Sin embargo, con la clase política que tenemos, protestar solo en las redes sociales o con movilizaciones virtuales me temo tiene escaso efecto. A fin de cuentas, muchos no saben ni para que sirve Twitter. Visto los visto, con una Ley Sinde-Wert aprobada, las movilizaciones a distancia no han funcionado con nuestros dirigentes, ignorantes del mundo 2.0 en su mayoría.
Tal vez en una sociedad moderna y democrática, si en algún lugar del planeta existe en su plenitud conceptual, no haría falta salir a la calle a protestar. Con llamadas, emails, mensajes en Twitter y en el resto de redes sociales, los capitostes del sector público se darían por aludidos. A fin de cuentas, viven de nuestros votos e impuestos. Sin embargo me temo que nuestro país, como muchos otros, adolece de democracia real. Ejemplos tenemos mil, pero basta leer lo que decía el partido en el Gobierno antes de las elecciones en su programa electoral y lo que ha acabado aprobando, en el tema de la reforma laboral.
De abaratar el despido no leo nada; en cambio se suponía que reducirían el número de contratos y lo que han hecho es crear uno más. Dicen que crearán un fondo de capitalización, el famoso modelo austriaco, “de forma compasada con la recuperación económica” (a este ritmo, nunca). Dicen que adecuaran la normativa laboral a la problemática de los autónomos y pequeñas empresas, lo cual ni han hecho ni creo que tengan en mente realizar. Nos hablan de potenciar las políticas activas de empleo y de la conciliación laboral. Pero de abaratar el despido, nada de nada.
Si los partidos incumplen sistemáticamente sus programas electorales, tanto los que los han votado como los que no, se pueden sentir engañados. A fin de cuentas, es lo que se supone que se vota o deja de votar. Otra cosa es que en España la vagancia y la costumbre haga que mucha gente vote siglas hagan lo que hagan. Desde luego, esta gente no creo que proteste después, no debería, al menos.
Salir a la calle, de forma masiva y pacífica, es una forma de alzar nuestra voz. Otras medidas de presión menos vistosas han de acompañar a estas muestras de rebeldía de los votantes, pero sin fuerza en la calle los políticos ni se inmutan.
Algunos han criticado a los sindicatos y venían a decir que salir a la calle siguiendo la convocatoria de éstos no es lo adecuado. Tonterías, salir a la calle es importante, más que los que convocan las manifestaciones, el motivo es lo que nos debe llevar a la acción. Yo tampoco creo que los sindicatos hayan cumplido la labor por la que creo deben existir, defender el derecho al trabajo digno de todos, desempleados, autónomos y eventuales, también.
Las movilizaciones ciudadanas modernas tienen que actuar en base a un sustrato intelectual, lejos de las soflamas sindicales o de partidos interesados que pululan en la oposición. Y desde luego sin escuchar las campañas difamatorias y las mascaradas de determinados medios de comunicación interesados. En esta Red tenemos muchas opiniones y soluciones de grandes pensadores independientes al régimen. Dejemos atrás las ideologías interesadas y creemos una sociedad basada en el sentido común. Y salgamos a la calle siempre que haga falta: son los políticos los que deben temer al pueblo, no el pueblo a los políticos.
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Aunque nominalmente el rescatado es Grecia, el pacto parece más un alivio parcial para los principales tenedores de una deuda soberana –griega- que Atenas no puede afrontar: Banco Central Europeo (BCE) y, por este orden, los sistemas financieros de Alemania, Austria y Francia.
El acuerdo final (?) suscita más preguntas que respuestas: desde el proceloso camino que lo ha precedido, hasta la sospecha –práctica certeza- de que habrá que articular una nueva ronda salvadora, antes o después. Cuesta entender, de entrada, que los líderes europeos dediquen tantos meses a acordar lo que no va más allá de un nuevo parche. Han tenido tiempo más que suficiente para abordar el fondo del problema griego con mayor ambición, pero siguen empeñados en evitarlo. La reunión del lunes ha sido la enésima muestra de que Europa encalla en los pequeños detalles: el acuerdo, que llegó a las cinco de la madrugada, estuvo a punto de hacer aguas debido a las discrepancias existentes en torno a medio punto del Producto Interior Bruto (PIB) de deuda griega. Es decir, un 0,3 por 100 de la deuda total estuvo a punto de dar al traste con la dilatada negociación previa.
