Muchas veces vemos en la prensa noticias acerca de que a un país le han quitado la calificación AAA y claro, muchos se preguntan ¿Qué es AAA?. La respuesta no es fácil, ya que son unas iniciales de lo más común, veamos que nos cuenta la wikipedia.
Además, es el nombre de varias asociaciones:
Y de algunos grupos anticomunistas:
Me parece que nos quedamos como estábamos y ya sabemos que si no está en la Wikipedia es porque no existe. Así que hoy en vez de copiarla (y sin que sirva de precedente) esta vez será ella la que nos copie a nosotros, veamos de que se trata el AAA que tanto aparece en la prensa económica.
Las calificaciones de riesgo de crédito a largo plazo se llaman más comúnmente ratings a largo plazo. Se trata de una escala (Desde AAA hasta D) aplicable tanto a los ratings en moneda local como a los de divisas. Los ratings internacionales miden la capacidad de cumplir con las obligaciones en moneda local o en divisas. Vamos que de alguna manera nos indica la posibilidad de un país pague casi con total seguridad la deuda (AAA) o un impago inminente (D)
La definición deja bastantes dudas sobre el riesgo de una letra respecto a otra. ¿Hay mucha diferencia de un AAA a un AA+?. Veamos que nos contaba el otro día Droblo:
“La probabilidad de “default” (impago en romano paladín) de un AAA de gobierno es:
0,007599% a un año. Es decir un 99.9924010% de que pague.
0,09462434% a 5 años. Probabilidad de 99,90537566% de pagar.
0,3292975266667% a 10 años. Es decir un 99,6707024733333% de que pague.Qué pasa si pasamos a AA+:
Pues, que por ejemplo en 5 años, pasamos a una probabilidad de impago del 0,1190735566667%. ¡Oh Dios mio! Ahora la posibilidad de que me pague ha bajado al 99,8809264433333%, un 0,0244492166666999% menos que antes.Desgraciadamente las implicaciones de que le bajan de AAA a USA, UK o como ya le ha pasado a España son muchas.
Conclusión: el mundo se está jugando miles de millones de euros (y por consiguiente puestos de trabajo) a que los señores de las agencias de rating estimen la probabilidad de impago con 15 decimales
A lo cual añadimos otra pregunta, si las agencias de rating son las que vigilan la economía ¿Quién vigila a las agencias de rating?. Para ello recurro a un interesante artículo de The Washington Post que os resumo a continuación:
Algo que se aprende de los momentos de prosperidad y en los de recesión es la importancia de los guardianes, esos profesionales que deberían salvaguardar el sistema y mantener la honestidad de los mercados. Cuando se ven comprometidos o se hunden en su trabajo, la confianza se evapora y los mercados se colapsan.
Eso es lo que ocurrió durante la burbuja tecnológica de los años 90, cuando abogados, auditores y analistas de valores decidieron aprovechar el chollo y hacer oídos sordos a la estupidez y corrupción. Y también ha ocurrido durante la más reciente burbuja crediticia, cuando las agencias de calificación de riesgos fueron seducidas por los gruesos honorarios que recibían a cambio de dar la calificación “A” a cosas que difícilmente entendían. Incluso hoy, grandes partes del sombrío sistema bancario siguen sin funcionar porque los inversores y prestamistas siguen sin saber en quién, o en qué información, confiar.
Las agencias dominantes, Standard & Poor’s, Moody’s and Fitch, siguen afirmando que sus errores fueron más intelectuales que vinculados a la corrupción. No obstante, una investigación realizada el año pasado por la Securities and Exchange Commission – SEC (Comisión de Valores estadounidense) sugirió lo contrario. De tal modo, que las compañías ahora están intentando restablecer su reputación adoptando nuevas medidas para mejorar la fiabilidad de sus calificaciones. También han consentido en adoptar una serie de medidas sugeridas por la SEC y la Administración de Obama para aumentar el control del gobierno, prohibir la compra de calificaciones y proporcionar mayor transparencia al proceso de calificación.
