Ayer publicaron los de eDarling un curioso estudio sobre regalos que no debes hacer a tu pareja
Si alguna vez ha hecho alguno de estos regalos, no se eche las manos a la cabeza, ya que lo más detestado por mujeres y hombres son los utensilios de cocina (para un 63% ha sido el peor regalo) y las herramientas de bricolaje (desilusionó a un 27%), respectivamente. Además, al 25% de los hombres no les gustaría recibir ni ropa interior, ni corbatas, ni cosméticos, mientras que al 20% de
Veamos el top 5:
Qué no regalarle a ella:
Como esta no es una web de citas, hoy no hablaremos sobre regalos, si no sobre las 5 estupideces financieras que debemos evitar estas navidades.
Estupidez nº1: Comprar lotería de Navidad
Además este año es más difícil que te toque el gordo ya que en vez de 85.000 números, se juegan 100.000, claro que también el gordo es más gordo ya que pasa 300.000€ a 400.000€ el décimo.
Por tanto, dado que es muy difícil resistirse a no comprar en ciertas ocasiones, lo mejor es hacerlo entre varios, total dividir un premio de 400.000€ entre dos, tampoco está mal ¿no?. Eso sí, no te olvides de dejarlo por escrito (firmdo y fotocopiado), ya que los amigos pueden dejar de serlo por unos pocos miles de euros.
Estupidez nº 2: Nos encantan las cosas gratis, incluso si no nos convienen
Dan Ariely, el autor de Predictably Irrational (predeciblemente irracional), llevó a cabo un experimento en el que él y su equipo ofrecían tatuajes gratis a gente en un club nocturno. 76 personas quisieron aprovechar esta oferta gratuita. La gente tenía una edad media de 26 años y estaba fundamentalmente sobria, (en una escala de 1 a 11, con una tasa media de alcoholemia de 2,64), y la mayoría solo quería un tatuaje permanente porque era gratis:
Cuando preguntamos a la gente en la cola para los tatuajes gratuitos si se tatuarían si no lo fuesen, el 68% dijo que no. Sólo lo querían porque era gratis. También preguntamos a los participantes si sabían que se ofrecían tatuajes gratuitos en la fiesta. Al 90% que lo sabía se les pidió que respondiesen a unas preguntas. En primer lugar, cuando se les preguntó cuando decidieron hacerse el tatuaje, antes o después de llegar a la fiesta, el 85% dijo que antes de llegar y el 15% que después. Cuando se les siguió preguntando, en una escala de 0 a 100, qué probabilidad había de que se hicieran un tatuaje esa noche, la gente estaba en promedio un 65% segura de que querían un tatuaje.
Muchos participantes ni siquiera sabían qué tipo de tatuaje querían, sencillamente no querían dejar pasar esta oportunidad. Hacemos esto con frecuencia cuando se trata de ofertas gratuitas, y la manera más sencilla de resolverlo es preguntarse lo siguiente: ¿si en lugar de ser gratuito costase la mitad, o tuviera un pequeño descuento, seguiría queriéndolo? Si la respuesta es sí, puede que valga la pena. Si la respuesta es no, debería pensarlo seriamente. El problema de las cosas gratuitas es que normalmente implican otra forma de pago, como sacrificar información personal, y que tu dirección se venda a otras empresas que te enviarán cientos de correos basura o llamadas telefónicas, en definitiva, pérdida de tiempo. No necesariamente vale la pena lo que se supone que has conseguido gratuitamente.
Estupidez nº 3: Nuestra lealtad a una marca es simplemente un mal hábito
El problema surge cuando desarrollamos un hábito de consumo de una marca que confundimos con la lealtad. Probablemente utilicemos la misma marca de pasta de dientes, móviles o utensilios de escritura durante la mayor parte de nuestra vida. Probablemente tampoco hayamos probado muchas de las otras marcas. Encontramos algo que nos gustaba bastante, nos acostumbramos a ello y seguimos comprándolo sin considerar realmente otras alternativas. Una vez que se afianza este hábito, también se desarrolla resistencia al cambio (como con la mayoría de hábitos negativos). Esta resistencia hace que defendamos nuestras elecciones, incluso si podemos estar equivocados. A esto se le denomina lealtad a la marca, pero es realmente una mera conducta defensiva y ser demasiado perezoso para probar algo nuevo. Science Daily sugiere una posible solución:
Cuando las empresas encuentran consumidores motivados con sus productos, están tan motivados a proteger la marca como a sí mismos. Así que se trata más de uno mismo que de la marca. Cuando la gente puede autoafirmarse a través de otros medios y actividades, no están en absoluto a la defensiva.
