En Italia se adoptaron medidas de ajustes de 30.000 millones de euros. El proyecto implica subir los impuestos, controlar el gasto y endurecer la lucha contra la evasión fiscal. De los 30.000 millones de euros, 12.000 millones de euros se prevén conseguir a través de la reducción de gastos públicos, mientras que los restantes 18.000 millones del aumento de impuestos. Se establece un impuesto al patrimonio; otro sobre ciertos bienes de lujo como los automóviles de gran cilindrada, embarcaciones y aviones; también se establece un aumento del IVA de dos puntos porcentuales “solo en caso de ser necesarios”; un impuesto sobre la primera vivienda y una elevación y extensión de tasas sobre todo tipo de producto financiero.
Además se plantea un impuesto único del 1,5% para tratar de repatriar el capital que los italianos conservan en el extranjero y también se prohíben las transacciones en efectivo superiores a 1.000 euros, que sólo serán posibles por vía electrónica (hasta ahora el límite máximo estaba fijado en 5.000 euros).
Esta última medida se fundamenta en la lucha contra la evasión fiscal, opinión que en parte comparto pero creo más en que lo que se está haciendo es tratar de conseguir que particulares y empresas se vean “obligadas” a tener el dinero en los bancos, todo como consecuencia de la desconfianza que generaron las malas administraciones. En los países con un historial de correcta administración pública, Alemania por ejemplo, no se necesitan tomar medidas similares.
Para hacer un paralelismo, sin llegar a la comparación debido a las distintas circunstancias, en Argentina el gobierno a través de la AFIP- Administración Federal de Ingresos Públicos- (AEAT en España) dictó la Resolución General 3.210 por la que se establece la creación y puesta en vigencia de un programa de consultas de operaciones cambiarias. Los puntos básicos de esta Resolución son:
- Se crea este programa con el propósito de optimizar la acción fiscalizadora y el control de las obligaciones fiscales a cargo de este organismo.
- El sistema funcionará de forma electrónica a través de Internet en tiempo real.
- Se aplicará a todo aquel argentino que intente adquirir dólares o cualquier otra moneda extranjera.
- Y para la registración de las operaciones cambiarias, la entidad financiera o cambiaria deberá requerir e informar lo siguiente a la AFIP por medio del sistema electrónico anteriormente explicado:
a) El número de Identificación del sujeto o empresa que la realiza el cambio de la divisa.
b) El tipo de moneda a adquirir y su destino.
c) El importe en pesos de la operación y el tipo de cambio aplicado.
Con la información relevada se “efectuarán evaluaciones sistémicas, en tiempo real, sobre los datos ingresados y emitirá la respuesta, a saber:
a) Validado: Indica que los datos ingresados superaron los controles sistémicos, asignándose a la operación un número de transacción.
b) Con Inconsistencias: Indica que no se han superado los mencionados controles, detallando el o los motivos correspondientes.
Con esta medida, lo que se pretende más allá de fiscalizar, es obligar a la población a utilizar la moneda local y evitar que se ahorre o se utilice divisa extranjera. Nuevamente se nota como en un país mal gestionado y en el que se utiliza la moneda local más como instrumento fiscal que como medio de cambio, se vean obligados los gobiernos a tomar esta clase de medidas que no vemos en otros como EEUU, Alemania, Holanda, etc.
Podemos ver cómo en dos continente distintos, en dos país distintos pero en los que se cumplen unos mismos parámetros: déficit, endeudamiento, malas gestiones de la administración pública en general y que generan desconfianza en la población tienen que recurrir medidas extremas para evitar lo inevitable, que es que la gente no crea más en su moneda, en su sistema y vea la forma de huir y llevar sus ahorros fuera del sistema bancario.