Cuando somos pequeños y nos preguntan qué queremos ser de mayores, la mayoría decimos maestro, enfermera, médico, abogado, bombero, policía…Podríamos decir que son las profesiones que todos conocemos, pero hay otras muchas profesiones que no son tan comunes y en las que también hacen falta profesionales.
Veamos algunas de ellas:
Espía
¿Creías que la profesión de James Bond era sólo ciencia ficción? Pues en España contamos con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La lealtad, la discreción y el espíritu de sacrificio son cualidades que se exigen a todos sus miembros. La carrera en el centro no constituye solo un trabajo, es un estilo de vida, en el que la motivación por proteger el interés común prima por encima de las aspiraciones personales de sus miembros, para los que la satisfacción por el deber cumplido es su principal estímulo.
Los exámenes de acceso consisten en pruebas de conocimiento y test psicotécnicos y de personalidad, así como dinámicas en grupo o ejercicios de simulación operativa, en los que se valoran las competencias personales y profesionales.
Los perfiles demandados son: Oficial de inteligencia, Técnico de Inteligencia, Técnico Operativo, Técnico Superior, Técnico en Telecomunicaciones y Servicios de la Información, Técnico Jurídico, Técnico en Recursos Humanos y Administración, Auxiliares, Traductor, Intérprete, Técnico en Infraestructuras y Mantenimiento…
Paseador de perros
Muchas personas tienen un perro en su casa, pero no todo el mundo tiene tiempo de sacarlo a pasear. Muchas veces, esta función va más allá, llevando a la mascota al veterinario o la peluquería. Un profesional de este trabajo debe conocer todos los aspectos sobre los perros: salud, alimentación, ejercicio… etc, entender, respetar y amar el comportamiento de los animales, estar en buena forma física para recorrer grandes distancias y poder hacer ejercicio con los perros, así como tener la capacidad para resolver los principales problemas de los perros.
El precio va en función de la experiencia, los servicios que ofrece y sus conocimientos.
Personal shopper
Es un profesional que se encarga de realizar la compra de las prendas de vestir y complementos, ya sea acompañado por el cliente o sustituyéndolo debido a la falta de tiempo del mismo. Sus servicios pueden ser requeridos tanto para la vida cotidiana (actualización de vestuario, novedades…) como para ocasiones o actos especiales.
El personal shopper puede acompañar a los clientes a las tiendas estableciendo rutas de compra personalizadas o comprar los objetos por su cuenta.
Este trabajo nació en Nueva York para ayudar a aquellas personas a las que su apretada agenda les impedía realizar determinadas compras. Actualmente, se ha extendido a las principales ciudades del mundo occidental. Los clientes son por lo general personas acomodadas del mundo de la moda o del espectáculo con poco tiempo a su disposición. También es habitual que las grandes boutiques y grandes almacenes pongan a disposición del cliente personal shoppers que les orientarán sobre las prendas a comprar en función de sus características.
No sólo tiene que conocer qué colores y prendas se llevan una temporada, sino qué es lo que mejor le sienta a una persona dependiendo de su figura y estilo. Por tanto, el personal shopper debe tener conocimientos de morfología, peluquería, maquillaje y asesoramiento de imagen, entre otros. Tiene que estar al tanto de las últimas tendencias, identificar los deseos y necesidades de sus clientes, gestionar las compras y la contratación de los servicios.
Sumiller
¿No te ha ocurrido alguna vez eso de ir a un restaurante y no saber qué vino elegir para el plato que has pedido? Pues para eso está el sumiller: se trata del experto en vinos que sugiere a la clientela de los grandes restaurantes el vino apropiado para la ocasión.
Tradicionalmente la función del sumiller se encontraba limitada a los servicios del vino en un restaurante. Aunque esto es todavía una práctica importante, hoy en día el papel del sumiller es mucho más amplio: también se encarga de asesorar sobre otros productos del restaurante, como aceite, café o licores; de la compra de los vinos de la bodega y de su mantenimiento; de la rotación de los mismos; y de seleccionar los caldos de forma acorde con la carta ofertada.
Debido a la educación, conocimientos y experiencia que adquieren, muchos sumilleres trabajan como críticos de vinos, escritores, educadores y consultores. Algunos otros trabajan como agentes libres, ofreciendo sus servicios como maître, relaciones públicas y conocedores del mundo gastronómico; también realizan catas, degustaciones privadas y presentaciones.
Estas son tan sólo algunas de ellas, seguiremos con más en próximos artículos.
5 comentarios
Pues la de espía no eslo que parece, al final, vuelve a ser pura burocracia, seguro que hay un montón de auxiliares administrativos… No tengo nada en contra de ellos, pero se vuelve a notar que es público!
Cuando era pequeña, de eso ya hace muchos años, todas las niñas queriamos ser misioneras, nos encantaba las aventuras que nos venian contando de los negritos.
Besos a todos los misioneros, pero para mi no.
Hay un oficio que con la crisis tiene menos importancia pero aún la tiene. Es el oficio de “acerero”. Durante varios lustros ha habido personas que se dedicaban a pasear por las “aceras” de la ciudad. Siempre saltaba alguna ocasión que no se anunciaban en ninguna inmobiliaria.
Ya hacía demasiado tiempo que no venía por esta página. Esto de las fiestas…
Un oficio muy bonito y que pasa desapercibido para la mayoría, es el de calígrafo. En muchos juicios te llama como perito y sobre todo, muchos particulares quieren saber la personalidad de sus hijos a través de la letra. Es muy interesante y creo que bastante científico.
Wow esas profesiones son interesantes en verdad!
A mi me gustaria ser una espia