Estos pasos son útiles y relevantes, pero no van más allá. Permitirían preservar un modelo de negocio que pone a las agencias de forma irremisible en un conflicto entre los intereses de los bancos y las empresas que pagan sobradamente para que sus títulos sean calificados, y los inversores que confían en esas calificaciones al comprar los títulos. Pondrían en su sitio a un mercado oligopolístico caracterizado por el comportamiento “yo también” y la falta de competencia de los precios, y preservarían un escudo legal que ha impedido a los inversores demandar a las agencias por negligencia cuando emiten calificaciones que saben, o deberían saber, que no son correctas.
Llámenme ingenuo, pero me parece que la gente que hace uso de un bien o servicio debería también pagar por él. Es así como funciona en la mayoría de los mercados, y cuando no es así, el ámbito sanitario es un buen ejemplo, las cosas tienden a salir mal.
Solía funcionar así también en el negocio de la calificación crediticia, ya que los inversores pagan directamente por las calificaciones y análisis a través de algún tipo de acuerdo de suscripción, o de forma indirecta a través de sus corredores de bolsa. Pero empezando a mediados de los 70, siguiendo con varias quiebras destacadas, la gente decidió que era importante poner a disposición de todos los inversores las calificaciones crediticias de forma pública. Las empresas que emitían bonos empezaron a pagar por las calificaciones, y las agencias no tardaron mucho en darse cuenta de que era mejor para los negocios que sus calificaciones fueran un poco más elevadas y a sus analistas les costaba más emitir calificaciones más bajas. En aquel momento, las obligaciones de deuda garantizadas prosperaron, no era infrecuente que las agencias proporcionaran a los emisores consejos entre bastidores acerca de cómo estructurar sus nuevos productos para obtener las mejores calificaciones. Los intereses de las agencias calificadoras llegaron a estar perfectamente alineados con los emisores de títulos, más que con los que los compraban.
Está muy bien establecer reglas diseñadas para evitar este tipo de carreras hacia el precipicio, pero la historia sugiere que tienden a colapsarse en el preciso momento en que más se las necesitaba, cuando la burbuja está en su punto máximo y es necesario generar enormes cantidades de dinero. Por tanto, la mejor manera de impedir estos inevitables conflictos de interés, a mi modo de ver, es volver al modelo en el que los inversores pagan.
El enfoque de la Administración, por el contrario, parece centrarse en quitar a los inversores la costumbre de confiar en las calificaciones, de modo que se vean obligados a investigar más por su cuenta. Considero que no es algo realista. Los inversores quieren un conjunto de puntos de referencia común, que puedan utilizar para valorar el riesgo de los títulos, al igual que quieren un número limitado de agencias supervisadas por el gobierno que los califiquen. Ese número, no obstante, seguramente puede ser mayor que tres. Y debería haber sitio también para docenas de pequeños jugadores especializados en diferentes tipos de valores que debería poder competir con las tres grandes tanto en calidad como en precio. Hasta hace poco, la regulación del gobierno había sido una barrera para ese tipo de competencia advenediza. Se debería prestar mucha más atención a incentivarla.
Hasta el momento ninguna agencia de clasificación ha sido demandada con éxito por engañar a los inversores. Hace poco, la SEC dio el primer paso para hacer uso de sus poderes y exigir un poco de responsabilidad legal a las agencias de calificación, pero sería aún mejor una nueva legislación que aclarase que las agencias de calificación tienen la obligación fiduciaria de cuidado y lealtad a sus clientes inversores. Eso no significa que puedan ser demandadas en cualquier momento en que una inversión sale mal. Lo que significa es que deberían ser responsables si publican una calificación que saben que es engañosa después de dar los pasos razonables pertinentes para determinar que la información que se les ha proporcionado era correcta.
