Hilo Ecología

estrangulamiento petroleo economia

Que dos grandes gigantes tengan tanta dependencia de los combustibles fósiles y que sean dos grandes contaminadores, con un muy excaso respeto medioambiental (me gustaria ver los requesimientos medioambientales de Chuina, supongo que los mismos que en la España industrial de los 50-60-70) da que pensar y evidencia que nos acercamos a un cambio global, no climàtico, si no de que estos dos paises se van a dar una torta sin precedentes.

El petroleo no se acabará en esta decada pero se encarecerá lo suficiente para acabar estrangulando a estos dos gigantes.

Cada vez estoy más convencido que la apuesta correcta es en el camino de las renovables y coches hibridos o electricos. Y encima el riesgo es muy bajo para nosotros ya que no somos productores de petroleo, por lo que si nos equivocasemos en esta apuesta tampoco se perderia mucho.

Las nucelares lo dejaremos para otro dia.
 

madroño

Well-Known Member
en el hilo de energías pegué un artículo sobre las nucleares por si no lo has visto que aporta otro punto de vista más de "psicología de masas"
http://www.euribor.com.es/foro/bolsa/3812-las-fuentes-de-energia-y-su-precio-14.html#post83703
La nuclear tiene también sus limitaciones y su particular PEAK de Uranio, hoy en dia se tira principalmente del desmontaje de las armas nucleares, para compensar la falta de producción de las minas de uranio y el uranio enriquecido, la nuclear de fisión actual (fisión lenta de neutrones) no es ninguna panacea, su gran esperanza los breeders(reactores IV generación ó de fisión rapida de neutrones) sigue siendo muy insegura y carísima, la nuclear solo es un complemento en el mix energético y ese articulo sobre las bombas de Hirosima y Nagasaki, que són dos bombas con muy pocos megatones con respecto a la actualidad, no es muy clarificador.
 

madroño

Well-Known Member
Cada vez estoy más convencido que la apuesta correcta es en el camino de las renovables y coches hibridos o electricos.

Los coches hibridos y electricos, siguen teniendo el gran handicap, de los medios de almacenamiento de energía, se siguen empleando baterias de niquel-cadmio e ión litio, vamos una baterías que disminuyen mucho su capacidad de carga en perdiodos cortos de tiempo, no hay más que ver los dispositivos electrónicos (moviles, portatiles,pda,etc,etc) y cual es su muerte.

En cuanto a los hybridos actuales, mientras tengas que usar el motor de combustión interna para recargar las baterias y mover el vehiculo, en carretera no les veo ninguna ventaja , más bién al contrario, penalizan en peso y encima también tienen el handicap del agotamiento de las baterias, en ciudad puden aprovechar algo más las frenadas para recargar energía

Una opción podría ser, el producir hidrogeno en horas valle de produción de energía eléctrica y de aprovechar los picos eólicos en dias de viento.

Creo que le queda recorrido tecnológico, sobre todo al sistema de almacenamiento de energía.
 
madroño, totalmente de acuerdo en que le queda un largo recorrido, pero cuanto más ventajas tengas al principio, antes podras llegar a la meta. Hacen falta muchisimos avances ¿pero es que esos avances no se han dado también en el motor de combustión?

Es una tecnologia en pañales que aun tiene que desarrollarse. Y estoy de acuerdo en que es importantisimo el sistema de almacenaje de la energia. Pero yo lo veo como una oportunidad, en vez de como una desventaja.

Sobre el tema de relacionar el cancer de las bombas atomicas, que quereis que os diga, es como querer relacionar el plomo de las balas con los muertos de cancer. Si te dan variso disparos es más fácil que mueras por las balas recibidas que por el cancer producido por ingesta de plomo.

La mayoria de la gente que sufrio los ataques nucleares simplemente se murió, al momento o al poco tiempo.

En Palomares, (unico referente que tengo de la mano con caida de bomba y perdida de radiación) retirarón todas las tierras más contaminadas, llevandoselas vaya usted a saber donde, taparon (en principio con una losa de hormigón) las zonas con menos radiación y asi y todo hay una leyenda negra "sobre los muertos con cancer de la zona".

En Chernobil, pocos van a morir con cancer.........simplemente es que no vive nadie en esa zona, ya que la radiación sigue con niveles muy altos.

Me parece una conclusión muy simplista e interesada la del articulo.
 

droblo

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¿Si una empresa farmacéutica crea un medicamento a partir de un árbol de la Amazonia, debe compensar a la comunidad que descubrió las propiedades de la planta? ¿Quién debe afrontar el costo de preservar los ecosistemas?

Estamos próximos a un punto sin retorno, en el que la pérdida de biodiversidad será irreversible y podemos llegar a ese punto en diez años

Éstas son algunas de las preguntas que deberán responder representantes de más de 190 países reunidos a partir de este lunes en Nagoya, Japón, en la Cumbre de Biodiversidad.

El objetivo del encuentro es combatir el alarmante ritmo de destrucción de la naturaleza y buscar formas innovadoras de financiar su preservación.

Además de fijar nuevas metas para la protección de especies y ecosistemas, la cumbre discutirá un protocolo tan vital como polémico, que busca regular el acceso a los recursos genéticos de las plantas y cómo se reparten los beneficios derivados de ellas.

Los países signatarios de la Convención de Biodiversidad llegan a Nagoya en momentos en que el ritmo de pérdida de especies es 1.000 veces superior al considerado natural, según los expertos.

QUÉ SE DEBATE EN LA CUMBRE
•Metas para proteger especies para 2020
•Protocolo sobre acceso a plantas y reparto de beneficios
•Cómo financiar la conservación

"Estamos próximos a un punto sin retorno, en el que la pérdida de la biodiversidad será irreversible y podemos llegar a ese punto en diez años si no actuamos", advirtió el primer ministro de Japón, Ryo Matsumoto, al inaugurar el encuentro.

