Microsoft mueve ficha comprando Skype

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Mientras una parte del mundo se recrea planeando qué hacer para salir de ésta, a menudo sin llegar a hacer apenas nada, algunos dan pasos firmes hacia el crecimiento. Entre los que tienen ideas claras y estrategia de futuro bien definida se encuadra Microsoft: este martes ha confirmado la compra de Skype. Es su mayor adquisición desde que Bill Gates la fundara en 1975. El precio acordado, 8.500 millones de dólares (unos 5.900 millones de euros), ya ha sido calificado de excesivamente generoso por algunos analistas de Wall Street. Otros, por el contrario, han alabado la capacidad para adaptarse a los nuevos desafíos.

Skype conecta prácticamente gratis a más de 663 millones de personas en todo el mundo mediante telefonía y vídeo a través de la Red, lo que permitirá a Microsoft aumentar, entre otras cosas, la penetración entre los clientes de su buscador Bing; una carrera en la que hasta ahora iba en clara desventaja frente a Google, que acapara más del 65 por 100 de las búsquedas en Internet en EE UU y más del 80 por 100 en Europa.

La adquisición facilitará a Microsoft el desarrollo en otro área en la que tampoco ha sido capaz de plantar cara a sus rivales: Internet móvil. Windows Phone 7 está muy por detrás de los dispositivos de Google (Nexus), Apple (iPhone) y Research in Motion (Blackberry) y todo apunta que las llamadas por Internet desde teléfono móvil se multiplicarán en el corto plazo. En el mercado estadounidense, AT&T permite ya desde hace tiempo este tipo de llamadas desde terminales iPhone, pero Verizon rompió su exclusiva tras firmar una alianza con Skype.

En Europa, Neelie Kroes, comisaria de la Agenda Digital de la Unión, ha propuesto entre sus objetivos prioritarios asegurar la libertad total en el uso de las llamadas por Internet desde teléfonos móviles. El pasado mes de abril abrió una investigación para verificar si los operadores bloquean, limitan o reducen indebidamente la velocidad de estos servicios. La marca Skype está tan asociada a este uso que la propia comisaria la puso como ejemplo cuando anunció sus planes: "No está bien reducir la velocidad de Skype o servicios similares. Es contrario a la competencia".

No significa que Microsoft no vaya a encontrar barreras de entrada y no deba ser cauteloso a la hora de integrar Skype en el software de sus dispositivos móviles, ya que sigue necesitando llevarse bien con los operadores de telefonía con los que va a competir. Las conexiones entre dos usuarios de Skype son gratis, como también el servicio de voz y vídeo gratuito de Microsoft a través de Windows Live Messenger. El resto de llamadas que se pueden realizar desde este sistema son hasta 25 veces más baratas que con los operadores convencionales. Y para acceder desde móvil a servicios de voz sobre IP basta usar un smartphone con conexión a Internet y descargarse la aplicación, como hacen aproximadamente ocho millones de usuarios, que constituyen la principal fuente de ingresos de Skype y las nuevas posibilidades de Microsoft. Su consejero delegado, Steve Ballmer, ya ha confirmado, por ejemplo, que será compatible con Xbox y Kinect, que aspiran a arrebatar parte del negocio de videojuegos a la Play Station de Sony.

Un mercado en que todo se mueve y, aunque no esté aún claro dónde acabe, el proceso de cambio no ha hecho más que empezar.
 
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