Comentario personal.
Finalmente diciembre ha resultado ser un mes alcista -si exceptuamos China y Dow Jones-, algo que no pasaba ¡desde abril! pero cuya única aportación a valorar en esta tendencia bajista ha sido la menor volatilidad. Eso sí, se ha conseguido cerrar el año lejos de mínimos, si bien hemos de recordar que el 20% de media que se ha rebotado desde el suelo sólo significa que éste está a un 10% de los precios actuales. Aquí tenéis un cuadro de los principales índices en el 2008 mes a mes:
El mes de enero se supone sí será clave en bolsa, es el mes donde se puede apreciar con claridad si la liquidez que hay está dispuesta a dirigirse a la renta variable o no y su importancia es tanta que, como se puede apreciar en este gráfico, el que enero sea positivo o no suele marcar la tendencia del año entero:
(Incluso el otro día leí que es el mes en el que más dinero ingresan los casinos de Las Vegas)
El caso es que estamos en época de buenos propósitos y qué mejor intención puede haber que aprender de los errores del año pasado. Esto, traducido a bolsa, creo se resume en fiarse de la tendencia siempre y nunca situarse contra ella. Yo entiendo los cabreos monumentales (y justificados) de aquellos que compraron acciones de Bear Stearns, Fannie Mae, Lehman Brothers etc. confiados en las palabras de directivos de esas compañías o del propio Paulson asegurando la viabilidad y fortaleza de estas compañías pero lo cierto es que no cayeron de precio de un día para otro, fue un proceso en el que quedó claro su tendencia era bajista. Y lo peor es que estoy convencido muchos de los inversores pequeños que se engancharon en estos valores lo hicieron precisamente cuando más acusada era dicha tendencia, confundiendo un bajo precio con un precio barato. No es correcto vender cuando la tendencia es alcista pero no deja de ser un precio que se paga a cambio de tranquilidad. Sin embargo, no vender -o comprar- cuando la tendencia es bajista, provoca pérdidas de dinero y dolor psicológico porque en el fondo es una actitud que refleja que el que lo hace se cree más listo que la inmensa mayoría de los participantes en los mercados. Todos los días se negocian acciones de compañías que no están en bancarrota porque los bancos les conceden nuevos créditos para no aumentar su morosidad y otras de empresas que nunca han dado beneficios, ni cuando la economía iba bien, otras que tienen una tendencia bajista clara y otras a las que les pasan estas tres condiciones a la vez… y muchos pequeños inversores siguen enganchados en ellas esperando un milagro… No estoy diciendo que nadie deshaga sus inversiones en esta clase de valores pero al menos que no vuelvan a cometer el error de volver a hacer algo así.
¿Nos fiaremos este año de las predicciones de los expertos?.
Son famosas ya en el mercado las equivocadas predicciones del FMI sobre el crecimiento mundial, las de los ministros de economía cuando elaboran los Presupuestos Generales del Estado, las de las casas de análisis y gurús… pero hay algunas instituciones que aún mantienen cierto prestigio. Una de ellas es la FED. ¿Es un error?
Según el trabajo realizado por David Reifschneider y Peter Tulip y tras estudiar desde 1986 a 2006 todas las predicciones de la FED, de la oficina presupuestaria del Congreso, de la Casa Blanca y las proyecciones del sector privado realizadas por el Blue Chips Consensus y el índice de pronosticadores profesionales, nos encontramos con que todos fallan más o menos lo mismo. Veamos los datos:
Según el estudio, el 70% del tiempo todo el mundo está equivocado en el rango correcto que ha pronosticado, por lo que se llega a la siguiente deducción, tras afinar los cálculos con las estadísticas históricas:
- Hay un 70% de posibilidades de que el crecimiento del año que viene sea ¡un 1,3%! más alto o más bajo que lo indicado por la FED en su horquilla de previsión.
- Para años siguientes el rango de error arriba o abajo se va a 1,4 puntos. (Esto lo encuentro yo realmente raro, que prácticamente se equivoquen en la misma proporción con las previsiones más cercanas y más lejanas).
Lo curioso es que se supone que la FED, con todo su despliegue de medios e información, debería obtener mejores cifras pero no consigue más que todos los demás agentes del mercado. Esto demuestra dos cosas:
- Que lo que dice la FED tiene más valor por decirlo la FED que por la fiabilidad de sus predicciones.
- Que intentar predecir la economía es algo tan difícil, que ni los que tienen más y mejor información del mundo son capaces de acertar. Es por ello que yo resalto tanto la necesidad de ser humildes.
Algo muy positivo sí podemos decir de la FED: ejerce la autocrítica sin problemas ya que dicho estudio fue publicado ¡por la propia FED!
(como decía un chiste gráfico que leí hace ya tiempo en el diario ADN, uno que sabe mucho de economía tiene tantas posibilidades de acertar la dirección de los mercados como uno que sabe mucho de fútbol de acertar la quiniela)
PD – Hablando de expertos, éstos dicen que el 15 de enero BCE bajará el tipo oficial al 2%.