Lo que está en juego no es sólo la desaparición de plantas o animales. Por primera vez este año varios informes dejaron en claro que si no se detiene el actual ritmo de destrucción de la biodiversidad, ello tendrá consecuencias catastróficas para la economía mundial.

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/10/101018_biodiversidad_cumbre_am.shtml
 
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En este año, declarado Año Internacional de la Diversidad Biológica por las Naciones Unidas y en el que se celebrará la reunión del Convenio sobre la Diversidad Biológica en el Japón, está claro que las amenazas al medio ambiente que afrontamos son muy graves y van en aumento y que nunca había sido tan urgente la necesidad de actuar.

Nuestras vidas y las de todos los demás seres vivos de este planeta forman parte de la diversidad biológica y dependen de ella. Dicho de forma sencilla, la diversidad biológica es la trama de la vida, compuesta por todos los organismos que encontramos en todos los hábitats, desde los peces de los océanos profundos hasta las aves de los bosques tropicales y todo lo que se encuentra entre medias.

La diversidad de plantas y hongos forma parte de la base misma de la diversidad biológica y de ellos dependen todas las demás formas de vida. Las plantas absorben el dióxido de carbono y producen oxígeno, con lo que proporcionan el aire que respiramos y contribuyen a regular el clima. Brindan alimentos, medicinas, combustibles, abrigos, agua potable y suelos fértiles. La diversidad vegetal nos mantiene ahora y en el futuro nos permitirá adaptarnos, innovar y en última instancia sobrevivir.

Y, aun así, pese a nuestra dependencia de ese increíble patrimonio natural para nuestras vidas y bienestar y los de las generaciones futuras, estamos despilfarrándolo a un ritmo sin precedentes. Nuestra generación afronta una pérdida de diversidad biológica en gran escala. Las extinciones de especies están produciéndose a un ritmo mucho mayor que el ciclo natural, en gran medida a causa de la destrucción de hábitats causada por actividades humanas, como, por ejemplo, la desforestación y el desmonte de tierras. Está demostrado que el cambio climático acelerará esa pérdida.

Pero hay esperanza en medio de las tinieblas. De hecho, no existe una razón técnica por la que una especie deba acabar extinguiéndose y se están consiguiendo grandes logros en la protección de la diversidad biológica. Por ejemplo, científicos y conservacionistas de todo el mundo están colaborando en proyectos, como, por ejemplo, la asociación Banco de Semillas del Milenio, fundada y coordinada por los Reales Jardines Botánicos de Kew. Dicha asociación de más de 100 instituciones en más de 50 países ya ha conservado el 10 por ciento de las especies vegetales del mundo y está trabajando con miras a conservar el 25 por ciento, centrándose en las que son escasas, están amenazadas y son útiles.

Lo que hace falta ahora es voluntad política y recursos financieros para sostener esa labor. La importante reunión del Convenio sobre la Diversidad Biológica que va a celebrarse en Nagoya (Japón) del 18 al 29 de diciembre es una oportunidad a ese respecto y en Kew abrigamos la esperanza de lograr resultados positivos en materia de acuerdos internacionales en los decisivos sectores de la conservación y la utilización de la diversidad biológica, el acceso a ella y el reparto de sus beneficios de forma sostenible.

Entretanto, en el nivel nacional, es esencial que la conservación de la diversidad biológica pase a formar parte integral de las políticas gubernamentales y los procedimientos de gestión sostenible en todo el mundo. Para calibrar la mitigación de la pobreza, fundamental para los objetivos de desarrollo del Milenio, se recurre en gran medida al PIB, pero se debe incluir la gestión sostenible del capital natural, del que depende la salud económica.

En efecto, no debemos olvidar los infinitos beneficios espirituales y recreativos que el mundo natural ofrece a las poblaciones y las culturas de todas partes. Se trata de un componente del bienestar humano que no se puede calibrar exclusivamente con el PIB.

Se ha afirmado que gran parte de la pérdida de la diversidad biológica ha sido consecuencia de la falta de comprensión de su verdadero valor. Dos iniciativas importantes están poniendo de relieve el valor de nuestro capital natural: el estudio respaldado por las Naciones Unidas, “La economía de los ecosistemas y de la diversidad biológica”, y el Programa de las Naciones Unidas de reducción de las emisiones debidas a la desforestación y la degradación forestal en los países en desarrollo (REED+). Una vez que se entienda el verdadero valor de nuestros recursos naturales, en lugar de darlo por sentado, como si fuera una reserva infinitamente disponible, se reconocerá mejor la importancia decisiva de la conservación de la diversidad biológica.

Los programas eficaces de conservación se basan en conocimientos científicos sólidos. Así, pues, la adelantada labor de Kew para la comprensión y la conservación de plantas de todo el mundo es un pilar fundamental en la lucha contra la pérdida de la diversidad biológica. Sus colecciones albergan algunos de los mayores y más completos archivos de la diversidad vegetal del mundo y son un punto de referencia mundial para la investigación.

Una comprensión profunda de la ciencia botánica es esencial para planificar y ejecutar los proyectos de conservación. La reciente labor de Kew con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el Museo de Historia Natural y la Sociedad Zoológica de Londres para crear un muestrario de la Lista Roja de plantas ha revelado por primera vez que una de cada cinco especies de plantas del mundo está amenazada de extinción.

A consecuencia de ello, ahora tenemos una base de comparación para calibrar los avances en materia de conservación de las plantas de todo el mundo. Tenemos los conocimientos, los expertos y las asociaciones para lograr una diferencia positiva y muy real en materia de conservación de la diversidad biológica a escala mundial y acogemos con beneplácito el apoyo de todos los sectores de la sociedad para que nos ayuden a lograrlo.

