Por supuesto que esto no hace que en el resto del mundo desarrollado la economía vaya mucho mejor: Japón va camino de su tercera década en crisis con un envejecimiento demográfico que le lleva a tirar de más y más deuda soberana para poder sostener los servicios públicos, Reino Unido está luchando para sanear sus cuentas con una política de austeridad que amenaza su crecimiento y los EUA siguen tirando de prestigio para aumentar deuda sin recortar el déficit creyéndose inmunes incluso a los problemas de solvencia de varios estados de la Unión. Y el caso es que hasta el siempre-optimista Bernanke dijo la semana pasada que “la situación fiscal del país es insostenible” y Geithner –el equivalente a nuestra ministra de economía- ya ha solicitado que el Congreso amplíe –sería la sexta vez en 4 años– el límite –actualmente de 14.3 billones- de deuda porque se alcanzará a finales de marzo y necesitan más. Es decir, Los Estados Unidos quieren poder endeudarse más y para conseguirlo Geithner amenaza con una posible suspensión de pagos si no se aprueba. Por supuesto saldrá adelante pero es un síntoma más de que el país más poderoso de la Tierra está a punto de alcanzar un ratio deuda/PIB del 100% (se debe lo mismo que se tiene), punto donde muchos expertos creen que una crisis de la deuda soberana es inevitable. Esta es su historia:
Sin embargo, la bolsa americana sigue subiendo y los datos macro del país marcan expansión. Lo primero tiene explicación en la enorme liquidez de la que dispone el sistema financiero gracias a la FED y que últimamente se ha visto apuntalada por flujos de capital que han salido de la renta fija y han encontrado acomodo en la variable y, por qué no decirlo, un excelente tejido empresarial que, sobre todo por su expansión internacional, está presentando unos resultados óptimos. Lo segundo es lógico ante un estado que está gastando hoy los ingresos de varias generaciones y lo triste es que a pesar de todo eso, los problemas están lejos de solucionarse. Por ejemplo el del paro. Incluso un economista pro-gasto como Paul Krugman avisa que “la economía tiene que crecer alrededor del 2.5% anual sólo para evitar que el desempleo siga aumentando. Y se necesitan dos puntos por año de crecimiento adicional para reducir la tasa de desempleo en un punto..” Digámoslo de esta manera: supongamos que de aquí en adelante tenemos una media de crecimiento del 4,5%, que es muy superior a cualquier previsión que he visto. Incluso en ese caso, el desempleo sería cercano al 8% a finales de 2012, y no estaría por debajo del 6 por ciento hasta 2 años después.” Es decir, en términos de empleo, aún siendo muy positivos, a los EUA le quedan 4 años para recuperar los niveles pre-crisis. Quizás por eso no entusiasmó la bajada de la tasa de paro del 9.8 al 9.4% del pasado viernes. Aunque casi mejor no insistir en la pésima situación de las finanzas públicas en los EUA porque si ellos no afianzan su recuperación la influencia negativa de una posible doble recesión en nuestra maltrecha economía podría ser insoportable. Igual para Alemania, siendo egoístas debemos alegrarnos de que le vaya tan bien.
Resumiendo, las economías desarrolladas en general están bastante mal –por mucho que Moody´s obvie los problemas de algunas- aunque ahora la tensión en los mercados financieros se centre en algunos países de la periferia europea como el nuestro. Pero como he dicho otras veces: Ni pánico ni soberbia, ni debemos caer en las teorías apocalípticas de sacar el dinero del banco y meterlo en el colchón ni debemos creer que el que tiene varios millones de euros y prefiero comprar deuda alemana 3% en lugar de la española que le ofrece el 5.5% es un tonto y nosotros los listos. Eso está pasando hace meses también en la bolsa, los inversores prefieren comprar acciones alemanas que se han revalorizado más del 90% en 22 meses y americanas, algunas incluso en máximos históricos, antes que Telefónica a pesar de ser la campeona europea en rentabilidad por dividendo o Santander, a pesar de su tamaño, solvencia y beneficio. ¿Están equivocados? Pues de momento no, están acertando. Y mientras no cambie la tendencia, seguirán teniendo no sólo la razón, también más dinero. ¿Y ha cambiado esa tendencia tras la sesión de este miércoles en el Ibex, con el típico violento cierre de posiciones bajistas que afectó especialmente a nuestros bancos? Ojalá, pero es pronto para afirmarlo…o negarlo. Lo que sí parece claro es que tanta volatilidad en la bolsa española es un síntoma de la poca claridad inversora: en lo que llevamos de 2011 nuestro índice se ha movido entre 9387 y 10410, sólo el día 12 las acciones de Santander y BBVA casi marcaron un 10% entre mínimo y máximo. Mientras, el principal índice bursátil del mundo, el SP500, apenas ha variado poco más del 2% entre el mínimo y el máximo este año y tiene la típica tendencia alcista tranquila pero consistente.
