Actualmente la complejidad de los guiones de los videojuegos se asemeja cada vez más a la de cualquier buena película. Hace años bastaba con hacer un juego en el que exclusivamente te dedicases a matar marcianos, unir piezas o jugar a un deporte pero hoy en día es necesario tener un guión comparable al de una película de 10 horas.
En la revista PC Actual tenemos un interesante artículo sobre cómo realizar guiones para videojuegos, hoy nos centraremos en una de sus partes críticas, el villano. Veamos los consejos que nos dan aunque me permito la licencia de retocar el texto para darle otro sentido.
Paso 1. Definición del personaje
La idea de base es crear a un villano al que se le odie tanto como se le envidia. Así de simple y de complicado al mismo tiempo. Porque un «malo maloso» tiene que darnos repulsión y ganas de acabar con él enseguida, pero a la vez su historia y su misterio nos tiene que atraer. Es algo parecido al lado oscuro de la fuerza, siempre tenebrosa y malvada pero tan atractiva.
Tenemos varios tipos de malos
- Es malo pero todos sabemos que es bueno.
- Es bueno pero le han hecho ser muy malo.
- El malo pero no nos damos cuenta de que es malo hasta que es muy tarde, e incluso ha sido nuestro amigo (típico en muchos thrillers)
- Es malo, es inhumano, cruel, eogista, avaricioso y lo mejor de todo, existe pero no tiene nombre, es un ente maléfico. En este es en el que nos vamos a centrar hoy. Hablamos del causante de todo, el especulador.
Paso 2. Diseña su imagen
Hay que decidir cómo va a ser su aspecto. Dependiendo el grado de misterio o elementos sobrenaturales del proyecto habrá de darle un look u otro, pero lo que sí hay que hacer es detallarlo al máximo para que cuando un periodista o político tenga que representarlo disponga de toda la información necesaria. Afortunadamente aquí podemos tirar de tópicos y vestir al malo con la moda Wall Street, apoyado en la tecnología con potentes superordenadores capaces de tumbar cualquier bolsa, moneda o país. Importante, no tiene nombre ni apellido ni cara, es simplemente un ente.
Paso 3. Personalidad y pasado
Una vez definido estéticamente el personaje, ahora hay que crear su personalidad. Como hemos elegido a un enemigo como el especulador, debería ser mezquino, arrogante, prepotente, un poco psicótico, amenazante, poderoso, escurridizo y sobretodo anónimo. Tiene que ser el agujero negro que absorba toda la ira de los ciudadanos y los impida buscar culpables más allá de este ser tan odioso. Si es que hasta suena mal “especulador”, parece un insulte.
Paso 4. Armando al personaje
Todo enemigo tiene unas armas y/o poderes que debéis describir, en nuestro caso el superpoder de ganar pasta con todo tipo de instrumentos financieros y acrónimos, CDs, Swaps, Forex, monedas, materias primas, etc. Además siempre gana, es el rey midas de las finanzas, lo que toca lo convierte en oro excepto el oro que lo convierte en diamante.
Paso 5. Las motivaciones
Por último tenemos un aspecto importante para crear a nuestro malvado: ¿por qué odiar al héroe de la historia? Esto es fácil. Es el único culpable de todo.
No voy a ser yo el que defienda a los especuladores, forman parte del ecosistema y siempre encontrarán los fallos del mercado para beneficiarse, son sanguijuelas sí, pero tampoco son los culpables de todo. No hay un villano, lo que hay son muchos malos.
Me da la sensación de que tanto la prensa como los políticos están diseñando a este villano para que los ciudadanos descarguen toda su ira ante un ente sin nombre y apellidos, desviando de esta manera los ataques contra aquellos que no pudieron protegernos y que fueron los principales beneficiarios. Es una especie de comodín. ¿Que se hunde el Euro? es culpa de los especuladores. ¿Que sube el petróleo? también. ¿Que Grecia se va al garete? Idem. ¿Que suben las acciones de tal activo? Pues depende, si son yo tengo pasta ahí es porque estaban baratas y si no, es culpa del especulador.
¿Por qué se empeñan en señalar al culpable pero no le paran los pies?. Ayer vimos como la UE aplazó la decisión sobre la nueva regulación de los fondos especulativos. Si son los malos, hay que actuar contra ellos pero si no los son basta ya de buscar villanos y asumir culpas.
Como decía un villano clásico (George Soros), “Encuentra una tendencia cuya premisa sea falsa, y apuesta tu dinero contra ella.”. Por tanto antes que buscar culpables lo que tendríamos que hacer es corregir aquellas falsas premisas en vez de enriquecernos con ellas y mirar hacia otro lado mientras todo va bien. Si no, estaremos condenados a ser partícipes otra vez de la gran estafa y es que no hay mejor superpoder que la información y el sentido común.
Esperemos que ya que tenemos villano ahora les de por construir al superhéroe.