El primer ministro griego sostuvo el miércoles una larga reunión con legisladores de su partido, informándoles de las concesiones que hizo a los acreedores de la eurozona para obtener una extensión de cuatro meses al rescate financiero del país, en medio de creciente descontento en el partido por lo que algunos ven como una capitulación.
La reunión, a puerta cerrada, duró más de 11 horas.
El premier Alexis Tsipras, elegido el mes pasado bajo la promesa de que rechazaría las medidas de austeridad del rescate financiero, incluidos los recortes de gastos y el aumento de impuestos, tuvo problemas para persuadir a los radicales de su partido de extrema izquierda, Syriza, de que Grecia tuvo éxito en las negociaciones europeas.
El país obtuvo el martes la extensión al realizar una serie de concesiones a medidas políticas, incluida su adhesión a ciertas reformas y su énfasis en que está dispuesto a combatir la corrupción y la evasión de impuestos. Tsipras también prometió no dar marcha atrás en las privatizaciones, algo que había prometido que sí haría antes de ser elegido el 25 de enero, y no tomar ninguna acción unilateral sin consultar a los acreedores.
Pero algunos miembros del partido y ministros insisten en que las promesas de campaña se deben cumplir.
El ministro de Energía y Medio Ambiente, Panagiotis Lafazanis, un radical del partido, ha repetido que no seguirá adelante con las privatizaciones, las cuales formaron parte de los requisitos iniciales para el rescate financiero de 240.000 millones de euros (en la actualidad equivalentes a 272.000 millones de dólares).
Lafazanis declaró al periódico Ethnos que la privatización de la energía eléctrica y de la compañía de generación de electricidad sería suspendida, ya que no se han recibido las ofertas finales.
El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, en una entrevista el miércoles con la radiodifusora RealFM, dijo que la lista de medidas políticas que envió a Bruselas para conseguir la extensión incluía "ambigüedad constructiva" en el tema de las privatizaciones. El texto de la carta de Varoufakis a Bruselas dice que las privatizaciones completadas no serán anuladas y que, para aquellas que ya se hicieron compromisos, "el gobierno respetará el proceso, de acuerdo a la ley".
"La ley le da al gobierno posibilidades tanto de cambiar los términos del procedimiento y en cierto punto revisar la legalidad de este procedimiento", comentó el funcionario. "Nuestra posición es muy sencilla. La liquidación de los mejores bienes del país a precios bajísimos y de forma que no genere desarrollo para la economía debe ser detenida".
Las críticas más directas, y simbólicamente dañinas, vinieron el fin de semana de parte de Manolis Glezos, perteneciente a Syriza y miembro del parlamento europeo, reconocido en Grecia por haber retirado la bandera nazi de la cima de la Acrópolis durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial.
Glezos escribió una carta abierta el fin de semana en la que se disculpó públicamente con el pueblo de Grecia por respaldar lo que dijo era una "ilusión" de que las odiadas medidas de austeridad del rescate financiero serían derogadas de inmediato.
La lista de metas políticas de Grecia está siendo utilizada como punto de partida para la creación de nuevas medidas de reforma que el Parlamento griego tendrá que someter a votación.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, ambos contribuyentes en el rescate financiero, han expresado sus reservas sobre los compromisos de Grecia. Dijeron que estos fueron suficientes para aprobar la extensión, pero son vagos y necesitan ser traducidos en acciones concretas.