Ayer, en la escalera,
Conocí a un hombre que no estaba allí
Él no estaba allí hoy de nuevo
Deseo, deseo que se vaya lejos…Cuando ayer volví a casa a las tres
El hombre estaba allí esperando por mí
Pero cuando miré alrededor de la sala
¡No pude verlo en absoluto!
¡Vete, vete, no vuelvas más!
Vete, vete, y no golpees la puerta por favor…Anoche vi sobre las escaleras
Un pequeño hombre que no estaba allí
Tampoco hoy estuvo aquí
Oh, cómo desearía que se marchara.William Hughes Mearns
¿Y quién es ese hombre tan extraño? ¿Quién es ese hombre que está pero no está? ¿Existe de verdad? ¿Son muchos?.
Sí. Son…. Los tipos negativos y ya están aquí, al menos por lo que vimos ayer (Alemania coloca por primera vez deuda con intereses negativos ), lo cual no deja de ser una anécdota pero da lugar a interesantes reflexiones.
Si eres de los que te preocupa recuperar tu dinero debido a la incertidumbre en los mercados de capitales, es posible que tengas que pagar por el privilegio, o dicho de otro modo, aceptar tipos de interés negativos.
A veces hablamos de tipos reales negativos cuando a los intereses recibidos les restamos la inflación, pero esto va más allá, ya que hay tipos de interés nominales negativos cuando los inversores pagan a los bancos para que custodien su efectivo y ocurre en un entorno de tipos de interés bajos de los bancos centrales, aumentando las diferencias en la salud crediticia entre las partes y la aversión al riesgo extrema.
Las dudas acerca de la calidad de las calificaciones crediticias de la deuda pública, las preocupaciones por el sistema bancario europeo e incluso de la moneda única, han empujado a los ahorradores hacia cuentas de depósito seguras y lo ha alejado de los mercados monetarios, tradicionalmente un refugio para inversores cautelosos. El Bank of New York se convirtió en el primer banco americano que en Agosto del año pasado cobraba honorarios a los grandes clientes por grandes depósitos, imponiéndoles de forma efectiva intereses negativos.
Se trata de un territorio inexplorado. Cuando la confianza en la deuda pública se tambalea, la gente estará preparada para pagar por sentirse totalmente segura (al igual que cuando se compra oro, se paga por su custodia). Suena absurdo lo sé pero la histeria lleva a comportamientos ilógicos y para aquellos bancos que están desbordados de efectivo, es muy difícil saber qué hacer con él. Es necesario encontrar una contraparte en la que colocarlo, pero hay pocas contrapartes. Nadie se fía de nadie.
Los bancos centrales en países como Suecia también han utilizado tipos nominales negativos como herramienta política para que la gente invierta y fomente el crecimiento económico, se pueden utilizar los tipos negativos como un impuesto sobre el ahorro que anime a los ciudadanos a consumir. Para los depositarios extranjeros, la apuesta es sencillamente la apreciación de la divisa, sin embargo, y, con frecuencia, están preparados para aceptar rendimientos de tipos de interés negativos.
Recordemos lo que pasó en Suecia hace algo más de dos años:
Esta decisión de aplicar tipos de interés negativos en los depósitos que realizan las entidades financieras en el Banco Central supone que los bancos deben pagar a la autoridad monetaria, en lugar de remunerarlos, como es la práctica habitual. Estos depósitos son a un día y sirven para ajustar la tesorería de las entidades a muy corto plazo.
Pero, ¿cómo se puede reactivar el mercado interbancario obligando a los bancos a pagar por depositar su dinero en el Banco Central? La respuesta es sencilla: las entidades se ven obligadas a realizar los depósitos en otros bancos, lo que refuerza el capital de éstos y les permite afrontar con más garantía la crisis financiera.
Si esta recapitalización es importante, entonces los bancos dispondrán de fondos para reactivar el mercado crediticio
Visto así, quizás nuestro interbancario necesitaría alguna medida imaginativa de este tipo.
Suiza es otro país de los que pueden permitirse colocar deuda con tipos negativos. En la medida en que el franco suizo se considere una divisa fuerte, los tipos de interés negativos pueden ser aceptables económicamente, en concreto en momentos de mayor incertidumbre en las divisas globales más importantes. De nuevo, la seguridad y la confianza tiene por un precio.
En España vemos, que si bien hay una guerra por captar el pasivo, la rentabilidad de los depósitos bancarios ha caído en el último trimestre de 2011 principalmente por la ‘ley Salgado’ lo cual unido al incremento de las comisiones bancarias lleva a unos intereses, que si bien no son negativos si están bastante lejos de la que deberíamos exigir al dejar nuestros ahorros en unos bancos con la salud tan delicada.
