Buscando nuestro “difusor brawn”

Ayer Droblo nos habló sobre el posible impacto de Obama en el sector turístico de nuestro país, automáticamente la conversación derivó en la calidad y potencia de nuestra industria turística, en la polémica de los chiringuitos, los alemanes de Mallorca y los todo incluido del Carible pero lo cierto es que nos guste o no, es lo que sabemos y mejor hacemos.

En otros países saben hacer diferentes cosas, unos símplemente hacen agujeros en el suelo para plantar arroz o sacar petróleo, otros explotan minas de diamantes o coltán y otros se especializan en electrónica. Hoy veremos el caso de tres países que nos deberían de servir de inspiración para buscar alternativas a nuestros motores económicos que se encuentran últimamente un poco gripados, buscamos lo que en la F1 ha sido el “difusor brawn” algún tipo de evolución en nuestro sistema que nos permita mejorar la competitividad.

Para ello rescato este interesante reportaje de “The Economist”, esa revista inglesa que siempre nos está metiendo en caña, pero que seguro su redactor jefe verenea en la costa del sol.

Como el artículo es un pelín largo y muchos esperarán a llegar a casa para leerlo con ansia, la pregunta de hoy es. ¿Que alternativas de crecimiento al ladrillo/turismo véis para España?

Fundido en negro y empezamos el primer viaje…

Israel.

El escritorio de Dov Moran está lleno de carcasas de móviles. Moran ya ha conseguido un gran avance: inventar las ahora omnipresentes memorias USB. Pero sueña con otro avance: quiere separar “el cerebro” del “cuerpo” de varios dispositivos que controlan nuestras vidas, para permitirnos llevar aparatos pequeños que se puedan enchufar a cualquier cosa, desde teléfonos o cámaras hasta ordenadores. Moran vendió su negocio de memorias USB a SanDisk por 1.600 millones de dólares, creando un próspero grupo tecnológico cerca de su oficina. Esta vez quiere establecer un negocio israelí que dure, desafiando a los gigantes de la industria de los móviles y las cámaras de fotos.

Israel está lleno de aspirantes a Dov Moran. Es la sede de 4.000 empresas de alta tecnología, más de 100 fondos de capital riesgo y una emergente industria de sanidad. Entre las innovaciones que se han desarrollado en el país, se incluyen el chip Pentium (Intel), el buzón de voz (Comverse), la mensajería instantánea (Mirabilis, Ubique), los firewalls (Checkpoint) y la cápsula endoscópica, que permite a los médicos estudiar el interior de los pacientes sin necesidad de cirugía invasiva.

Incluso más que otros países, Israel tiene que agradecer a EEUU su despegue empresarial. Una brigada de empresas norteamericanas de alta tecnología, entre las que se encuentran Intel y Microsoft, han establecido allí sus divisiones de investigación. Ahora, una multitud de israelíes que una vez emigraron a EEUU en busca de educación y oportunidades han vuelto a casa, trayendo con ellos todo lo que han aprendido. Muchos empresarios israelíes se dividen entre Silicon Valley y Tel Aviv; casi 70 empresas israelíes cotizan en NASDAQ.

El gobierno israelí ha contribuido proporcionando un suministro disponible de capital humano y material. Israel tiene una de las tasas más altas de doctorados del mundo, la tasa más alta de ingenieros y científicos y algunas de las mejores universidades de investigación del mundo, en particular, el Technion, el Instituto Tecnológico Israelí. El talento innato del país se vio complementado con la llegada de 400.000 refugiados judíos cualificados provenientes del antiguo imperio soviético.

Sin embargo, la mayor ventaja para la empresa en Israel es su estatus de estado judío sitiado en un mar de hostilidad árabe. El ejército israelí no sólo trabaja para mantener al país en la vanguardia de la tecnología, sino que también enfrenta a los jóvenes israelíes (que son reclutados a los 18 años) en los valores del trabajo en equipo y la improvisación. Es sorprendentemente común que los jóvenes de Israel comiencen negocios con los amigos que conocieron en el ejército. Si a eso le añades una alta tolerancia al riesgo, derivado de una larga historia y de un omnipresente peligro de ataque, y tendrás las condiciones para un empresario explosivo.

Dinamismo danés
Comparado con un león como Dov Moran, Frederik Gundelach es un simple cachorro, pero tiene parte de la misma determinación. Sentado en una de las “casas de crecimiento” (incubadoras de empresarios) de Dinamarca, pone un termo sobre la mesa y se lanza en una explicación elaborada.

Gundelach asegura que su padre y él han descubierto una nueva manera de hervir agua sin necesidad de aplicar calor. Espera vender el termo a personas aficionadas a las actividades al aire libre y a soldados, pero no ahí no acaba su ambición. Afirma que la reacción química que calienta el agua también puede utilizarse para calentar o enfriar casas, reduciendo drásticamente el coste de la calefacción doméstica y la amenaza del calentamiento global.

