Entiendo que el nuevo gobierno está intentando cambiar el marco legal y regulatorio de los problemas que considera más graves –sector financiero, mercado laboral etc.- pero en la práctica mejorar la economía nacional es un reto que se le escapa. Si la €zona entra en recesión, la solvencia de Portugal empeora o las divisiones políticas en la €zona impiden que siga mejorando nuestra prima de riesgo, sus opciones son muy limitadas. Eso se refleja también en nuestras grandes empresas, que a pesar de su carácter multinacional siguen cotizando con descuento por el hecho de ser españolas y por su –en general- excesivo endeudamiento. El caso es que lo que más puede influir en la economía española –y del resto de la €zona- en el corto plazo tras el “subastón” a la banca de este miércoles (y el anterior que tantas alegrías dio a deuda y bolsa las últimas semanas), se sabrá el próximo jueves tras la reunión de BCE en Frankfurt. ¿Bajará el tipo oficial, reducirá el tipo al que los bancos le depositan dinero para animarles a que lo muevan más, anunciará nuevas subastas de largo plazo o retrasará cualquier decisión?
Ante la duda, yo aplaudo la decisión del Tesoro español de haber aprovechado el relativo –al menos respecto al último trimestre de 2011- relajamiento de los tipos de la deuda para emitir de más en estos primeros dos meses y así afrontar este año tan complicado “con la caja llena”. Quizás sea un error y lo mismo estamos pagando la rentabilidad más alta del año por un dinero que a corto plazo no necesitamos pero pienso es una actitud prudente que ha sido posible gracias al aumento de compras de bonos de los bancos nacionales, evidentemente gracias a la generosa ayuda de BCE que prácticamente ha dejado de comprar deuda soberana directamente -a pesar de su mayor rentabilidad- y a cambio ha aumentado lo que le presta a la banca al 1% a 3 años. Pero si BCE no hace más subastas, ¿seguirán comprando los bancos tanta deuda pública a los tipos actuales? La situación sigue siendo tan grave y es tal la desconfianza del “dinero real” que esta semana Suiza volvió a emitir papel a 3 meses al -0.099%, es decir, cobrando dinero a los inversores que quieren comprar su deuda. Os dejo un dato más que da para la reflexión porque denota no sólo el enorme abismo en el que nos estamos metiendo con tanta deuda, es que a pesar de todo lo que nuestros políticos dicen, ésta sigue aumentando:
Los tesoros de la eurozona emitieron 2,29 billones de euros a lo largo de 2011, con una media mensual de 191.400 millones de euros, unos 6.380 millones diarios. Según los datos BCE, el saldo vivo de la deuda de los 17 cerró el ejercicio en 6,21 billones de euros, lo que supone un incremento del 4,8 por 100 respecto al 31 de diciembre de 2010. En total, la deuda soberana engordó en 286.000 millones a lo largo del año pasado. Italia fue el país de la eurozona que más emitió, con más de 400.000 millones de euros, seguido de Francia y Alemania. España colocó otros 194.884 millones a lo largo del año pasado.
En cuanto a los mercados, la extraordinaria fortaleza de la bolsa norteamericana ha frenado los intentos de corrección de la semana pasada pero no ha servido para impulsar a los índices europeos toda vez que la inyección de liquidez de BCE ya estaba descontada. En cuanto al Ibex, os he preparado este gráfico donde superpongo los cierres mensuales del Dow Jones y del Ibex desde hace 5 años: de moverse en paralelo, nuestro índice ha pasado de cotizar más de dos mil puntos por encima en los últimos meses de 2009 a hacerlo 4500 puntos por debajo en febrero de 2012:
Por cierto, el jueves además de la reunión de BCE, también es el teórico último día en el que los acreedores privados de Grecia deben aceptar o rechazar los términos del discutidísmo acuerdo por el que perderán –parece- algo más del 75% de su inversión. No me queda claro, dada la opacidad sobre este asunto, qué pasará con los alrededor de 20 mil millones de deuda griega que tienen los bancos centrales europeos y que no han entrado en el canje que hizo BCE pero sospecho que se traducirán en más pérdidas para el contribuyente.
Algunos links.
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Después de seis meses y tras la muerte de decenas de miles de personas, la hambruna en Somalia -provocada por la peor sequía de los últimos 60 años- ha terminado. Pero África continúa sufriendo una crisis de mayor magnitud.
En el Cuerno de África –Somalia, Djibouti, Etiopía, Kenya, Sudán del Sur y Sudán- unos 14,6 millones de niños, mujeres y hombres siguen sin tener alimentos suficientes. Mientras que hacia el oeste, en los países del Sahel -Níger, Chad, Mali, Burkina Faso y Mauritania-, otros 14 millones viven bajo esa misma amenaza.
