Supongamos que hay una calle en la que hay 25 negocios pequeños en funcionamiento, y que padece un grave problema de basuras que les resta valor frente a los clientes. A cada negocio le cuesta 100€ anuales mantener limpia la fachada de su establecimiento. Si el propietario de un establecimiento decide mantener la fachada de su tienda limpia, todos los negocios de la calle mejorarán sus ventas. Supongamos que todos los negocios de la calle tendrán un aumento de 10€ en las ventas anuales por cada negocio que decida mantener la fachada de su establecimiento limpia. Si más de diez negocios limpian sus fachadas, todos los negocios generarán más dinero, incluyendo los negocios que limpian. Si algunos negocios limpian, pero son menos de diez, entonces los negocios que limpian perderán dinero, mientras que los negocios que no lo hacen ganarán dinero.
Si todo el mundo manutivera limpia la fachada de su establecimiento, todos los negocios se beneficiarían: tendrían un incremento de 250€ en las ventas con un coste de 100€, lo que supone una ganancia de 150€. Sin embargo, un solo negocio podría ahorrar 100€ no limpiando, sufriendo solo 10€ por su deserción, dando lugar a una ganancia de 240€, que es mayor que lo habría obtenido si hubiera cooperado. A pesar del hecho de que podían estar dispuestos a aportar 100€, pueden evitar hacerlo con la esperanza de que otros limpien en cualquier caso, y ellos se beneficiarán sin incurrir en ningún gasto personal.
De este modo, conforme a estas asunciones, en un momento dado, cualquier negocio se beneficiará más no manteniendo limpia la fachada de su establecimiento. Como consecuencia de ello, puede ocurrir que ningún negocio limpie la calle de la fachada de su establecimiento. Tal situación sería el equilibrio de Nash. Ello a pesar del hecho que la eficiencia en la distribución mejoraría si hubieran cooperado.
Supongamos que no es una fachada….
11 comentarios
Te a faltado tener en cuenta el negocio que se genera para quien realiza la limpieza, y que con el benefico que obtiene puede comprar a quien le contrata para realizarla.
¿Qué puedo hacer yo ante el Peak Oil?
Ahora que la sensación de crisis energética se está agravando y calando en la sociedad, los nuevos lectores de este blog (y buena parte de los antiguos seguramente) me están reclamando con insistencia que dé alternativas, que proponga soluciones, que proponga recetas para prepararnos contra los malos tiempos que se avecinan y medidas para evitar el desastre que podría ocurrir si jamás se diera el peor escenario posible. Estas demandas son lógicas y fundadas, y yo por supuesto tengo que intentar hacer mi aportación en ese sentido, pero para poder avanzar en esa dirección hay que para empezar dejar claras una serie de cuestiones.
Las enumero ahora por un orden más o menos lógico y cronológico en la fase final de aceptación de la situación que tendremos que vivir. Sólo, querido lector, cuando haya entendido, aceptado y asumido como propias todas y cada una de estas cuestiones previas, entonces y sólo entonces podrá leer la parte final de este post, donde se proponen medidas. No tiene mucho sentido que lea esas medidas si discrepa en el diagnóstico de la situación, ya que eso le llevará a centrarse en la discusión de algunos aspectos particulares, de si son reales o verosímiles, etc. Para hacer esa discusión técnica está el resto del blog, en tanto que esta parte es para intentar avanzar en la dirección del cambio necesario.
He aquí la lista de cuestiones previas sobre el diagnóstico de la situación:
La situación no debe ser resuelta, sino replanteada: Ya lo discutimos aquí: hay que replantear el problema. Por culpa de la sobreespecialización en la sociedad occidental, tendemos a ver cada dificultad que se presenta en el día a día como un problema que se tenga que resolver, y esto es especialmente cierto para gente que como yo ha seguido unos estudios de carácter técnico. Sin embargo, poca gente se da cuenta de que quizá lo que está mal es el planteamiento, lo que es implícito, lo que se da tanto por asumido que no hace falta ni decirlo explícitamente. Hablamos de crisis energética, decimos que hay escasez de energía, cuando nuestro consumo de energía per cápita es centenares de veces el que teníamos hace un par de siglos tan solo, y lo que buscamos es nuevas fuentes de energía para poder seguir consumiendo más y más. Pero cada peldaño de más que subamos por esta escalera nos ubica delante de un reto cada vez más difícil de resolver, porque nuestro sistema económico requiere un crecimiento continuo y exponencial (e.g., el PIB ha de crecer un 2 o un 3% cada año). Si ahora encontráramos una fuente de energía maravillosa, ¿cuánto tiempo tardaría nuestra tasa de crecimiento en llevarla a su cenit, a su máximo de rendimiento? Unos pocos años a lo sumo. Y cuando más subamos por esta escalera, más dura puede ser la caída en el momento que no podamos seguir.
