justo con el esfuerzo irlandés con un comportamiento tan errático? Y si se comportara con lógica, recuerdo que esta semana el FMI ha declarado que el crecimiento económico en Europa y Estados Unidos probablemente se mantendrá débil, Weber de BCE ha recordado que la crisis no ha terminado y según la OCDE “la reactivación de la economía mundial podría ser “más lenta de lo previsto sin que por el momento quede claro si el actual estancamiento será duradero o temporal”…unas opiniones cualificadas que confirman en mi opinión el sentimiento mayoritario. Si al final aciertan y la visión más optimista respecto al futuro económico es de años de bajo crecimiento con un alto protagonismo de la deuda, los inversores no deberían olvidar la rentabilidad de la bolsa del país donde ese escenario lleva cumpliéndose dos décadas: Japón. Y a los que defienden que con los tipos de interés tan bajos lo más rentable es comprar acciones les recomiendo prudencia y un vistazo al gráfico del Nikkei y a sus tipos de interés. Y eso que Japón no ha tenido problemas con el desempleo.
Y respecto a la evolución de los mercados a corto plazo, os pego este interesante gráfico con lo que -por estadística del comportamiento en los últimos 36 años- le pasa a una inversión de 100 unidades durante el año en el Dax alemán, lo que refuerza mi consejo de prudencia para las próximas semanas:
Cuentan en esta interesantísima web (http://curistoria.blogspot.com/ ) que durante la Guerra de Crimea en 1854, un tipo llamado Charles Lucas formaba parte de la tripulación de un buque de guerra británico cuando un proyectil cayó sobre la cubierta aunque no estalló. Éste comenzó a rodar y todos se tiraron al suelo convencidos de la inminencia de la explosión. En aquel preciso momento, Charles Lucas corrió hacia la bomba, la cogió (caliente como estaba) y la arrojó al mar. Explotó antes de llegar al agua por lo que parece claro que con su rapidez y valentía salvó varias vidas y posiblemente a toda la nave. Por esta acción fue merecedor de la primera Cruz Victoria (la máxima condecoración militar británica al valor) que se otorgó. Difícil encontrar una metáfora mejor de los casi 3 años que llevamos buscando a un “Charles Lucas” que no tema quemarse las manos y aleje de nosotros el proyectil -que amenaza hundirnos- llamado crisis. Quizás el problema por el que no encontramos nuestro “Charles Lucas” que expulse de nuestra nave a la crisis es porque ésta no es un proyectil lanzado por nadie sino una explosión interna motivada por la acumulación de peligrosas chispas cerca de nuestra santabárbara. Los optimistas dicen que ya hemos podido apagar el fuego y que sólo queda reconstruir, los pesimistas creen que aún hay demasiados incendios…la realidad es que al menos seguimos a flote. Pero no nos ponemos de acuerdo en cómo arreglar los desperfectos ni si afectan a la estructura -y por tanto a la viabilidad- del barco en el que navegamos sin rumbo definido.
Y es que se pueden discutir muchos datos y cifras, tendencias y encuestas, evolución de las bolsas y hasta del riesgo-país pero lo que es indudable es que el problema del paro sigue sin arreglarse. La semana pasada volvimos a ver cifras de destrucción de empleo –obviadas por los mercados, cómo no- tanto en España como en los EUA, manteniéndose las tasas de parados muy cerca de los máximos de los últimos años y con expectativas de romperlos los próximos meses. Las cifras del país más poderoso del planeta frustran hasta al más optimista: 14.9 millones de parados oficiales, 8.9 millones de empleados a tiempo parcial y una cantidad indeterminada de personas que no salen en las estadísticas porque han tirado la toalla y no buscan trabajo. Las españolas son peores y la situación es más grave al no poder contar con el contexto internacional favorable, con una recesión global como esta sumada a una crisis interna propia, necesitamos más que nunca que la primera potencia económica sea la locomotora que tire del tren. La estadística histórica dice que la creación de empleo es lo último que se recupera tras una crisis…pero también dice que no es normal que tras tanto tiempo no se haya recuperado el consumo, ni la inversión, ni la confianza y que de hecho, estén empeorando las expectativas. Y me empieza a preocupar que el del paro sea un problema más estructural que cíclico, con unas raíces anteriores a esta crisis. David Rosenberg lo argumentaba hace meses ya:
En los EUA hay 129.5 millones de personas trabajando, exactamente las mismas que había en 1999. El número de personas en edad laboral aumentó en estos años en 29 millones, todos peleando por el mismo número de puestos de trabajo, y eso a pesar de todo el endeudamiento del país y de los tipos de interés históricamente bajos.
