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Rescate a la banca: ¿de dónde saca el dinero y cómo se financia el BCE?
El enorme préstamo de casi 500.000 millones de euros a las entidades financieras de la Eurozona se suma a otras grandes operaciones que la institución monetaria ha realizado durante la crisis. ¿De dónde saca el dinero el BCE? ¿Cómo financia estos préstamos?
Juan Estébanez / Invertia.com.
Miércoles, 21 de Diciembre de 2011-
El capital del BCE sale de las aportaciones de los bancos centrales nacionales de los países de la UE y asciende a 10.760 millones, según datos de principios de año del propio BCE, si bien sólo hay desembolsado 5.197 millones. El total se terminará de suscribir, tras una ampliación de capital anunciada el pasado año, entre finales de 2011 y de 2012.
Las aportaciones de los países se realizan en función de su tamaño demográfico y peso económico, para lo que se les adjudica una “clave de capital”, que en el caso del Banco de España es del 8,3%. A estos países, también en función de su clave, se les asignan las pérdidas y ganancias del BCE.
Pero ¿de dónde saca el dinero el BCE para operaciones como la subasta de este miércoles, en la que ha prestado 489.000 millones de euros a 523 entidades europeas? Usando como garantía deuda de menor calidad que en otras ocasiones, “el BCE reconoce un depósito a favor de los bancos, que luego pueden utilizarlo como dinero impreso”, explica Juan Ramón Rallo, director del Observatorio de Coyuntura del Instituto Juan de Mariana.
El dinero que el BCE presta a los bancos en operaciones como la subasta de este miércoles “es un dinero que se crea de nuevo”, según Rallo. Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios y Análisis de ASINVES, señala que el BCE no pretende incrementar su balance sino básicamente “mover” el mismo dinero, captando depósitos que los bancos a su vez colocan en el BCE. Sin embargo, con datos de la semana pasada, el balance del BCE está en su máximo histórico al crecer hasta los 2,49 billones de euros. A finales del pasado año, apenas superaba los 2 billones.
Tras este fuerte incremento se encuentra, por el lado del pasivo, el aumento de los depósitos de las entidades en relación con operaciones de política monetaria, que casi se han duplicado en un año y, por el lado de los activos, los préstamos a estas entidades, que han subido en un 22%.
El BCE negó que este aumento ponga en riesgo su balance.
De momento, el BCE se niega a prestar directamente o a comprar deuda soberana de los países con problemas, eludiendo servir como prestamista de último recurso, algo que han solicitado muchos expertos. Los préstamos a la banca parecen muy beneficiosos para las entidades, aunque sólo sea a “muy corto plazo”, como señala Flores, ya que desincentiva ajustar sus balances a largo plazo. Pero ¿qué consecuencias tiene sobre la economía? ¿Prestar dinero a la banca tiene un efecto diferente que hacerlo con los Estados?
“En abstracto, el efecto no es distinto”, contesta Rallo. “Ahora se exige que el BCE monetice deuda” (prestando dinero mediante la compra de deuda pública).
¿PERNICIOSA MONETIZACIÓN DE LA DEUDA?
“La monetización directa de deuda está prohibida en todas las naciones civilizadas”, prosigue el experto del Instituto Juan de Mariana. “Mucha de las hiperinflaciones han empezado porque los bancos centrales han comprado directamente deuda a los Estados”.
Flores confirma que esta monetización está prohibida por los Tratados de la UE, pero “la liquidez acabará llegando a los estados”, aunque sea de forma indirecta. En la pasada cumbre europea, se acordó una aportación por parte de los países de la UE al FMI de 200.000 millones para poder suministrar préstamos bilaterales.
El problema no está tanto en la cantidad de dinero, sino en la calidad de los préstamo. Si los bancos privados son renuentes a comprar deuda soberana porque la intuyen de baja calidad ¿debería hacerlo el BCE? Así, “el BCE sólo incrementaría la cantidad de préstamos tóxicos?
La subasta del miércoles es la primera que se hace un plazo de tres años, un periodo muy largo para la actividad convencional del BCE. ¿Qué significado tiene?
“Se suele decir que el BCE provee de liquidez a la banca, pero esto no es estrictamente así. En realidad el BCE da liquidez a cambio de perderla él mismo”.
Los bancos están ilíquidos por culpa del descalce de plazos. Es decir, prestan a largo plazo al conceder hipotecas y otro tipo de créditos y se endeudan a corto con la creación de depósitos, lo que supone riesgo de iliquidez y de quiebra con el reclamo de unos depósitos que vencen antes que los créditos.