La diversidad biológica es esencial para nuestra salud, riqueza y bienestar y ahora tenemos la capacidad para detener su destrucción e invertir la tendencia. Se trata, sencillamente, de una cuestión de prioridades. Comprometer la voluntad política y una pequeña fracción de los recursos financieros del mundo con la diversidad biológica y las investigaciones científicas que la sostienen aportaría beneficios indispensables a largo plazo, incluido un planeta sano para nuestros hijos. Ha llegado el momento de comenzar.

Stephen Hopper es director de los Reales Jardines Botánicos de Kew.
 

madroño

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El gobierno británico planea privatizar la mitad de sus bosques


El Gobierno planea una enorme venta de los bosques británicos públicos con el objetivo de ingresar billones de libras que ayuden a reducir el déficit. Caroline Spelman, Secretaria de Medio Ambiente, anunciará en unos días el plan por el que se pretende vender hasta 2020 la mitad de las 748,000 hectáreas de bosques públicos.

La controvertida decisión permitirá una gran expansión de las residencias vacacionales, campos de golf, parques de aventura y asentamientos comerciales a lo largo de Gran Bretaña, una vez que la tierra sea vendida a compañías privadas.



La legislación que actualmente rige los ‘bosques antiguos’ como el de Dean o el de Sherwood será cambiada para dar a las empresas privadas el derecho de talar árboles. Estas leyes están incluidas en la Carta Magna de 1215. Algunos artículos son incluso anteriores.

Bosques público británicos en ventaLos grupos conservacionistas instaron a los ministros a asegurarse de que los ciudadanos podrán seguir disfrutando de los paisajes tras la privatización, cediendo algunas zonas a grupos comunitarios u organizaciones caritativas. Sin embargo, vastas extensiones de bosques serán vendidas para que el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra) ahorre de forma masiva, tal y como demanda la Spending Review (plan de reducción de gasto público para reducir el déficit público).

Fuentes gubernamentales afirman que un tercio de la tierra será privatizada antes del fin del periodo cubierto por la Spending Review, entre 2011 y 2015, mientras el resto se espera que sea vendida antes de 2020.

Según una fuente cercana al Defra, “estamos buscando revitalizar nuestros bosques trayendo nuevas ideas e inversiones y poniendo la conservación en manos de las comunidades locales”.

Los sindicatos han prometido luchar contra el plan de venta. Defra es uno de los departamentos gubernamentales pero parados por la Spending Review, con la secretaria Spelman perdiendo alrededor del 30 por ciento de su actual presupuesto de 2,9 billones de libras anuales en 2015.

La Comisión Forestal, cuyas tierras fueron valoradas en 1990 en 2,5 billones de libras, era uno de los organismos autónomos que inicialmente iba a ser incluido en la lista de eliminados del Gobierno. Sin embargo, cuando se hizo pública la relación definitiva a principios de este mes, la Comisión estaba oficialmente señalada como ‘continúa y será sustanciamente reformada; los detalles serán confirmados por Defra al final del otoño como parte de la estrategia del gobierno respecto al espacio forestal en Inglaterra”.

Según un portavoz del National Trust: “Potencialmente esta es una oportunidad. Dependería de qué mitad de la tierra venden, si es valorable en términos de naturaleza, conservación y paisajismo, o de valor comercial en términos de tala comercial”. Y continúa: “Seremos estrictamente pragmáticos, estudiando cada venta caso a caso, asegurándonos de que la tierra vaya a las organizaciones apropiadas para cada ubicación, y estando seguros de que el público pueda seguir disfrutando de la tierra”.

Mark Avery, director de conseración de la Royal Society for the Protection of Birds (RBSP) dijo: “Puedes entender por qué este gobierno se preguntaría ‘por qué el estado necesita tener a su cargo el cuidado de los árboles’, porque hay mucha gente que se gana la vida con el cuidado de los árboles. Pero la Comisión Forestal hace mucho más que eso. Mucho de su trabajo es para cuidar la naturaleza y los paisajes”.

“Estaríamos bastante tranquilos respecto a la idea de algunas privatizaciones, pero no si se hacen ventas erróneas como los bosques de Dean o Sherwood, que tienen un increíble valor de biodiversidad y no deberían ser vendidos. Miraremos muy cuidadosamente el plan. Sería posible vender el 50% si se hace del modo correcto”.

Los detalles de la estrategia gubernamental respecto a los bosques se harán públicos al final del otoño. Un portavoz de Defra afirma que “nos aseguraremos de que los bosques tengan gran protagonismo en nuestros esfuerzos para combatir el cambio climático, protegiendo el medio ambiente y mejorando la biodiversidad, aportando espacios verdes para el entretenimiento, además de buscar oportunidades para sostener la modernización y el crecimiento en el sector forestal.”

Allan MacKenzie, secretaria de las Forestry Commission Trade Unions afirma que “nos oponemos a cualquier venta de tierra. Una vez que se vende, nunca volverá. Cuando se privaticen, las restricciones llegarán a la tierra lo que significa que el público no tendrá el mismo acceso del modo en que ahora lo tiene en el sistema público. El sistema actual permite que una enorme cantidad de gente disfrute de los bosques y se sienta dueña de ellos. Es parte integral de la sociedad”.

En 1992, el gobierno conservador de John Major, también en busca de ingresar dinero en plena recesión, desarrolló planes para privatizar tierras públicas, desde extensas plantaciones de coníferas hasta pequeños parques vecinales.

John Gummer, entonces ministro de agricultura, escribió a sus colegas de gabinete diciendo que el quería recaudar dinero y dejar los bosques fuera del sector privado. Major respaldaba la venta, que habría reportado, se esperaba, un billón de libras.

Sin embargo, el plan fue abandonado después tras un estudio desarrollado por funcionarios del Estado en medio de una amplia oposición pública.
 

