La administración Trump promete grandes reformas al régimen tributario que rige para las empresas, medidas que podrían tener grandes consecuencias afuera de Estados Unidos
Un punto de referencia es el proyecto redactado por republicanos de la Cámara de Representantes: en particular una propuesta de "impuesto de ajuste fronterizo". La idea derivó en una fuerte oposición por parte de la comunidad empresaria norteamericana. Pero los defensores del proyecto aseguran que impulsará la inversión.
¿Cuál es la propuesta?
Con el ajuste fronterizo las compañías ya no deducirían el costo de los productos importados de su ganancia imponible, mientras que las exportaciones serían exentas del impuesto.
Si bien muchos detalles no están claros, gravar la inversión en importaciones en vez de gravar las ventas de exportaciones sería beneficioso para un país con un gran déficit comercial.
Según Tax Foundation, un think-tank de Washington, con el impuesto fronterizo el país recaudaría u$s 1 billón en una década. Pero otros aspectos del plan probablemente disminuyan los ingresos provenientes de impuestos a las sociedades en general.
¿Es un medida proteccionista?
Los republicanos la promocionan en parte como una alternativa más aceptable a los aranceles punitivos que Trump amenazó con fijar a China y México durante su campaña electoral. Muchos de los republicanos defensores de los ajustes fronterizos aseguran que el nuevo impuesto permitiría a EE.UU., por primera vez, luchar contra la discriminación que conllevan los regímenes del IVA que aplican sus socios comerciales.
Pero casi todos los economistas rechazan esa visión de que el IVA equivale a un subsidio para las exportaciones.
¿En qué principio se basa?
Según la propuesta, las ganancias serían gravadas en el país "de destino" donde se hagan las ventas. El impuesto sería mas difícil de evadir que el actual impuesto a las sociedades porque es más complicado manipular ventas que otras actividades corporativas como transferencias dentro de las empresas. El impuesto se calcula sobre el flujo de caja. Eso lo convierte en el equivalente del IVA con una deducción por los costos laborales.
¿Quiénes serían los ganadores y perdedores de la reforma?
Al no aplicarse el impuesto convencional a las sociedades que grava las exportaciones, el impuesto de ajuste fronterizo abarataría las exportaciones en el mercado mundial. A la inversa, el costo local de las importaciones subiría debido al impuesto a las importaciones. Ese aspecto de la propuesta generó fuerte oposición de Walmart y otros importadores.
Pero los defensores del nuevo tributo insisten en que no perjudicará a los importadores. Ni que generará ganancias inesperadas a los exportadores. La teoría económica anticipa que el dólar se apreciaría 25% contra otras monedas si se fijara un impuesto de 20%, dado que el gravamen reduciría la demanda de importaciones y, por lo tanto, se intercambiarán menos dólares con los extranjeros.
La suba del dólar a tales niveles golpearía a los emisores no estadounidenses de financiamiento en dólares. También provocaría una multimillonaria reducción en dólares del valor de las inversiones extranjeras en manos de inversores norteamericanos y un similar repunte de la riqueza de extranjeros que tienen activos estadounidenses. Financial Times
Un punto de referencia es el proyecto redactado por republicanos de la Cámara de Representantes: en particular una propuesta de "impuesto de ajuste fronterizo". La idea derivó en una fuerte oposición por parte de la comunidad empresaria norteamericana. Pero los defensores del proyecto aseguran que impulsará la inversión.
¿Cuál es la propuesta?
Con el ajuste fronterizo las compañías ya no deducirían el costo de los productos importados de su ganancia imponible, mientras que las exportaciones serían exentas del impuesto.
Si bien muchos detalles no están claros, gravar la inversión en importaciones en vez de gravar las ventas de exportaciones sería beneficioso para un país con un gran déficit comercial.
Según Tax Foundation, un think-tank de Washington, con el impuesto fronterizo el país recaudaría u$s 1 billón en una década. Pero otros aspectos del plan probablemente disminuyan los ingresos provenientes de impuestos a las sociedades en general.
¿Es un medida proteccionista?
Los republicanos la promocionan en parte como una alternativa más aceptable a los aranceles punitivos que Trump amenazó con fijar a China y México durante su campaña electoral. Muchos de los republicanos defensores de los ajustes fronterizos aseguran que el nuevo impuesto permitiría a EE.UU., por primera vez, luchar contra la discriminación que conllevan los regímenes del IVA que aplican sus socios comerciales.
Pero casi todos los economistas rechazan esa visión de que el IVA equivale a un subsidio para las exportaciones.
¿En qué principio se basa?
Según la propuesta, las ganancias serían gravadas en el país "de destino" donde se hagan las ventas. El impuesto sería mas difícil de evadir que el actual impuesto a las sociedades porque es más complicado manipular ventas que otras actividades corporativas como transferencias dentro de las empresas. El impuesto se calcula sobre el flujo de caja. Eso lo convierte en el equivalente del IVA con una deducción por los costos laborales.
¿Quiénes serían los ganadores y perdedores de la reforma?
Al no aplicarse el impuesto convencional a las sociedades que grava las exportaciones, el impuesto de ajuste fronterizo abarataría las exportaciones en el mercado mundial. A la inversa, el costo local de las importaciones subiría debido al impuesto a las importaciones. Ese aspecto de la propuesta generó fuerte oposición de Walmart y otros importadores.
Pero los defensores del nuevo tributo insisten en que no perjudicará a los importadores. Ni que generará ganancias inesperadas a los exportadores. La teoría económica anticipa que el dólar se apreciaría 25% contra otras monedas si se fijara un impuesto de 20%, dado que el gravamen reduciría la demanda de importaciones y, por lo tanto, se intercambiarán menos dólares con los extranjeros.
La suba del dólar a tales niveles golpearía a los emisores no estadounidenses de financiamiento en dólares. También provocaría una multimillonaria reducción en dólares del valor de las inversiones extranjeras en manos de inversores norteamericanos y un similar repunte de la riqueza de extranjeros que tienen activos estadounidenses. Financial Times