Nancy Folbre, profesora de economía en la Universidad de Massachusetts, dice que el desempleo es una cifra discutible pero no lo es el número de puestos ocupados; lo ilustra con el juego de las sillas: suena la música, crece la población pero las sillas son las mismas. Y claro, los salarios y las condiciones laborales van a la baja ante tanta oferta. No parece sea un problema que se vaya a arreglar en unos meses precisamente. El único consuelo es para los hipotecados a tipo variable: las estadísticas históricas dicen que la FED no sube tipos tras una recesión hasta el séptimo mes de datos de empleo positivo y nadie cree que BCE mueva ficha hasta que no lo hagan ellos.
Si la semana pasada comenté que el efecto elecciones de Noviembre en los EUA podía ser un factor que impulsara a nuevos estímulos gubernamentales, Obama me dio la razón con un nuevo plan de gasto (que aún debe ser refrendado), que ha sido criticado hasta por la ministra Salgado a pesar de haber defendido esa postura hasta mayo de este mismo año. La verdad es que es el debate de moda, destacando Krugman –que además de ser premio Nobel, escribe un blog que esta semana se ha sabido es el más leído entre los económicos- por su postura a favor de gastar más y olvidarse del déficit. Parece una irresponsabilidad pero él lo defiende con ejemplos como el irlandés. Irlanda ha sido ejemplar en su iniciativa de austeridad: Los salarios del sector público cayeron un promedio del 13%, se subieron impuestos pero sin afectar a la actividad comercial, la población aceptó con resignación el ajustarse los cinturones y adaptarse a los tiempos difíciles (no hubo ningún disturbio callejero ni huelgas ni protestas). Resumiendo –defiende Krugman- Irlanda está haciendo exactamente lo que le dijeron que debía hacer, siguiendo el camino diseñado para Grecia, Portugal y España, con una disciplina admirable y desde hace mucho tiempo. Pero esta semana su riesgo país ha alcanzado máximos históricos, así como el diferencial de su deuda respecto al Bund alemán. Eso sí, he de decir que el motivo no tiene que ver con la austeridad sino con la decisión del gobierno de asumir las pésimas inversiones de sus bancos creando un “bad bank” y que por salvarles a ellos puede hacer caer a todo el país y reconozco que es triste que los mercados no reconozcan el esfuerzo de la población pero sinceramente creo que si no hubieran aplicado todas esas medidas, seguro la situación de los irlandeses sería peor.
En cuanto a los mercados, los máximos mensuales se fijaron el viernes poco después del dato de empleo americano, valorado positivamente sobre todo por las revisiones a mejor de datos anteriores y tras un lunes insípido por la fiesta en Wall Street y sin ninguna noticia que lo justificara, el martes el mercado volvió a las tendencias marcadas en Agosto: volumen bajo, subida del riesgo país de Irlanda y Portugal; compra de yenes y francos suizos y venta de euros; bolsas abajo; bajada de rentabilidad de los bonos norteamericanos y alemanes…pero el miércoles bolsas y bonos cambiaron de rumbo otra vez también sin motivo claro… Por cierto, justo el día en que Obama anuncia un gasto de 50 mil millones de $, es decir, que cuando el país con más deuda del mundo y con un déficit de dos cifras decide aumentar ambos desequilibrios, su divisa se fortalece. ¿Cómo vamos a pedir que el mercado sea justo con el esfuerzo irlandés con un comportamiento tan errático? Y si se comportara con lógica, recuerdo que esta semana el FMI ha declarado que el crecimiento económico en Europa y Estados Unidos probablemente se mantendrá débil, Weber de BCE ha recordado que la crisis no ha terminado y según la OCDE “la reactivación de la economía mundial podría ser “más lenta de lo previsto sin que por el momento quede claro si el actual estancamiento será duradero o temporal”…unas opiniones cualificadas que confirman en mi opinión el sentimiento mayoritario. Si al final aciertan y la visión más optimista respecto al futuro económico es de años de bajo crecimiento con un alto protagonismo de la deuda, los inversores no deberían olvidar la rentabilidad de la bolsa del país donde ese escenario lleva cumpliéndose dos décadas: Japón. Y a los que defienden que con los tipos de interés tan bajos lo más rentable es comprar acciones les recomiendo prudencia y un vistazo al gráfico del Nikkei y a sus tipos de interés. Y eso que Japón no ha tenido problemas con el desempleo.
Y respecto a la evolución de los mercados a corto plazo, os pego este interesante gráfico con lo que -por estadística del comportamiento en los últimos 36 años- le pasa a una inversión de 100 unidades durante el año en el Dax alemán, lo que refuerza mi consejo de prudencia para las próximas semanas:
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