Todavía peor, existe un riesgo elevado de que la hambruna de Somalia se reproduzca a menos que se lleven a cabo actuaciones coordinadas y a largo plazo. No podemos evitar las sequías, pero podemos tratar de evitar que se conviertan en hambrunas.
En poco más de una década, el Cuerno de África ha sufrido tres sequías, seguidas de graves crisis. En cada ocasión, la comunidad internacional acordó que se necesitaban actuaciones a largo plazo para evitar otra tragedia. Pero cada vez, cuando finalmente llegaban las lluvias, las buenas intenciones mundiales se desvanecían.
Debemos asegurarnos que esto no sucede de nuevo, uniendo nuestras fuerzas para erradicar el hambre en la región de una vez por todas. No hacerlo sería doblemente trágico, ya que la pérdida de vidas humanas y el sufrimiento serían absolutamente innecesarios: como nos enseña el fin de la hambruna en Somalia, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y sus socios han comenzado a hacer que las cosas cambien.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), UNICEF, la FAO y las ONGs internacionales cuentan ahora con programas de respuesta de emergencia que se basan no solamente en el reparto de alimentos e insumos, como en el pasado, sino también programas de dinero por trabajo y de cupones alimentarios. Esto permite a las familias comprar alimentos a nivel local, lo que les ayuda a permanecer cerca de sus hogares, al tiempo que se estimula la recuperación económica y la rehabilitación de las infraestructuras locales necesarias para la producción agrícola y ganadera.
Los métodos de estas organizaciones ayudan a las personas que necesitan alimentos con urgencia, pero también les ayudan a mejorar sus medios de subsistencia y crear capacidad de resistencia para sobrellevar crisis futuras. Por ejemplo, los campesinos en las regiones somalíes de Bay y Shabelle aprovecharon las recientes lluvias y la ayuda suministrada por la FAO y otros organismos para doblar su producción de maíz y sorgo y lograr su cosecha más abundante en muchos años.
La comunidad mundial debe continuar implementando estos enfoques si desea contener y prevenir futuras crisis. Incluso en el punto álgido de la hambruna, algunos campesinos de Somalia cultivaban y vendían con éxito sus productos. Ello fue posible ya que, antes de la crisis, la FAO había utilizado programas de dinero por trabajo para ayudarles a reconstruir el sistema de riego local y lograr que contaran con semillas de alta calidad y elevado rendimiento.
Pero producir alimentos no es suficiente. Los campesinos pobres pueden lograr cosechas récord, pero a menos que cuenten con carreteras para transportar sus productos y mercados en los que puedan venderse, seguirán siendo pobres y vulnerables. Y obviamente, si nadie tiene dinero para comprar lo que producen, sus esfuerzos serán en vano. Por este motivo resulta de enorme importancia estimular tanto el suministro local como la demanda.
Inyectar liquidez en las economías locales puede ayudarles a prosperar. Pero la gente en las comunidades rurales necesita mucho más para llevar vidas productivas y que les permitan realizarse: redes sociales de seguridad básicas, escuelas, sanidad, sistemas eficaces de gestión de riesgo y seguridad personal.
La FAO renueva su compromiso para liberar a África del hambre. Pero este objetivo se encuentra obviamente fuera del alcance de cualquier organización internacional o gobierno por si solos. Alcanzar este objetivo requerirá alianzas entre los gobiernos, los organismos regionales, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado.
Vincular la ayuda de emergencia con las medidas a largo plazo puede suponer una vía para salir de las crisis prolongadas y volver a la senda del desarrollo sostenible. Ampliando el esfuerzo actual, la agricultura puede también convertirse en un factor clave para establecer la paz y la estabilidad en el Cuerno de África: condiciones esenciales para el crecimiento y la prosperidad.
Las sequías no se pueden prever. Pero el hambre y la hambruna sí…Es impensable que la comunidad internacional tolere que se sigan produciendo.
Relatos de madrugada con Christine Lagarde http://dlvr.it/1GSgFm
Agenda del dia http://dlvr.it/1GR5Yf
El diferencial de inflación ha sido durante años un factor de pérdida competitivad para la economía española: los precios crecían más que en los principales rivales y destinatarios del comercio exterior. Los últimos meses, sin embargo, la evolución se ha invertido: Eurostat acaba de publicar el dato de la zona euro en febrero, que se situó en el 2,7 por 100, ligeramente por encima del contabilizado en enero. España aparece posicionada en la parte baja de la tabla, con una tasa del 2 por 100; es decir, con un diferencial siete décimas positivo que, conforme a la teoría económica, debería entrañar una mejora de la capacidad competitiva, es decir exportadora, de la economía española. El automatismo, sin embargo, no está asegurado y requiere más de una matización.