No hay nada de malo en tener nuestras propias opiniones sobre algunos productos, pero si nos sentimos un experto respecto a algo que no implica consumo será más fácil deshacernos de los hábitos de lealtad a marcas. Esto nos ayudará a tener una mentalidad abierta y a no ignorar productos posiblemente mejores y más baratos que de otro modo habríamos ignorado.
Estupidez nº4: Nuestro deseo por un estatus social más elevado afecta a nuestras elecciones
Esto se debe a que todo es susceptible de convertirse en un producto, ya sea parte de una cultura popular o pertenezca a un grupo que intenta desafiarla. David McRaney, escritor del libro y blog sobre el autoengaño You Are Not So Smart (no eres tan listo), explica cómo funciona el sistema:
En los años 60, se tardaban meses en que alguien se diera cuenta de que podía vender pantalones de campana a cualquiera que quisiera ser rebelde. En los 90, se tardaban semanas en vender camisas de franela . Ahora, las empresas contratan a gente para ir a bares y clubes y predecir lo que les gusta a los rebeldes y llevarlo a los estantes de las tiendas más a la moda en cuanto se hace popular.
Aunque algo pueda empezar como auténtico, enseguida pierde esa condición a medida que gana popularidad y se convierte en un producto. La gente entonces busca algo nuevo, experiencias más auténticas y el ciclo se repite. Poco se puede hacer frente a esto, y no es necesariamente un problema. Lo que tenemos que aceptar dentro de una sociedad consumista es que las elecciones que adoptamos sobre las cosas que nos gustan no es realmente tan importante. Tenemos que ponernos ropa con la que nos veamos mejor y tener el ordenador, tostadora o pasta de dientes que nos guste. Lo que no se debería hacer es creer que esas decisiones nos hacen más especiales o auténticos, porque entonces se juega en un sistema cuyo único interés es ganar nuestro dinero. La verdadera autenticidad debe salir de uno mismo.
Estupidez nº 5: Nos tendemos la trampa del remordimiento de los compradores
Se puede pensar que la solución al remordimiento del comprador es sopesar las opciones con atención, pero nos equivocaremos. Se nos da fatal predecir el futuro, en particular cuando se trata de nuestra felicidad, y normalmente somos más felices cuando simplemente tomamos una decisión—incluso si esa decisión puede ser una mala elección. Una deliberación casi interminable solo nos estresa y nos hace cuestionarnos si hemos adoptado la decisión correcta después de hacerlo. Se puede evitar esto no pensando demasiado y siguiendo nuestro instinto.
Por supuesto, no queremos acabar comprando cosas que no necesitamos o no deseamos tanto como pensábamos al principio. Hacer eso también puede incitar el remordimiento del comprador. Es frecuente adoptar una decisión de compra rápida por un buen negocio y después nos vemos a nosotros mismos arrepintiéndonos de esa decisión enseguida. Lo mejor que podemos hacer para combatir este problema es preguntar por las condiciones de devolución del producto y no dudar en devolverlo si es necesario. De este modo, no compraremos por antojo, y si acabamos con remordimiento de comprador podremos remediarlo.
Como viene siendo habitual, para aquellos que no entráis aquí obsesivamente todos los días, os…
El Euribor es el índice de referencia más utilizado en las hipotecas variables en Europa…
En esta casa es que no se descansa ni un santo día, ni siquiera el…
Una demanda sorprendente y sin precedentes ha irrumpido en el mundo de la tecnología y…
El Euríbor, referencia fundamental para la mayoría de las hipotecas variables en España, ha cerrado…
El Euribor es el índice de referencia más utilizado en las hipotecas variables en Europa…
Ver comentarios
Comunicado de la FED http://dlvr.it/10Lx1y
Muchas veces se dice que el tiempo extremo es una de las principales razones para tomar medidas firmes respecto del calentamiento global. Hoy en día, ningún huracán ni ola de calor pasa sin que un político o activista lo presente como evidencia de la necesidad de un acuerdo sobre el clima global, como el que se acaba de posponer hasta fines de la década en Durban, Sudáfrica.
