Ambos motivos tienen su parte de razón. Respecto al primer punto creo que es lógico pensarlo y más tras los escasos avances de la exploración espacial. Los avances científicos se concentran en un mejor aprovechamiento de lo que nuestro planeta nos ofrece y a pesar de sus éxitos el deterioro ecológico y el aumento demográfico y de consumo avalan ese miedo. El problema es que el ser humano no suele preocuparse en demasía por el futuro más allá del de su propia generación y eso lo vemos continuamente. Por ejemplo, se sabe que la falla de San Andrés acabará por provocar un gran terremoto que afectará a California y que posiblemente incluso acabe con gran parte del estado sumergido bajo el Pacífico pero no hay planes para despoblar aquella zona, se sigue construyendo como si eso no fuera a ocurrir ya que se descuenta que pasará dentro de muchos cientos de años. Por lo mismo ni China ni India -las economías que más crecen en consumo y contaminación medioambiental- ni las más desarrolladas parece que vayan a querer frenar el desgaste de recursos por lo que le pueda pasar al planeta en un futuro que se cree lejano.
Respecto al segundo me recuerda al libro del economista australiano Clive Hamilton “El Fetiche del Crecimiento”, publicado en 2003 y que más que sobre economía, trata sobre sociología y antropología. Lo leí hace años sin saber que es un icono de este movimiento y recuerdo que llegaba a la conclusión de que el crecimiento económico no genera felicidad. Argumentaba que el consumismo y el materialismo que caracteriza a nuestras sociedades lleva a unos inconvenientes que no existen en sociedades primitivas. Más allá del problema ambiental, critica que en las sociedades más “avanzadas” somos más desarraigados socialmente, más insolidarios, más frívolos, más depresivos, más ansiosos, más solitarios, menos independientes, los niños salen hiperactivos, con problemas de concentración y pérdida precoz de la inocencia……y se detectan enfermedades psiquiátricas que no se conocen en organizaciones menos desarrolladas
Uno de los ideólogos españoles de este movimiento, Carlos Taibo, cuenta la anécdota de unos misioneros que al llegar a una aldea perdida del Amazonas y ver lo primitivo de las herramientas que usaban en una tribu para cortar la leña les obsequiaron con cuchillos de acero inoxidable. Dos años después, vuelven y constatan que los indios tardan 10 veces menos en cortar la leña pero no por eso cortan más que antes sino que aprovechan mejor ese tiempo libre. Esa sería la reacción que los partidarios del decrecimiento consideran lógica y no la que ha sido la tónica en el mundo desarrollado: utilizar los avances tecnológicos para producir más. La idea es que si reducimos el consumo podremos trabajar menos horas y vivir mejor. Defienden que lo que propugan no es algo nuevo ni extraño al ser humano, es una reorganización de la sociedad basada en la cohesión social, el ocio creativo, una renta básica de ciudadanía, reducir el tamaño de las organizaciones humanas primando lo local frente a lo global, autogestión, democracia directa, respeto al medio…no sólo en la Historia y en sociedades primitivas de la actualidad hemos visto algo parecido, es que en nuestra propia sociedad la organización de las familias es muy similar.
El problema del decrecimiento –además de no ser un movimiento lo suficientemente cohesionado- llega con la aplicación práctica. Incluso si aceptáramos que sus ideas fueran las correctas son muy minoritarias puesto que la mayoría de los seres humanos asociamos progreso económico con vivir mejor, felicidad con desahogo económico y primamos el individualismo sobre el bien social. Cuando pensamos en una sociedad ideal se nos viene a la mente Noruega y no los massai. Sí, queremos trabajar menos horas pero confiamos en el avance tecnológico para ello y no en una menor industria y seguramente ocupemos esas horas de ocio con productos que nos llegan gracias al crecimiento como los ordenadores personales que han llegado al gran público porque somos una sociedad de consumo. Es fácil teorizar sobre cambiar el mundo de arriba a abajo pero ¿cómo cambiar todas nuestras costumbres de repente, cómo aceptar un cambio que implicaría un shock económico a corto plazo aún mayor que la actual crisis, es eso posible? Y esa dificultad de implantarlo de forma espontánea ha generado a su vez otro problema, que algunos de sus partidarios también lo son de utilizar métodos violentos para que tenga éxito su idea de “un mundo mejor”.
Apenas he esbozado por encima la teoría del decrecimiento (si os interesa el tema os recomiendo el documental on line de media hora –aunque basta con verlo a partir del minuto 17- subtitulado al español There´s no tomorrow) y aunque a mi juicio es inaplicable, algunas de sus reflexiones me parecen de interés incluso para mejorar el actual sistema, ¿Y a vosotros?
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Respecto a las 2 críticas, yo creo que tienen *en parte* razón.
