El efecto dominó si Grecia saliera del euro
A pesar de que Grecia parece haber esquivado la amenaza inmediata de una cesación de pagos, se enfrenta a años de crisis económica y de lucha por reducir su deuda. En el país existe un creciente apoyo a la idea de regresar al dracma y algunos líderes europeos ya dijeron que el euro podría sobrevivir a la salida de Grecia.
La hostilidad hacia el euro creció en Grecia en la medida en que se fueron implementando medidas de austeridad.
La crisis de la Eurozona no es sólo cuestión de acuerdos políticos y altas finanzas. Es también cuestión de confianza en el dinero en los bolsillos de la gente.
El euro llegó para simbolizar un continente más unido y estable para cada ciudadano de la Eurozona.
Pero si la moneda común empieza a fragmentarse, si un país o más de uno reintroducen monedas nacionales, todos los que usan el euro como moneda podrían verse afectados.
Por ello hubo tanta negociación sobre los términos del último rescate a la economía griega. Mientras tanto la tensión sigue aumentando.
Y a medida que la austeridad muerde más profundo, pocos creen que la crisis se resuelva pronto.
¿Plan B?
Últimamente se ha dado un diálogo diferente, lleno de angustia, sobre lo que podría suceder si la Eurozona no se mantiene como está ahora.
"He hablado sobre esto en cancillerías y en sedes de distintos poderes en toda Europa", explica David Marsh, quien escribió sobre la historia del euro y copreside un centro de estudiossobre banca central. Además, mantiene un cercano contacto con los principales actores económicos del euro.
"Estoy convencido de que hay un Plan B, me han dicho que hay uno", agrega. "Pero no sé qué es y no hay razón por la que alguien debería pensar en darlo a conocer. Tiene que estar guardado en una caja fuerte", considera.
¿Por qué tanto secreto?
Cuando hablamos de dinero, del efectivo en los bolsillos de la gente y en cuentas bancarias, la psicología acecha y el pánico siempre es una posibilidad.
En Grecia, ha habido una "lenta corrida bancaria", expresa el politólogo Aristotle Kallis. La gente sacó dinero de sus cuentas o lo envió al extranjero.
"Todavía sienten que algo va a ir horriblemente mal, que Grecia se va del euro o que será echada del euro", añade.
Y temen "una devaluación de la nueva moneda y que todo el dinero sea convertido a ella".
Nueva moneda
Un gobierno que planee dejar el euro es probable que tenga un discreto pero urgente contacto con alguna de las más importantes imprentas de moneda. De La Rue, con sede en el Reino Unido, es una de ellas.
Imprime desde la libra esterlina hasta la última versión del dinar iraquí. La compañía no hace comentarios sobre ningún plan que tenga para Europa, pero está claramente lista por si surge la oportunidad.
La pregunta que se plantea es cuánto se tarda en planificar e introducir nuevos billetes y monedas. "No creo que se pueda hacer en menos de cuatro meses", explica Mark Crickett, un consultor de De La Rue.
Pero un gobierno no puede encargar y recibir una nueva moneda sin que se filtre la decisión y cunda el pánico.
Es mucho más probable que se anuncie repentinamente la salida del euro, y que luego haya un período transitorio -los cuatro meses antes mencionados- durante el cual se utilizaría una moneda nacional temporal.
Los billetes del euro en circulación en un país que esté abandonando la moneda común podrían ser sobreimpresos o se les podrían pegar autoadhesivos.
Devaluación rápida
¿Cómo reaccionarían los griegos ante la posibilidad de que su efectivo en euros sea cambiado por dracmas que se devalúan rápidamente?
A pesar de que el tipo de cambio inicial podría ser, digamos, un nuevo dracma por un euro, los economistas estiman una rápida devaluación de la nueva moneda en un 50%.
Dado que los controles de capital dentro de Grecia restringirían la posibilidad de los ciudadanos de convertir euros en la nueva moneda a la tasa más devaluada, aquellos que hayan estado acumulando viejos euros debajo de sus colchones probablemente se dirigirán a las fronteras.
En este tipo de situación, según Mark Crickett, los gobiernos hacen cosas como "sellar las fronteras para tratar de impedir el movimiento de divisas".