Tal cambio, por sentado, sólo sería aplicable a situaciones futuras. Para situaciones pasadas, la SEC debería unirse a los fiscales generales en demandas civiles contra las tres grandes con el fin de forzar la devolución de esos beneficios que ganaron calificando como AAA a basura que valía CCC durante la reciente burbuja. Así es como inversores engañados recuperaron cientos de millones de dólares de compañías de Wall Street, cuyos analistas habían contribuido a inflar la burbuja tecnológica y de las telecomunicaciones. Los inversores engañados con productos crediticios estructurados se merecen lo mismo.
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Lo que tenemos por ahora son los siguientes hechos:
- Incipientes signos de reducción en el deterioro económico, y alguno de crecimiento, en diversos países. Débiles y por confirmarse en los próximos meses, una vez terminado el aluvión de dinero público, le queda la papeleta a la economía privada para sostener las cifras.
- Las autoridades están transmitiendo mensajes de confianza y optimismo, porque saben que ahora la pelota está en el tejado del consumo privado y las empresas. Hacen lo que tienen que hacer, porque no pueden hacer otra cosa. Si los agentes no reaccionan, puede que quede margen para un último cartucho de apoyo público, pero ya estaríamos en una situación muy delicada, con la confianza quebrada. Si a un par de meses de brotes verdes le sigue la espiral descendente, entonces ya veremos toda la traca (US dollar a freír puñetas, estallido del mercado de bonos, tipos reales a las nubes, quiebras en cadena,...).
- Por otra parte, seguimos teniendo cifras negativas, sobre todo en resultados empresariales, consumo privado, creación de empleo e inversión. El dilema que muchos tienen de por qué las bolsas siguen erre que erre, es que no son mercados, van a lo suyo, son un bingo en el que ya da todo igual, unido a la entrada de toda la pasta de renta fija (de la sartén al fuego).
- En España en particular, el sistema de provisiones bancarias anticíclicas del BdE ha demostrado su validez, es un hecho incuestionable. Nos ha permitido aguantar a las entidades durante los peores momentos (hasta ahora). Por el otro lado, la hemos cagado pero bien desperdiciando dicho tiempo, negando la mayor, y discutiendo la forma de la mesa de negociación. Pudiendo enfrentar nuestros mayores problemas con esta pequeña carta, la hemos desperdiciado, así que ahora estamos a los pies de los caballos. Lo que vaya a pasar en el resto del mundo, en España será n+1.
Yo no me atrevo a hacer previsiones, por la sencilla razón de que no tengo clara ni siquiera la posición de partida, lo que no quita discutir distintos escenarios como se está haciendo. Hay muy pocas cosas que se pueden extraer en claro a día de hoy, entre ellas:
- Estamos arruinados a nivel global, no hay que ser el economista jefe del BCE para comparar las cifras de pasivos y los activos que las respaldan. Todos lo sabemos, pero nadie quiere mentar la bicha, por lo tanto, nos queda...
- Confianza, al ser evidente nuestra ruina mundial, queda el recurso de mirar para otro lado, con CONFIANZA, y que todo el mundo se comporte como si no hubiera pasado nada, reanudar la actividad económica y guardar bajo la alfombra los muertos, que luego ya veremos cómo los enterramos.
- Por lo tanto, estamos en el momento de la verdad, las autoridades ya han hecho lo que tenían que hacer (chute de fondos públicos, discursos esperanzadores,...), nos toca a nosotros, consumidores y empresas, recoger el órdago y tirar para adelante. Por eso estamos en el momento de la verdad, nadie controla el mercado, eso es un mito, es algo demasiado grande y con demasiados agentes, puedes empujar un poco por algún lado, pero nada más. No puedes poner una pistola en la cabeza de cada americano y europeo para que salgan a consumir, ni en la de los empresarios para que inviertan.
En fin, el dilema está ahí, cada uno decide, unos optarán por seguir la consigna oficial, y otros por tomar riesgos, que caiga lo que tenga que caer, y ya veremos.
Lo que se está decidiendo es si le damos una prórroga al sistema capitalista transnacional, o lo dejamos caer, y que lo sustituya otro. Cada opción tiene sus riesgos, pero cada uno de nosotros es libre de decidir. Ninguna opción es reprochable, pues nadie está obligado a apoyar un sistema en el que no cree.