1. El sistema se autorregularía solo si no incidiéramos en él. Está todo conectado y por mecanismos de feedback, etc., se activarían las vías para que los recursos fueran constantes. En una red ecológica/alimentaria cuando se desequilibra porqué llega un depredador, etc., la disminución del escalón menor hace que el depredador no pueda comer, se muera y disminuya en número, entonces los animales del escalón inferior se vuelven a reproducir, etc. Si acabamos las reservas, creo que unos cuántos moriremos.
2. El consumismo muchos psicólogos lo consideran como una muestra de nuestras debilidades. Cuando tienes un momento de tristeza o ansiedad, te ayuda mucho ir de compras ya que te produce una alegría transitoria. Lo equiparan con comer chocolate, en exceso, consumir drogas blandas o duras, etc. Durante las épocas de vacas gordas se produce una falsa felicidad ya que se consume mucho, se produce mucha felicidad, y esto ayuda a consumir más. El problema viene cuando ya no podemos continuar con la droga: la base de nuestra felicidad-estabilidad se va al garete.
España ayudará a sus regiones con 30.000 millones en "hispanobonos" http://dlvr.it/1X5RcL
Un grupo ciudadano ha denunciado la presencia de altos niveles de radiación en algunos puntos de más de 20 escuelas de la ciudad de Koriyama, a 60 kilómetros de la accidentada central nuclear de Fukushima, informó hoy la agencia Kyodo.
El grupo ha hecho pública la existencia de los llamados "hot spots" ("puntos calientes") tras obtener documentos de la junta educativa municipal en los que consta que, recientemente, se han detectado altas concentraciones de radiación en al menos 14 colegios de primaria, siete de secundaria y cinco guarderías de la ciudad.
En algunos puntos concretos de estos espacios la dosis anual de radiación acumulada podría alcanzar los 20 milisievert, muy por encima del límite anual de 1 milisievert recomendado por la Comisión Internacional de Protección Radiológica.
Todos los colegios de Koriyama enviaron el pasado abril documentos con resultados de mediciones a la junta educativa después de que ésta les ordenó calcular los niveles de radiación en el aire en torno a cunetas, setos y sumideros de sus instalaciones.
La propia junta levantó el mes pasado una restricción que impedía que los estudiantes jugaran en los patios escolares durante más de tres horas diarias a raíz del accidente de marzo de 2011 en la central nuclear de Fukushima Daiichi.
Aunque los niveles de radiación en patios y aulas de los colegios de Koriyama se miden con regularidad para certificar que son seguros para los menores, una portavoz del grupo ciudadano ha pedido que se restablezca la restricción dada la existencia de tantos "hot spots".
El accidente en la central de Fukushima, el peor desde el de Chernóbil en 1986, ha supuesto que las escuelas de la provincia donde se sitúa la planta hayan tenido que llevar a cabo planes especiales de limpieza para evitar que sus estudiantes se vean expuestos a altas concentraciones de radiación.
Esto ha supuesto que muchos centros hayan retirado de sus patios capas de tierra de varios centímetros de espesor, donde podía haberse depositado material contaminado, antes de recubrir de nuevo la superficie con arena limpia.
Más de un año después de la catástrofe en Fukushima, cerca de 80.000 personas que residían en un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta nuclear siguen evacuadas a causa de la elevada radiactividad.
ITALIA Gasto publico -Una propuesta por segundo para ahorrar en Italia http://dlvr.it/1X2xkx
Sin energía nuclear, Japón se prepara para el desabastecimiento http://dlvr.it/1X4yKG
Alemania lo apuesta todo al verde
¿Pero no estaba muerto y enterrado el 15-M? ¿No había degenerado en violencia callejera de la que ya se encarga la policía? ¿No se habían convertido los más sensatos en asociación legal Democracia Real Ya! debidamente registrada en el Ministerio del Interior? ¿Qué queda de ese movimiento espontáneo, multitudinario y creativo que contó durante meses con el apoyo moral de tres cuartas partes de los ciudadanos?.
Pronto lo sabremos. En las redes sociales circula ya el llamamiento para una manifestación local y global el 12 de mayo, junto con miles de personas alrededor del mundo, con el lema "Unidos por un cambio global", reactivando la protesta que movilizó a millones en 951 ciudades y 82 países el 15 de octubre. Y es que este es un movimiento rizomático, con múltiples nodos cambiantes y autónomos, que vive en las redes sociales en internet y entre la gente, que mantiene el fuego de la indignación mientras las cosas sigan como siguen y que aparece, desaparece y reaparece en el espacio público para palpar su existencia y elaborar un proyecto de cambio social. Al ser un movimiento sin jefes, basado en la horizontalidad y la participación, sin normas ni programa, supera cualquier circunstancia. Ni se crea ni se destruye, se transforma. Incluso sobrevive al peligro de los movimientos sociales: su autodestrucción por peleas internas.
