Estas son las palabras que pronunció el Director General de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), Juan Somavia, tras aprobarse, por primera vez en la historia, normas laborales internacionales destinadas a mejorar las condiciones laborales de decenas de millones de trabajadoras y trabajadores domésticos en el mundo.
Según las estimaciones de la OIT basadas en estudios o censos nacionales de 117 países, el número de trabajadoras y trabajadores domésticos en el mundo es de al menos 53 millones. Pero los especialistas consideran que debido a que este tipo de trabajo se realiza a menudo en forma oculta y sin registros, el total podría ser de 100 millones de personas. En los países en desarrollo representan entre 4 y 12 por ciento del empleo asalariado. Alrededor del 83% son mujeres o niñas, y muchas son migrantes.
Según la Organización, el 56% de los empleados domésticos trabaja en circunstancias en las que no existe ley que limite sus horas de trabajo y el 45% no tiene derecho a tomar ni siquiera un día de descanso a la semana.
Los delegados de gobierno aprobaron en la 100ª conferencia de la OIT el Convenio sobre las Trabajadoras y Trabajadores Domésticos (2011). Las nuevas normas se convertirán en el Convenio 189 de la OIT y la Recomendación 201.
Las nuevas normas establecen que los millones de trabajadoras y trabajadores domésticos del mundo que se ocupan de las familias y los hogares podrán tener los mismos derechos básicos que otros trabajadores, incluyendo horas de trabajo razonables, descanso semanal de al menos 24 horas consecutivas, un límite a los pagos en especie, información clara sobre los términos y las condiciones de empleo, así como el respeto a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, incluyendo los de libertad sindical y negociación colectiva.
De acuerdo con los procedimientos de la OIT, el Nuevo Convenio de la OIT estará vigente después que los países lo hayan ratificado.
En la introducción, el nuevo Convenio dice que
El trabajo doméstico continúa siendo infravalorado e invisible y lo realizan principalmente las mujeres y las niñas, muchas de las cuales son migrantes o forman parte de comunidades desfavorecidas, y son particularmente vulnerables a la discriminación con respecto a las condiciones de empleo y de trabajo, así como a otros abusos de los derechos humanos.
En España, 703.800 personas son trabajadoras del hogar, de las que el 91% de son mujeres, aunque las cifras son difíciles de cuantificar debido a la gran economía sumergida que existe. Muchas de estas trabajadoras son niñas, y la mayoría forman parte de colectivos inmigrantes o comunidades desfavorecidas.
Hay que destacar, que desde la entrada en vigor de la Ley de Dependencia, la profesionalización de la ayuda a domicilio o de la geriatría ha hecho que aumente la incorporación del hombre a este sector, que no se reduce ya a las tareas domésticas sino que se extiende al cuidado de personas mayores y dependientes.
¿Crees que seguirá aumentando en España el número de hombres dedicados al trabajo doméstico? ¿Crees que en España se ratificará pronto?
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Y, ¿qué remedio les va a quedar? Trabajarán, como todos, donde se pueda. Vienen muy malos años. Los ricos, más ricos; los pobres más, más pobres y las clases medias disminuyendo a marchas forzadas. ¡Y que no lo tengan que hacer ilegalmente! Esto, ¿no va a cambiar?
Cada vez se incorporarán mas hombres al trabajo doméstico tanto dentro como fuera del propio hogar. Se van perdiendo los estereotipos de trabajos de hombres y trabajos de mujeres. Culturalmente se va haciendo lentamente, pero cada vez estamos mas informados de nuestros derechos y se irá regulando.