El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, ha afirmado que la institución ha hecho “todo lo que ha podido” para buscar una solución a la crisis de deuda en la eurozona y ha recalcado que ahora son los gobiernos los que deben hacer frente a esta situación.
“Creo que el BCE ha hecho todo lo que ha podido para cumplir con sus responsabilidades en circunstancias excepcionales… La última barrera son, por supuesto, los gobiernos”, asegura Trichet en una entrevista concedida al ‘Financial Times’.
En este sentido, recalca que hacer “cualquier cosa” que aleje a los gobiernos de sus responsabilidades sería “una receta para el fracaso” y recordó que estos tienen un instrumento actualmente, el Fondo Europeo de Estabilización Financiera (EFSF por sus siglas en inglés), que podría ser aprovechado como “cortafuegos”.
Asimismo, Trichet, que en dos semanas concluirá su mandato como presidente del BCE, remarca que el organismo no actuará como una “prestamista de último recurso” para los estados y recuerda que su programa de compra de bonos tiene como objetivo asegurar que las decisiones de la política monetaria se trasladen a la economía real.
CRISIS MUNDIAL.
Por otra parte, el presidente del BCE incide en que el mundo vive un “acontecimiento histórico de primera magnitud, la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial”, y advierte de que se podría haber producido una “gran depresión” si no se hubieran adoptado las medidas apropiadas en el momento adecuado.
Asimismo, recalca que no es una crisis sólo europea, sino una crisis “del Oeste” en la que todas las economías avanzadas han sido analizadas “con rayos X” y se ha visto la “debilidad en sus esqueletos”. “Esto es cierto para todos nosotros. Para Japón, para Estados Unidos, para los europeos”, añadió.
En el caso de Europa, añade que estos ‘rayos X’ han puesto en evidencia la debilidad de la gobernanza de la eurozona y no del euro como moneda, cuyo futuro “evidentemente no está en peligro”. Aún así, cree que esta situación impulsará a Europa a una mayor integración económica en el largo plazo, ya que ningún país, persona o líder “asumirá la responsabilidad de ir hacia atrás”.
MÁS UNIDAD EN EUROPA.
Para ello, insta a los políticos europeos a romper el círculo vicioso en el que las dudas sobre la deuda pública están alimentando el nerviosismo de los inversores respecto a los bancos, y recalca que además de fortalecer los balances de los bancos también hay que dar pasos para restaurar lo más posible la credibilidad de la deuda soberana.
En esta línea, defiende que actualmente hay “más razones” para que los europeos se unan en los campos económico, financiero y monetario de las que había a principios de la década de los 50, debido a la transformación que está sufriendo el mundo y la fortaleza de países como China, India o América Latina. “Una de las lecciones de la crisis es precisamente que es necesaria más unidad”, agrega.
Asimismo, Trichet incide en que, como los líderes europeos han dicho muy claramente, Grecia es un “caso especial” y que en el caso de los demás países el objetivo es cumplir sus obligaciones evitando cualquier ambigüedad al respecto.