El otro día, leía con asombro e indignación (que es como suelo leer las cosas) que enviar SMS es 4 veces más costoso que recibir datos del Hubble.
Científicos de la NASA calcularon que el coste de la transmisión de mensajes SMS es 4 veces mayor al coste de la transmisión de datos desde el telescopio espacial Hubble hacia la tierra.
El tamaño máximo promedio de un SMS es de 160 caracteres el cual son 140 bytes. Teniendo en cuenta que cada sms cuesta en promedio 5 peniques (que en España es más) y que hay 1.048.576 bytes en un megabyte, da un total de £374,49 libras por MB transferido. Aproximadamente 4.4 veces mas caro que las estadísticas más pesimistas del costo de transferencia del Hubble hacia la tierra.
A pesar de lo difícil que resulta calcular el costo de transferencia del Hubble, se estima que cuesta aproximadamente entre 8,85 y 85 libras el MB transferido. Mucho menos de los 374 libras que cuesta el envío de SMS.
Y hoy vuelvo a leer con todavía más asombro e indignación que los españoles, gastamos más en teléfono que en pescado.
Los españoles de hoy gastan más en teléfono que en pescado y marisco. Más en cuidados personales (gimnasio, masajista, belleza) que en salud. Casi tanto en hoteles y restaurantes como en vivienda, agua, gas y electricidad. Y exactamente lo mismo en el equipamiento del jardín y el cuidado de las mascotas que en medicamentos para sus dolencias. La estructura de su gasto permite hacer un perfecto retrato de una familia media: consumista, volcada en el ocio, preocupada por su aspecto físico y satisfecha de su nivel de vida. La comparación con lo que sucedía hace cuarenta años muestra el alcance de la revolución silenciosa que se ha operado en España: entonces, ocho de cada diez pesetas se destinaban a alimentarse, vestirse y pagar los gastos asociados a la vivienda. Hoy, esos mismos capítulos ni siquiera se llevan la mitad del presupuesto familiar.
Normal, por tanto que Telefónica haya presentado hoy unos beneficios de 1.538 millones de euros trimestral comparados, por ejemplo, con los 25,1 millones anuales de Pescanova. A Pescanova le ocurre lo mismo que a Iberia y es que el petróleo le pasa una factura muy grande. En el caso de la aerolínea registró una pérdida neta en el primer trimestre de 2008 ascendió de 0,4 millones de euros
Al ver estos resultados uno se pregunta ¿realmente hay crisis?. Creo que habría que entender que puede significar una crisis en el siglo XXI. Mientras que en una etapa de crecimiento, prácticamente todas las compañías tienen unos beneficios impresionantes, en crisis vemos algunas con pérdidas. Ni más ni menos. No se acaba el mundo ni nos vamos todos a la calle con la cartilla de racionamiento. Hay sectores e industrias que seguirán como si la macroeconomía fuese con ellos.
Por ejemplo, leo este interesante artículo: La crisis apenas tocará a las seis grandes: el 83,3% de su beneficio está fuera de la construcción.
Resulta paradójico que el parón de la construcción apenas vaya a rozar a las grandes empresas constructoras. Y es que la edificación de pisos juega cada vez un papel más residual en la última línea de su balance. Según los últimos datos facilitados por la patronal Seopan, las seis compañías de referencia en el sector -FCC, Dragados, Acciona, Ferrovial, OHL y Sacyr Vallehermoso- acumularon un beneficio antes de impuestos y amortizaciones (ebitda) en actividades ajenas a la construcción de 9.831 millones el pasado año, una cifra que multiplica por cinco los apenas 1.973 millones obtenidos en lo que sería su negocio original.
En estos casos decimos “Claro, las grandes siempre ganan”. Pero… ¿No es el interés de una empresa pequeña llegar a ser grande? ¿No será que se han hecho grandes simplemente porque han sabido jugar y retirarse a tiempo?
Sin duda, los indicadores económicos confirman que estamos ante algo más que una desaceleración, por ejemplo España crece un 2,7% en el primer trimestre y se desacelera más de lo esperado.
“Nuestro problema es que tenemos la confluencia de dos crisis exteriores como son la crisis crediticia y la subida de los precios del petróleo y de los alimentos y la propia situación interna”
Ya sebéis amigos, comed pescado y os haréis grandes y fuertes.