El mejor truco del Diablo fue convencer al mundo de que no existe Keyser Soze, en la película Sospechosos Habituales
Ya hemos hablado por aquí de los sospechosos habituales, aquellos a los que se les suele echar la culpa de todo. Sus nombres van por rachas y siempre se caracterizan por ser impersonales y ajenos a nosotros. De entre todos podemos destacar a uno, los Hedge Funds que al igual que el diablo, convenció al mundo durante muchos años de que no existían.
Hoy vamos a verlos en más profundidad, intentando entender cómo funcionan, por qué no todos son igual de sospechosos y por qué tienen esa fama.
Una vez descartados por reservados, arriesgados y solo para los adinerados, los Hedge Funds representan a un sector en crecimiento. Pueden prometer rendimientos superiores a la media de mercado en un mercado oprimido, pero a pesar del atractivo de estos vehículos alternativos de inversión, los inversores deberían pensárselo dos veces antes de sumergirse en ellos.
¿Qué son los Hedge Funds?
Los fondos de inversión libre (Hedge Funds o fondos de cobertura) son inversiones ofrecidas de forma privada que utilizan una variedad de estrategias no tradicionales para intentar compensar el riesgo mediante operaciones de cobertura.
Una de esas técnicas es la venta a corto. Los gestores de Hedge Funds identifican una acción cuyo precio es probable que descienda, toman prestadas las acciones de su titular, venden las acciones y después ganan dinero sustituyendo después las acciones prestadas por otras compradas a un precio muy inferior. Comprar a ese precio inferior es posible únicamente si el precio de la acción realmente cae.
Los gestores de Hedge Funds también invierten en derivados, opciones, futuros y otros títulos exóticos o sofisticados. Normalmente, los fondos de cobertura operan como sociedades comanditarias o sociedades de responsabilidad limitada y rara vez tienen más de 500 inversores.
Argumentos a favor de los Hedge Funds
Algunos gestores de Hedge Funds dicen que estos fondos son la clave para rendimientos constantes, incluso en mercados bajistas. Los fondos de inversión tradicionales normalmente confían en la subida de la bolsa. Los gestores compran una acción porque creen que su precio subirá. Para los Hedge Funds, al menos en principio, no es relevante si el mercado sube o baja.
Aunque los gestores de fondos de inversión normalmente intentan superar una referencia concreta, como el S&P 500, los gestores de los Hedge Funds no tienen en cuenta los referentes. Tienen como objetivo en su lugar rendimientos absolutos. En la mayoría de los casos, un rendimiento de un determinado porcentaje, año bueno año malo, con independencia de lo bien que vaya el mercado.
El argumento es el siguiente: dado que los hedge funds no tienen en cuenta el mercado, por lo menos protegen la cartera del inversor. Simultáneamente, como varios fondos han demostrado, también pueden generar rendimientos muy elevados. El multimillonario Quantum Fund gestionado por el legendario George Soros, por ejemplo, alardeó de rendimientos compuestos anuales superiores al 30% durante más de una década.
Por qué los inversores deben pensárselo dos veces
Los argumentos son ciertamente persuasivos, pero hay que estar alerta. Para los que empiezan, aquí va una importante advertencia: gran parte de los hedge funds exigen una inversión mínima de 1 millón de dólares aunque hay un número creciente que tienen inversiones mínimas más asequibles, encontrando muchos atractivos con una inversión mínima de unos 100.000$. Para la mayoría de los inversores, es casi calderilla.
¿Qué pasa con el riesgo? Tenemos de todo, por ejemplo aqué famosísimo dirigido por el agente de Wall Street John Meriwether y un equipo de magos de las finanzas e incluso premios Nobel de economía, el Long Term Capital Management que explotó a finales de los 90, que casi hunde el sistema financiero mundial y tuvo que ser rescatado por los mayores bancos de Wall Street. En el 2000, George Soros cerró su fondo Quantum después de mantener pérdidas mayúsculas.
Por casi cada nuevo Hedge Fund que abre sus puertas a los inversores, otro se ve obligado a cerrar por rendimientos escasos. Aunque algunos fondos han generado ganancias espectaculares, muchos otros han tenido rendimientos por debajo de los niveles de mercado.