Por mucho que los líderes europeos intentan convencer de que éste es el acuerdo definitivo, su credibilidad está en mínimos; prueba de ello es la cautela con que se ha recibido en los mercados. Las garantías introducidas en este nuevo programa no aseguran que el gobierno griego no volverá a eludir lo pactado por enésima vez. ¿Son suficientes la presencia permanente de observadores europeos y del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Atenas y el acuerdo para dedicar la ayuda a pagar la deuda? Vistos los veinte meses transcurridos desde el primer rescate, hay que dudarlo.
De hecho, no sólo no se garantiza la sostenibilidad de Grecia en el futuro, sino que todo indica que los episodios de tensión se repetirán los próximos meses. En Atenas, su Parlamento tendrá que votar un recorte adicional de 325 millones de euros y, posteriormente, el propio acuerdo, en plena campaña para las elecciones de abril. Es cuando menos improbable que se respalde por unanimidad. Los otros 16 parlamentos de la eurozona también tendrán que dar luz verde y los precedentes indican que no será tarea exenta de trabas.
Nadie da por seguro que con estos 130.000 millones adicionales Grecia quede salvada definitivamente. Perdonar deuda, aportar fondos… está constatado que no evita que el país siga endeudándose, por la sencilla razón de que su economía camina hacia la total paralización. Dicho de otra forma: cada vez genera menos fondos con los que financiar su estado y pagar las obligaciones derivadas del crédito exterior al que debe seguir acudiendo.
El acuerdo prevé que Grecia vuelva a crecer a partir de 2014. ¿Es posible con los severos ajustes impuestos? En cierta medida, Grecia es el exponente extremo del círculo vicioso en que ha entrado el conjunto de la eurozona. Los mercados exigen recortes que deprimen las economías para seguir prestándoles fondos, al tiempo que esas economías pierden capacidad para devolver los créditos como consecuencia de aquella exigencia. No obstante, culpar a los mercados es el recurso fácil. Pasa por alto que los inversores no tienen responsabilidad en el manejo de las economías, pero los gobernantes sí. Correspondería, pues, a los líderes europeos oponer políticas eficientes y creíbles a la actitud de los mercados. Y eso es justo lo que se están mostrando incapaces de hacer.
La iniciativa de una docena de primeros ministros, reclamando medidas para favorecer el crecimiento, viene a ser un relativo tirón de orejas al dúo bautizado sarcásticamente Merkozy. La firma del premier británico, autoexcluido de los últimos acuerdos para retocar los tratados, suena a intento de Londres para evitar quedar descolgado del club. ¿Conducirá a algo? ¿Empezará Europa a resolver de verdad la crisis? ¿O seguirá igual?
La ecuación que derrumbó a algunos de los mayores bancos del mundo http://dlvr.it/1D4Srh
Los precios del crudo se mantienen altos pese a la debilidad económica global http://dlvr.it/1CvTkQ
Pau, aunque seguramente yo he votado, como tú dices, unas siglas, ciertamente por costumbre, pero también por convencimiento, sé que mucha gente ha hecho de su voto un castigo al anterior partido, habida cuenta del estado en que dejó a España. Que el nuevo partido ha mentido es indudable, pero, dado que todos mienten, sencillamente prefiero permitir un margen de actuación a este señor y esperar un resultado a medio/largo plazo. Lo que está claro es que el plazo, salvo que las cosas empeoren ostensiblemente, es de cuatro años, transcurrido el cual tendremos oportunidad de juzgar de nuevo. Y eso es Democracia, a pesar de los grandes fallos que tiene nuestro sistema (y yo estaría encantado de trabajar de forma independiente contigo en esos grandes fallos, por ejemplo, transformando el equilibrio de los poderes clásicos: ejecutivo, judicial y legislativo, pero ese es otro asunto que daría para mucho más).
