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Actualizado el 27 de septiembre de 2024
Hace unos años fui testigo directo de las dificultades que conlleva la creación de un fondo ético, que básicamente se pueden resumir en dos ámbitos:
De hecho Inverco –la asociación de instituciones de inversión colectiva- dejó claro cuando reguló la creación de fondos éticos en España en 1999 que “la utilización de la denominación ética no significa que las demás se gestionen con criterios no éticos”. Pero el miedo a ser descartado por un fondo ético era exagerado ya que su éxito ha sido muy limitado, tanto a nivel español como global. No obstante, sigue habiendo cierta prudencia en dar nombres: por ejemplo, en bolsa en Europa existe un Stoxx Europe Christian Índex, que es un índice con empresas seleccionadas teniendo en cuenta los valores cristianos como la responsabilidad ética, social, ambiental y económica pero no se hacen públicos sus componentes. La mayor parte de los fondos éticos de orientación católica están agrupados en la Christian Brothers Services con inversiones de todo tipo en sus 36 carteras de gestión privada pero sólo excluye de forma general lo relacionado con armas estratégicas, pornografía, control de natalidad y juego.
Sin embargo, sigue sin ser fácil determinar lo que es ético y lo que no lo es; si se es muy estricto podría pensarse que comprar acciones de Funespaña, que es una empresa que gana más dinero si organiza más entierros, es una apuesta económica por el aumento de muertes; si se relajan las normas, poco importa comprar acciones de una empresa de armamento porque a no ser que se acuda a la OPV, no se financia a la compañía sino al que te las ha vendido. Quizás son las dificultades en la elección de las inversiones lo que ha llevado a que los fondos éticos (no confundir con los solidarios, que son los que destinan su beneficio en comisiones de gestión a solidaridad) sean algo minoritario, aunque creo que está más relacionado con el que las entidades financieras apenas publicitan a estos productos, quizás por no revelar qué consideran ellos ético y qué no.
Estos dilemas los podemos plantear cuando nos sobra el dinero pero, ¿Y cuando nos falta? Porque ninguno de nosotros reaccionamos igual si tenemos que si debemos: una oferta de trabajo que normalmente rechazaríamos la aceptamos si nos acucia el pagar la hipoteca y ya no podemos contar con el salario de la esposa que ha sido despedida. En el plano empresarial tenemos un ejemplo cercano muy claro: el Fútbol Club Barcelona. Ha pasado de pagar dinero por anunciar a la prestigiosa UNICEF a, tras una auditoria reveladora, aceptar recibir millones de euros por anunciar un país que incumple algunos derechos humanos como Qatar. Es triste pero ¿acaso no haríamos lo mismo la mayoría de nosotros? ¡Si hasta la FIFA les ha concedido la organización del Mundial de 2022 a pesar de los 40 grados a la sombra que padecerán futbolistas y espectadores!
Y qué decir de China, la mayor dictadura del planeta es vista como salvadora de nuestro vecino Portugal porque puede que compre algunos miles de millones de euros de deuda, lo cual sería también una buena noticia para muchos bancos españoles, asustados con la posibilidad de que pueda suspender pagos. Da la sensación de que si los peores regímenes del mundo (¿el birmano, el de Corea del norte, el iraní…?) tuvieran capital como para acudir a nuestras subastas de deuda pública no nos importaría el origen de ese dinero porque estamos seriamente acuciados por colocar -durante 2011- 155 mil millones de deuda pública más 37 mil millones que se calcula emitirán las administraciones locales y las empresas de capital público y cuyo total puede llegar a superar los 200 mil millones –como ya ha pasado este año- dependiendo de si el déficit previsto se cumple y/o de si los tipos siguen encareciéndose.
Sabiendo todo esto, lanzo esta pregunta al foro: ¿Hay a pesar de todo hueco para la ética en el mundo económico o es mejor seguir mirando hacia otro lado como hasta ahora?
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Pocas cosas merecen más la calificación de arcano que el recibo de la luz. Cada mes, empresas y ciudadanos se enfrentan a una facturación compleja, enrevesada y a veces incluso mágica, como cuando bajan las tarifas, pero toca pagar más. A partir del próximo enero, el importe para muchos hogares subirá alrededor del diez por ciento y probablemente casi nadie sabrá por qué.