El que opte por la primera opción, que siga como si no pasara nada, trabajando y consumiendo, y a ser posible que apadrine a un promotor en breve, especialmente en España.
El que opte por la segunda, que cave la trinchera, consuma lo mínimo, pague sus deudas si las tiene, ahorre al máximo (fuera del circuito bancario, que jode más), y que invierta su tiempo en estudiar las alternativas al modelo actual que muchos están tratando de exponer. Los más avanzados podrán optar por tácticas más refinadas (economía B, elusión fiscal, migración a otro país con un modelo social y económico más atractivo,...)
La gente tiene que entender que tienen más poder de decisión sobre la economía del que creen, y eso implica ser responsable y consecuente con nuestras convicciones y las consecuencias que conllevan.
Vosotros decidís, nunca habéis tenido mejor oportunidad. Si creíais que estabais en manos de las transnacionales, es justamente al revés, las tenemos y bien pilladas por las pelotas, el capitalismo está a punto de morir de éxito, o le damos otra temporadita, para que monten la siguiente (commodities), y esa sí que va a doler.
Un saludo,
P.D. Si alguien tiene dudas sobre quién tiene pillado a quién, basta observar la que se ha montado con las marcas blancas o la gripe A.
Hola anonimo,tengo que darte la razon,esto no pinta bien.
¿Como podremos salir de este engaño?,nadie es de fiar y los gobiernos estan controlados por politicos corruptos.
Solo nosotros,los ciudadanos,cambiaremos este sistema "democratico",un sistema que permite que la gente viva en la miseria,si,miseria.
No conozco la respuesta,solo veo un camino doloroso.
Unidos ganaremos,eso es lo unico que se,es tan sencillo pero requiere esfuerzo.
¿Que entendemos por economia?,beneficio a costa de otros?,eso nunca puede funcionar.
Por que sube el Euribor?.
Buenas noches,
Sobre el debate de los presupuestos de ayer:
Los únicos que han dicho la verdad hoy han sido Duran i Lleida y Rosa Diez. El momento CLAVE ha sido cuando Rosa Díez ha dicho lo siguiente: "Hasta que no bajen los precios de los pisos no se va a acabar la crisis. Los bancos se han convertido en las mayores inmobiliarias del país. Están sosteniendo los precios".
Y amigos, es la verdad. Hasta que no bajen TODOS LOS PISOS un 50% o más... la crisis no va a irse de España. Es más, vamos a llegar a ver los precios a como estaban en 1993. Los pisos normales en zonas normales... costarán 90.000 euros. Tiempo al tiempo.
Saludos.
Esta no es la mejor hora para hacer preguntas pero, a colación del comentario numero 1, agradecería que alguien que sepa me explicara"la frase "(US dollar a freír puñetas, estallido del mercado de bonos, tipos reales a las nubes, quiebras en cadena,…)."
El dólar, los tipos y las quiebras lo entiendo, pero...
Qué significa que los bonos van a estallar?
Gracias
La actualización de mis previsiones, esta vez abarcaré hasta la salida del SME, desde la intervención del FMI. Mi propósito no es asustar a nadie sino alertar sobre lo que se nos viene encima y que yo veo como inevitable.
Por conveniencia de fechas pondré como fecha de la intervención del FMI el 30-9-2011, aunque evidentemente variará unos meses arriba o abajo.
Veamos cual será la situación en esos momentos:
1) España se ha visto obligada a recurrir al FMI ante la imposibilidad de colocar la deuda exterior y debido a una inminente suspensión de pagos del estado.
2) El paro estará situado en torno a 5.7 millones de personas (+1.4 sobre el dato actual) o 24% (EPA).
3) La inflación estará situada en sobre el 2%.
4) La deuda pública se situará sobre el 100% del PIB.
5) El déficit público hasta ese mes del 2011 será sobre el 12% (oficial).
6) La vivienda (según el INE) habrá bajado algo menos de un 20% sobre precios de burbuja (sobre un 12% la nueva y un 25% la usada).