El dato es, sin duda, positivo, máxime para una economía privada de recurrir al manejo del tipo de cambio -devaluación- como mecanismo de compensación frente a alzas de costes que erosionen su posición en los mercados. Pero tampoco se debe magnificar, lo mismo que no cupo exagerar en demasía la tendencia inversa, como constatan los datos de comercio exterior desde la incorporación al euro.
España se incorporó a la moneda única tras sucesivas devaluaciones de la peseta que facilitaron su entrada con una paridad favorable que probablemente otorgó margen para absorber al menos una parte de la erosión derivada de unos aumentos de costes por encima de los de sus principales socios comerciales y competidores. Hay que tener en cuenta que casi dos tercios de las exportaciones españolas tienen como destino sus socios de la Unión Europea (UE) y señaladamente países de la eurozona. Y cabe apuntar que las cifras de participación relativa en los principales mercados se han mantenido bastante estables, lo que significa que el esfuerzo exportador ha sido capaz de contrarrestar el diferencial de inflación negativo de años precedentes y hay que considerar, por tanto, el peso de otros factores, a la hora de prever la evolución del comercio exterior.
La en otros tiempos tradicional ecuación que relacionaba directamente diferencial de precios y posición competitiva no escapa, como tantas otras cosas, a la complejidad que impone la globalización. Entre otras cosas, la nacionalidad del producto es muy a menudo casi imposible de concretar y la concurrencia en los mercados discurre dependiente de una conjunción de factores que van más allá del puro y estricto coste: desde la diligencia en la entrega y el mecanismo logístico a la calidad, entendida en su más amplia acepción.
La orientación exportadora de las empresas españolas se ha incrementado, sin duda, en los últimos años, pero hay que reconocer que le resta todavía mucho recorrido hasta al menos equipararse al promedio de las grandes economías comunitarias. Contar con un diferencial de inflación positivo será buena ayuda, pero habrán de añadir esfuerzos en innovación, internacionalización, costes, productividad y márgenes para vender fuera cada vez más.
Máximos históricos de la tasa de paro de la Eurozona: 10.7% http://dlvr.it/1GK9r9
Una persona de confianza me ha contado su su encontronazo con los perroflautas y policía ayer en Barcelona. Voy a intentar explicarlo. La persona en cuestión trabaja en la Universidad de Barcelona, justo donde ayer se produjeron los altercados que han dado la vuelta al país, y al mundo.
Un grupo de gamberros entraron en la universidad jaleando y gritando. A gritos decían que saliera el rector. Estos grupos no deben estar muy bien informados ya que el rector en ese momento estaba en TV3. A muchos kilómetros de la universidad. Algunos okuparon la universidad. Concretamente, en la facultad hay una sala donde están expuestos unos brutales cuadros que el museo de El Prado ha cedido. En la última okupación, estos cuadros fueron dañados por otros —o tal vez los mismos— perroflautas. Los llevaron a El Prado otra vez para restaurarlos, y éste, los volvió a ceder. Ayer, el panorama de la sala era impagable. Bajo los grandes lienzos había tipos fumando porros (¡Dios mio, no se puede fumar en un interior!) y se hacían la comida con hornillos bajo las caras pinturas.
Cuando la persona que me ha contado la historia salió a la calle para dirigirse a su casa, pilló a esta panda de comunistas que la arrastraron como una marabunta. Decía tener miedo. Tipos tapados, con pasamontañas, palos y piedras. En ese momento cargaron los Mossos. Dos de los perroflaurtas llevaban una piedra. Una piedra que a duras penas podían levantar del suelo. ¿Cómo la iban a lanzar? Pues simplemente no pudieron. La inteligencia y estrategia no parece ser un aliado de estos comunistas.
Tiraron piedras a los Mossos, los golpearon, y éstos se abrieron paso a porrazos. Uno de los Mossos dijo a su compañero: “Ahí está Hugo, a por él”. Pese a mi poca simpatía por la policía, se ha de reconocer cierto olfato de éstos. El tal “Hugo” iba cubierto con una máscara de V de Vendetta. Lo dejaron hecho un poema. Y tiene su mérito que lo reconocieran llevando una mascara. Es un delincuente conocido por la policía que por lo visto se apunta a cualquier acto delictivo.
No se puede esperar más de un comunista que dañe la propiedad de otro y destroce todo aquello de lo que uno se siente orgulloso de tener o haber conseguido. Lo curioso de este suceso es que las leyes no puedan actuar de forma radical contra gente de esta calaña cuando, además, son conocidos por la policía y habituales de la juerga callejera. Y es que aquello que algunos idolatran como los llamados derechos humanos (que no son más que otro programa del Estado), la democracia, la policía o las leyes, en realidad no sirven para nada.