Es muy pronto para saber si el termo de Gundelach se convertirá en un milagro embotellado o en un sueño imposible, pero el gobierno danés está haciendo todo lo posible para proporcionarle el apoyo que necesita. Dinamarca está comprometida en un experimento social para probar si puede abrazar la globalización capitalista y aún así preservar su generoso estado de bienestar. La economía danesa se ha dividido tradicionalmente entre las grandes multinacionales (como Carlsberg, un gigante de la cerveza), y una mezcla de pequeñas empresas familiares. El gobierno quiere añadir ahora una tercera fuerza económica: las start-ups con potencial para crecer rápidamente.

El gobierno ha hecho todo lo que un país escandinavo de mente ordenada puede hacer para cultivar estas nuevas empresas. El Banco Mundial ha establecido a Dinamarca como quinto país del mundo en facilidad para hacer negocios. Existe una red de casas de crecimiento / oficinas prefabricadas que proporciona a las start-ups muchas de las ventajas de las grandes compañías, como un servició de consultoría, servicios legales y salas de conferencias. El gobierno ha creado un fondo público de capital riesgo, el Vaekstfonden, y está intentando cambiar la actitud hacia los empresarios y promocionando la “educación para la iniciativa empresarial”.

Cuando los países musulmanes boicotearon los bienes daneses en 2005 después de que un periódico publicara unas caricaturas del profeta Mahoma, algún bromista sugirió que no tenía importancia ya que lo único que produce Dinamarca es cerveza y bacon. Pero el apoyo del gobierno a las empresas está cambiando la economía de forma clara.  Dinamarca es la sede del 20% de las empresas europeas de biotecnología. También alberga industrias de tecnologías limpias, de diseño y de moda. Como parte del PIB, las empresas danesas atraen más capital riesgo que las de cualquier otro país europeo.

Chispeante Singapur
A primera vista, Dinamarca y Singapur no tienen mucho en común, y sin embargo comparten no solo el mismo entusiasmo estatal por las empresas sino también muchas de sus políticas. El gobierno de Singapur ha realizado una gran inversión en medios digitales, bio-ingeniería, tecnologías limpias y purificación de aguas, creando grandes incubadoras y atrayendo a científicos extranjeros con abultados sobres de dinero. También ha establecido un fondo público de capital riesgo que a su vez ha traído grandes cantidades de capital riesgo privado. Más del 5% de las empresas con sede en Singapur están respaldadas por capital riesgo.

El gobierno ha hecho todo lo que estaba en su poder para facilitar la vida a los empresarios, lo que le ha reportado el primer lugar en la lista del Banco Mundial de facilidad de hacer negocios. El gobierno también ha puesto grandes esfuerzos en hacer que una población tradicionalmente pasiva se vuelva más innovadora. Las escuelas enseñan las virtudes de los negocios. Las universidades ponen más énfasis en la educación empresarial y en sus relaciones con la industria. La Universidad Tecnológica de Nanyang (cuyo presidente, como el de la Universidad Nacional de Singapur, es un antiguo trabajador de Hewlett-Packard) ofrece un título en “tecno-empresariales” e innovación.

Singapur ve a las empresas como un prerrequisito para un futuro crecimiento. Ha pasado las últimas décadas escalando la “cadena de valor” desde la fabricación a los servicios y desde el comercio a las finanzas. Su mayor prueba será crear industrias del conocimiento y producir empresas que puedan comercializar avances intelectuales.

Estos tres países tienen ventajas y desventajas en lo que se refiere al apoyo al empresariado. Israel depende demasiado de EEUU y se está viendo afectada gravemente por su recesión. Dinamarca es demasiado igualitaria. El alto impuesto sobre la renta del 63% lleva a la mayoría de los empresarios con éxito a irse del país.

Los singapurenses tienen incluso problemas culturales más profundos con las empresas. A los mejores y más brillantes no les atrae la empresa de alto riesgo, y la mayoría de la gente tiene un miedo excesivo a la quiebra, según Monitor. Los consumidores del país son de todo menos arriesgados: a pesar de la diversidad cultural de la isla, siguen obsesionados con las marcas occidentales. El país está pagando un alto precio por ello. Una empresa con base en Singapur, Creative Technology, inventó un reproductor de música digital, el NOMAD, dos años antes de que Apple lanzara el iPod, pero el NOMAD de Creative parecía un pesado reproductor de CD en vez de un pequeño accesorio de moda. Apple les pagó 100 millones de dólares por violación de patente, pero eso no compensó la pérdida de un mercado masivo.

Aún así, los gobiernos de los tres países siguen apoyando con entusiasmo la idea empresarial. Los daneses y los singapurenses lo consideran su billete al éxito en una economía global y los israelíes lo consideran una cuestión de supervivencia. Los tres también están ayudando a extender este credo entre sus vecinos. Los países árabes están empezando a darse cuenta de que la mejor manera de enfrentarse a Israel es copiar su vibrante economía. Dinamarca sirve de ejemplo a los líderes europeos como Sarkozy, quien quiere combinar dinamismo con protección social. Los chinos consideran a Singapur un útil laboratorio para las reformas.  En los años ochenta, China pidió a Goh Keng Swee, el ex ministro de finanzas de Singapur, para que asesorase en el desarrollo de sus zonas económicas especiales; hoy tiene la vista puesta en el modelo de estado de la ciudad-estado, un empresariado financiado.