Pasaba por aqui

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El mejor año hidrológico desde la década de los 70
La Confederación hizo ayer balance de 2009/2010 y dice que la bonanza ha permitido cerrar los pozos de sequía



Para ver un río Segura con tanta agua hay que remontarse hasta la década de los años 70. Así lo aseguró ayer la Confederación Hidrográfica tras la reunión en la que hizo balance del último año hídrico que ha permitido, "regenerar el río, cerrar los pozos y mantener las reservas de los embalses en espera de nuevas sequías".
En total, la cuenca del Segura ha recibido en el último año hidrológico 650 hectómetros cúbicos tras iniciarlo con 165 hm3 -114 más que el año anterior-. La abundancia de lluvias y nevadas en las zonas de cabecera ha permitido cerrar los pozos de sequía, acabar con las restricciones de riego, regenerar el caudal ecológico y mantener unas reservas en los embalses que serán vitales para realizar una gestión hiperanual.
Los miembros de la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) conocieron ayer estos datos y los presupuestos. En 2009 fue de 98 millones de euros, alcanzando el capítulo de inversiones (las obras y estudios que el organismo de cuenca lleva a cabo para la puesta en marcha o reparación de infraestructuras) los 65 millones de euros, con una ejecución del 93%, inversiones que incluyen las previstas en el Plan E que han sido ejecutadas por el organismo de cuenca. En cuanto al ejercicio 2010, dada la situación actual de crisis económica, se informó a la junta que los objetivos de la CHS son priorizar aquellas inversiones necesarias para la seguridad y mantenimiento de las infraestructuras hídricas así como las de protección y vigilancia del dominio público hidráulico.

Cautelosos
En estos momentos hay embalsados 500 hm3, aunque "debemos ser cautelosos y actuar con prudencia ante el comportamiento cíclico de los periodos de sequía, lo que nos permitirá continuar con la gestión escrupulosa del organismo de cuenca que tan efectiva ha sido en estos años de sequía", explican desde la Confederación.
En cuanto a los recursos del trasvase del Tajo, también se ha normalizado la situación de cabecera, de tal suerte que, a partir de julio la Comisión de Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura ha autorizado los desembalses necesarios para atender las necesidades reales de consumo de agua de los regadíos acordes con el Plan Hidrológico de Cuenca y, como novedad para todo el semestre de julio a diciembre de 2010
 

droblo

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La demanda de energía eléctrica ha vuelto a tomar brío. En el mes de octubre se situó en 20.385 GWh, lo que supuso un incremento del 3 por 100 respecto al mismo periodo de 2009 y un 0,4 por 100 de crecimiento de la demanda bruta, según el boletín publicado hoy por Red Eléctrica de España (REE).
Muy poco "ecológico" nuestro consumo eléctrico
 