Estas afirmaciones merecen un escrutinio minucioso. En 2007, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC por su sigla en inglés) dio a conocer un informe sobre los extremos climáticos que recibió considerable atención por parte de los medios. Pero, dos años más tarde, se descubrió que algunas de las afirmaciones fundamentales del informe del IPCC -por ejemplo, que el calentamiento global causaría que los inmensos glaciares del Himalaya desaparecieran para 2035, o reduciría a la mitad los rendimientos de los cultivos africanos para 2020- se basaban en declaraciones hechas en llamamientos de organizaciones ambientalistas, y estaban respaldadas por escasa evidencia, o directamente ninguna.
A pesar de este error, el IPCC desde hace mucho tiempo es una fuente bastante confiable de estimaciones sensatas y responsables en un debate por lo demás histriónico. Desafortunadamente, las estimaciones sensatas no son primicia. Por ejemplo, de acuerdo con el IPCC, los niveles del mar aumentarán un volumen relativamente manejable de 18-59 centímetros (7-23 pulgadas) para fines del siglo, mientras que los medios y los activistas suelen decir que deberíamos estar preparados para que el incremento de los niveles del mar se mida en metros.
De la misma manera, los medios tergiversaron los resultados del informe de 2010 del IPCC sobre los extremos climáticos. El diario más prestigioso de Suecia, Svenske Dagbladet, llenó casi toda una primera página del diario del domingo con un cuerpo eviscerado que mostraba arterias expuestas, adornado con la advertencia: "El clima cada vez más cálido amenaza con más muerte". En una doble página completa en el interior del periódico, se mostraba un gráfico de muertes estacionales en la pasada década, y se indicaba con alarmantes puntos rojos cómo las olas de calor estivales han matado a decenas de suecos. Sin embargo, hasta una lectura rápida del gráfico demostraba claramente que muere mucha más gente de frío que de calor.
El informe del IPCC decía efectivamente que el calentamiento global implicaría temperaturas cálidas más extremas, pero también señalaba que habría menos temperaturas frías extremas. Como cada vez muere más gente casi en todos los rincones del planeta por las temperaturas frías que por las temperaturas cálidas, el huella general en el calentamiento global serán menos muertes por temperaturas extremas. De hecho, según una estimación, para mediados de siglo, aproximadamente 400.000 personas más morirán por el calor de las que habrían muerto con las temperaturas actuales, pero morirán 1,8 millones menos de personas por el frío. Desafortunadamente, las no muertes son una no noticia.
En noviembre, The Christian Science Monitor se centró en los hallazgos del IPCC sobre los huracanes, cuya fuerza y frecuencia se han asociado al calentamiento global desde que el filme Una verdad incómoda del ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore ganó preponderancia en los medios gracias al huracán Katrina. El titular del Monitor decía con estridencia: "Advertencia sobre el calentamiento climático: prepárense para olas de calor más calientes, tormentas más fuertes". Sin embargo, mientras que el IPCC sugiere que las velocidades máximas de los vientos de los huracanes muy probablemente aumenten, también predice que la cantidad total de huracanes tropicales decaerá, y que la frecuencia de los huracanes extra tropicales muy probablemente también merme.
El IPCC claramente sostiene que los costos por los daños producidos por los huracanes han aumentado sostenidamente porque hay más gente, con propiedades más costosas, que hoy vive donde azotan los huracanes. La población, la exposición y la vulnerabilidad, no los gases de tipo invernadero, son los principales factores detrás del futuro daño también.
Por cierto, el IPCC observa que los mayores costos ocasionados por los huracanes "no han sido atribuidos al cambio climático". En consecuencia, si queremos evitar futuros daños causados por huracanes, tenemos que invertir en adaptación. Eso implica mejor gestión del riesgo, lo que conlleva códigos de edificación más estrictos y humedales mejorados para mitigar el aumento de las tormentas.
Existe evidencia considerable que sí sugiere que el calentamiento global causa incrementos de las lluvias, especialmente de las lluvias torrenciales. Eso ha llevado a muchos observadores a culpar al calentamiento global por las inundaciones devastadoras en Pakistán, Australia y Tailandia en los últimos años. Pero el IPCC cuenta una historia diferente: la evidencia no puede ni siquiera indicar de manera confiable si la mayor cantidad de precipitaciones, en efecto, ha afectado la magnitud y la frecuencia de las inundaciones (en terminología de las Naciones Unidas, "baja confianza a escala global respecto inclusive del signo de estos cambios").