Un vistazo más próximo a los riesgos
Un estudio de economistas de Yale y NYU Stern sugirió que durante un período de seis años el rendimiento medio de los Hedge Funds fue de 13,6%, mientras que el rendimiento anual medio del S&P 500 fue de 16.5%. Incluso peor, el tipo de cierre para fondos ascendió a más del 20% al año, por lo que elegir un Hedge Fund a largo plazo es más difícil que invertir en una acción.
La inexperiencia en la gestión puede explicar la elevada tasa de desgaste. Hay miles de ellos, un aumento espectacular desde los pocos más de 800 que había a principios de los 90. Esto significa que muchos de los gestores son muy nuevos en el juego. Muchos vienen de fondos de inversión tradicionales y no tienen experiencia en la venta a corto o con otros instrumentos títulos sofisticados a su disposición. Deben aprender mediante prueba y error. Los veteranos enseguida indican que la venta a corto implica una curva de aprendizaje larga, que es difícil de ejecutar. La venta a corto, además, normalmente confía en el apalancamiento, dificultando más aún el trabajo del gestor.
Incluso los inversores que se sienten cómodos con el riesgo deberían ser conscientes de otros inconvenientes. En primer lugar, los honorarios son mucho más elevados que los de los fondos de inversión tradicionales. Los Hedge Funds normalmente cobran entre un 1% y un 2% de los activos más el 20% sobre los beneficios. Teniendo en cuenta los beneficios de los gestores con frecuencia no generan el prometido rendimiento que supera al de la bolsa para el inversor.
Otro aspecto a destacar es la escasa transparencia. La SEC (Comisión de Valores y Bolsa) no dicta las mismas normas estrictas para los Hedge Funds que para los fondos de inversión tradicionales. Los gestores pueden crear carteras como les parezca, y no hay reglas acerca de proporcionar información sobre las participaciones y rendimientos. Aunque los Hedge Funds están sujetos a normas antifraude y tienen que pasar auditorías, no se deberías asumir que los gestores son más comunicativos de lo que necesitan serlo. Esta falta de transparencia puede dificultar la distinción entre fondos con riesgo y fondos inocuos a los inversores.
¿Por qué tienen tan mala fama?
Principalmente por el desconocimiento y por que se habla de ellos cuando ganan en un mercado bajista, a muchos no les entra en la cabeza que hay instrumentos financieros que lo permite. El problema lo encontramos cuando son ellos los que mueven el mercado a su antojo sin importales las consecuencias de sus actos, veamos un ejemplo que contaban el otro día en Anide.
Y ahora viene la estrategia de los retorcidos “especulators”, los hedge funds. Según se cuenta han estado comprando deuda griega masivamente, que por cierto se paga al 32% y no al 50% que se supone ante un programa de quita del otro 50%, con el propósito de no acudir y bloquear el plan PSI (quita voluntaria de la deuda). ¿Para qué?
Si no se consigue una mayoría de participantes en el programa PSI, entonces la deuda griega pasaría a un default o reestructuración -vía CAC- directamente y éste sí sería considerado “credit event” y desencadenaría la activación de los seguros de deuda o CDS.
De esta manera, los hedges, han estado simultaneando las compras de bonos griegos con la de seguros de impago o CDS. Pretenden impedir el éxito del PSI, buscando una mayoría de entidades privadas que no aceptan la quita voluntaria, tratando de forzar un default que les permita así ganar con sus posiciones en CDS, por las que han pagado cerca de $8.
En total han desembolsado €32 por bono + €8 por seguro CDS. Total €40 y si consiguen que Grecia efectivamente suspenda pagos esperan recibir €100 por los seguros contratados. Resultado de la operación del 150%.
Como véis, quieren forzar la quiebra de Grecia para cobrar los seguros de su deuda. Posiblemente se trate de una parte mínima del mercado mundial de los Hedge Funds, pero dado el mal que pueden hacer quizás su fama no sea del todo inmerecida.