Pasaba por aqui

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Roland Clift, experto en ecología industrial; miembro del Consejo Asesor del Reino Unido:”Si quiere ser ecológico: camisas de nailon”
Tengo 67 años. Nací y vivo cerca de Londres. Tengo pasaporte canadiense y británico. Vivo con mi mujer, mi loro y mi nieto (13). El sistema político en Europa ha fracasado, sufrimos la deficiencia democrática. Me gusta la disciplina budista, pero lo de la reencarnación me cuesta
Despachaba usted con la reina…
Sí, los miembros de la comisión real para el Medio Ambiente están elegidos por la reina.
¿Preparó algún informe memorable?
Uno que hice hace diez años que la convenció, y ella al gobierno, de tomarse en serio el cambio climático. Lo que propusimos se hizo política en dos años, ¡un milagro!, porque el problema de los políticos en Gran Bretaña es que hablan mucho pero no actúan.
Creo que es un problema planetario.
Con voluntad política podríamos tener un mundo mucho más sostenible.
¿Cuál es su modelo?
La naturaleza. La industria debe funcionar como un ecosistema en el que los recursos que una empresa deseche los utilice otra, de manera que al final el residuo sea cero.
Todo se aprovecha, como en el bosque.
Exacto, se llama ecología industrial.
¿Es sólo teoría o hay práctica?
Hace veinte años, Dinamarca montó el primer polígono industrial donde cada empresa utiliza el residuo de la otra y sólo se admiten empresas simbióticas con ese ecosistema industrial. Los grandes polígonos petroquímicos han crecido con ese concepto: convertir los residuos en recursos. Si a una empresa le sobra calor, se instala otra al lado que funcione con ese calor.
¿Y más allá de las buenas intenciones?
En la asociación Fenix luchamos para que los estados legislen de manera que sólo se admitan nuevas especies industriales que sean simbióticas con su entorno.
Con la cuestión del biocombustible no le han hecho mucho caso.
¡El biocombustible es un fraude que muestra cómo fracasa la política al no tener en cuenta las evidencias científicas! En el Reino Unido la política de biocombustible fue introducida sin ni siquiera preguntar lo que significaba para el uso del suelo.
… Quemar toneladas de vida verde.
Para cubrir el objetivo europeo de consumo de biocombustible para el transporte necesitaríamos el 60% de la tierra destinada a agricultura en Europa.
Pero eso no les importa, porque de la producción se encargan los países pobres.
Sí, Malasia, Indonesia…, donde se están quemando bosques enteros para cultivar aceite de palma. Las consecuencias son desastrosas, pero aquí lo único que queremos preservar es nuestra comodidad y la libertad de viajar a cualquier costo. El sector aéreo, con planes de desarrollo en todo el mundo, es uno de los que más contaminan, y cuenta con el uso de biocombustible.
Habrá que viajar menos en avión, así que sólo lo harán los ricos.
Menos vuelos, seguro, pero se pueden racionar: tantos vuelos por persona y año, y el que no los usa los vende, en la misma línea que el intercambio de emisiones en Europa.
Un futuro incierto.
Diferente. Creo que se controlarán las emisiones directas de cada persona y también las indirectas. Por ejemplo: ¿me compro una camisa de nailon o de algodón?
Yo prefiero el algodón.
Para obtener una tonelada de algodón se necesitan cientos de toneladas de agua y grandes emisiones de CO2 . Para el medio ambiente, una camisa de algodón es bastante peor que una de viscosa, pero el consumidor no lo tiene en cuenta.
… Sufrimos de empanada informativa.
Pronto verá ecoetiquetas que le informarán de la huella de carbono, el impacto del producto sobre el cambio climático.
Y me subirán el precio del algodón.
En la reforma de impuestos ecológicos, cuanto más emites, más pagas y más gravas el producto, sí. La tendencia en Europa será comprar mejor calidad aunque cueste más; por ejemplo, un traje hecho a mano como el que llevo, que dura mucho tiempo y por lo tanto tiene menor impacto ambiental.
Viva las chaquetas roídas, de acuerdo.
Hasta ahora sólo nos fijábamos en las emisiones directas, pero hay que fijarse sobre todo en las indirectas. El ciclo de vida de un producto empieza con la extracción de materias primas, la fabricación, el transporte, la distribución, el uso que le da el comprador y después el impacto del residuo.
En el 2018, adiós a las bolsas de plástico.
Todos los estudios demuestran que las bolsas de plástico contaminan menos que las de papel y las biodegradables, lo que pasa es que es políticamente incorrecto decirlo porque a la opinión pública le parece que no.
Deje tranquila a la opinión pública, los ciudadanos somos bastante obedientes.
De acuerdo, pues es un error político. Y las emisiones de CO2 para la producción de las bolsas biodegradables son enormes, y producen lluvia ácida debido a los compuestos amoniacales. Sigue siendo mejor el plástico.
¿Ve cómo nos vuelven locos…?
El usar y tirar se ha acabado. Hay que mirar el residuo como parte de la economía.
Ya nadie te arregla la plancha.
El gobierno puede cambiar el mercado: en lugar de recaudar sobre la fuerza laboral, hay que poner impuestos sobre el uso de recursos naturales y de emisiones, así conseguiremos que pueda arreglar su plancha.
Se impone el reciclaje.
Sí, y va a ser inevitable en la industria, porque hay ciertos metales clave que ya son muy escasos, como el platino: los fabricantes ya no lo venden, lo alquilan, hay que devolvérselo al final de su vida útil.
Clift y los tomates
Presidente de la Asociación Internacional de Ecología Industrial y miembro durante años de la comisión real para el Medio Ambiente, ha pasado por Barcelona para participar en el congreso de inteligencia ecológica que organiza el grupo de investigación en gestión ambiental de la UPF. Nos enzarzamos en una discusión sobre si en Gran Bretaña se deben consumir tomates británicos o españoles: unos requieren calefacción; los otros, viajar. Así descubro que debe de ser el único británico que no critica al príncipe Carlos: “Está intentando volver a la comida local; tiene muy mala prensa pero sabe lo que hace”; y que averiguar qué producto respeta el medio ambiente y cuál no es un largo proceso.
Fuente: la vanguardia
 
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droblo

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El 1 de noviembre, un equipo de por lo menos 35 expertos lanzarán una operación para inspeccionar un emplazamiento de ensayos nucleares simulados cerca del mar Muerto, en Jordania: un paso adelante para completar el sistema de verificación mundial del Tratado de prohibición completa de los ensayos nucleares (TPCE).

Después, el 12 de noviembre, los premios Nobel de la Paz celebrarán una cumbre en Hiroshima para hacer hincapié en la prioridad del desarme nuclear y afirmar su compromiso de promoverlo.

También está en marcha una infinidad de otras iniciativas internacionales que reflejan una revolución más amplia en las opiniones sobre las armas nucleares: una revolución digna de beneplácito y que era necesaria desde hacía mucho.

Al fin y al cabo, pese a lo mucho que se habló del desarme nuclear, cuando la Guerra Fría acabó hace veinte años, siguen existiendo más de 20.000 de esas armas, muchas de ellas en estado de máxima alerta y cada una de ellas mucho mayor que las que devastaron Hiroshima y Nagasaki en 1945. Nueve son los países de los que se sabe o se cree que cuentan con ellas y todos ellos las están perfeccionando de diversas formas.

Digámoslo claramente: la existencia misma de esas armas agrava tres amenazas nucleares mundiales: la de los arsenales existentes (accidentes, errores de cálculo, utilización no autorizada o utilización deliberada), la de su proliferación a otros Estados y la de su adquisición por terroristas.

Pero ahora está surgiendo un consenso mundial, en el sentido de que esas armas son irrelevantes para abordar las amenazas que están surgiendo, de que es imposible utilizarlas sin violar la legislación humanitaria internacional y de que son un motivo de proliferación y amenazas terroristas y un despilfarro de dinero y talento científico.

Eso explica por qué vemos nuevas peticiones de que se inicien negociaciones de buena fe sobre el desarme nuclear, como hace mucho que exigió el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares. El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha argumentado convincentemente la necesidad de que se empiece a trabajar en la preparación de una convención sobre las armas nucleares o un marco de acuerdos por separado que den como resultado una prohibición mundial.

Incluso los dirigentes de los Estados que cuentan con armas nucleares apoyan ahora oficialmente el objetivo del desarme nuclear mundial. A ellos se suman ex estadistas, parlamentos nacionales y organizaciones regionales, alcaldes, expertos militares retirados, organizaciones de mujeres, activistas en pro de los derechos humanos, ecologistas e infinidad de otros grupos a escala mundial.

