Los pobres de Estados Unidos están en camino de alcanzar niveles máximos no vistos en casi medio siglo, eliminando los avances logrados durante la guerra contra la pobreza iniciada en la década de 1960, debido a la persistente debilidad económica y la desgastada red de seguridad social del gobierno federal.
Las cifras del censo de 2011 serán difundidas en el cuarto trimestre, la semana anterior a los comicios de noviembre.
The Associated Press sondeó a más de una decena de economistas, centros de investigación y catedráticos, tanto apolíticos como otros con manifiesta ideología de izquierda o conservadora y descubrió un amplio consenso: El índice oficial de pobreza aumentará del 15,1% en 2010 al 15,7%. Varios pronosticaron avances más modestos, pero incluso un 0,1% pondría la pobreza en su mayor nivel desde 1965.
La pobreza se está extendiendo a niveles récord en muchos grupos, desde trabajadores en paro hasta familias suburbanas. Las personas que llevan desempleadas mucho tiempo han abandonado su esperanza de encontrar trabajo, por lo que no son ya consideradas desempleadas por el Estado y peligra su ayuda en prestaciones. Los suburbios han visto aumentar la pobreza en Colorado, Florida y Nevada.
"Crecí yendo a Hawai cada verano. Ahora aquí estoy, pidiendo ayuda porque me resulta difícil sobrevivir. Es un ajuste muy duro", dijo Laura Fritz, de 27 años y residente en Wheat Ridge, Colorado, al describir su caída de la opulencia a la pobreza mientras llena solicitudes de asistencia pública en un centro condal. Desde el 2000, grandes sectores del condado de Jefferson, en las afueras de Denver, han experimentado un alza de casi el doble en los niveles de pobreza.
Fritz dice que creció en una clase privilegiada en el suburbio de Denver de Highlands Ranch, pero su fortuna se malogró tras perder sus padres mucho dinero en la crisis de los bienes raíces. Atrapados en una casa de medio millón de dólares, sus padres comenzaron a consumir cupones de alimentos y desapareció el dinero para los estudios universitarios de Fritz. Ella intentó ingresar en el ejército pero resultó lesionada durante su entrenamiento básico.
Vive ahora con una pensión por incapacidad física, con una hija pequeña y su novio, Garrett Goudeseune, de 25 años, quien no encuentra trabajo como jardinero. Sufren para pagar su alquiler mensual de 650 dólares con sus cheques de desempleo y no saben cómo sobrevivirán sin la ayuda extra mientras esperan una mejora del mercado laboral.
En un año electoral dominado por temas de la clase media, el caso de Fritz resalta la cruda realidad de un creciente grupo sumido en la pobreza. Millones de personas podrían quedar afectadas al disminuir la ayuda gubernamental por los pagos de compensaciones por desempleo, el seguro médico de los menesterosos Medicaid, la asistencia social y otros.
"Los temas no solamente tocan los beneficios públicos. Tenemos problemas enraizados en la economía", dijo Peter Edelman, director del Centro contra la Pobreza, Iniquidad y Política Pública de Georgetown.