El otro día me contaron de alguien que fue contratado del extranjero hace unos años para un alto cargo en una caja de ahorros española, vio el panorama y a los pocos meses presentó su dimisión y utilizando sus contactos creó un fondo domiciliado en Luxemburgo y se dedica a captar dinero, mayoritariamente español, para invertir fuera de España. Uno de sus productos estrella es un fondo que sólo invierte en emisores públicos AAA de la €zona y eso que la rentabilidad es de risa y ahora está estudiando sacar uno que invierte en renta fija privada pero sólo de empresas domiciliadas en países AAA de la €zona que tiene mejor rentabilidad pero que ofrece lo mismo: la seguridad al capital que España –y otros países- no ofrece. Que esto pase es culpa de todos o más bien prefiero decir que nadie es inocente pero si tuviéramos que nombrar al principal responsable de esta fuga de capitales generada por el miedo a una ruptura de la €zona y/o por una salida de España del € estaría -en mi opinión- a medias entre la mala respuesta que toda Europa dio al problema griego cuyo contagio es el origen de todo esto y las políticas erróneas de los países que peor están… entre los que se encuentra España. Si a eso sumamos una €zona que se salta sus propias normas ya que en el artículo 104 de Maastricht (que se convirtió en el artículo 123 del Tratado de Lisboa) dice claramente que «Los Estados no pueden obtener préstamos de sus bancos centrales» y aún así BCE va a ampliar sus más de 200 mil millones de deuda pública que compró para financiar a países miembros…¿qué esperamos?
Aquí podemos ver cómo, a pesar de que Alemania y Finlandia cada vez ofrecen menor rentabilidad y España mayor, los inversores extranjeros prefieren los dos primeros y huyen de nuestro país… el problema es que parte de los no residentes que compran deuda alemana y finlandesa son españoles
Sin embargo, la opinión general es que la culpa es de los países que emiten deuda muy barata a lo cual no encuentro sentido: primero porque siempre se acusa a Alemania cuando en ese grupo están también otros que nunca son culpados como Francia e incluso Bélgica que hasta hace poco era del grupo “hispano-italiano” y segundo, porque si los inversores se decantan por comprar esos bonos y esas letras a esos tipos, ¿qué puede hacer el emisor, renunciar a ello? Si los que acuden a las subastas buscan una seguridad que no encuentran en otros países y si se blindan de una posible salida del € comprando activos de una moneda que seguirá siendo fuerte aunque el € desaparezca o la €zona reduzca su número, es cosa suya. Por lo cual, si hay algún culpable –además de ellos mismos- de que los inversores tengan tanto miedo no son los países que mejores números presentan sino los peores, empezando por Grecia –y el empeño de la €zona en que no se vaya del €- que ha sido el primero que ha convencido a gran parte del mundo financiero de que el proyecto €zonero podía ser reversible. Y por supuesto España pidiendo un rescate bancario y amenazando con pedir uno total ya que el tamaño de ese crédito que quizás nunca pueda devolver es –no lo olvidemos- a día de hoy el mayor riesgo para la UE. Así pues, los inversores son libres, y también por supuesto de equivocarse, pero lo que les lleva a comprar deuda incluso con rentabilidad negativa es su propio miedo -justificado o no- y desde luego no se puede culpar a Holanda o a Austria –ni a Suiza, Suecia o Australia- de ser receptores de ese capital.
De hecho, si se mira el balance de compensación del BCE Target2 se ve claro cómo los bancos de algunos países –esos que no pueden financiarse en el mercado porque el interbancario murió debido a que los bancos no se fían del resto de los bancos, síntoma claro de la enorme crisis financiera que aún tenemos- viven gracias a lo que depositan en BCE entidades financieras de otros países, especialmente de uno. Cuando leemos que la deuda de nuestros bancos con el BCE -388.736 millones sólo en agosto- está en máximos en el fondo no deja de ser un rescate –básicamente de los bancos alemanes que depositan sus fondos en él- a través del BCE. Esos mismo bancos que, como se aprecia en este gráfico donde se pueden ver los activos y préstamos de bancos alemanes en España desde 1982, han reducido su exposición directa a España a la mitad
Todo esto se compensa por lo que Alemania como estado aporta al rescate bancario español y a que lo que pondrá si el rescate es total y a los que los bancos alemanes depositan en BCE. Es con diferencia el que más interés tiene en que seamos solventes como se puede ver:
En esa imagen también se puede apreciar cómo los depósitos y créditos se reducen en algunos países que coinciden con los que están económicamente peor. Creo es la prueba más clara de que mientras que históricamente la crisis supone un menor consumo y por lo tanto un mayor ahorro –algo que se puede comprobar por ejemplo en los EUA- desde que se empezó a dudar de la propia €zona por culpa de la respuesta que los políticos dieron a la crisis griega en 2010, no sólo se reduce el consumo, no sólo se reduce el crédito, también ocurre que el ahorro se larga del país, máxime cuando dentro de la €zona hay libertad de capitales para ello. De este modo, los países que más se beneficiaron de esos flujos de capital y de esas inversiones en los años del boom no sólo han visto cómo esa inversión foránea se largaba, también se va el propio ahorro nacional y de hecho hace unos días supimos que las salidas de capital se aceleraron en junio y sumaron 219.817,4 millones al cierre del primer semestre
En resumen, el BCE ante el miedo de un desastre hispano-italiano ha reaccionado intentando crear un cortafuegos pero le demos las vueltas que queramos, la €zona está desequilibrada y nada de lo que se ha decidido estos días “tan claves” va a cambiarlo. Es más, las medidas lo que harán es aumentar dichos desequilibrios sin ir a la raíz del problema: la fallida estructura de la Unión y la del propio sistema económico global, que necesita desesperadamente crédito para poder crecer, incluso cuando está excesivamente endeudado.