Sí, el desarme nuclear se ha popularizado. Ahora ya está en boca de todo el mundo: un tema idóneo para que incluso los realistas acérrimos lo consideren posible y no lo vean sólo como una causa promovida por grupos pacifistas.

Creemos que ese impulso es absolutamente decisivo para la paz y la seguridad internacionales y hay muchas formas de intensificarlo. No cabe duda de que, para lograr el desarme nuclear mundial, harán falta nuevas obligaciones para todos los Estados, nucleares o no. Dicho con toda claridad: se debe lograr que el desarme forme parte del Estado de derecho. Los compromisos en esa delicada esfera deben ser irreversibles y estar sujetos a una verificación estricta.

Se trata de tareas que no se pueden llevar a cabo unilateralmente: la cooperación multilateral es indispensable. Naturalmente, se pueden lograr algunos avances en materia de tratados por parte de pequeños grupos de Estados, en particular los que cuentan con los mayores arsenales nucleares: la Federación de Rusia y los Estados Unidos. Una pronta ratificación del Tratado START entre Estados Unidos y Rusia sería un paso en la dirección adecuada.

Sin embargo, otros avances del Estado de derecho en materia de desarme nuclear requerirán la cooperación a escala mundial. Uno de los acontecimientos más importantes al respecto y que debería haberse producido hace mucho es la entrada en vigor del TPCE, que ilegalizará todas las explosiones nucleares, independientemente de sus proporciones, situación o propósito declarado.

La idea de ilegalizar dichos ensayos fue lanzada por primera vez en 1954 por el Primer Ministro de la India Jawaharlal Nehru, que situó su propuesta en el marco de un avance más amplio hacia el desarme nuclear, exactamente como estamos haciendo actualmente. Ahora 182 Estados han subscrito el TPCE, que entrará en vigor después de que lo ratifiquen nueve más: China. Egipto, la India, el Irán, Israel, Corea del Norte, el Pakistán y los Estados Unidos, mientras que Indonesia ha anunciado que pronto lo hará.

Esa prohibición de los ensayos nucleares irá respaldada por un régimen de verificación que abarcará todo el planeta. Incluso hoy, gracias a una diversidad de medios complejos, podemos detectar ensayos muy pequeños en lugares remotos. Además, el tratado es equitativo: establece los mismos derechos y deberes para todas las partes. Establece una nueva norma para las obligaciones que impone el tratado sobre armas nucleares y su verificación.

El TPCE es necesario por el papel que desempeñan los ensayos nucleares en el desarrollo y el perfeccionamiento de las armas nucleares. Dichos ensayos son también símbolos políticos que están fuera de lugar en un mundo decidido a eliminar esas aborrecibles armas de destrucción en gran escala. Respecto de una cuestión tan importante, las promesas voluntarias de no hacer ensayos no son, sencillamente, suficientes.

Se necesitan también otros tratados, en particular uno que ilegalice la producción de materiales fisibles para su utilización en las armas nucleares. Creemos que los Estados no nucleares merecen también garantías jurídicamente vinculantes contra la amenaza o la utilización de armas nucleares. Además, tiene sentido intentar la consecución de otros tratados para ilegalizar las armas en el espacio, establecer normas acordadas para la defensa contra los cohetes y garantizar el mantenimiento seguro de los materiales y las tecnologías nucleares.

Esas medidas, en conjunto, nos harán avanzar mucho por la vía hacia un mundo sin armas nucleares, no como un acto de fe, sino como una inversión prudente en la paz y la seguridad de todos los pueblos. Probablemente sería el mayor legado que podríamos dejar a las generaciones futuras.
 
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La solución al cambio climático creado por el hombre depende de la transición a una producción de electricidad que, a diferencia de quemar petróleo, gas natural y carbón, emita nada o casi nada de dióxido de carbono, gas de invernadero que es el principal responsable del calentamiento global. Es posible producir electricidad de bajas emisiones de carbono mediante energía solar, nuclear y eólica, o mediante plantas energéticas a carbón que capturen y guarden sus emisiones de CO2.

El problema de política es sencillo: el carbón es una fuente de energía más barata y fácil de usar que sus alternativas. Es barata porque es abundante y su uso es más fácil que la energía eólica o solar porque puede proporcionar electricidad de manera ininterrumpida, independientemente de las condiciones climáticas.

Para salvar el planeta, necesitamos convencer a los proveedores de energía de que adopten fuentes con bajas emisiones de carbono, a pesar del menor precio del carbón y su mayor facilidad de uso. La manera obvia es aplicar impuestos al carbón o exigir a las plantas energéticas que cuenten con permisos para el uso del carbón, y fijar el impuesto o el precio del permiso lo suficientemente alto como para inducir un cambio hacia alternativas de bajas emisiones.

Supongamos que el carbón produce electricidad a un coste de $0,06 por kilovatio-hora, mientras la energía solar cuesta $0,16/kilovatio-hora. El impuesto a la electricidad basada en carbón tendría que ser de $0,10/kilovatio-hora. En tal caso, los consumidores pagarían $0,16/kilovatio-hora por cualquiera de los dos tipos de energía. Las empresas de servicios públicos pasarían entonces a usar energía solar. Sin embargo, en este caso el cambio más que duplicaría la factura de electricidad.

Los políticos son renuentes a aplicar un impuesto así, ya que temen sus consecuencias políticas. Por años esto ha limitado en los Estados Unidos el avance hacia una economía de bajas emisiones de carbono. Sin embargo, varios países europeos han introducido con éxito la idea de un "arancel de alimentación", que proporciona el núcleo de una solución aceptable en el largo plazo.

