La prudencia es una gran virtud y, reconociendo que han sido personajes poco prudentes los que han determinado la Historia de nuestra civilización y probablemente sus mayores avances, yo aconsejo en economía ser prudentes: no posicionarse contra tendencia, conocer bien el producto en el que se piensa invertir, utilizar un dinero del que se pueda prescindir, tener un límite máximo de pérdidas etc.
Pero si bien la prudencia ha beneficiado mucho a quien la ha practicado en economía en el último año y medio (si le ha ayudado a no tener una hipoteca a 30 años de una propiedad que no necesita o a no tener un fondo de inversión en renta variable -por poner dos ejemplos), también se puede decir que esa misma prudencia le ha podido perjudicar hasta hace dos años. Personalmente, la prudencia por ejemplo me llevó a no comprar Terras cuando lo hacía mucha gente y perdí una revalorización millonaria o a no comprar un apartamento en Benalmádena cuando conocí aquello hace 12 años y una propiedad costaba la mitad de mi sueldo bruto anual de entonces…
Luego no siempre es bueno ser prudente (aunque yo sea el primero en aconsejarlo) y tampoco es siempre malo comprar a crédito o endeudarse, sólo es malo cuando se hace sin control: la valentía también es una virtud. Basta ya de criminalizar a las personas por querer vivir mejor. Ha habido muchísimos errores: de los individuos, de los gobiernos, de las empresas, de las entidades financieras…evidentemente por eso estamos ante una crisis tan grave. Pero tampoco olvidemos que -al menos en España- nuestro nivel de vida es, en términos históricos y geográficos, muy bueno y es precisamente esa voluntad humana de superarse la que nos sacará de esta dichosa crisis.
Esto lo digo a colación de los muchos alarmistas que ahora hinchan el pecho afirmando “ya lo decía yo” y que se basan en el prestigio de su acierto para profetizar situaciones económicas inéditas en el futuro. No olvidemos que no es sólo acertar, es acertar el momento. Por ejemplo, yo mismo estaba convencido que la burbuja inmobiliaria era insostenible…pero eso lo pensaba en 2003 y claro, acerté tras cinco años pero yo lo considero un error…la de dinero que pude ganar y no gané en el mercado inmobiliario y la de malos consejos que di entonces a quien quería comprar. Los que en 2003, 2004, 2005, 2006 pronosticábamos el pinchazo de la burbuja inmobiliaria no deberíamos sentirnos orgullosos, ni mucho menos.