DEPRECIACIÓN DEL EURO E INFLACIÓN
Así, el BCE puede acabar depreciando una moneda –el euro- que debería defender, según la función principal por el que fue creado. Todo por culpa de aceptar activos de peor calidad (la deuda soberana empleada como colateral en los préstamos a la banca) y por ampliar el plazo de estos préstamos, asumiendo parte de la iliquidez y del descalce de plazos de las entidades privadas.
Los tenedores de euros se verían perjudicados al poseer una moneda cuya contraparte acaba siendo la deuda de baja calidad adquirida por el BCE, bien de forma directa –lo que todavía no ha sido realizado- o de forma indirecta. “Si hay monetización sobre la deuda de Grecia, Portugal, España o Italia, habrá un repudio a tener esos euros”, señala Rallo.
La consecuencia más obvia sería la caída de valor de la divisa, si bien la moneda habitual para compararse –el dólar- puede estar sufriendo también un proceso de envilecimiento, por lo que el efecto no se notaría. Pero Javier Flores ya ve este efecto de depreciación frente al billete verde: “el euro ha estado en una tendencia alcista frente al dólar hasta el verano y el previsible adelanto de estas medidas invirtió la tendencia desde entonces”.
Aparte de las inyecciones de dinero, al euro debería perjudicarle la actual política de tipos de interés (a la baja) que parece haber asumido el nuevo presidente del BCE, Mario Draghi, señala Flores. Así, el experto de ASINVES ve a la moneda única en una franja entre los 1,22 y 1,26 dólares.
Otra consecuencia, aunque puede retrasarse y moderarse, es el crecimiento de la inflación.
Si la oferta de moneda sigue siendo amplia, los efectos perniciosos pueden diluirse. Esto puede ocurrir si los ahorradores perciben la economía sobre la que se basa esa moneda –en este caso la UE- suficientemente solvente. Javier Flores considera que con otras condiciones, “la inflación debería aparecer”, pero en la actualidad “hay un exceso de oferta” por lo que “no hay expectativas de inflación hasta el 2013. El momento actual aparece como “una ventana de oportunidad” para estas políticas de suministro de liquidez del BCE.
El enorme préstamo de casi 500.000 millones de euros a las entidades financieras de la Eurozona se suma a otras grandes operaciones que la institución monetaria ha realizado durante la crisis. ¿De dónde saca el dinero el BCE? ¿Cómo financia estos préstamos?
Juan Estébanez / Invertia.com.
Miércoles, 21 de Diciembre de 2011-
El capital del BCE sale de las aportaciones de los bancos centrales nacionales de los países de la UE y asciende a 10.760 millones, según datos de principios de año del propio BCE, si bien sólo hay desembolsado 5.197 millones. El total se terminará de suscribir, tras una ampliación de capital anunciada el pasado año, entre finales de 2011 y de 2012.
Las aportaciones de los países se realizan en función de su tamaño demográfico y peso económico, para lo que se les adjudica una “clave de capital”, que en el caso del Banco de España es del 8,3%. A estos países, también en función de su clave, se les asignan las pérdidas y ganancias del BCE.
Pero ¿de dónde saca el dinero el BCE para operaciones como la subasta de este miércoles, en la que ha prestado 489.000 millones de euros a 523 entidades europeas? Usando como garantía deuda de menor calidad que en otras ocasiones, “el BCE reconoce un depósito a favor de los bancos, que luego pueden utilizarlo como dinero impreso”, explica Juan Ramón Rallo, director del Observatorio de Coyuntura del Instituto Juan de Mariana.
El dinero que el BCE presta a los bancos en operaciones como la subasta de este miércoles “es un dinero que se crea de nuevo”, según Rallo. Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios y Análisis de ASINVES, señala que el BCE no pretende incrementar su balance sino básicamente “mover” el mismo dinero, captando depósitos que los bancos a su vez colocan en el BCE. Sin embargo, con datos de la semana pasada, el balance del BCE está en su máximo histórico al crecer hasta los 2,49 billones de euros. A finales del pasado año, apenas superaba los 2 billones.
Tras este fuerte incremento se encuentra, por el lado del pasivo, el aumento de los depósitos de las entidades en relación con operaciones de política monetaria, que casi se han duplicado en un año y, por el lado de los activos, los préstamos a estas entidades, que han subido en un 22%.