Y esa interrupción del libre movimiento de bienes y personas podría cuestionar la pertenencia misma de un país a la Unión Europea.
Cualquiera de esas acciones de un gobierno también desataría el pánico en otros países de la Eurozona, ya que los ciudadanos podrían asumir que sus gobiernos seguirán el mismo camino.
Larry Hatheway, jefe de Estrategia del banco de inversiones UBS, es el coautor de uno de los más extensos estudios de lo que significaría una ruptura de la Eurozona.
"Imagine que es un ciudadano portugués y alguien entra a su oficina un día y dice: ¿Has escuchado la noticia de que Grecia acaba de dejar la Eurozona?", ejemplifica Hatheway.
"La respuesta lógica, me parece, sería considerar si seguir manteniendo tu patrimonio, tus activos, tu dinero... en Portugal", señala.
Lo "impensable"
Allí aparecería el plan B de los líderes políticos, una especie de cortafuegos de compromiso financiero y político para prevenir el llamado efecto contagio.
¿Podría eso contrarrestar el ánimo popular? Actitudes como esta hacia el dinero en la Eurozona podrían cambiar radicalmente después de lo que Hatheway describe con la frase "lo impensable ha sucedido".
Habría varios miles de personas tratando de pasar euros a través de las fronteras y venderlos a cambio de nuevas monedas nacionales en rápida depreciación.
Una fuente muy bien informada nos dijo que las autoridades en Alemania habían llegado a discutir la posibilidad de tener que rediseñar y reemplazar completamente al euro si estuviese comprometido por irregularidades en su compra y venta.
El Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, un importante diario alemán, recuerda cuando en la Guerra Fría el Bundesbank guardaba una partida completa de repuesto de la moneda de Alemania Occidental, el marco.
Lo hacía para el supuesto caso de que Alemania Oriental o la Unión Soviética lograran comprometer la circulación de la moneda con falsificaciones.
Si la Eurozona no puede mantenerse unida, el dinero en efectivo del continente podría regresar a un período de incertidumbre y la gente podría sentir en sus bolsillos las consecuencias de los fracasos de los políticos. Lunes 13 – 02-12 – BBC mundo
A pesar de que Grecia parece haber esquivado la amenaza inmediata de una cesación de pagos, se enfrenta a años de crisis económica y de lucha por reducir su deuda. En el país existe un creciente apoyo a la idea de regresar al dracma y algunos líderes europeos ya dijeron que el euro podría sobrevivir a la salida de Grecia.
La hostilidad hacia el euro creció en Grecia en la medida en que se fueron implementando medidas de austeridad.
La crisis de la Eurozona no es sólo cuestión de acuerdos políticos y altas finanzas. Es también cuestión de confianza en el dinero en los bolsillos de la gente.
El euro llegó para simbolizar un continente más unido y estable para cada ciudadano de la Eurozona.
Pero si la moneda común empieza a fragmentarse, si un país o más de uno reintroducen monedas nacionales, todos los que usan el euro como moneda podrían verse afectados.
Por ello hubo tanta negociación sobre los términos del último rescate a la economía griega. Mientras tanto la tensión sigue aumentando.
Y a medida que la austeridad muerde más profundo, pocos creen que la crisis se resuelva pronto.
¿Plan B?
Últimamente se ha dado un diálogo diferente, lleno de angustia, sobre lo que podría suceder si la Eurozona no se mantiene como está ahora.
"He hablado sobre esto en cancillerías y en sedes de distintos poderes en toda Europa", explica David Marsh, quien escribió sobre la historia del euro y copreside un centro de estudiossobre banca central. Además, mantiene un cercano contacto con los principales actores económicos del euro.
"Estoy convencido de que hay un Plan B, me han dicho que hay uno", agrega. "Pero no sé qué es y no hay razón por la que alguien debería pensar en darlo a conocer. Tiene que estar guardado en una caja fuerte", considera.
¿Por qué tanto secreto?
Cuando hablamos de dinero, del efectivo en los bolsillos de la gente y en cuentas bancarias, la psicología acecha y el pánico siempre es una posibilidad.
En Grecia, ha habido una "lenta corrida bancaria", expresa el politólogo Aristotle Kallis. La gente sacó dinero de sus cuentas o lo envió al extranjero.