Pero lo que es la práctica usual del izquierdismo no afecta al 15-M. Por eso cuando hace unos días Fabio Gandara, un veterano del movimiento, y otras personas se impacientaron y crearon una asociación DRY para actuar en nombre del movimiento, saltó la alarma en las redes sociales. Tal decisión, tomada de forma poco clara y minoritaria según el parecer de la mayoría de los nodos locales de DRY, contravenía los principios de democracia asamblearia sobre los que se funda el 15-M. Pero, tras un momento de irritación inicial, se adoptó la actitud de que cada uno hace lo que quiere y no pasa nada. La declaración de DRY de Valencia el 25 de abril oponiéndose a la idea de asociación firmaba "Democracia Real Ya! (el objetivo, no la marca)" porque no hay marca, no se puede apropiar lo que no tiene propietario. El 15-M es de la gente que sale a la calle y debate en la red, en cada momento, cada una con sus razones, reivindicaciones, ideales y manías. Por eso no es ni será un partido ni nada parecido. Y tampoco hay problema, a menos que haya trols por medio, porque gente de buena fe decida ir por otro camino hacia objetivos ampliamente compartidos. Es una red abierta, no una burocracia cerrada.
Mucho más grave es el otro peligro con el que se enfrenta el 15-M. Su deslegitimación en la mente de los ciudadanos por la los intentos de criminalizarlo mediante su asimilación a "los violentos". ¿Quiénes son esos violentos? No se sabe bien, excepto que son muy pocos y que son rechazados por la inmensa mayoría de los participantes en el movimiento. Porque el 15-M es, desde su origen, explícitamente no violento. Y lo ha demostrado en la práctica reiteradamente sufriendo las golpizas de la policía sin enzarzarse en enfrentamientos masivos que hubieran podido degenerar. Es esencial que dicha actitud continúe, pues la estrategia más eficaz para desconectar el movimiento de su referencia al 99% es precisamente provocar hasta que la televisión pueda ofrecer imágenes de caos, violencia, destrozos y sangre que aparten a los ciudadanos de aquellos que se atreven a manifestarse diciendo lo que muchos piensan. No será fácil evitarlo. Porque la policía parece ineficaz para hacer algo tan sencillo como intervenir de inmediato selectivamente en cuanto se quema el primer contenedor o se apedrea el primer banco. En lugar de pescar con red y llevarse a cualquiera que pasara por allí.
Pero sobre todo no será fácil contener la rabia de la gente porque los meses pasan, la situación empeora por momentos y los gobiernos siguen indiferentes a la protesta aplicando arrogantemente las recetas de la austeridad y haciendo pagar a las personas la crisis que, en la visión de los indignados, fue cosa de financieros y políticos, cubriéndose luego los unos a los otros. La vía institucional de debate ciudadano está cerrada. El rodillo parlamentario se aplica automáticamente. El PSOE, tras haber iniciado el desaguisado, sigue en encefalograma plano. Los sindicatos ladran pero no muerden, o quizá ya no tienen dientes. Los medios están mediatizados y buscando comprador. Y ministerios y autonomías se dedican con fruición al recorte creativo a ver qué más sacrificios humanos pueden ofrecer al dios de los mercados que sigue sin confiar en la deuda española, tanto pública como privada. Como no queda otra alternativa, miles saldrán a la calle el 12 de mayo. Y como siguen buscando nuevas formas de democracia se proponen deliberar, de nuevo, en las plazas públicas tres días. Ahí es donde las autoridades de turno los esperan. Prohibido ocupar cualquier espacio público. La alternativa entonces está entre irse a casa tras el desahogo y todo sigue igual o afirmar el derecho de reunión y debate y que se produzcan enfrentamientos violentos que permitan criminalizar al movimiento.
Si hubiera talante democrático en la clase política podrían dejar que los ciudadanos se encuentren en sus ágoras tres días, deliberen y propongan. Y tratar de reconectar la sociedad con las instituciones. Pero partidos y gobiernos son visceralmente opuestos a un movimiento que les niega su legitimidad. O bien entran en los cauces preestablecidos, precisamente aquellos denunciados por el movimiento como reglas tramposas, o se condena la protesta a la marginalidad seguida de represión. Tendrán que ser creativos los indignados para salir de ese dilema. Tendrán que imaginar formas de desobediencia civil protegidas por la ley. Tendrán que mostrar flexibilidad en sus tiempos y espacios de deliberación asamblearia. Tendrán que construir sus canales de comunicación directa con la ciudadanía. Recordando que cada día que nos vamos hundiendo en la crisis se van cargando de razón
Solo 20 de los 180 millones que ingresan PP y PSOE provienen de sus militantes - http://elConfidencial.comhttp://www.elconfidencial.com/espana/2012/05/05/solo-20-de-los-180-millones-que-ingresan-pp-y-psoe-provienen-de-sus-militantes-97334/
Renfe se ha gastado 1.400 millones en trenes de alta velocidad innecesarios http://www.eleconomista.es/economia/noticias/3943998/05/12/Renfe-se-ha-gastado-1400-millones-en-trenes-de-alta-velocidad-innecesarios.html