La crisis es una crisis de modelo: No es ninguna coincidencia que estemos viviendo cinco crisis a la vez: la energética (de la que se ocupa este blog), la económica (que nos angustia cada día), la financiera (que nos impide financiar fabulosos planes de rescate), la ambiental (que puede llegar a destruirnos) y la política (causada por la incapacidad de nuestros representantes de ocuparse eficazmente de los verdaderos problemas de la ciudadanía, lo cual les lleva a divagar sobre asuntos periféricos y a su pérdida de legitimidad delante del pueblo). Todas estas crisis están interconectadas y tienen numerosas ramificaciones (crisis militares, del agua, de los alimentos, de población, corrupción,…). Todas ellas nos dicen que nuestro modelo de explotación y de relación con el planeta y nuestros congéneres no puede seguir adelante porque hemos chocado con límites duros, los que impone la finitud del planeta en última instancia. Es una crisis de sostenibilidad.
El tiempo para actuar es ahora: Hace décadas que fuimos advertidos de que un día como el de hoy podría llegar, pero todos los estudios que hablaban de la sostenibilidad de la explosión demográfica, de la contaminación ambiental, de los límites de los recursos, de los desequilibrios regionales, etc fueron desdeñados en pro de un interés superior: el crecimiento económico a toda costa. Ahora este remanso de bienestar que eran los países occidentales se está hundiendo en sus contradicciones, mientras los desheredados del mundo nos combaten con nuestras mismas armas: las fábricas deslocalizadas hunden nuestra industria local, los productores esquilmados de materias primas nos cortan el suministro, los que nos compraban nuestra deuda nos piden cada vez más a cambio… No hay un retorno posible a la “normalidad”, es decir, al placentero bienestar de las décadas pasadas; ahora cada vez las cosas serán más difíciles, y tanto más si no nos decidimos a reaccionar. También hay que tener presente que medidas paliativas tecnológicas que aún están en el laboratorio o, peor aún, que no son más que conceptos, dudosamente servirán para algo durante la fase más rápida y aguda de la transición, puesto que generalmente se requieren décadas para implantar algo a gran escala y no tenemos no de lejos tanto tiempo. Peor aún, a medida que la situación financiera se degrade no tendremos ni cómo financiarlo, y a medida que la crisis económica se profundice no tendremos las fábricas necesarias para los suministros requeridos. Es decir, con el tiempo se profundiza en el colapso catabólico.
Las altas instancias políticas no pueden arbitrar una respuesta coherente al desafío: No por maldad, sino por la complejidad del mismo y por el imposible equilibrio de intereses públicos y corporativos, inclusive los legítimos. Dentro de nuestra agenda política la meta del crecimiento económico es incuestionable, y siempre que se proyectan infraestructuras se hace pensando en que la actividad crecerá, siempre más, nunca menos. Un discurso de decrecimiento voluntario es completamente suicida; si simplemente unas modestas medidas de ahorro del Gobierno español han sido tomadas como una ofensa por parte de la mayoría de los españoles, es inimaginable explicar a la gente que nunca más volveremos a crecer, que esta crisis económica no puede acabar nunca dentro del actual paradigma económico. Nuestros políticos conocen sobradamente desde hace años que nuestro modelo es inviable y qué es el Peak Oil, pero no trasciende ya que se trata de un debate público, pero no publicitado. Para cuando quieran reaccionar, y de la manera que quieran hacerlo (más sobre esto abajo), el desastre puede ser ya irreversible.
Una sola persona no puede parar esto: Esta bien solicitarme mi opinión, como la de cualquier otro divulgador o experto, pero nadie puede individualmente dar con bala de plata, el hechizo mágico que detenga el tren. No pueden esperar en su sillón a que alguien les solucione la papeleta, a que les resuelvan el problema. Todas las manos cuentan, y sin la ayuda de todos será más difícil evitar el desastre. Siempre digo en la charla del Oil Crash que no sirve de nada atrincherarte en tu casa de campo con tu huerto y gran cantidad de armas y munición, puesto que podrás parar a diez personas hambrientas, pero no podrás parar a un centenar, o a mil. La solución, o es para todos (léase una amplia mayoría) o no será. Al final tendrán razón (aunque sólo sea en el slogan) aquellos de esto sólo lo arreglamos entre todos…
Leyendo el comentario de Antonio, me dan ganas de coger a mi familia y salir corriendo a algún sitio, donde el desarrollo no haya llegado todavía. Espero estes equivocado amigo, por que de lo contrario…..nos vamos todos al garate.