La causa oficial radica en la última subasta de energía (Cesur). De periodicidad trimestral, en ella se fijan los precios que se aplican a los consumidores con menos de 10 kilovatios de potencia contratada. Para un usuario medio, el aumento supondrá en torno a cuatro euros mensuales. El Gobierno tiene potestad para decidir una de las partes que afecta al recibo, la otra está ligada al precio del petróleo, que ha subido un 40 por 100 este año. Miguel Sebastián comunicará su decisión el próximo lunes. Será el tercer incremento del año. A pesar de ello, el llamado déficit de tarifa no dejará de crecer. Las empresas del sector tienen apuntados por ese concepto un total de 14.500 millones de euros y este ejercicio sumarán unos 4.000 mil millones más. ¿Fácil de entender?
El déficit de tarifa es la deuda que se reconoce a las eléctricas y va aumentando progresivamente ya que los precios que se pagan en el recibo no cubren todos los costes de la generación y distribución de la electricidad. Con este decreto, parte la pagarán eólicas, fotovoltáicas y termosolares (que continuarán recibiendo unas primas que seguirán saliendo de la tarifa) y el resto serán las propias compañías eléctricas. Es decir, aumentarán sus gastos (unos 1.300 millones) para tener menos déficit. Si además, como es el caso de algunas de ellas, producen electricidad tradicional y además tienen instalaciones de energías renovables... ¿cabe complicarlo más?
Para evitar que ese concepto siga disparándose, el Gobierno ha aprobado, mediante decreto ley, una reforma de urgencia para reducir los costes en 4.600 millones en tres años. Más o menos, va a dividir esa deuda entre todas las empresas del sector energético, eléctricas incluidas. Para empezar, todas las generadoras de electricidad, ya sea de forma ordinaria o a partir de energías renovables y cogeneración, van a pagar un peaje por utilizar las redes de distribución que ascenderá a 0,5 euros/MWh.
Respecto a las fotovoltáicas, van a ver reducidas las primas que reciben, puesto que se limitarán, durante tres años, las horas con derecho a cobrarla. Esta decisión ya se había implantando con las eólicas y las termosolares. Su recorte aportará más de la mitad del ahorro.
Las empresas eléctricas, por su parte, van a asumir, desde el próximo 1 de enero, el coste de todas las medidas relacionadas con la estrategia de ahorro y eficiencia energética durante los próximos tres años, una partida que se sufragaba con cargo a la tarifa. También van a financiar el bono social (congelación de la tarifa para familias numerosas o con todos sus miembros en paro y pensionistas) seis meses más de lo previsto hasta la fecha.
Mientras, a pesar de que Industria ha dado todos los pasos necesarios para colocar el déficit en el mercado con aval del Estado, a través de la titulización, la situación de los mercados financieros está retrasando su puesta en marcha y las calificadoras de riesgo están rebajando sus notas precisamente por mantener este déficit, lo que encarecerá aún más su financiación.
Quizás, viendo el galimatías que domina el sector eléctrico, deba extrañar un poco menos que el recibo al consumidor ande cada día más escaso de claridad.
China sube tipos el día de Navidad
El representante de Irán ante la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Mohamad Ali Jatibi, descartó hoy que el cartel convoque una reunión de urgencia ya que, en su opinión, el mercado de crudo pasa por un momento de estabilidad.
El responsable iraní insistió de nuevo en su predicción de hace dos semanas de que el precio del barril de crudo puede llegar en breve a los 100 dólares.
ESPAÑA - el 'ladrillo' no termina de tocar suelo
Hay que ser bobo..
Estonia se sube al barco del euro
A pesar de la crisis, la república báltica efectúa un duro ajuste para cumplir los criterios de Maastricht y sumarse a la moneda única el 1 de enero
CRUDO- A estos locos los van a matar con la antigravedad
Los últimos días de 2010 serán los primeros del nuevo gobierno de Cataluña. Su arranque va a concitar una expectación que trasciende el ámbito geográfico del Principado, no tanto por su peso específico en el conjunto del Estado -aunque también-, cuanto por las particularidades políticas que han jalonado el retorno al poder de Convergencia i Unio (CiU).