7) No se habrán producido grandes sustos en la banca, debido a los subterfugios contables y a las inmensas inyecciones de dinero público.
8) El PIB habrá caído un 2% en esos tres trimestres de 2011.
La intervención del FMI será una sorpresa para la inmensa mayoría de la población, que tampoco sabrá bien lo que significa y se producirá después de varias subastas fallidas de deuda pública y a petición del gobierno español, incapaz de hacer frente a los pagos más urgentes.
La primera actuación del FMI será realizar una auditoría de las cuentas públicas, que destapará un agujero superior a los 200.000 millones de euros anuales, que para entonces será un 20% del PIB. Ante esta desesperada situación, el FMI propondrá como principal medida el recorte del gasto público, para llegar al equilibrio presupuestario antes de 2 años, lo cual supondrá un recorte del 30% el primer año y de otro 30% el segundo año. Ello implicará la práctica desaparición de la inversión pública, recortes en los salarios de los funcionarios y en las pensiones, despido de interinos y personal contratado, establecimiento del copago en la sanidad, grandes recortes en todo tipo de servicios y prestaciones.
El problema realmente vendrá ante el brutal descenso de la demanda que supondrán estos recortes, que provocarán en el primer año tras la intervención una caída del PIB de unos 20 puntos. Entraremos en un proceso deflacionario en el que el hundimiento de precios será en el primer año de unos 10 puntos. Ante el desplome del consumo, que provocará una caída adicional en la producción industrial del 20-25% y de las ventas minoristas del 25-30%, habrá quiebras masivas en las empresas y un terrorífico aumento del desempleo, que podrá llegar durante ese primer año tras la intervención a 8 millones de personas o el 33% de la población activa (EPA).
La caída en la actividad supondrá importantísimos descensos en la recaudación de impuestos, que en la práctica hará imposible el cumplimiento de las exigencias del FMI. Ante las amenazas de éste el gobierno subirá los impuestos, provocando con ello una mayor caída de la economía.
Debido a que la población no será capaz de comprender lo que está ocurriendo habrá huelgas masivas y revueltas populares que surgirán por doquier. Ello hará que la actividad económica caiga aún más.
El aumento de la morosidad será exponencial y quebrarán numerosas entidades. Al no ser capaz el gobierno de liquidar los depósitos de las entidades quebradas, se producirán pánicos bancarios. En este ambiente la banca, aterrorizada, aumentará los tipos de interés a todos los sectores excepto los más solventes y endurecerá las condiciones de crédito. El flujo de crédito se contrerá a tasas record, así como los depósitos.
El desplome de los precios de los inmuebles será de al menos un 30%, sin llegar todavía a tocar fondo, aunque las pocas operaciones que se cierren lo harán a precios muy inferiores.
El peso de la deuda del sector privado será cada vez peor, debido al descenso de los ingresos, provocando con ello una retracción aún mayor del consumo y un aumento del ahorro, con el fin de intentar liquidar la deuda. Ello contribuirá también a la caída de la actividad económica.
En este ambiente dantesco el FMI, ante la incapacidad del gobierno de controlar la situación, no entregará el dinero en los plazos previstos y entonces será cuando se tome la decisión de sacar a España del SME, al enfrentarnos al desabastecimiento de los bienes más esenciales y a la quiebra total del sistema financiero.
Qué podrá ocurrir después lo dejaremos para un tercer post, esperemos que en pocos días. También dejo pendiente un post en el que contemplaré la hipótesis, improbable según yo lo veo, de que España aguante en el euro.
Lear cerrará la fábrica de cableado de Roquetes con 520 empleados
El plan ya ha sido avanzado a los representantes de la plantilla
http://http://www.lavanguardia.es/ec...ia-ere-ge.html
La dirección de la multinacional estadounidense Lear en Roquetes (Baix Ebre) comunicó esta semana de forma oficiosa a los representantes de los trabajadores su intención de cerrar la fábrica de cableado donde trabajan unos 520 empleados, según fuentes consultadas. La empresa tiene previsto comunicar su decisión de forma oficial la próxima semana, si bien la plantilla ya conoce parte del plan, pues ha habido pequeñas reuniones con los empleados de la factoría.