"Todavía sienten que algo va a ir horriblemente mal, que Grecia se va del euro o que será echada del euro", añade.
Y temen "una devaluación de la nueva moneda y que todo el dinero sea convertido a ella".
Nueva moneda
Un gobierno que planee dejar el euro es probable que tenga un discreto pero urgente contacto con alguna de las más importantes imprentas de moneda. De La Rue, con sede en el Reino Unido, es una de ellas.
Imprime desde la libra esterlina hasta la última versión del dinar iraquí. La compañía no hace comentarios sobre ningún plan que tenga para Europa, pero está claramente lista por si surge la oportunidad.
La pregunta que se plantea es cuánto se tarda en planificar e introducir nuevos billetes y monedas. "No creo que se pueda hacer en menos de cuatro meses", explica Mark Crickett, un consultor de De La Rue.
Pero un gobierno no puede encargar y recibir una nueva moneda sin que se filtre la decisión y cunda el pánico.
Es mucho más probable que se anuncie repentinamente la salida del euro, y que luego haya un período transitorio -los cuatro meses antes mencionados- durante el cual se utilizaría una moneda nacional temporal.
Los billetes del euro en circulación en un país que esté abandonando la moneda común podrían ser sobreimpresos o se les podrían pegar autoadhesivos.
Devaluación rápida
¿Cómo reaccionarían los griegos ante la posibilidad de que su efectivo en euros sea cambiado por dracmas que se devalúan rápidamente?
A pesar de que el tipo de cambio inicial podría ser, digamos, un nuevo dracma por un euro, los economistas estiman una rápida devaluación de la nueva moneda en un 50%.
Dado que los controles de capital dentro de Grecia restringirían la posibilidad de los ciudadanos de convertir euros en la nueva moneda a la tasa más devaluada, aquellos que hayan estado acumulando viejos euros debajo de sus colchones probablemente se dirigirán a las fronteras.
En este tipo de situación, según Mark Crickett, los gobiernos hacen cosas como "sellar las fronteras para tratar de impedir el movimiento de divisas".
Y esa interrupción del libre movimiento de bienes y personas podría cuestionar la pertenencia misma de un país a la Unión Europea.
Cualquiera de esas acciones de un gobierno también desataría el pánico en otros países de la Eurozona, ya que los ciudadanos podrían asumir que sus gobiernos seguirán el mismo camino.
Larry Hatheway, jefe de Estrategia del banco de inversiones UBS, es el coautor de uno de los más extensos estudios de lo que significaría una ruptura de la Eurozona.
"Imagine que es un ciudadano portugués y alguien entra a su oficina un día y dice: ¿Has escuchado la noticia de que Grecia acaba de dejar la Eurozona?", ejemplifica Hatheway.
"La respuesta lógica, me parece, sería considerar si seguir manteniendo tu patrimonio, tus activos, tu dinero... en Portugal", señala.
Lo "impensable"
Allí aparecería el plan B de los líderes políticos, una especie de cortafuegos de compromiso financiero y político para prevenir el llamado efecto contagio.
¿Podría eso contrarrestar el ánimo popular? Actitudes como esta hacia el dinero en la Eurozona podrían cambiar radicalmente después de lo que Hatheway describe con la frase "lo impensable ha sucedido".
Habría varios miles de personas tratando de pasar euros a través de las fronteras y venderlos a cambio de nuevas monedas nacionales en rápida depreciación.
Una fuente muy bien informada nos dijo que las autoridades en Alemania habían llegado a discutir la posibilidad de tener que rediseñar y reemplazar completamente al euro si estuviese comprometido por irregularidades en su compra y venta.
El Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, un importante diario alemán, recuerda cuando en la Guerra Fría el Bundesbank guardaba una partida completa de repuesto de la moneda de Alemania Occidental, el marco.
Lo hacía para el supuesto caso de que Alemania Oriental o la Unión Soviética lograran comprometer la circulación de la moneda con falsificaciones.
Si la Eurozona no puede mantenerse unida, el dinero en efectivo del continente podría regresar a un período de incertidumbre y la gente podría sentir en sus bolsillos las consecuencias de los fracasos de los políticos. Lunes 13 – 02-12 – BBC mundo