Hoy me gustaría haceros una pregunta ¿Aceptarías tipos negativos a cambio de una seguridad absoluta?
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Así me gusta Carlos que madrugues.......¿o has trasnochado?.
¿no decían que habia que inyectar dinero en el sistema financiero porque estaba seco?
Y ahora resulta que tienen tanto que no saben donde meterlo......que lo metan en una cajita española, de nuestro sistema financiero que es el mejor del mundo mundial (al menos para los directivos).
Claro que si ven noticias como estas, pues igual no se genera una confianza en nuestra "casta" y pasan de meter un duro en nuestro pais.
http://www.lavozlibre.com/noticias/ampliar/391672/castellon-gasta-300000%E2%82%AC-en-una-estatua-de-24-metros-de-altura-de-carlos-fabra
En 2012 está prevista una transición en la dirección de dos importantes autocracias. Probablemente ninguna de las dos constituirá una sorpresa. Xi Jimping va a substituir a Hu Jintao como Presidente de China y en Rusia Vladimir Putin ha anunciado que intentará recuperar la presidencia, que ahora ocupa Dmitri Medvedev. Entre las democracias del mundo, los resultados políticos son menos predecibles este año. Nicholas Sarkozy afronta una campaña difícil para la reelección presidencial en Francia, como Barack Obama en los Estados Unidos.
En las elecciones presidenciales de 2008 en los EE.UU., la prensa nos dijo que Obama ganó porque tenía “carisma”, una capacidad especial para inspirar fascinación y lealtad. En ese caso, ¿cómo puede ser incierta su reelección tan sólo cuatro años después? ¿Puede un dirigente perder su carisma? ¿Procede el carisma de la persona, de sus seguidores o de la situación? Las investigaciones académicas señalan a los tres.
El carisma resulta sorprendentemente difícil de descubrir por adelantado. Según las conclusiones de una encuesta reciente, se sabe “relativamente poco” sobre quiénes son los dirigentes carismáticos. Dick Morris, asesor político americano, informa de que en su experiencia, “el carisma es el más esquivo de los rasgos políticos, porque no existe en la realidad, sino sólo en nuestra apreciación, una vez que un candidato ha triunfado gracias a esfuerzos denodados y planteamientos idóneos”. De forma semejante, la prensa económica ha calificado a más de un consejero delegado de “carismático”, cuando las cosas van bien, pero le han retirado la etiqueta cuando han disminuido los beneficios.
Los especialistas en ciencias políticas han intentado crear escalas de carisma que permitan pronosticar los votos o las calificaciones recibidos por los presidentes, pero no han resultado fructíferas. Entre los presidentes de los EE.UU., se califica con frecuencia de carismático a John F. Kennedy, pero, evidentemente, no todo el mundo comparte esa opinión, en vista de que no consiguió obtener una mayoría del voto popular y sus calificaciones variaron durante su presidencia.
El sucesor de Kennedy, Lyndon Johnson, lamentó su falta de carisma. Así fue en su relación con el público, pero Johnson podía ser magnético –e incluso abrumador– en los contactos personales. Según las conclusiones de un estudio minucioso de la retórica presidencial, ni siquiera oradores famosos como Franklin Roosevelt y Ronald Reagan pudieron contar con el carisma para ejecutar sus programas.
Resulta más fácil descubrir el carisma a posteriori. En ese sentido, es un concepto circular. Se parece al antiguo concepto chino del “mandato del Cielo”: se decía que los emperadores gobernaban porque contaban con él y, cuando los derrocaban, era porque lo habían perdido.
Pero nadie podía predecir cuándo ocurriría. De forma semejante, con frecuencia se recurre al éxito para demostrar –a posteriori– que un dirigente político moderno tiene carisma. Resulta mucho más difícil recurrir al carisma para pronosticar quién será un dirigente con éxito.
Es más probable que los partidarios atribuyan carisma a los dirigentes cuando sientan una necesidad apremiante de cambio, con frecuencia en el marco de una crisis personal, organizativa o social. Por ejemplo, el público británico no consideró a Winston Churchill un dirigente carismático en 1939, pero, un año después, su visión, su confianza y sus aptitudes para la comunicación le granjearon carisma, ante la angustia de los británicos después de la caída de Francia y de la evacuación de Dunquerque. Y más adelante, en 1945, después de que la atención del público se centrara en la creación de un Estado del bienestar, en lugar de en la necesidad de ganar la guerra, los votos expulsaron de su cargo a Churchill. Su carisma no pronosticaba la derrota, pero el cambio en las necesidades de sus partidarios sí.
