Wall Street
Uno de los hechos de los que más se ha hablado en el mundo financiero en los últimos años es el asombroso comportamiento de la bolsa estadounidense desde sus mínimos de 2009. El 6 de marzo de ese año el S&P alcanzó un mínimo de 666,79 puntos. El pasado viernes el selectivo estadounidense cerró en los 2.472 puntos. Es decir, una subida del 271% en algo más de 8 años.
La bolsa estadounidense, desde la corrección lateral de 2015, ha ido encadenando máximo histórico tras máximo histórico, lo que ha llevado a muchos gestores a la convicción, a mi entender equivocada, que la renta variable del país muestra una importante fortaleza subyacente que le llevará a seguir ganando posiciones en los próximos meses/años.
El motivo de por qué creo que esta convicción es equivocada reside en la naturaleza de las subidas. Como vemos en la tabla adjunta, elaborada por Ben Carlson, la subida de la bolsa estadounidense se basa en los grandes valores, especialmente tecnológicos, cuyo peso en los indicadores desvirtúa el comportamiento del resto de títulos.
El retorno medio de las 10 principales acciones en lo que va de año es del 18,44% frente el 11% de retorno del S&P 500. Esto quiere decir, que hay un gran número de compañías cotizadas que lo están haciendo sensiblemente peor que los índices de referencia, y en muchos casos, con signo negativo anual.
Lo preocupante de este hecho es que es totalmente anómalo. Recientemente Ned Davis Research publicó un estudio en el que se mostraba que el S&P 500 había subido cerca del 5000% desde 1972 a 2013. Ahora bien, si hubieras tenido únicamente las acciones más grandes en ese periodo, el rendimiento habría sido de únicamente el 400%.
La explicación a este buen comportamiento de los grandes valores en los últimos años es que ahora estos son mayoritariamente tecnológicos. Este sector ha tenido una excepcional evolución tanto en sus fundamentales como en sus cotizaciones en bolsa, de ahí la ganancia de peso en los selectivos, y de la rentabilidad de los mismos. Esto se ve con claridad en la siguiente tabla donde se recoge la evolución del top 10 de la bolsa estadounidense a lo largo del tiempo.
Podemos sacar tres principales conclusiones de estos datos:
- La principal causa para el buen comportamiento de los índices generales estadounidenses ha sido la evolución de su sector tecnológico.
- Históricamente los valores de gran capitalización lo hacen peor que el conjunto del mercado.
- El sector tecnológico cotiza en estos momentos a un ratios muy exigentes. Una corrección a niveles promedios implicaría una caída sensible de los índices generales pues no se verían apoyados por otros sectores. Por Carlos Montero de La Carta de La Bolsa.
Uno de los hechos de los que más se ha hablado en el mundo financiero en los últimos años es el asombroso comportamiento de la bolsa estadounidense desde sus mínimos de 2009. El 6 de marzo de ese año el S&P alcanzó un mínimo de 666,79 puntos. El pasado viernes el selectivo estadounidense cerró en los 2.472 puntos. Es decir, una subida del 271% en algo más de 8 años.
La bolsa estadounidense, desde la corrección lateral de 2015, ha ido encadenando máximo histórico tras máximo histórico, lo que ha llevado a muchos gestores a la convicción, a mi entender equivocada, que la renta variable del país muestra una importante fortaleza subyacente que le llevará a seguir ganando posiciones en los próximos meses/años.
El motivo de por qué creo que esta convicción es equivocada reside en la naturaleza de las subidas. Como vemos en la tabla adjunta, elaborada por Ben Carlson, la subida de la bolsa estadounidense se basa en los grandes valores, especialmente tecnológicos, cuyo peso en los indicadores desvirtúa el comportamiento del resto de títulos.
El retorno medio de las 10 principales acciones en lo que va de año es del 18,44% frente el 11% de retorno del S&P 500. Esto quiere decir, que hay un gran número de compañías cotizadas que lo están haciendo sensiblemente peor que los índices de referencia, y en muchos casos, con signo negativo anual.
Lo preocupante de este hecho es que es totalmente anómalo. Recientemente Ned Davis Research publicó un estudio en el que se mostraba que el S&P 500 había subido cerca del 5000% desde 1972 a 2013. Ahora bien, si hubieras tenido únicamente las acciones más grandes en ese periodo, el rendimiento habría sido de únicamente el 400%.
La explicación a este buen comportamiento de los grandes valores en los últimos años es que ahora estos son mayoritariamente tecnológicos. Este sector ha tenido una excepcional evolución tanto en sus fundamentales como en sus cotizaciones en bolsa, de ahí la ganancia de peso en los selectivos, y de la rentabilidad de los mismos. Esto se ve con claridad en la siguiente tabla donde se recoge la evolución del top 10 de la bolsa estadounidense a lo largo del tiempo.
Podemos sacar tres principales conclusiones de estos datos:
- La principal causa para el buen comportamiento de los índices generales estadounidenses ha sido la evolución de su sector tecnológico.
- Históricamente los valores de gran capitalización lo hacen peor que el conjunto del mercado.
- El sector tecnológico cotiza en estos momentos a un ratios muy exigentes. Una corrección a niveles promedios implicaría una caída sensible de los índices generales pues no se verían apoyados por otros sectores. Por Carlos Montero de La Carta de La Bolsa.