Deutsche Börse aprende que camarón que se duerme...
Su rol pionero en el corretaje electrónico y la incursión en nuevos mercados transformaron a Deutsche Börse AG, el operador de la Bolsa de Fráncfort, en el mayor mercado de Europa. Pero como la búsqueda de una alianza con NYSE Euronext deja de manifiesto, hasta las bolsas que han estado a la vanguardia de los cambios no han logrado dejar atrás a los nuevos competidores.
Por ahora, Deutsche Börse prospera donde otras bolsas tradicionales se han rezagado. Su plataforma electrónica domina la mayor parte de las transacciones de renta variable en Alemania y su mercado Eurex es una de las mayores bolsas de derivados del mundo.
Deutsche Börse también controla Clearstream, un gigante en el insulso pero altamente rentable negocio de compensación y cierre de operaciones. Los márgenes de 50% de este negocio ayudaron a Deutsche Börse a generar en 2009 una ganancia neta de 496 millones de euros (US$681 millones) y ventas de poco más de 2.000 millones de euros.
El dominio del operador alemán, sin embargo, ha estado resquebrajándose ante la competencia de firmas electrónicas más rápidas, lo que llevó al presidente ejecutivo Reto Francioni a reanudar las negociaciones con NYSE Euronext. Un intento de fusión colapsó hace dos años.
"Hace algunos años, Deutsche Börse se habría visto obligada a hacer una fusión para impulsar las ganancias, para mejorar los costos", dijo Konrad Becker, de la firma de valores de Munich Merck Fink Private Bankiers. "Ahora, es una movida defensiva. No tienen otra opción sino recortar costos", opinó.
Las plataformas operativas alternativas, tales como Chi-X y Turquoise, que proveen operaciones más rápidas y baratas que las bolsas tradicionales, avanzaron más rápidamente en Estados Unidos que en Europa. En los últimos años, sin embargo, también ganaron terreno en el viejo continente, no solamente en acciones sino en los lucrativos mercados de derivados.
En noviembre, Chi-X, propiedad de Nomura Holdings, capturó 16,5% de la compraventa de acciones paneuropeas, por encima del 13,7% de Deutsche Börse, según los datos más recientes de Thomson Reuters. En Alemania, la participación de Deutsche Börse en la transacción de empresas que cotizan en bolsa cayó en los últimos cinco años a aproximadamente 70% desde más de 90%, calcula Becker.
En lo que tiene relación al corretaje tradicional de acciones "esas bolsas no han sido capaces de crear negocios paneuropeos", dijo Alasdair Haynes, presidente ejecutivo de Chi-X Europa. "El esfuerzo [de Deutsche Börse] no ha fructificado y han tenido que hacer adquisiciones para entrar en otros mercados", agregó.
Hasta ahora, Deutsche Börse ha crecido fundamentalmente a través de avances tecnológicos y nuevos emprendimientos, aunque también ha tratado de concretar una compra importante. Fracasó en dos intentos por adquirir la Bolsa de Londres y en varios por quedarse con Euronext, el mercado de cuatro países que NYSE absorbió en 2007.
Su único éxito importante en materia de adquisiciones se produjo a fines de 2007, cuando compró International Securities Exchange Holding, el segundo mercado de opciones de Estados Unidos, por US$2.800 millones. La integración de ese mercado, sin embargo, se ha topado con repetidos obstáculos. Deutsche Börse anunció en diciembre que asumirá un cargo contable de más de 400 millones de euros relacionado a la operación.
La expansión de Deutsche Börse es fruto, más que de las fusiones, de la estrategia definida por el predecesor de Francioni, Werner Seifert, a mediados de la década de los 90.
Seifert transformó a Deutsche Börse en un competidor de primera línea en el corretaje electrónico con el lanzamiento de Zetra, una plataforma mucho más eficiente que su predecesora. En la víspera de la introducción del euro en 1999, Deutsche Börse fusionó su división de derivados con la de su contraparte suiza para crear Eurex y pronto atrajo parte importante del negocio de futuros de bonos alemanes que venía realizando Liffe, el mercado de derivados de la Bolsa de Londres.
FUENTE:
Deutsche Börse aprende que camarón que se duerme... - WSJ.com