Parece que fue ayer cuando entraba en vigor la polémica reforma laboral. Sin embargo, la norma cumple dos años el próximo miércoles, 12 de febrero. ¿Sus resultados? Dos años después, sigue levantando opiniones enfrentadas. Mientras Funcas y otras entidades califican el balance de "poco alentador", el Gobierno asegura que pronto comenzarán a notarse con mayor intensidad los efectos de esta norma en el mercado laboral.
Según los últimos datos del antiguo Inem, el paro ha aumentado un 4,6%, hasta los 4.814.435 parados, desde que se puso en vigor la reforma laboral. Por su parte, la afiliación media a la Seguridad Social se ha reducido en 769.627 personas, un 4,5%, hasta situarse en 16.176.610 cotizantes al finalizar enero de 2014. El número de afiliados extranjeros ha bajado en mayor medida en este periodo, hasta suponer la cifra más baja en años. En total se ha registrado una caída del 10,4%, hasta los 1.514.821 inmigrantes inscritos en la Seguridad Social.
Atendiendo a los datos que ofrece trimestralmente la Encuesta de Población Activa (EPA), los resultados también son negativos en paro y ocupación. Cuando arrancó la reforma laboral, el número de desempleados EPA era de 5.273.600 personas (dato correspondiente al cuarto trimestre de 2011). En el mismo trimestre de 2013, la cifra de parados ha alcanzado los 5.896.300, esto es, 622.700 desempleados más que dos años antes (+11,8%).
Pese a estos datos, el Ejecutivo defiende que la reforma laboral ha ayudado a frenar la destrucción de puestos de trabajo y que en los próximos meses se verán con mayor intensidad sus resultados. "La reforma ha logrado contener la destrucción del empleo, aumentar la flexibilidad y reducir la dualidad. Está cumpliendo con sus objetivos iniciales", aseguró la ministra del ramo, Fátima Báñez, cuando se cumplía el primer año de la norma. De hecho, los datos de expedientes de regulación de empleo (ERE) muestran un descenso de los trabajadores afectados y un mayor uso de las suspensiones de contrato y reducciones de jornada, frente a los despidos colectivos.
El argumento que esgrime es el cambio en el contexto económico en el que se aprobó la reforma. Al finalizar 2011, la economía española acababa de entrar en recesión y mostraba caídas del PIB del 0,4% en términos trimestrales y del 0,6% en valores interanuales. Hoy, la economía española ha retornado a tasas positivas trimestrales, con un crecimiento del 0,3%, aunque sigue en tasas interanuales negativas (-0,1%).
El Ejecutivo de Mariano Rajoy observa un mayo impacto en materia salarial por la mayor flexibilidad en la negociación colectiva, que facilitaría entre otras cosas los descuelgues de convenios y la modificación de las condiciones laborales. De hecho, según la tercera entrega del 'Observatorio de Seguimiento de la Reforma Laboral', que elaboran la Fundación Sagardoy, el Club de la Excelencia en Sostenibilidad y Adecco, la reforma laboral ha permitido a las grandes empresas bajadas medias de sueldo del 10%.
Mientras que 2011, se cerró con una subida salarial media del 1,98%, en 2013 los salarios han crecido una media del 0,57%. Los sindicatos achacan esta moderación en los sueldos de los trabajadores al acuerdo de convenios que firmaron con CEOE y Cepyme para el periodo 2012-2014 y denuncian que se han devaluado los salarios. Los sueldos reales han bajado y los costes salariales se han reducido más de un 9%, minando el poder adquisitivo de los trabajadores.
Al cumplirse el primer año de funcionamiento de la norma, el Banco de España constataba que la reforma había profundizado en el proceso de moderación salarial y logrado un cierto impacto positivo sobre el empleo neto, aunque no apreciaba grandes cambios en la dualidad del mercado laboral. Funcas, por su lado, ha publicado recientemente un informe en el que también lamenta que la reforma no haya resuelto el problema de la dualidad entre fijos y temporales, al tiempo que calificaba de "poco alentadores" sus resultados en empleo y paro.
Por su parte, la Fundación Sagardoy ha destacado que los despidos improcedentes han perdido peso gracias a la reforma laboral, mientras que la OCDE, en el informe que le encargó el Gobierno sobre la norma, concluyó que, aunque iba en la dirección "correcta", era necesario adoptar más medidas para reducir la tasa de paro, incluyendo una reducción gradual de las indemnizaciones por despido en las grandes empresas y la ampliación del periodo de prueba.