Los nuevos mecanismos de alerta de la Comisión Europea (CE) tienen dos pilares. Por una parte, la obligación de los gobiernos nacionales de remitir al órgano comunitario las grandes líneas de su presupuesto antes del 15 de octubre. A partir de ahí, Bruselas analizará las cifras presentadas y, si aprecia que algunas son excesivamente optimistas, podrá exigir correcciones.
La otra concesión atribuye a la CE la potestad de imponer una "vigilancia reforzada" a cualquier país cuando considere que su evolución amenaza la estabilidad de la Unión. Para ello, impondrá controles trimestrales y hasta podría decidir el envío de una misión al país en cuestión. El procedimiento será secreto y no podrá ser vetado por el estado afectado, aunque su inicio exige mayoría cualificada de los estados miembros.
En este contexto, la Comisión ha comenzado a examinar a los países y lo ha hecho teniendo en cuenta hasta diez factores de potenciales desequilibrios. Ocho más de los que manejaba hasta ahora -deuda y déficit público-, dado que el caso de Grecia ha demostrado que eran insuficientes. En caso de que un país mantenga sus desequilibrios de forma persistente y sin tomar medidas, Bruselas podría acabar imponiendo una multa por un importe equivalente al 0,1 por 100 del Producto Interior Bruto (PIB).
El primer test, cuyos resultados se conocieron la semana pasada, dejó a España, Portugal, Chipre e Irlanda en la peor situación de Europa, con un total de seis suspensos en los diez indicadores analizados. Ni un solo país consiguió el sobresaliente, ya que cada estado suspendió, como mínimo, dos asignaturas.
Los controles hasta ahora ejercidos por Bruselas -sanciones por déficit- han sido un rotundo fracaso: expedientes abiertos durante años sin cerrarse, incumplimientos sin castigo por afectar a los grandes y operaciones de maquillaje contable han provocado su fiasco. ¿Funcionarán mejor los nuevos controles? Por lo pronto, se debe considerar un avance que Europa intente no repetir errores.
INE descubre que el gasto público siguió creciendo http://www.elconfidencial.com/economia/2012/02/21/el-bluff-de-los-recortes-el-ine-descubre-que-el-gasto-publico-siguio-creciendo-hasta-2011-92978/
Lectura virtual del pensamiento neo-político
¡Pobrecillos! Y cómo nos reímos saboreando nuestro coñac añejo mientras calientan a la chusma en Valencia.JA, ja ja... y luego salen otros memos en otras ciudades a "solidarizarse".¡Pobres cretinos sin futuro! Dejemos ahora que campen un poco a sus anchas por las calles, sin zurrarlos, para que crean que tienen algo de poder y a otra cosa. Que ya llegan el carnaval y las fallas y vamos a distraer su voluble atención.
¡Mirad, mirad...! No os perdáis la champions y la fórmula 1, mirad el pajarito.
Oye Ana, no dejéis ni un solo día de hablar en TV e Internet de lo jodidos que están en Grecia y lo de P.M que están nuestros "mayores", no sea que a alguno se le ocurra cambiar el voto. Y no dejes de sonreir mirando a cámara, y recalca que en España se vive de P.m y lo que se ve en TV no es nuestro país, es la imagen de un páís que no es éste, tú ya me entiendes...
Una pregunta para todos los entendidos que comentan en este foro.
No sería posible una gran hiper-inflación en todos los países más industrializados, véase USA, zona EURO, JAPÓN, etc...
De esa manera la deuda sería absorbida en pocos años, tendríamos más dinero para gastar y generar así demanda y trabajo. No se perdería competitividad entre esos países porque todos tendrían una inflación similar y controlada. Seguro que es una chorrada lo que he pensado y hay un montón de inconvenientes que un profano como yo en temas económicos no ve y vosotros vais a arrojar algo de luz. Buenos días y saludos