LAS PERLAS DE KIKE VÁZQUEZ – Cotizalia
05/11/2010 07:00h - La incertidumbre con todo lo que está pasando en lo concerniente a la Reserva Federal y sus ideas para “reactivar la economía” –eso dicen– es enorme, estamos ante un entorno desconocido y oscuro, no conocemos sus efectos ni tampoco su final, sólo sabemos que vamos todos en el mismo barco y hay que adaptarse lo antes posible.
El único referente de lo que estamos viviendo podemos encontrarlo en Japón, allí en un intento desesperado para salir de la “década perdida” se crearon nuevos estímulos que hoy conocemos como “quantitative easing”. ¿Qué pasó? ¿Cómo les fue? A eso trataré de dar luz en esta entrada.
Todo comenzó en Marzo del 2001, tras una década de crecimiento e inflación con tendencia a cero el BoJ (Bank of Japan) enredado en la “trampa de liquidez” creyó conveniente tomar medidas extraordinarias para impulsar la economía y salir del “hoyo”, la decisión más relevante fue la de comprar deuda pública. ¿Funcionó? Veamos alguna variable, bolsa, crecimiento, inflación y empleo.
Lo primero que hay que decir es que el QE se amplió una y otra vez hasta 2006, es decir duró CINCO AÑOS, no debe extrañarnos por tanto que Roubini o Goldman Sachs digan que esto es sólo el principio. Respecto a la economía el PIB creció, la inflación pasó a ser positiva y el desempleo bajó un punto. La bolsa por su parte, al quinto año consiguió superar los números de 2001 apoyándose en el optimismo que imperaba por aquel entonces, ¡Japón volvía a la senda del crecimiento y la prosperidad!
Esos unos datos, pero hay otros. De 2001 a 2006 la deuda pública bruta pasó del 150% al 191% y el déficit del Estado se volvió crónico, desde 1992 no hay números verdes en el país nipón. No quiero decir con esto que la Administración japonesa haya sido una irresponsable que, a sabiendas de que tenía comprador, se endeudó todo lo que pudo. Quizá quisiesen quién sabe, pero la cantidad destinada a comprar deuda pública no fue suficiente para tener este efecto, aunque sí es posible que los ayudase a pasar de un límite razonable que difícilmente tendrá retorno.
Como vemos en el cuadro, hasta 2003 el BoJ no usó su máximo potencial (¿por eso cambiaría la bolsa de bajista a alcista en dicho año?) comprando 1.2 billones de yenes al mes, o lo que es lo mismo 14.4 billones al año. Para hacernos una idea, el PIB de Japón era de 490 billones de yenes o 4.3 billones de dólares, lo que se traduce en un estímulo de 2.30% sobre PIB. Estas cifras, aunque ayudan, son insuficientes para financiar tanto el déficit como la deuda que avanzaba a unos 10 puntos porcentuales sobre PIB cada 12 meses.
05/11/2010 07:00h - La incertidumbre con todo lo que está pasando en lo concerniente a la Reserva Federal y sus ideas para “reactivar la economía” –eso dicen– es enorme, estamos ante un entorno desconocido y oscuro, no conocemos sus efectos ni tampoco su final, sólo sabemos que vamos todos en el mismo barco y hay que adaptarse lo antes posible.
El único referente de lo que estamos viviendo podemos encontrarlo en Japón, allí en un intento desesperado para salir de la “década perdida” se crearon nuevos estímulos que hoy conocemos como “quantitative easing”. ¿Qué pasó? ¿Cómo les fue? A eso trataré de dar luz en esta entrada.
Todo comenzó en Marzo del 2001, tras una década de crecimiento e inflación con tendencia a cero el BoJ (Bank of Japan) enredado en la “trampa de liquidez” creyó conveniente tomar medidas extraordinarias para impulsar la economía y salir del “hoyo”, la decisión más relevante fue la de comprar deuda pública. ¿Funcionó? Veamos alguna variable, bolsa, crecimiento, inflación y empleo.
Lo primero que hay que decir es que el QE se amplió una y otra vez hasta 2006, es decir duró CINCO AÑOS, no debe extrañarnos por tanto que Roubini o Goldman Sachs digan que esto es sólo el principio. Respecto a la economía el PIB creció, la inflación pasó a ser positiva y el desempleo bajó un punto. La bolsa por su parte, al quinto año consiguió superar los números de 2001 apoyándose en el optimismo que imperaba por aquel entonces, ¡Japón volvía a la senda del crecimiento y la prosperidad!
Esos unos datos, pero hay otros. De 2001 a 2006 la deuda pública bruta pasó del 150% al 191% y el déficit del Estado se volvió crónico, desde 1992 no hay números verdes en el país nipón. No quiero decir con esto que la Administración japonesa haya sido una irresponsable que, a sabiendas de que tenía comprador, se endeudó todo lo que pudo. Quizá quisiesen quién sabe, pero la cantidad destinada a comprar deuda pública no fue suficiente para tener este efecto, aunque sí es posible que los ayudase a pasar de un límite razonable que difícilmente tendrá retorno.
Como vemos en el cuadro, hasta 2003 el BoJ no usó su máximo potencial (¿por eso cambiaría la bolsa de bajista a alcista en dicho año?) comprando 1.2 billones de yenes al mes, o lo que es lo mismo 14.4 billones al año. Para hacernos una idea, el PIB de Japón era de 490 billones de yenes o 4.3 billones de dólares, lo que se traduce en un estímulo de 2.30% sobre PIB. Estas cifras, aunque ayudan, son insuficientes para financiar tanto el déficit como la deuda que avanzaba a unos 10 puntos porcentuales sobre PIB cada 12 meses.