Eso puede sonar contrario a la intuición. Pero se produjeron cambios mucho más importantes: en particular, la construcción de represas y los grandes asentamientos en planicies aluviales hicieron que los ríos no pudieran fluir naturalmente. Si queremos ayudar a las potenciales víctimas de las inundaciones, la evidencia claramente demuestra que deberíamos recuperar las planicies aluviales.
Una mayor precipitación también tiene consecuencias positivas -sobre todo, más agua dulce para un mundo que tiene sed-. Hoy, aproximadamente 2.000 millones de personas sufren escasez de agua, lo que significa que se las arreglan con menos de 1.700 metros cúbicos (60.035 pies cúbicos) por año. El crecimiento de la población por sí solo sugiere que este número podría aumentar a alrededor de 3.000 millones hacia fines del siglo. Pero más precipitaciones como consecuencia del calentamiento global muy probablemente reduzcan la cifra a unos 1.700 millones.
Las historias tenebrosas sobre el clima se basan en una narrativa simple: más CO2 significa más daño ambiental y muerte -y la única manera de resolverlo es reduciendo las emisiones de carbono-. Si bien esto sirve para un mensaje político pegadizo, tiene la clara desventaja de ser erróneo.
El calentamiento global hará que ciertos fenómenos, como las olas de calor y las velocidades de los vientos huracanados, se vuelvan más extremas, mientras que otros, como las olas de frío y la frecuencia de los huracanes, se mitiguen. Y, en algunos casos, como las mayores precipitaciones, el calentamiento global tendrá efectos positivos y negativos.
Por supuesto, nada de esto significa que no deberíamos ocuparnos del cambio climático y concentrarnos en la innovación para generar energía ecológica menos costosa. El último informe del IPCC es importante precisamente porque ilustra los verdaderos problemas ambientales planteados por el calentamiento global, sin exagerarlos para conseguir un buen titular. Ofrece información confiable sobre el clima y hace hincapié en que la adaptación es esencial para mejorar la calidad de vida de las generaciones futuras.
También demuestra por qué el último fracaso a la hora de concluir un acuerdo integral sobre el clima no son todas malas noticias. Pero, cuando se trata del cambio climático, a los medios evidentemente no les gusta que sea de otra manera.
Bjørn Lomborg
Holanda entra en recesión http://www.elpais.com/articulo/economia/Holanda/entra/recesion/elpepueco/20111213elpepueco_10/Tes
Este martes, la agencia estadística europea (Eurostat) ha publicado dos datos muy descriptivos para medir la riqueza real: PIB per cápita y capacidad de compra. A cierre de 2010, España se situaba en los puestos 15 y 17, respectivamente, en comparación con el resto de la Unión Europea (UE) ¿Son posiciones propias de una economía cuyo Gobierno presumía merecer, no hace demasiado, ocupar el noveno asiento de un ampliado G-8?
La realidad que describen esos indicadores se aleja de la que muestra el dato agregado del PIB de ese año, que situaba a España como quinta economía de la eurozona y décima del mundo, según la última actualización del Banco Mundial. Los españoles, por tanto, son menos ricos de lo que pudiera parecer... o creer. Son, además, los europeos que más se han empobrecido en los dos últimos años, por encima de los socios comunitarios del Este e incluso alguno de los rescatados. El paro y la falta de alternativas al sector de la vivienda para recuperar el crecimiento situaron en 2010 el PIB per cápita en niveles de 2002.
Los reflejados años perdidos en términos de riqueza real discurrieron muy marcados por la acelerada destrucción de empleo y el consecuente aumento del paro, lo que, teniendo en cuenta la desfavorable evolución de 2011 y las más o menos idénticas perspectivas del corto plazo, sugieren que la mejoría tardará en llegar. España corre, pues, serios riesgos de seguir alejándose de los países con más peso en la eurozona.
Seguramente serviría de poco rescatar de la memoria las manifestaciones optimistas del todavía presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando se jactaba de haber superado a Italia y fijaba como objetivo inmediato -alcanzable- empatar con Francia en términos de PIB per capita. pero han transcurrido apenas tres años desde entonces...
la mitad de los grandes inversores espera que un país abandone la zona euro http://bit.ly/rDxclv
El déficit griego aumenta un 5,1% y complica cumplir el objetivo para 2011 http://bit.ly/sgsvTM
Por primera vez desde que dejó de financiar la sanidad -1998-, la posibilidad de déficit en las cuentas de la Seguridad Social es real. Ya cerró 2010 con saldo negativo, pero se debió únicamente a una cuestión contable, ya que asumió los desfases tanto del Servicio Público de Empleo Estatal como del Fondo de Garantía Salarial. Este año, a punto de terminar sin que se prevean trasvases de este tipo, el déficit amenaza con reaparecer.