El tremendo fiasco del tripartito ha generado en la sociedad catalana una peculiar mezcla de desesperanza e ilusión. Desesperanza por lo que muchos sienten como retroceso generalizado, en todos los órdenes: desde el encaje con el resto de España hasta la capacidad colectiva de prosperar. E ilusión, justo en sentido contrario, confiando en que todo puede ser revertido de la mano de Artur Mas. A nadie escapa las amplias expectativas de cambio -léase retorno a los buenos tiempos- que ha suscitado el ya nuevo presidente de la Generalitat. En todos los órdenes, pero muy especialmente en lo que los catalanes valoran fundamental: recuperar liderazgo y volver a ser el motor económico que otrora fue.
A la lectura estrictamente catalana toca unir otra, llámese estatal. Los recientes comicios se han saldado con una contundente derrota del Partido Socialista de Cataluña (PSC) que muchos han interpretado como precursora de la que aguarda a su hermano socialista (PSOE) en las próximas elecciones generales, previstas en principio para la primavera de 2012, con otra intermedia en las municipales y autonómicas (trece comunidades) de mayo 2011. Junto a ello, es presumible que la política económica de Mas se mida marcando distancias con la del Ejecutivo central.
A pesar del pesimismo reinante, Cataluña está entre las comunidades autónomas que muestran mejores indicadores económicos, aunque cerrará el año con una caída del PIB del 0,3 por 100; los analistas, sin embargo, le atribuyen un crecimiento del 1 por 100 en 2011, por encima de la media estatal. Sus cifras de empleo lucen ligeramente mejores: paro del 17,4 por 100 y actividad del 63,2 por 100. Su contribución al PIB estatal es de casi el 19 por 100 y al total de exportaciones del 24 por 100.
Durante el tercer trimestre, todos los sectores económicos, salvo la construcción (-5,8 por 100), registraron cifras positivas. Los servicios crecieron el 0,6 por 100 después de siete trimestres negativos, un dato que cobra especial relevancia, pues dos tercios de la producción catalana se centran en este sector. La industria avanzó el 1,7 por 100 y la agricultura, el 1,4 por 100. Son datos del Instituto Catalán de Estadística (Idescat). Cataluña es, además, uno de los destinos preferidos por los turistas extranjeros. En noviembre sumaron más de 700.000, una cifra sólo superada por la afluencia a Canarias.
El panorama de las finanzas públicas, empero, se intuye inquietante. La deuda de la Generalitat está oficialmente cifrada en 30.300 millones de euros, pero desde CiU se ha filtrado el temor de que sea bastante superior. De ahí la prudencia con que Mas se ha pronunciado respecto de su compromiso electoral de revisar a fondo las decisiones tributarias adoptadas por el Gobierno Montilla.
Sea como fuere, lo que ocurra en Cataluña repercutirá más allá de sus límites geopolíticos. Se verá como test para muchas cosas: desde otra política económica posible al grado de resistencia del diseño autonómico, pasando por la última novedad introducida, tal que gobierno y oposicion comprometiéndose a trabajar juntos para arreglar el país. Interesante será.
menuda imagen:
Un hombre de 41 años intenta suicidarse lanzándose al vacío desde un balcón del Parlamento rumano, en protesta por los recortes sociales aprobados por el gobierno, en Bucarest, Rumania, el jueves. La víctima está internada en un hospital con múltiples traumatismos y su vida no corre peligro, informaron fuentes médicas. "Les quitaron el pan a mis hijos'', gritó el hombre antes de lanzarse, según informó la agencia Agerpres.
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Resumen de la década 2000-2010. De las puntocom al empacho de ladrillo
Dos crisis en 10 años, o el crac que duró una década
Unnim está ultimando los detalles para cursar una petición al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) antes de fin de año para dar respuesta al peor escenario previsto en los test de estrés realizados en verano.
La caja producto de la fusión de Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu debía pedir 270 millones según los cálculos de las pruebas de fortaleza realizadas en toda Europa en julio, pero actualmente la cifra es de casi la mitad, entre 100 y 150 millones de euros, debido al buen ritmo de ventas y alquileres de la cartera inmobiliaria de la caja. Fuentes de Unnim han explicado a Europa Press que la entidad mantiene contactos con el Banco de España sobre la posibilidad de reforzar su capital recurriendo de nuevo al FROB, aunque todavía no hay fecha ni cuantía cerradas.