Honda echa a 180 trabajadores en Santa Perpètua y dejará de producir motocicletas en España
Barcelona. (EFE).- El fabricante de motocicletas Honda ha anunciado al comité de empresa su intención de recortar en 180 personas la plantilla de la fábrica de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), en la que trabajan 340 empleados, en una reorganización que se traducirá en el traslado de toda la producción de motocicletas a la fábrica que Honda posee en Italia.
Honda echa a 180 trabajadores en Santa Perpètua y dejará de producir motocicletas en España
ICG, ¿tu nombre es José Gavilán?
http://www.google.com/url?sa=t&source=web&ct=res&cd=2&ved=0CAwQFjAB&url=http%3A%2F%2Fwww.euribor.com.es%2Firph%2F%3Fcid%3D147043&ei=24PeSvvQEo3g8QaY8OVq&usg=AFQjCNGDdNSXOlTyv3E50CiD2lVYtzbjpA&sig2=5TH6fxC5htetEgOoXIWaIA
que ha pasado esta noche?????
no podeis dormir????
el desayuno no se me ha puesto bien.....
estáis de guasa con todos estos datos?????
igual no duermo de unos meses
estoy como si a un crio de 3 años le pones una peli de terror....
repito la primera pregunta, que ha pasado esta noche???
Presupuestos del Estado, con cabeza, al gusto de cada cual.
En una carretera cualquiera existe una peligrosísima curva donde se suceden los accidentes de forma continua. Son innumerables las personas que han fallecido o han resultado gravemente heridas.
Se plantean posibles soluciones:
1.- Modificar el trazado de la carretera para eliminar la curva.
2.- Construir un hospital a la salida de la curva.
3.- Poner bien visible un coche de la guardia civil. Efecto disuasorio.
4.- Aumentar las señales que previenen del peligro.
5.- Prohibir la circulación de vehículos.
6.- Forrar los laterales con neumáticos como en los circuitos de carreras
7.- Declarar la curva como sujeta a peaje para reducir el número de vehículos
8.- Subir el impuesto de circulación para costear la reparación de los guarda raíles
9.- Constituir una comisión especial para estudiar las causas de los accidentes.
10.- Contratar psicólogos para ayuda a los familiares de los accidentados.
Joé, ya me he vuelto a equivocar de ejemplo.
Quería decir que en un Estado cualquiera existe un problema de crisis económica enorme. Son innumerables las personas que pierden su empleo o están a punto de perderlo.
Se plantean posibles soluciones:
1.- Modificar la política económica para proteger y crear empleo.
2.- Aumentar la dotación para el INEM, mas tiempo de paro y mayor cuantía
3.- Aumentar el déficit hasta límites inimaginables.
4.- Crear un subsidio para quienes agoten las prestaciones por desempleo
5.- Poner, quitar, poner, quitar, 400€ en las nóminas
6.- Aumentar los impuestos para pagar mas paro.
7.- Aumentar mas aun los impuestos para pagar a mas parados.
8.- Crear una asociación de parados veteranos.
9.- Modificar la ley del aborto para evitar futuros parados.
10.- Contratar psicólogos para ayuda a los familiares de los parados.
Elena Salgado: Los presupuestos son ambiciosos, de hecho adoptan 9 de las 10 medidas propuestas en el ejemplo anterior. Solo se descarta la primera. Y además:
1.- La subida de impuestos es “moderada, necesaria y progresiva”
2.- Las cuentas del estado garantizan “la solidaridad, la austeridad y la recuperación".
3.- "La recuperación será lenta y tardará todavía tiempo en reflejarse en el empleo".
4.- La situación no está exenta de riesgos.
Pero lo conseguiremos. No hay crisis que cien años dure. Estos presupuestos son buenos para la crisis, de hecho la mantendrán bien alimentada.
Triple A: Así Andaremos Atrasados