En muchas ocasiones la gente me dice: “si viviéramos en Anarquía, nadie respetaría las leyes, ni la propiedad privada, ni la seguridad de los demás ni…”. Pero la realidad nos muestra que el sistema democrático, y la propias leyes, son un fuerte incentivo para alimentar el comportamiento antisocial y violento. Y es que si viviéramos en un sistema de Anarquía del Libre Mercado, esto es, Anarcocapitalista, la gente podría defenderse de los comunistas que simplemente no son responsables de sus actos ante la policía, el sistema, ni la ley. El libre mercado radical, lo primero que afianza es la seguridad porque es el mayor baluarte de la gente. Aumenta la seguridad privada, miren el caso de Guargon, y da acceso a todos a defenderse por igual. Si algún intruso intenta entrar en su casa o propiedad y usted va armado, simplemente no lo hace, por más comunista y machote que se crea. Incluso si éste va armado, no se arriesga a atacar a una sociedad armada y responsable de sus actos. Todo lo contrario ocurre en democracia, donde nadie es responsable de sus actos y los ciudadanos solo son borregos que dependen de los favores del Estado, especialmente, en el tema de la seguridad.
¿Y qué solución hay a la violencia actual? Ninguna. Los comunistas harán lo mismo una y otra vez sin ningún tipo de responsabilidad. La policía, hará lo justo para no ser arrollada por la prensa y los grandes perdedores serán los comerciantes, transeúntes y ciudadanos en general. El sistema no funciona económica, ni socialmente. Y todo se debe al papel de que ha ganado el Estado, que es incapaz de arreglar nada, sino que más bien tiene una responsabilidad importante en los sucesos, y la irresponsabilidad ciudadana, que actúa como borregos siendo incapaces de defender lo que es suyo. Y si no es así, que se lo pregunten al tal Hugo. Lo verán en la próxima movida violenta de Barcelona.
http://jorgevalin.wordpress.com/2012/03/01/es-hugo-el-perroflauta/
Los presupuestos de España tendrán un recorte superior al previsto http://dlvr.it/1GP5dr
El cambio en el pH de los océanos puede acabar con la vida marina este siglo http://dlvr.it/1GP5dj
Imaginemos que usted quiere montar una pequeña industria en España, tiene que pasar por tropecientos obstáculos administrativos pasando en cada uno de ellos por caja, finalmente logra montar la empresa y tiene que contratar a empleados que como poco le cuesta al empresario 1000 euros/mes y desde el día primero adquieren una serie de derechos porque vivimos en una sociedad avanzada, todos estos requisitos y muchos mas los cumple porque hay un estado que dice que esas son las reglas que se deben respetar para poder trabajar en España o en la UE...
Usted se pone a trabajar y se da cuenta que en el polígono de al lado(*) abre una insdustria a la que no le piden nada de lo anterior, tiene trabajadores esclavos, contamina el medioambiete lo que haga falta, jamás tiene una inspección de trabajo, ni un seguro de responsabilidad, despide cuando le da la gana sin coste alguno, etc...
Usted intenta denunciar esa competencia desleal a las autoridades y le dicen que no pueden hacer nada porque vivimos en el libre mercado. A usted se le queda cara de tonto.
Llame a ese polígono China, India, Vietnam, etc lugares donde los estados occidentales se inhiben descaradamente frente a una explotación brutal, polígonos donde se permite alegremente prácticas que rayan la esclavitud, cierran los ojos y abren las fronteras de sus países a las importaciones de empresas que en nuestro primer mundo estarían cerradas por tropecientos motivos.
Pues eso es lo que hay, va a ser imposible mantener la empresa españa/primer mundo abierta si no se hace:
1.- Exigir a las demás empresas lo que se exige aquí.
2.- Trabajar en condiciones similares a lo que lo hacen allá.
¿Cuál escogerían ustedes?, pues la respuesta políticamente correcta es la otra.
La Generalitat Valenciana venderá algunos de sus edificios emblemáticos para captar liquidez. Su objetivo es ingresar unos 450 millones de euros a través de la enajenación de aquellos bienes inmuebles patrimoniales en desuso.
La primera subasta ha comenzado este jueves y afecta a una parcela ubicada en la partida de Los Ángeles de Alicante.
Entre los edificios que saldrán a la venta se encuentran las actuales sedes de las consejerias de Economía y de Justicia. Además, la comunidad ha decidido subastar la sede de la Vicepresidencia de la Generalitat, situada en el Palacio de Català de Valeriola, así como las del Instituto Valenciano de Finanzas y el Instituto Valenciano de Estadística.