Jerôme Kerviel, el bróker que en 2008 hizo temblar los cimientos del banco francés Société Général por las pérdidas multimillonarias que arrastró, dijo hoy que no se entregará a las autoridades galas que habían ordenado su ingreso en prisión antes de esta medianoche.
El fugitivo se encuentra en Ventimiglia, en la frontera entre Francia e Italia, donde llegó a pie tras una peregrinación que le llevó durante meses a alcanzar el Vaticano. Desde allí, en medio de un gran número de periodistas franceses, aseguró que no tiene intención de entregarse a la justicia antes de poder entrevistarse con el presidente, François Hollande. Kerviel fue condenado a tres años de prisión por haber provocado al banco pérdidas de 4.900 millones de euros, al haber invertido en productos de riesgo.
La Fiscalía francesa le había dado hasta esta medianoche para entregarse e ingresar en prisión.
Pero el bróker se negó a atravesar la frontera, donde le están esperando en la localidad de Menton, "me quedo aquí esperando la posición del presidente", dijo. Kerviel, que se dijo "dispuesto a cumplir su pena", pidió al presidente "protección" frente a las "disfunciones del sistema judicial" que llevaron a su condena. Una petición que no parece haber sido escuchada desde París, donde la Fiscalía advirtió de que si no se entrega a las autoridades, Kerviel será declarado en busca y captura y se emitirá una euroorden para su arresto.
La Presidencia tampoco tiene por el momento previsto ocuparse del caso del bróker.
Y eso que el caso de Kerviel, que ahora tiene 37 años, está ganando popularidad entre los franceses, que cada vez son más lo que le consideran como una víctima de un sistema puesto en marcha por los bancos para multiplicar sus ganancias. Cuando esa estrategia fracasó, los directivos de Société Générale culparon de las pérdidas a Kerviel, asegura su comité de apoyo.
"No soy culpable, no me arrodillaré ante una decisión injusta", afirmó el bróker.
Su caso llegó hasta el Tribunal Supremo, que confirmó la pena de tres años de cárcel, aunque pidió que se revisen las indemnizaciones impuestas, que alcanzaban los 4.900 millones de euros.
La cifra corresponde al daño causado a SG por las inversiones desconsideradas que efectuó durante años Kerviel, que hicieron temblar los cimientos de uno de los principales bancos franceses.
El entorno de Kerviel considera imposible que un simple bróker provocara esas pérdidas al banco sin que sus superiores estuvieran al tanto de su forma de actuar. EFE
El fugitivo se encuentra en Ventimiglia, en la frontera entre Francia e Italia, donde llegó a pie tras una peregrinación que le llevó durante meses a alcanzar el Vaticano. Desde allí, en medio de un gran número de periodistas franceses, aseguró que no tiene intención de entregarse a la justicia antes de poder entrevistarse con el presidente, François Hollande. Kerviel fue condenado a tres años de prisión por haber provocado al banco pérdidas de 4.900 millones de euros, al haber invertido en productos de riesgo.
La Fiscalía francesa le había dado hasta esta medianoche para entregarse e ingresar en prisión.
Pero el bróker se negó a atravesar la frontera, donde le están esperando en la localidad de Menton, "me quedo aquí esperando la posición del presidente", dijo. Kerviel, que se dijo "dispuesto a cumplir su pena", pidió al presidente "protección" frente a las "disfunciones del sistema judicial" que llevaron a su condena. Una petición que no parece haber sido escuchada desde París, donde la Fiscalía advirtió de que si no se entrega a las autoridades, Kerviel será declarado en busca y captura y se emitirá una euroorden para su arresto.
La Presidencia tampoco tiene por el momento previsto ocuparse del caso del bróker.
Y eso que el caso de Kerviel, que ahora tiene 37 años, está ganando popularidad entre los franceses, que cada vez son más lo que le consideran como una víctima de un sistema puesto en marcha por los bancos para multiplicar sus ganancias. Cuando esa estrategia fracasó, los directivos de Société Générale culparon de las pérdidas a Kerviel, asegura su comité de apoyo.
"No soy culpable, no me arrodillaré ante una decisión injusta", afirmó el bróker.
Su caso llegó hasta el Tribunal Supremo, que confirmó la pena de tres años de cárcel, aunque pidió que se revisen las indemnizaciones impuestas, que alcanzaban los 4.900 millones de euros.
La cifra corresponde al daño causado a SG por las inversiones desconsideradas que efectuó durante años Kerviel, que hicieron temblar los cimientos de uno de los principales bancos franceses.
El entorno de Kerviel considera imposible que un simple bróker provocara esas pérdidas al banco sin que sus superiores estuvieran al tanto de su forma de actuar. EFE