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España está entre los países que salen ganando, con incrementos que rondan el 2%, lo que podría suponer hasta 400 millones. “Su economía se expande como resultado de las rebajas de los tipos en las nuevas inversiones en otros Estados, lo que genera más inversión y empleo y puede llevarle a bajar tipos y dinamizar la economía”, dice el estudio.
Es decir, aunque el proyecto se limita a las bases, tendría efectos en los tipos y España ganaría porque lo tiene elevado. Sin embargo, también tiene mucho que perder: “La exención de dividendos y plusvalías que provengan de actividades empresariales de filiales en otros países se quedará fuera”,
El impuesto español ofrece más posibilidades de deducción que el alemán, el modelo al que podría caminar la UE a instancias de Angela Merkel, y de la doctrina que sigue el Tribunal de Justicia de la UE.
Por otra parte, la armonización, proceso que se empezó a estudiar en 2001, será “complejísima” y que “llevará mucho tiempo y deberá enfrentarse a grandes resistencias”.
Existe el miedo de algunos países como Irlanda a que a la hora de repartir beneficios europeos, las bases se irán a otros países.
Fuente: Diario Expansion