Un arancel de alimentación subsidia la fuente de bajas emisiones de carbono en lugar de aplicar impuestos a la fuente de energía de altas emisiones. En nuestro ejemplo, el gobierno pagaría un subsidio de $0,10/kilovatios-hora a la planta de energía solar para compensar la diferencia entre el precio al consumidor de $0,06 y el coste de producción de $0,16. El precio al consumidor sigue siendo el mismo, pero el gobierno debe pagar de algún modo el subsidio.

La siguiente es otra manera. Supongamos que aplicamos un pequeño impuesto a las plantas de energía carbón existentes para pagar el subsidio solar y luego subimos gradualmente las facturas de electricidad de los consumidores a medida que más y más plantas solares entran en funcionamiento. El precio que se cobraría a los consumidores aumentaría gradualmente de $0,06/kilovatio-hora al coste completo de $0,16/kilovatio-hora, pero a lo largo de un periodo de adaptación de, digamos, 40 años (el periodo de vida útil de la más nuerva de las plantas a carbón actuales).

Partamos del supuesto de que en 2010 todo el sistema de electricidad se basa en carbón y que el precio de la electricidad que pagan los consumidores es $0,06/kilovatio-hora. Para 2014, supongamos que se ha logrado un 10% de la transición de 40 años a la energía solar. El precio al consumidor se eleva en un 10% de la diferencia entre $0,06 y $0,16, es decir, llega a los $0,07/kilovatio-hora.

El impuesto al carbón se fija entonces a $0,01/kilovatio-hora, lo que basta justo para pagar el subsidio solar que se necesita de $0,09/kilovatio-hora. Los productores solares cubren totalmente sus costes de $0,16/kilovatio-hora, puesto que venden energía a los consumidores a $0,07/kilovatio-hora y reciben un subsidio de $0,09/kilovatio-hora. Un pequeño impuesto al carbón puede sustentar un gran subsidio a la energía solar.

Supongamos además que para 2030 la transición a una economía de bajas emisiones de carbono está a medio camino. Ahora el precio al consumidor de la electricidad es $0,11, exactamente la mitad entre $0,06 y $0,16. El impuesto al carbón se ha elevado a $0,05/kilovatio-hora, justo lo suficiente para cubrir el subsidio solar de $0,05/kilovatio-hora. Una vez más. los productores de energía solar cubren sus costes exactamente, puesto que el subsidio de $0,05/kilovatio-hora cierra la brecha entre el precio al consumidor ($0,11/kilovatio-hora) y el coste de producción ($0,16/kilovatio-hora).

Finalmente, asumamos que para 2050 toda la producción de electricidad ha hecho la transición a fuente de energía de bajas emisiones de carbono. El precio al consumidor finalmente llega a $0,16/kilovatio-hora, suficiente como para cubrir todo el coste de la energía solar sin ningún subsidio.

Este enfoque permite que los mayores precios de la electricidad que deban pagar los consumidores se eleven gradualmente y, al mismo tiempo, establece incentivos fuertes e inmediatos para la adopción de la energía solar. Más aún, el presupuesto del gobierno se equilibra cada año, por lo que el impuesto al carbón paga el subsidio solar.

La transformación real que ocurrirá en los próximos años tendrá una ventaja importante en comparación con esta ilustración. Puede que las plantas de energía solar actuales cuesten $0,10/kilovatio-hora más que las de carbón, pero serán mucho menos costosas en el futuro, a medida que mejore su tecnología. Así, la magnitud de los subsidios que se necesiten en una década o dos será menor que en la actualidad.

Los debates sobre la energía en Estados Unidos, Australia y otros países se han centrado hasta ahora en introducir un complicado sistema de intercambio de derechos de emisiones de carbono. Todo usuario importante de combustibles fósiles tendría que comprar derechos para emitir CO2, los que se transarían en un mercado especial. El precio de mercado de los derechos sería equivalente a pagar un impuesto sobre las emisiones de CO2.

Lamentablemente, estos sistemas son difíciles de manejar y no dan señales claras acerca de sus precios en el futuro. Europa ha adoptado dicho sistema, pero otras partes del mundo lo han rechazado una y otra vez. De hecho, los mayores éxitos de Europa en la promoción de energía de bajas emisiones de carbono proceden de sus aranceles de alimentación, y los impuestos al carbón en algunos países, más que del sistema de intercambio de derechos de emisión.

Ha llegado el momento de que EE.UU., China, India y otras grandes economías declaren cómo promoverán su propia transición a una economía con bajas emisiones de carbono. En los Estados Unidos, podría ganar apoyo político un impuesto pequeño y que aumente progresivamente para financiar un sistema de aranceles de alimentación, lo que además podría ayudar a generar consenso entre las principales economías basadas en plantas energéticas que utilizan carbón, incluidas China e India.

Como vemos, sí hay soluciones eficaces de largo plazo al cambio climático producido por el hombre y que son políticamente aceptables y factibles de implementar. Es hora de que las adoptemos.

Jeffrey D. Sachs es profesor de Economía y Director del Earth Institute en la Universidad de Columbia. Además es Asesor Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre las Metas de Desarrollo del Milenio.
 

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¿Energía más limpia o más eficiente?
Por Stephen Leahy

TORONTO, oct (IPS/IFEJ ) - Las crecientes demandas mundiales de energía aumentan peligrosamente las emisiones de gases de efecto invernadero y, aunque hay nuevas inversiones en fuentes "limpias", se están ignorando tecnologías ya existentes para reducir el consumo energético.

La energía es crucial para el desarrollo económico en un mundo donde alrededor de 1.600 millones de personas carecen de acceso a la electricidad.

Mientras medios y gobiernos se centraron en surtirse de modo más verde y limpio --con biocombustibles, viento, sol e hidrógeno--, importantes mejoras en la eficiencia energética podrían reducir drásticamente las emisiones de gases invernadero, ahorrar dinero y proporcionar un espacio necesario para mejorar y desarrollar nuevas fuentes de energía.