Desde que participo en este foro siempre me han resultado muy atractivas todas estas historias en las que Carlos Lopez se apoya, como el dilema del prisionero o ahora con el equilibrio de Nash.
El caso es que llevo un tiempo con ganas de leer algo de la Teoria de Juegos pero antes me gustaría saber si me podriaís recomendar algun libro que sea completito y agil de leer.
Gracias.
Muy buenos sus articulos, los leo a diario y aprendo mucho de economía, pero no escribo para adularle, sino para criticarle (con cariño, eh??). Señor Carlos, se está usted inventando el anti-dequeísmo (al igual que yo me acabo de inventar el palabro). Vamos, que el “de que” es un error habitual en algunas zonas de España pero el hecho de que sea un error en algunos casos no quiere decir que no se pueda decir (escribir) nunca, al contrario, hay muchas veces que hay que utilizarlo. Bueno, no era mi intención dar clases de lengua castellana (de hecho no soy la persona más indicada, seguro que por aquí habré metido la pata alguna vez), pero es que hay algunas partes de sus articulos que digamos que “pegan un poco al ojo”…. Lo dicho, que continue dandonos lecciones de economía, que nos van bien con la que está cayendo….
Diversos operadores del mercado de commodities señalan que hay fuertes posiciones especulativas en el mercado del petróleo en estos momentos, que estarían apostando a alguna clase de interrupción en el suministro del crudo en el futuro, lo que se enfrentaría con una demanda creciente.
Estos especuladores están fijando un precio para el barril brent en los máximos históricos alcanzados en 2008, en los 147 dólares barril.
Según las estimaciones, estas posiciones especulativas estarían añadiendo unos 15$ al precio del petróleo.
Ahora acojonados por el petróleo, queda petróleo para décadas si solo quedara petróleo para 25 años valdría el doble o el triple porque el precio del petróleo es el principal impedimento para la entrada de “otras tecnologías” pero 1 litro de gasolina a 1.30 es un chollo, te compras un coche actual y te recorres España de punta a punta y vuelves con 100 euros -eso es caro?- la gasolina no está barata sino “tirada de precio” no nos engañemos y encima porque la cosen a impuestos que si no lo harías con 50 euros.
Seamos realistas no es que no podamos acabar con el petróleo es que no queremos acabar con el petróleo. No seamos hipócritas y digamos que no podemos pagar la gasolina cuando un coche actual mediano hace 1200 km con 50 litros que valen 60 euros, si dejamos de gastar gasolina hagámoslo por el cambio climático, hagámoslo porque mucha gente en el mundo suda para pagar el euro que vale un litro de queroseno para calentar a su familia en un iglú, hagámoslo porque esa no es forma de vivir pero no justifiquemos lo injustificable ni digamos que el petróleo esta caro porque la gasolina a 2 euros el litro todavía seria tremendamente barata y eso no lo vale en ningún lugar de Europa.
Gonzo descubre a Ana Botella acudiendo a la peluquería en coche oficial
Lo podéis ver aquí:
http://www.burbuja.info/inmobiliaria/burbuja-inmobiliaria/212350-gonzo-descubre-ana-botella-acudiendo-la-peluqueria-en-coche-oficial.html
Analizando el hecho , se da la siguiente diatriba :
– Lo que nos contó de la contaminación era una patraña como ella misma ha demostrado , por lo que debería dimitir por mentir a los ciudadanos .
– Lo de la contaminación es verdad pero se lo pasa por el forro y se rie en la cara de los contribuyentes , por lo que debería dimitir por tomar el pelo a los ciudadanos .
Sin embargo esto es España , y como todo el mundo sabe aquí no dimite nadie y menos por algo asi , que aunque en otros países sería un escándalo , aquí pasará como una anécdota mas de como nos toman el pelo los politicos a diarío y ahí siguen en sus asientos.
Fachadas y socialismo?
5 estrellas.
El petróleo hace tiempo que ha dejado de subir o bajar exclusivamente por razones fundamentales relacionadas con su escasez… Desde que se ha convertido en un activo más de trading las subidas y bajadas también tienen que ver con otros factores.
En cuanto a las fachadas, no es más que un reflejo más de lo poco cooperativa que puede llegar a ser nuestra sociedad y el mundo de los negocios/finanzas cuando todo pasa a convertirse en simples números.
¡Con lo mal vista que está la caza!.
¡Me veo de furtivo, cazando para comer!.
¿Y el que no sepa cazar?