El Gobierno planea una enorme venta de los bosques británicos públicos con el objetivo de ingresar billones de libras que ayuden a reducir el déficit. Caroline Spelman, Secretaria de Medio Ambiente, anunciará en unos días el plan por el que se pretende vender hasta 2020 la mitad de las 748,000 hectáreas de bosques públicos.
La controvertida decisión permitirá una gran expansión de las residencias vacacionales, campos de golf, parques de aventura y asentamientos comerciales a lo largo de Gran Bretaña, una vez que la tierra sea vendida a compañías privadas.
La legislación que actualmente rige los ‘bosques antiguos’ como el de Dean o el de Sherwood será cambiada para dar a las empresas privadas el derecho de talar árboles. Estas leyes están incluidas en la Carta Magna de 1215. Algunos artículos son incluso anteriores.
Bosques público británicos en ventaLos grupos conservacionistas instaron a los ministros a asegurarse de que los ciudadanos podrán seguir disfrutando de los paisajes tras la privatización, cediendo algunas zonas a grupos comunitarios u organizaciones caritativas. Sin embargo, vastas extensiones de bosques serán vendidas para que el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra) ahorre de forma masiva, tal y como demanda la Spending Review (plan de reducción de gasto público para reducir el déficit público).
Fuentes gubernamentales afirman que un tercio de la tierra será privatizada antes del fin del periodo cubierto por la Spending Review, entre 2011 y 2015, mientras el resto se espera que sea vendida antes de 2020.
Según una fuente cercana al Defra, “estamos buscando revitalizar nuestros bosques trayendo nuevas ideas e inversiones y poniendo la conservación en manos de las comunidades locales”.
Los sindicatos han prometido luchar contra el plan de venta. Defra es uno de los departamentos gubernamentales pero parados por la Spending Review, con la secretaria Spelman perdiendo alrededor del 30 por ciento de su actual presupuesto de 2,9 billones de libras anuales en 2015.
La Comisión Forestal, cuyas tierras fueron valoradas en 1990 en 2,5 billones de libras, era uno de los organismos autónomos que inicialmente iba a ser incluido en la lista de eliminados del Gobierno. Sin embargo, cuando se hizo pública la relación definitiva a principios de este mes, la Comisión estaba oficialmente señalada como ‘continúa y será sustanciamente reformada; los detalles serán confirmados por Defra al final del otoño como parte de la estrategia del gobierno respecto al espacio forestal en Inglaterra”.
Según un portavoz del National Trust: “Potencialmente esta es una oportunidad. Dependería de qué mitad de la tierra venden, si es valorable en términos de naturaleza, conservación y paisajismo, o de valor comercial en términos de tala comercial”. Y continúa: “Seremos estrictamente pragmáticos, estudiando cada venta caso a caso, asegurándonos de que la tierra vaya a las organizaciones apropiadas para cada ubicación, y estando seguros de que el público pueda seguir disfrutando de la tierra”.
Mark Avery, director de conseración de la Royal Society for the Protection of Birds (RBSP) dijo: “Puedes entender por qué este gobierno se preguntaría ‘por qué el estado necesita tener a su cargo el cuidado de los árboles’, porque hay mucha gente que se gana la vida con el cuidado de los árboles. Pero la Comisión Forestal hace mucho más que eso. Mucho de su trabajo es para cuidar la naturaleza y los paisajes”.
“Estaríamos bastante tranquilos respecto a la idea de algunas privatizaciones, pero no si se hacen ventas erróneas como los bosques de Dean o Sherwood, que tienen un increíble valor de biodiversidad y no deberían ser vendidos. Miraremos muy cuidadosamente el plan. Sería posible vender el 50% si se hace del modo correcto”.
Los detalles de la estrategia gubernamental respecto a los bosques se harán públicos al final del otoño. Un portavoz de Defra afirma que “nos aseguraremos de que los bosques tengan gran protagonismo en nuestros esfuerzos para combatir el cambio climático, protegiendo el medio ambiente y mejorando la biodiversidad, aportando espacios verdes para el entretenimiento, además de buscar oportunidades para sostener la modernización y el crecimiento en el sector forestal.”
Allan MacKenzie, secretaria de las Forestry Commission Trade Unions afirma que “nos oponemos a cualquier venta de tierra. Una vez que se vende, nunca volverá. Cuando se privaticen, las restricciones llegarán a la tierra lo que significa que el público no tendrá el mismo acceso del modo en que ahora lo tiene en el sistema público. El sistema actual permite que una enorme cantidad de gente disfrute de los bosques y se sienta dueña de ellos. Es parte integral de la sociedad”.
En 1992, el gobierno conservador de John Major, también en busca de ingresar dinero en plena recesión, desarrolló planes para privatizar tierras públicas, desde extensas plantaciones de coníferas hasta pequeños parques vecinales.
John Gummer, entonces ministro de agricultura, escribió a sus colegas de gabinete diciendo que el quería recaudar dinero y dejar los bosques fuera del sector privado. Major respaldaba la venta, que habría reportado, se esperaba, un billón de libras.
Sin embargo, el plan fue abandonado después tras un estudio desarrollado por funcionarios del Estado en medio de una amplia oposición pública.