En la práctica, “carisma” es un vago sinónimo de “magnetismo personal”. Las personas varían por su capacidad para atraer a otras y su atracción depende en parte de rasgos inherentes, en parte de aptitudes adquiridas y en parte en el marco social.
Algunas dimensiones de la atracción personal, como, por ejemplo, el aspecto personal y la comunicación no verbal se pueden poner a prueba. Diversos estudios muestran que las personas consideradas atractivas reciben un trato más favorable que las que no lo son. Según las conclusiones de un estudio, un hombre apuesto cuenta con una ventaja sobre un rival que no lo sea que representa entre un seis y un ocho por ciento del voto. En el caso de las mujeres, la ventaja es de casi diez puntos.
Las señales no verbales representan una parte importante de las comunicaciones humanas y experimentos sencillos han mostrado que algunas personas son más diestras en la comunicación no verbal que otras. Por ejemplo, según las conclusiones de un estudio de la Universidad de Princeton, cuando se enseñaron a los sujetos imágenes de dos candidatos en elecciones con las que no estaban familiarizados lograban pronosticar los vencedores siete de cada diez veces. Según las de un estudio similar hecho en Harvard, en el que se enseñaron a los sujetos pasajes de vídeo mudos y de una duración de diez segundos correspondientes a 58 elecciones, sus predicciones explicaron el 20 por ciento de la variación en los votos de los dos partidos, variable más sólida que los resultados económicos. Resulta irónico que las predicciones fueran menos atinadas cuando se exhibieron con sonido.
En las elecciones de 2008, los americanos se sentían desilusionados por la guerra emprendida por el gobierno de Bush en el Iraq y por la crisis financiera que estalló dos meses antes de la votación. Obama era un candidato joven y atractivo que hablaba bien e infundía esperanza para el futuro. Está claro que ésa es una razón por la que Obama consiguió fama de carismático.
Pero parte de su carisma estaba en los ojos de sus partidarios. A veces se dice del carisma que “lo conocemos cuando lo vemos”, pero también estamos mirando en un espejo. Cuando empeoró la economía, aumentó el desempleo y Obama tuvo que afrontar las complicadas avenencias que entraña la tarea de gobernar, el espejo quedó empañado.
El carisma nos dice algo sobre un candidato, pero aun más sobre nosotros, el estado de ánimo de nuestro país y las clases de cambio que deseamos. Las épocas económicamente duras dificultan el mantenimiento del carisma. Obama afronta las continuas amenazas del desempleo y una oposición republicana recalcitrante y Sarkozy debe lidiar con problemas similares. Sin embargo, cuando estén haciendo campaña, su retórica no estará coartada por la necesidad de llegar a avenencias. Las elecciones de este año serán la prueba verdadera de su carisma.
Joseph S. Nye Jr
Operadores temen riesgos colaterales en los commodities http://dlvr.it/142WPS
Goldman asegura que China será el primer importador mundial de crudo, pasando a EEUU en poco más de un año
El límite para el acuerdo fijado de forma informal por el presidente Rajoy -15 de enero, domingo- no parece casual. En el Ejecutivo parece dominar la convicción de que no sería presentable dejar pasar una nueva entrega -negativa- de la Encuesta de Población Activa (EPA) sin hacer nada contundente en materia laboral. El nuevo aumento del paro que se prevé conocer la última semana del mes sitúa en torno a esa fecha la puesta en marcha de la reforma efectiva del mercado de trabajo en la que los conservadores han puesto enorme fe como forma de revitalizar la creación de empleo.
Es indiscutible que, frente a la enormidad del desempleo, algo hay que hacer. A decir verdad, se debería haber hecho bastante tiempo atrás... por parte de todos. Haber alcanzado la cifra de cinco millones de personas sin ocupación o, visto de otra manera, la destrucción de casi tres millones de puestos de trabajo en apenas tres años, con la consecuente pérdida de cotizantes a la Seguridad Social, reclamaba -exigía- una respuesta decente por parte de todos: gobernantes, representantes políticos, sindicalistas, empresarios... pero no llegó.
No deja de ser curioso que alguno de los sentados a la mesa negociadora -patronal y sindicatos- se sienta presionado por los plazos, incluso reprochando urgencia al planteamiento gubernamental. Como si el problema hubiera aparecido de repente, casi por sorpresa, y viniera gestándose y evidenciándose desde finales de 2008; es decir, más de tres años atrás. La situación de verdadera emergencia está claro que no sirvió para que todos sumaran esfuerzos encaminados a resolverla, pero parece que tampoco ha contribuido a que tengan ideas y posiciones suficientemente claras que hagan posible cerrar acuerdo o desacuerdo con rapidez.
