El optimismo de los inversores respecto a la renta variable a nivel global alcanzó en febrero su nivel más elevado que en cualquier otro mes de la última década, según se desprende de la última edición de la encuesta de gestores de compra elaborada por Bank of America Merrill Lynch. Así, el 67 por 100 de los colocadores de activos aseguran que sobreponderan la renta variable global, lo que supone el porcentaje más elevado desde que comenzó a realizarse esta pregunta en abril de 2011. Esta cifra supone un significativo incremento en comparación con el 55 por 100 de enero y el 40 por 100 de diciembre.
Paralelamente, el apetito por la renta fija ha bajado, ya que el 66 por 100 de los encuestados infraponderan los bonos, frente al 54 por 100 del mes anterior. Además, el 9 por 100 de los participantes en la encuesta infrapondera el efectivo, lo que supone su nivel de colocación más bajo desde enero de 2002.
En el informe, BofA Merrill Lynch señala que un "inusual cambio" en las colocaciones regionales ha acompañado este incremento del apetito por el riesgo. Así, sólo el 5 por 100 de los gestores sobreponderan los mercados de renta variable emergentes, frente al 43 por 100 de enero, lo supone el mayor descenso mensual de la exposición a los mercados emergentes de la historia de la encuesta.
Por el contrario, los inversores se muestran más positivos respecto a mercados desarrollados claves. De hecho el apetito por la renta variable de la eurozona se ha incrementado "significativamente", ya que en enero un 9 por 100 infraponderaban estos mercados y ahora un 11 por 100 de los inversores los sobreponderan. En el caso de Estados Unidos, el 34 por 100 de los encuestados sobreponderan su mercado de renta variable, frente al 27 por 100 de enero y el 16 por 100 de diciembre.
El responsable de estrategia para valores europeos de BofA Merrill Lynch Global Research, Gary Baker, destaca que, "excepcionalmente, un mayor apetito por el riesgo ha estado acompañado de una dramática reducción de la colocación de activos en los mercados emergentes", al mismo tiempo que unas mejores perspectiva de crecimiento han aumentado el atractivo de los mercados de los países desarrollados.