Hasta octubre, el sistema contaba con un excedente de 5.610 millones de euros, una cifra equivalente al 0,52 por 100 del Producto Interior Bruto (PIB). Aunque a primera vista parezca relevante, no lo es tanto si se compara con los ejercicios anteriores -es poco más de la mitad que hasta octubre de 2010 y un cuarto del registrado en el mismo periodo de 2008- . Y aún menos si se tienen en cuenta los gastos que queda por afrontar. Como la mayoría de organismos públicos, Seguridad Social acumula buena parte de sus desembolsos a final de año, a lo que hay que sumar a las pagas extraordinarias de pensionistas y trabajadores, y otros 900 millones de euros que el Ministerio de Trabajo admitía no haber contabilizado hasta ese momento .
Este jueves se añadirá una nueva mala noticia: tendrá que indemnizar a 3,2 millones de pensionistas por la desviación de la inflación. Si el dato coincide con el 2,9 por 100 adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la factura será de 441 millones de euros, que se tendrán que abonar en la nómina del próximo mes de enero. La cuantía no es inabordable, pero supone un gasto añadido en el peor momento; y eso que este año la revalorización vinculada a la inflación de noviembre sólo se aplica a las pensiones mínimas, y no a todas. Además, esta revisión supondrá un gasto adicional de otros 441 millones el próximo año, al consolidar esta subida en las nóminas del ejercicio 2012.
¿Cómo se ha llegado al borde del déficit en unas cuentas que llegaron a presentar un superávit equivalente al 1,3 por 100 del PIB en años previos a la crisis? La causa esencial es la creciente evolución del desempleo: la destrucción de más de dos millones de puestos de trabajo ha provocado que los ingresos de la Seguridad Social, fundamentalmente basados en las cotizaciones sociales que pagan trbajadores y empresarios, hayan menguado sensiblemente. En paralelo, el gasto en pago de pensiones ha continuado aumentando a un ritmo anual superior al 5 por 100.
La previsión del Gobierno ya en funciones, legar a su sucesor unas cuentas de Seguridad Social con un excedente del orden del 0,4 por 100 del PIB suena casi imposible; ello a pesar de que algunas partidas de prestación, como las bajas laborales, se están reduciendo. Los responsables del ministerio han cambiado el optimismo de principios del presente año por buenas dosis de cautela y ninguno se compromete ya a evitar un cierre con números rojos. En todo caso, el eventual déficit no precisaría empezar a utilizar el Fondo de Reserva: la hucha de las pensiones se mantendrá intacta salvo que se acumulen tres trimestres deficitarios consecutivos.
Independientemente de que el cierre anual sea positivo o deficitario, lo preocupante es que no se aprecia un cambio de tendencia: el gasto en pensiones seguirá creciendo -la demografía dicta-, mientras los ingresos no remontarán hasta que el empleo neto comience un repunte... que nadie se atreve a fechar
Otra para Ser:
Zapatero afirmando que la reforma de cajas estaría completada el 30 de Junio de 2010 http://bit.ly/sEN74m
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha rebajado su estimación de consumo para 2012 en todo el mundo, y además prevé que éste decaiga en Europa un 1,04 por 100, siendo la única región del mundo que presentará tasas negativas.
En concreto, la organización considera que en 2012 se consumirán 88,9 millones de barriles diarios, lo que supone 140.000 menos que en la última estimación de noviembre. Ello se debe a que la menor actividad industrial y comercial hará que el consumo se reduzca, algo que ya ha ocurrido en los últimos meses de 2011, como se pueden constatar en los datos disponibles a falta de unos días para cerrar el año.
Los países que aumentarán la demanda de petróleo son aquellos que están creciendo. El consumo en América Latina subirá un 2,8 por 100, y en Oriente Medio, un 2,5 por 100. China también aumentará su consumo en 1,22 por 100, mientras que el incremento de economías avanzadas, entre estas Estados Unidos y Japón, apenas será de tres décimas porcentuales.
Los 10 países desarrollados con más evasión fiscal http://bit.ly/u5qfEz