Cuestión distinta es si se está poniendo excesivo énfasis o creando demasiadas expectativas en los efectos de cualquier reforma que llegue a introducirse en el mercado de trabajo. Salvo -curiosamente- los propios concernidos, nadie discute que introducir cambios verdaderamente profundos en las normas laborales es condición necesaria... pero sólo para aprovechar una reactivación de la economía y el empleo. La una sin la otra no servirá.
http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/3654337/01/12/Por-que-medio-centenar-de-banqueros-se-resiste-a-revelar-su-salario.html
Ahora entiendo mucho mejor la propuesta que hicisteis aquí el otro día de que BCE cobre dinero a los bancos por depositar dinero en él
Concluido el paréntesis navideño, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, no decae en su empeño de gravar con una tasa las transacciones financieras en la Unión Europea (UE). Su idea es ponerla sobre la mesa en la próxima cumbre comunitaria, prevista para finales de enero, aun sabiendo que va a contar con la frontal oposición -¿veto?- del primer ministro británico, David Cameron, y que la mayoría de socios se mueve todavía en la indecisión. De momento, este lunes ha tratado de convencer a la canciller alemana, Ángela Merkel, sin que parezca haber obtenido su apoyo… de momento.
La idea que ahora patrocina el presidente galo viene a ser una evolución de la bautizada tasa Tobin, propuesta en 1971 por el estadounidense James Tobin, quien obtendría el Nobel de Economía diez años después. La idea surgió a raíz de los efectos de la ruptura del mecanismo de cambios emanado de la Segunda Gran Guerra –Bretton Woods-, que tuvo dólar y oro como referencias hasta que el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon decidió desvincular dólar y oro, dando inicio a la era de tipos de cambio variables persistente.
Tobin nunca concibió su tasa como una fórmula recaudatoria ni penalizadora de las transacciones, sino como un ingrediente instrumental que redujera la inestabilidad e incrementara la transparencia en los mercados financieros y monetarios que se adentraban en una dinámica crecientemente global. Con alguna que otra matización posterior, la eventual tasa nunca abandonó el ámbito teórico-académico y no superó rangos del uno por mil, aunque a lo largo de los años ha servido como munición a teóricos del izquierdismo y la crítica frente al sector financiero, hasta ser recuperada por un espectro más amplio, ya con pretensiones reguladoras y recaudatorias, al abrigo de la crisis desatada a finales de 2008.
Toda idea o pretensión de rescatar la tasa ha desatado la férrea oposición del sector y la mayoría de gobiernos -¿eficazmente presionados por los lobbies al uso?-, en paralelo a cierto entusiasmo social, sin mayor trascendencia práctica hasta que el líder conservador francés ha empezado a proponerla en todos los foros en que ha tenido oportunidad: G-20, Fondo Monetario (FMI), Eurogrupo, Consejo Europeo… con nada disimulada ansia de conseguir su implantación antes de su comparecencia ante las urnas, en primavera, para revalidar su presidencia. De momento, entre sus socios europeos hay más dudas que convicción.
Lo que casi nadie discute es que cualquier eventual control o gravamen a las transacciones financieras debería ser implantado al unísono cuando menos en las principales zonas de actividad financiera del planeta. Algo que exige la globalidad y que, justo por lo difícil que la concertación deviene, es en realidad el principal obstáculo a que la tasa ideada hace casi medio siglo por Tobin llegue a ser, más o menos evolucionada, pronta realidad.
El gran problema de la economía de los EUA: a más dinero, menor movimiento http://dlvr.it/13pHD0
La caída del precio de la vivienda nueva durante 2011 rondó el 8 por 100 en municipios medianos conocidos por estar situados cerca de las grandes urbes, las llamadas ciudades dormitorio, y que en los años previos a la crisis contabilizaron un incremento notable de la construcción y la actividad inmobiliaria. Sin embargo, la negativa situación económica ha hecho que el precio de las viviendas a estrenar situadas en estos lugares cayera a mayor ritmo que la media nacional, del 4 por 100 en 2011, y de lo que contabilizaron las grandes capitales como Madrid y Barcelona, del 3 y 3,9 por 100, respectivamente.
Los municipios costeros, donde son numerosas las casas de veraneo, han sido los mal golpeados desde el inicio de la crisis inmobiliaria. A juzgar por los datos de Sociedad de Tasación, el ajuste de precios parece que aún no ha terminado, ya que en 2011 volvieron a situarse entre los más perjudicados, en especial, en municipios situados en el litoral mediterráneo.
El informe de Sociedad de Tasación hace hincapié en que el proceso de ajuste de precios podría no haber llegado a su fin, ya que la estimación es que la situación económica empeore en 2012. En un entorno de difícil acceso a la financiación, elevada tasa de paro y precios de consumo al alza, será complicado que las familias opten por comprar una vivienda.