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La predicción económica no vive buenos tiempos: da malas noticias, los juicios no son coincidentes, las rectificaciones son constantes –hacia peor- y ¿tienen probabilidades de acertar? Dadas las discrepancias, lo único seguro es que todas no van a atinar. Lo que sí logran es retroalimentar el pesimismo cada vez más enquistado en la conciencia europea... y la española, también. Hay propensión a creer los horizontes más negros, pero no evita que algún vaticinio caiga como un jarro de agua fría e incluso suscite dudas sobre la probabilidad de verlo cumplido. Es, en cierta medida, lo que ha ocurrido este lunes con la previsión de Banco de España (BdE) para 2012: recesión de nada menos que el 1,5 por 100 del Producto Interior Bruto (PIB) y aumento en torno a dos puntos en la tasa de paro. De largo, peor que la mayoría de pronósticos lanzados hasta ahora sobre el corto plazo de la economía española.
Varios se han apresurado a recordar que, hace justo un año, su previsión había sido inversa: las mismas cifras, pero de crecimiento y caída del paro. ¿En qué se fundamenta un cambio de valoración tan radical? Una parte puede venir de que las expectativas para 2011 no se han cumplido. En contra de lo anticipado, el año ha discurrido turbulento e impredecible, aunque es verdad que arrancó con un crecimiento apreciable y unos ritmos de creación de empleo relevantes en las grandes economías, aunque no en todas. También el comercio tiraba con fuerza de las exportaciones y BdE calculaba que ello redundaría en una mejoría de la demanda interior.
No pensó –ahora se ve claro- en los impedimentos que surgirían en la segunda mitad del año. Durante el verano, las turbulencias financieras fueron noticia, sumiendo en una fuerte crisis de credibilidad a la deuda soberana de la eurozona europea. Y la incapacidad de los líderes políticos para afrontar la situación no hizo más que empeorar las cosas, con unas medidas tibias, vacilantes y más verbalizadas que materializadas, muy alejadas del contundente respaldo que requería el euro. La economía europea decreció el último trimestre del año, y las exportaciones españolas dejaron de sostener el avance del PIB.
A partir de ese negativo contexto, ha llegado el turno de actualizar las previsiones para el ejercicio recién iniciado. Banco Mundial (BM) revisó a la baja su estimación hace tan sólo unos días, BdE lo ha hecho este lunes y el martes llegará al turno al Fondo Monetario Internacional (FMI). La situación actual no invita al optimismo, y es difícil prever un crecimiento sostenido con la fuerza suficiente como para crear puestos de trabajo. Echando un vistazo al pasado más reciente, es fácil dilucidar un escenario de contracción económica, ¿generalizado?, ¿sólo europeo?, ¿con menor impulso de los emergentes?
Desde 2007, año en que comenzaron a manifestarse los primeros indicios de crisis financiera, ninguna institución ha sido afortunada en sus predicciones; ni de cerca. Primero, no midieron las consecuencias de la crisis subprime. No se contempló la posibilidad de que quebraran grandes bancos e inmobiliarias y que el sector financiero iba a requerir un rescate, salvo cuando ya era una realidad. Ni siquiera hubo capacidad para cifrar cuáles iban a ser las facturas de los rescates, que poco a poco fueron creciendo. Menos voces aún anticiparon una segunda vuelta con la deuda soberana como protagonista, la quiebra de Grecia o la profunda pérdida de credibilidad en que se ha sumido la eurozona y, por extensión, la Unión Europea.
Acaso de ahí estén extrayendo algo de base los optimistas –no demasiados-, considerando que las estimaciones puedan estar más basadas en el pasado que en las auténticas expectativas futuras –suele ocurrir en las crisis- y que, dado que se equivocaron al no anticipar lo malo, pueden volver a errar. Los datos darán o quitarán razón.
'El turismo español convierte 2011 en el cuarto mejor año de su historia' http://www.expansion.com/2012/01/23/empresas/transporte/1327324887.html
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha publicado el informe de tendencias 2012, en el que estima que el número de parados ha superado ya el pasado año los 200 millones, 27 más que hace cuatro años, cuando arrancó la crisis. Esta destrucción de empleo no tiene precedentes históricos y podría ir más allá, ya que el número de trabajadores cuyo puesto peligra ha crecido en 23 millones en dos años. La tasa de paro prevista hasta el 2016 es del 6 por 100 de la población activa en todo el mundo.