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Los aeropuertos españoles han sido protagonistas este miércoles, no por los controladores aéreos -en pleno arbitraje-, el temporal o la ceniza volcánica. En 2010 consiguieron recuperar algo del tráfico perdido en años anteriores -récord en 2007-, pese a las adversidades ocurridas: el número de pasajeros creció el 2,7 por 100, rozando los 193 millones, algo por encima de las mejores previsiones de la empresa pública que los gestiona.
Para el presidente de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), Juan Ignacio Lema, los cinco millones de viajeros ganados el último ejercicio marcan un punto de inflexión, a partir del cual se logrará superar el máximo histórico de 210 millones alcanzado hace tres años, triplicando en 2014 el nivel de 1990.
Pero las cifras globales adquieren matices cuando se desagregan o complementan con otros datos. La cuenta de resultados de Aena, por ejemplo, no luce precisamente brillante: aunque Lema anuncia unas pérdidas inferiores a las previstas, se habla de alrededor de 600 millones de euros y, según sus mejores previsiones no espera obtener beneficios antes de 2014.
Tenga o no que ver con ello, la red de aeropuertos de Aena presenta un balance singularizado cuando menos desigual. Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat movieron 40 de cada 100 pasajeros. Computando otros ocho, el rango se eleva a 79 de cada 100. ¿Qué pasa con los demás? En total, Aena posee 47 aeropuertos y dos helipuertos, lo que significa que el 21 por 100 del total se reparte nada menos que entre 37 instalaciones. Entre ellas destaca el uso más bien escaso de algunos como los de Huesca-Pirineos (media de 17 pasajeros diarios) o Córdoba (21 por día). Hay más ejemplos de poca utilización y pervivencia discutible, teniendo en cuenta el coste que comportan.
Aena sigue sumando instalaciones. En 2010 puso en servicio el helipuerto de Algeciras, con una inversión cercana a los 7 millones de euros y la previsión de que sea utilizado por unas 22.000 personas al año. Y de las ampliaciones ya realizadas, en ejecución o en proyecto que poco o nada tienen que ver con la evolución -a menudo decrecientes- del tráfico, mejor no hablar.
No sólo Aena (Ministerio de Fomento) acomete nuevos proyectos aeroportuarios. En febrero, el aeropuerto de Lleida-Alguaire -promovido y gestionado por la Generalitat de Cataluña- cumplirá su primer año y la media de ocupación de los vuelos de una de las aerolíneas que opera desde sus instalaciones -sólo funcionan en fin de semana- es de 20 pasajeros. La administración autonómica puso también en operación durante 2010, el aeródromo Pirineus-La Seu d'Urgell, que llevaba 26 años cerrado por sus limitaciones operativas.
El capital privado también tiene iniciativas. El nuevo aeropuerto de Ciudad Real se enfrenta a un expediente de regulación de empleo que afecta a todos sus trabajadores -excepto a los encargados de la limpieza- y el de Castellón, aunque ya construido, no acaba de inaugurarse.
Tampoco faltan nuevas y controvertidas ideas: la de construir un aeropuerto en Huelva, con una inversión calculada de 100 millones de euros, recibe oposiciones tajantes como la del Gerente territorial de Iberia: "no es necesario y sería caro de mantener".
Frente a la aspiración legítima de tener un aeropuerto al lado habrá que oponer algún día una sencilla pregunta: ¿se lo puede permitir el país?
