España es toda una paradoja: decenas de miles se ven abocados al desahucio, perdiendo el techo sobre sus cabezas, mientras las viviendas cada vez valen menos. El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), junto con la Fundación BBVA, han publicado un nuevo informe que certifica una durísima verdad para la economía española: el valor de la vivienda tiene un presente catastrófico, y un futuro que ojalá fuera incierto. El stock de capital en viviendas y en otras construcciones en España y su distribución territorial', que así se llama el estudio, expone que el valor de las viviendas existentes en España se situó en 4,9 billones de euros en 2010, después de alcanzar un máximo en 2008 estimado en 5,3 billones de euros.
Presenta pues una caída del 6,8% entre 2008 y 2010, lo que equivale a cerca de 360.000 millones de euros. Es decir, su pérdida de valor en los primeros tres años de la crisis equivale a una cantidad casi tres veces superior a la del segundo rescate a Grecia.
Esta disminución se debe a una reducción en los precios (-9,2%), dado que la superficie construida ha aumentado un 2,4% en ese periodo. Esa caída en los precios se ha producido tanto en el valor de la edificación (que representa un 50,2% de la reducción) como en el del suelo (que representa el 49,8% restante).
La investigación actualiza los datos del valor del parque de viviendas existente actualmente en España, además de estimar por primera vez el valor total del stock de otras construcciones, incluido el suelo, clasificadas según la actividad productiva en la que se utilizan. En la valoración se considera tanto la edificación como el suelo sobre el que se asientan las construcciones.
Entre otros resultados, los datos muestran que para comprar todo el parque de viviendas de España en 2010 se requería la remuneración de 9,7 años del conjunto de asalariados españoles, mientras que en 2000 era necesaria la masa salarial correspondiente a 5,8 años de trabajo.
Asimismo, Cataluña, Andalucía y Madrid son las comunidades con un peso más elevado en el valor total del stock de edificaciones no residenciales. Sin embargo, estas comunidades han experimentado a lo largo de los años una ligera pérdida de peso relativo, en el caso de Madrid, y un estancamiento, en Cataluña.
En cambio, Andalucía, situada en el tercer lugar tanto en 1990 como en el 2010, ha ganado mucho peso en el periodo, como consecuencia de su intenso ritmo de incremento anual, situado en el 12,5%.
Presenta pues una caída del 6,8% entre 2008 y 2010, lo que equivale a cerca de 360.000 millones de euros. Es decir, su pérdida de valor en los primeros tres años de la crisis equivale a una cantidad casi tres veces superior a la del segundo rescate a Grecia.
Esta disminución se debe a una reducción en los precios (-9,2%), dado que la superficie construida ha aumentado un 2,4% en ese periodo. Esa caída en los precios se ha producido tanto en el valor de la edificación (que representa un 50,2% de la reducción) como en el del suelo (que representa el 49,8% restante).
La investigación actualiza los datos del valor del parque de viviendas existente actualmente en España, además de estimar por primera vez el valor total del stock de otras construcciones, incluido el suelo, clasificadas según la actividad productiva en la que se utilizan. En la valoración se considera tanto la edificación como el suelo sobre el que se asientan las construcciones.
Entre otros resultados, los datos muestran que para comprar todo el parque de viviendas de España en 2010 se requería la remuneración de 9,7 años del conjunto de asalariados españoles, mientras que en 2000 era necesaria la masa salarial correspondiente a 5,8 años de trabajo.
Asimismo, Cataluña, Andalucía y Madrid son las comunidades con un peso más elevado en el valor total del stock de edificaciones no residenciales. Sin embargo, estas comunidades han experimentado a lo largo de los años una ligera pérdida de peso relativo, en el caso de Madrid, y un estancamiento, en Cataluña.
En cambio, Andalucía, situada en el tercer lugar tanto en 1990 como en el 2010, ha ganado mucho peso en el periodo, como consecuencia de su intenso ritmo de incremento anual, situado en el 12,5%.