Cuáles son las monedas que recomienda Nouriel Roubini frente a la crisis global

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Cuáles son las monedas que recomienda Nouriel Roubini frente a la crisis global

El "Dr. Catástrofe" asegura que más allá del oro, cuyo precio seguirá subiendo por la situación financiera global, hay ciertas divisas que presentan buenas perspectivas. Su pronóstico se basa en que Estados Unidos, Europa y Japón no están en condiciones de recuperarse en el mediano plazo


El profesor de la Universidad de Nueva York y conocido gurú que anticipó la crisis financiera, Nouriel Roubini, vaticinó que el dólar, el yen japonés y el franco suizo podrían convertirse en inversiones más rentables que el mismísimo oro, en caso de que la economía mundial cayera nuevamente en una recesión.

Para hacer este pronóstico, el experto considerá que Estados Unidos, Europa y Japón no experimentarán una rápida recuperación.

En una entrevista con Bloomberg, Roubini indicó que si, hubiese una doble recesión, se incrementaría la aversión al riesgo, lo que aumentaría la preferencia de los inversores por cierta clase de activos.

En este sentido, afirmó que el dorado metal sería uno de esos activos con mayor demanda; pero que el dólar, el yen japonés o el franco suizo tendrían, incluso, un mayor potencial por ser más líquidos.

No obstante, no descartó que el oro seguirá cotizando en ascenso, impulsado por la inflación y la percepción de riesgo de un colapso financiero global. Sin embargo, aclaró que esos factores, en la actualidad, han menguado en su incidencia dado que en las economías desarrolladas se advierte una posible deflación y, con respecto al segundo caso, la ayuda gubernamental también sirvió como paliativo para evitar futuras debacles.

Los mercados comienzan a darle la razón

Esta semana, la divisa helvética alcanzó máximos históricos frente al euro, llegando a pagarse a 1,2892 francos.

Se trata de un movimiento que viene marcado por la canalización de capitales, depósitos y ahorros hacia Suiza, dada su mejor coyuntura económica, según los analistas de UBS.

En tanto, el martes el euro caía de manera generalizada después de que se reavivaran las preocupaciones sobre el sector bancario europeo, lo que llevó a los inversores a vender monedas de alto riesgo.

En este escenario, el yen y el franco suizo trepaban apoyados en su atractivo como refugio, tras darse a conocer una noticia del diario Wall Street Journal que resaltó los defectos de las pruebas de resistencia a la banca europea de 2010, lo que avivó la aversión al riesgo.

Estos datos se difundieron luego de que la cámara bancaria alemana asegurara este lunes que los 10 mayores bancos del país podrían necesitar 105.000 millones de euros de capital adicional.

"Por el momento, la noticia sobre los bancos alemanes y las pruebas de resistencia pesarán sobre el apetito por el riesgo", señaló Sven Schubert, analista cambiario de Credit Suisse en Zurich.

Así, el euro caía cerca del 1% a un mínimo de la jornada de 1,27560, en un retroceso desde el máximo de 1,2920 del lunes, su nivel más alto en casi tres semanas.

"Hemos visto la corrección del euro desde junio hasta la región de los 1,30 dólares, y la gente se está preocupando sobre las noticias negativas del sector bancario de la zona euro en el tercer y cuarto trimestre", comentó Chris Turner, estratega cambiario de ING.

Frente al yen, la moneda única bajaba un 1,2% a 107,10 yenes. De esta forma, la divisa japonesa escalaba de forma generalizada, presionando al dólar a bajar un 0,3% a 83,72 yenes, cerca de un mínimo de 15 años de 83,58alcanzado el mes anterior.

La economía de EE.UU. se frenará a partir del segundo semestreEn un comentario atípicamente “optimista”, Roubini sostuvo que Estados Unidos no volverá a entrar en recesión. No obstante, indicó que el crecimiento del país se situará “por debajo del 1% durante varios años”.

Por otra parte, mirando el corto plazo, el “Dr. Catástrofe” reconoció que “el crecimiento de la economía estadounidense se reducirá durante la segunda mitad del año, al mismo tiempo que los vientos a favor, como los estímulos fiscales y los ajustes de inventarios, se convierten en vientos en contra”.

“El segundo semestre será particularmente débil debido a la finalización de los estímulos fiscales que apoyaron las ventas de automóviles o viviendas”, consideró.

Y afirmó: “Podemos tratar de evitar una recaída de la economía, pero la idea de que las regiones avanzadas, como Estados Unidos, Europa o Japón, vivirán una rápida recuperación es misión imposible”.

Adicionalmente, tras publicarse el Informe de Empleo correspondiente a agosto, reiteró que “las condiciones del mercado laboral estadounidense son muy débiles y seguirán siéndolo por el momento”.

En los próximos tres años, advirtió, “otros 5 millones de personas se unirán a la fuerza de trabajo del país y nadie cree que Estados Unidos sea capaz de crear tantos empleos”.