El BCE negó que este aumento ponga en riesgo su balance.
De momento, el BCE se niega a prestar directamente o a comprar deuda soberana de los países con problemas, eludiendo servir como prestamista de último recurso, algo que han solicitado muchos expertos. Los préstamos a la banca parecen muy beneficiosos para las entidades, aunque sólo sea a “muy corto plazo”, como señala Flores, ya que desincentiva ajustar sus balances a largo plazo. Pero ¿qué consecuencias tiene sobre la economía? ¿Prestar dinero a la banca tiene un efecto diferente que hacerlo con los Estados?
“En abstracto, el efecto no es distinto”, contesta Rallo. “Ahora se exige que el BCE monetice deuda” (prestando dinero mediante la compra de deuda pública).
¿PERNICIOSA MONETIZACIÓN DE LA DEUDA?
“La monetización directa de deuda está prohibida en todas las naciones civilizadas”, prosigue el experto del Instituto Juan de Mariana. “Mucha de las hiperinflaciones han empezado porque los bancos centrales han comprado directamente deuda a los Estados”.
Flores confirma que esta monetización está prohibida por los Tratados de la UE, pero “la liquidez acabará llegando a los estados”, aunque sea de forma indirecta. En la pasada cumbre europea, se acordó una aportación por parte de los países de la UE al FMI de 200.000 millones para poder suministrar préstamos bilaterales.
El problema no está tanto en la cantidad de dinero, sino en la calidad de los préstamo. Si los bancos privados son renuentes a comprar deuda soberana porque la intuyen de baja calidad ¿debería hacerlo el BCE? Así, “el BCE sólo incrementaría la cantidad de préstamos tóxicos?
La subasta del miércoles es la primera que se hace un plazo de tres años, un periodo muy largo para la actividad convencional del BCE. ¿Qué significado tiene?
“Se suele decir que el BCE provee de liquidez a la banca, pero esto no es estrictamente así. En realidad el BCE da liquidez a cambio de perderla él mismo”.
Los bancos están ilíquidos por culpa del descalce de plazos. Es decir, prestan a largo plazo al conceder hipotecas y otro tipo de créditos y se endeudan a corto con la creación de depósitos, lo que supone riesgo de iliquidez y de quiebra con el reclamo de unos depósitos que vencen antes que los créditos.
DEPRECIACIÓN DEL EURO E INFLACIÓN
Así, el BCE puede acabar depreciando una moneda –el euro- que debería defender, según la función principal por el que fue creado. Todo por culpa de aceptar activos de peor calidad (la deuda soberana empleada como colateral en los préstamos a la banca) y por ampliar el plazo de estos préstamos, asumiendo parte de la iliquidez y del descalce de plazos de las entidades privadas.
Los tenedores de euros se verían perjudicados al poseer una moneda cuya contraparte acaba siendo la deuda de baja calidad adquirida por el BCE, bien de forma directa –lo que todavía no ha sido realizado- o de forma indirecta. “Si hay monetización sobre la deuda de Grecia, Portugal, España o Italia, habrá un repudio a tener esos euros”, señala Rallo.
La consecuencia más obvia sería la caída de valor de la divisa, si bien la moneda habitual para compararse –el dólar- puede estar sufriendo también un proceso de envilecimiento, por lo que el efecto no se notaría. Pero Javier Flores ya ve este efecto de depreciación frente al billete verde: “el euro ha estado en una tendencia alcista frente al dólar hasta el verano y el previsible adelanto de estas medidas invirtió la tendencia desde entonces”.
Aparte de las inyecciones de dinero, al euro debería perjudicarle la actual política de tipos de interés (a la baja) que parece haber asumido el nuevo presidente del BCE, Mario Draghi, señala Flores. Así, el experto de ASINVES ve a la moneda única en una franja entre los 1,22 y 1,26 dólares.
Otra consecuencia, aunque puede retrasarse y moderarse, es el crecimiento de la inflación.
Si la oferta de moneda sigue siendo amplia, los efectos perniciosos pueden diluirse. Esto puede ocurrir si los ahorradores perciben la economía sobre la que se basa esa moneda –en este caso la UE- suficientemente solvente. Javier Flores considera que con otras condiciones, “la inflación debería aparecer”, pero en la actualidad “hay un exceso de oferta” por lo que “no hay expectativas de inflación hasta el 2013. El momento actual aparece como “una ventana de oportunidad” para estas políticas de suministro de liquidez del BCE.