Algunos científicos estiman que, para evitar el peligroso cambio climático, las emisiones mundiales de gases invernadero tienen que ser reducidas en alrededor de 60 por ciento (en relación a los valores de hoy) para 2050.

Se proyecta que la demanda mundial de energía aumente 50 por ciento de aquí a 2030, y que eso haga crecer 52 por ciento las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía, informó la Agencia Internacional de Energía en su Panorama Mundial de Energía 2005, considerado el informe definitivo sobre energía global.

Ese camino energético es insostenible, advierte la Agencia, exigiendo cambios mayores. "La necesidad de reducir notoriamente las emisiones de gases invernadero significa una revisión drástica de cómo producimos energía", dijo Christopher Flavin, presidente del no gubernamental Instituto Worldwatch, una organización ambiental estadounidense.

"Estamos enfrentando la mayor transformación económica desde la Revolución Industrial. Pocas personas fueron capaces de dimensionar el alcance y la amplitud de los cambios", declaró Flavin al ser entrevistado.

Será necesario hallar, a escala masiva, maneras alternativas de generar energía con poca o ninguna emisión de dióxido de carbono, mejorar la eficiencia y usar menos energía en general.

"Esto está comenzando a ocurrir en términos de energía eólica, solar y de biocombustibles, que crecen en una proporción de dos dígitos y ahora generan cerca de 10 por ciento de la energía mundial", dijo Flavin.

Sin embargo, la eficiencia energética en América del Norte fue postergada desde la crisis petrolera de los años 70. La Unión Europea es una excepción: allí, incluso antiguos edificios de apartamentos son iluminados por luces compactas fluorescentes de bajo consumo, equipadas con detectores de movimiento o temporizadores para encenderse solamente cuando es necesario.

Por contraste, las luces están prendidas las 24 horas, todos los días de la semana, en corredores y escaleras, así como oficinas y almacenes de toda América del Norte. Este otoño boreal, los países de la Unión Europea, que en materia energética ya son el doble de eficientes que Estados Unidos o Canadá, anunciaron un plan de acción para reducir otro 20 por ciento las necesidades de consumo para 2020.

"Es más fácil y más barato mejorar la eficiencia energética que producir más energía", aseguró Nathan Glasgow, consultante del Instituto Rocky Mountain, con sede en el central estado estadounidense de Colorado.

Las oportunidades de mejorar la eficiencia energética son casi infinitas, dijo Glasgow en una entrevista. El Instituto, presidido por el gurú energético Amory Lovins, diseñó programas para grandes y pequeñas empresas que disminuyeron drásticamente el uso de energía y ahorraron miles de millones de dólares.

Convertir carbón en una central eléctrica estadounidense en energía que enciende una lámpara incandescente tiene una eficiencia de apenas tres por ciento, según investigaciones del Instituto Rocky Mountain.

Las plantas eléctricas alimentadas a carbón gastan 70 por ciento de la energía que generan en forma de calor y las líneas de transmisión pierden otro 10 por ciento.

El calor residual de centrales estadounidenses que funcionan con carbón equivale a 20 por ciento más de energía que la que usa Japón para todo, escribió Lovins.

Tales ineficiencias representan cientos de miles de millones de dólares en Estados Unidos y más de un billón anual globalmente. Pero los gobiernos prefieren centrarse en construir nuevas centrales eléctricas o invertir en nuevas tecnologías, como las celdas de combustible de hidrógeno, pese a que ya existen herramientas para hacer mejoras más notorias en la eficiencia energética, según Glasgow.

La lámpara compacta fluorescente es una de ellas. Utiliza entre 70 y 80 por ciento menos de electricidad y dura de 10 a 13 veces más que una incandescente, y cuesta entre dos y cinco dólares.

"Se usan más lámparas fluorescentes en China que en Estados Unidos", afirmó Flavin.

India, China y otros países enfrentan un mundo muy diferente a medida que se industrializan, en el que hay menos petróleo y una necesidad de reducir la contaminación y las emisiones de gases invernadero, dijo.

"Ellos saben que su camino de desarrollo será diferente y que podría generar un salto adelante en la creación y adopción de nuevas tecnologías", agregó.

Ese camino significa usar menos energía mientras continúan creciendo económicamente, explicó Stephan Barg, alto consejero corporativo del Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible, con sede en la meridional ciudad canadiense de Winnipeg.

"La eficiencia no tiene que ver con hacer menos sino con obtener los servicios que queremos con menos energía", dijo Barg al ser entrevistado.

Irónicamente, Estados Unidos y Canadá pueden tener más problemas en hacer este ajuste que los países en desarrollo. "El modo como hemos organizado nuestras ciudades en América del Norte, con una expansión urbana insostenible, dificulta las mejoras en materia de eficiencia energética".

Durante la crisis de los años 70, Estados Unidos y Canadá desarrollaron fuertes programas de eficiencia energética, pero la mayoría cayó en desuso, expresó.

El gobierno de Canadá financió el desarrollo de un diseño de hogares energéticamente supereficientes en los años 70, llamados R-2000. Pero solamente unos miles fueron construidos, porque cuestan cinco por ciento más.

"Si Canadá hubiera adoptado el R-2000 como estándar de construcción para hogares, seríamos un país mucho más eficiente en materia de energía", aseguró.

Hasta ahora, los actuales gobiernos de Estados Unidos y Canadá se negaron a ordenar estándares más elevados en este sentido o a establecer políticas nacionales de eficiencia energética, como hicieron los países europeos.

La humanidad responde a crisis urgentes pero ignora las de largo plazo, dijo Barg. "Con el cambio climático estamos llegando a una crisis global. La pregunta clave es si seremos capaces de responder a tiempo".

"Los políticos y el público no comprenden la urgencia del problema del cambio climático", se lamentó.

* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).
 
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