El presidente de China inicia una visita oficial a los EE.UU.
El auge de los commodities arma de doble filo para LATAM
Ver:
http://pemechesjuspi.blogspot.com/2011/01/euforia-ante-la-mejoria-persiste-la.html
Yo me preguntaría, de entrada, que papel han jugado los que Zapatero denomina “especuladores” en la “espectacular” remontada del IBEX 35 en los dos últimos días. Porque pudiera ser que los que estaban invirtiendo en posiciones bajistas hayan decidido recoger beneficios e impulsar las compras y muchos hayan ido detrás cegados por la avaricia.
El caso es que el resto de las bolsas europeas no ha acompañado a la española y eso no tiene buena pinta. Yo preferiría un crecimiento del PIB como el alemán en 2010, el 3,6%, a que el IBEX 35 sea el mejor índice en el año; entre otras cosas porque llevamos solo 9 días de cotización
El fabricante de microprocesadores Intel Corp anunció el jueves un alza de un 8 por ciento de sus ventas del cuarto trimestre y pronosticó una facturación para los primeros tres meses del 2011 de 11.100 millones a 11.900 millones de dólares. Las ventas del cuarto trimestre superaron ligeramente los 11.370 millones de dólares que esperaban los analistas
Portugal: la Consolidación fiscal restablecerá la confianza a lo largo del 2011 según Fitch
Muy interesante
http://opcionesyfuturos.net/obsolescencia-programada-un-timo-mas-de-nuestra-sociedad.html
Bernanke: Economía USA crecerá entre el 3% y el 4% en 2011
Sebastián Piñera opina sobre Chile, país que preside
mediados de 2008. En aquellas fechas el barril de crudo registraba máximos históricos y el encarecimiento de los precios se convirtió en un mal común para casi todas las economías. La presión pasó con relativa rapidez, en parte por el desplome del consumo asociado a la recesión en las economías desarrolladas y alguna emergente, pero también porque los movimientos especulativos migraron de ubicación. El caso es que los precios se hundieron y la inquietud desapareció.
Las tasas de inflación descendieron a niveles históricamente bajos en 2009. En la zona euro, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) cerró en el 0,3 por 100, la tasa más baja desde su creación. Pero algo ha cambiado y el dato que publicará este viernes Eurostat sobre el pasado mes de diciembre probablemente muestre cifras por encima del 2 por 100; es decir, rebasando el objetivo marcado por el Banco Central Europeo (BCE).
Muchos -Trichet entre ellos- consideran que puede tratarse de un fenómeno transitorio causado por un encarecimiento de las materias primas, derivado del repunte de la demanda en las economías emergentes. También los alimentos parecen estar recuperando tensiones alcistas previas a la crisis, añadiendo más tensión a las expectativas inflacionarias. Las autoridades monetarias de países como China o Corea han endurecido su política monetaria para enfriar la economía antes que los precios generen importantes desequilibrios y pongan en riesgo sus exportaciones. El primero registra una inflación del 5,1 por 100 y el segundo, del 2,9, con previsiones de que suba hasta el 3,5 por 100 los próximos meses.
Poco que ver con lo que ocurre en los países desarrollados. Japón sufre el fenómeno contrario y acumula 21 meses de deflación. Estados Unidos cerró 2010 con una tasa del 1,1 por 100. En ambos casos, la decisión de sus autoridades monetarias de mantener los tipos de interés en mínimos históricos parece ir para largo.
¿Y en la eurozona? El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, ha alertado de las presiones inflacionistas y recordado que su mandato es mantener la estabilidad de precios. Por ahora, calcula que la presión sólo durará unos meses y mantiene su prioridad en afianzar el crecimiento, por lo que no se esperan movimientos en los tipos a corto plazo, aunque algunos analistas piensan que algo ha cambiado en su discurso de este mes y lo han interpretado como un aviso de que si los precios se aceleran más allá de lo tolerable no dudará en ir retirando los estímulos monetarios. La inflación, un viejo conocido, ha vuelto. ¿Será por mucho tiempo? ¿Acabará convertida en inquietante estanflación? Por lo pronto, tras una temporada de olvido, los precios vuelven a dar que hablar.