Vale tener presente que se crearon tan sólo 650.000 puestos durante los primeros siete meses de 2010, aproximadamente el mismo número que aquellos eliminados cada mes, durante la primera mitad del 2009.

El contraste entre la escasa creación trabajo este año y los 8,5 millones de empleos perdidos durante la recesión explica claramente por qué las encuestas indican que siete de cada diez personas creen que la economía sigue estancada en la recesión.

Hace unos días, Roubini hizo honor a su apodo pronosticando que el crecimiento de Estados Unidos en el tercer trimestre estará muy por debajo del 1%, frente al 1,6% que marcó entre abril y junio. Además, sostuvo que la probabilidad de que la primera economía del mundo caiga en una segunda recesión es del 40 por ciento.

“Con el crecimiento bien por debajo de ese porcentaje, los mercados de valores pueden corregir con fuerza mientras se amplían aún más los diferenciales de crédito e interbancarios y la aversión global al riesgo se incrementa de manera importante”, aclaró el experto.

En tanto, la Reserva Federal (FED) sugirió hace unos días la posibilidad de entrar en una segunda ronda del conocido como ‘quantitative easing’ o políticas de flexibilización monetaria para inyectar más fondos en la economía.

Pero para Roubini, esta medida sería totalmente inútil, en tanto y en cuanto la banca estadounidense no abra el grifo de los créditos. “Nos hemos quedado sin balas”.


“La clave está en el desapalancamiento de los distintos sectores y agentes que, va a primar al ahorro en detrimento del consumo”.

Sus palabras contrastan con las del presidente de la FED, Ben Bernanke, quien señaló que aún tiene todavía una serie de herramientas y estrategias si la situación económica empeora.

En este contexto, Roubini concluyó que Estados Unidos “nos va a provocar la sensación de que estamos atravesando por una nueva recesión”.

El grifo de los préstamos sigue cerrado
Así los hechos, los bancos se sientan sobre un exceso de reservas de u$s1 billón y rechazan prestar dinero aun cuando sólo ganan 25 puntos básicos sobre sus reservas.

La economía todavía se encuentra lejos de una deflación especuladora, con nuevas emisiones al estilo de Japón, aunque el riesgo de este resultado va en aumento.

Los últimos escritos de Bernanke sobre la política monetaria japonesa ("un caso de parálisis autoinducida") y ("helicóptero") permiten deducir, sin temor a errores, que la expansión cuantitativa está sobre la mesa.

El auténtico problema que afronta Estados Unidos es la necesidad de sanear sus balances, y esto exigirá un proceso de varios años de duración.

Independientemente del dibujo que adopte el crecimiento en los próximos trimestres, “todo parece indicar que EE.UU. debe prepararse para un largo período de crecimiento por debajo del potencial con las escasas herramientas eficaces de las que disponen las autoridades”, remarcó Roubini.

De la W a la raíz cuadrada inversa

El año pasado, el alfabeto de la recuperación se componía de tres letras: V, U y la terrible W. En los últimos días, el economista neoyorkino incorporó a las alternativas una nueva figura, algo así como la raíz cuadrada invertida.

“La mala noticia es que la V ya no forma parte de la lista”, ilustró la situación el Dr. Catástrofe.

Ante este panorama, la pregunta de rigor es qué forma asumirá la recuperación de su país y qué balas quedan en las cartucheras de los políticos para estimular la economía hasta que se llegue a una recuperación sostenida.

La realidad es que, en primer lugar, EE.UU. no está exactamente en una recuperación, lo que puede impedir que la economía caiga tanto como para contraerse de nuevo y mostrar lo que los analistas denominan descenso en W.

Desde luego, esto no se puede considerar como una buena noticia. A este ritmo de crecimiento y creación de empleo, se necesitarán unos cinco años para recuperar los que se perdieron durante la recesión, y todo esto mientras la nueva fuerza de trabajo no pueda ser absorbida por la economía.

Una reactivación aún no sostenible, emparejada con una política errónea (por ejemplo, la pronta retirada de las políticas monetarias muy relajadas) podrían tener como resultado otro lapso de contracción y podrían, también, alargar el período de crecimiento lento que tenemos ante nosotros.

En el caso de enfrentarse a una situación de "parada contracción corta-crecimiento lento", se podría decir que esta salida podría parecer algo así como una raíz cuadrada invertida”, consideró Roubini.

Ante este caso, el economista mostró su preocupación por la capacidad de las políticas para cambiar la situación.
 

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Hace un año, cuando la economía global se encontraba en caída libre, la FED podría haber reducido la tasa de interés, manejado déficit presupuestarios del 10%, garantizado la liquidez y ayudado a las instituciones financieras.
"Se dedicaron u$s10 billones al sistema financiero y, sin embargo, si se continúa adelante, las opciones son limitadas, ya que no se puede manejar un déficit presupuestario de un 15 o 20% y, políticamente, el consenso para cualquier estímulo adicional desapareció".
 
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