La situación del mercado laboral es un bucle de difícil salida. La falta de crecimiento aleja la posibilidad de crear 400 millones de puestos de trabajo adicionales en la próxima década, los estimados por la OIT como necesarios para absorber las nuevas incorporaciones a la población activa. Estos puestos de trabajo son una necesidad añadida a la de ocupar a los 200 millones que en la actualidad están parados. Al mismo tiempo, el deterioro de los salarios de los que sí tienen empleo, hace difícil prever una mejora económica en el corto plazo.
Los más jóvenes son el colectivo más afectado. La tasa de paro para los trabajadores entre 15 y 24 años supera el 12,7 por 100 en todo el mundo, lo que hace que la probabilidad de estar en paro sea tres veces mayor para un joven que para un adulto. La OIT llama además la atención de la situación de precariedad en los países desarrollados.
Además, los ingresos de unos 900 millones de trabajadores en la actualidad hacen que sus unidades familiares vivan por debajo de la línea de la pobreza, gran parte, en economías avanzadas. Según el documento, uno de cada tres trabajadores es pobre o está parado.
El FMI advierte de una crisis de solvencia en España si la UE no actúa http://bit.ly/zb9H6S
No tiene sentido pensar que de todos los acreedores privados que tiene Grecia el único que quiere perder el menor dinero posible sean los hedge funds, ¿y los bancos, y los inversores privados, por qué sólo se habla de los hedge funds si son 4 gatos?
Estoy convencido que son los propios bancos los que exprimen la mala fama de los hedge funds para quitarse de encima la suya y de paso eliminar a un competidor pero que ellos son mucho más culpables aunque sólo sea porque son muchos más y con más dinero.
http://www.expansion.com/blogs/roig/2012/01/23/que-hago-con-mis-preferentes-cuidado.html
Señoras y señores... HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO. Con las previsiones de FMI y BdE para los próximos dos años... Vale, bien, nos bajamos los sueldos (+0,6 frente a inflación del 2), vale. Que Europa no nos da un par de años más para reducir el déficit, bueno, pues vale... sólo una preguntita: los BMW, Mercedes, Audi y otros productos y servicios que los alemanes nos venden aquí, ¿también bajaran sus precios de venta en España? ¿Alguien me responde a esto? ¿Cuánto tiempo pueden aguantar las empresas? ¿con más EREs de reducción de jornada?
Noticias de hoy-ayer todas:
- España es el país de Europa en el que más crece el consumo de marca blanca.
- España es el país de Europa que más descargaba de Megaupload.
- La riqueza neta de las familias cayó un 4% en el tercer trimestre de 2011 tras los últimos repuntes
- El IRPF español se coloca entre los más elevados de Europa tras la última reforma fiscal.
Las pongo así más que nada a ver si viéndolas todas juntitas alguno se da cuenta de porqué pasan las cosas...
Los compradores chinos no son tan importantes como se cree: Los poseedores de la deuda emitida por el Tesoro de los EUA
El banco central de Japón anunció el martes que espera que la economía se reduzca ligeramente debido a la desaceleración global.
El Banco de Japón mantuvo sin cambios su tasa de interés principal, casi en 0%, pero redujo su pronóstico de crecimiento para el año fiscal que termina en marzo de 2012 a una contracción de 0,4% en lugar de la expansión de 0,3% que había señalado en octubre.
El instituto mantuvo su proyección de una recuperación moderada al inicio de la primera mitad del siguiente año fiscal.
Sin embargo, redujo su proyección para el año fiscal 2012 a un crecimiento de 2,0% desde 2,2% de crecimiento previo. Está más optimista respecto del año fiscal 2013, ya que incrementó a 1,6% su expansión en lugar de 1,5%.
El banco señaló que los fuertes problemas de deuda en Europa y la incertidumbre sobre la economía de Estados Unidos son riesgos para la perspectiva de Japón.
El fortalecido yen, que erosiona el valor de las exportaciones de la tercera economía mundial, también frenó el crecimiento, manteniendo la actividad económica "más o menos pareja", según el banco.