Esta es muy probablemente la última viñeta de este año que suelta sus suspiros finales.
Aprovecho la coyuntura para desearles a todos que el siguiente les entre poderoso, o como poco mejor que el saliente.
Y ya puestos, agradecerles también la paciencia y comprensión, por soportar alguna que otra viñeta chusca, los clikis en los botones de viralizar y los comentarios.
Pero para que quede la cosa redonda dejo una reverencia al amo y señor del lugar por permitirme invadir cada semana sus lecturas.
Salud y mucha suerte, que nos hará falta a carromatos.
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7 comentarios
esta viñeta no tiene la más mínima gracia, y demuestra muy poca sensibilidad por parte del autor. es una pena semejante dosis de frivolidad. sabe usted lo que duele el llanto de un niño?
Es una pena que termine el año con una viñeta tan poco apropiada y con un humor tan negro y sin ninguna gracia.
No sé qué es lo que quiere transmitir el autor: o bien una comparación entre las carencias del 3º mundo y la opulencia del 1º, o bien una metáfora a lo que nos espera el año que viene: apretarse el cinturón aún más y resistir con lo puesto.
vaya que viñeta mas inapropiada
Quizas esta viñeta os ha removido la conciencia, si no os gusta pensad en el porque.
El malgusto es que es un problema real y mientas nos atiborramos, otros no tienen para un plato al dia.
Malgusto, madre mia, el hambre es de “mal gusto”.
En fin. :-(
feliz navidad a ti también.
Desde luego has dado en el clavo, no hay más que ver como has removido unas cuantas conciencias.
Asusta un poco ver tanta gente defendiendo el “buen gusto”, no puedo evitar asociarlo a la decadencia en la que llevamos años sumidos, ¿irá a peor?
Muchas gracias por compartir un año de tus viñetas, JR, y que el 2011 te traiga mucha suerte!
Una bofetada, y no demasiado contundente, a todos los que nos envenenamos hasta reventar con el colesterol y los triglicéridos, a todos los que nos deseamos feliz Navidad y próspero año nuevo y nos sentamos en el butacón, frente a la tele, a ver cómo los tertulianos de un programa de televisión, devoran sutilezas y groserías hasta el más completo ridículo.
Aquí también hay pobreza, ya no sólo la miseria es negra, pero nos hemos habituado, nos hemos insensibilizadas y con ello nos hemos convertido en menos humanos.
Enhorabuena por esta viñeta, a ver si los polvorones y los langostinos nos revientan por dentro.