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Este ‘stop desahucios’ no es la solución

Este ‘stop desahucios’ no es la solución 1Lo siento, pero esta medida tomada por el Gobierno y la banca de paralizar por lo menos dos años la ejecución de desahucios en caso de impagos no es la solución. Sólo ha sido un brindis al sol cara a la población ante un miedo visible y palpable a un posible levantamiento social.

Cierto es que para muchas familias es una bendición, pero como lo han planteado los políticos y la banca no deja de ser una mera ‘patada a seguir’ y trasladar un problema actual a dentro de dos años con la esperanza de que ‘la cosa mejore’ y de esa forma puedan las familias a las que se le aplaza el pago y paraliza el desahucio volver a empezar de nuevo a devolver a la entidad financiera el dinero de su hipoteca que, con este aplazamiento, costas y demoras, será sustancialmente mayor a lo que deben en este momento. Y todo ello para pagar una vivienda que continuamente tiene menos valor.

No seré yo quien se oponga a esta media solución, porque es mejor esto que nada, pero las declaraciones de muchos economistas vs políticos no indican que la cosa vaya a mejorar.

Os preguntaréis por qué opino esto, y creo que analizando las palabras dadas ayer por José Manuel González Páramo, exmiembro del BCE, al respecto de los desahucios, lo comprenderéis mejor.

Este señor ayer dijo al referirse a buscar soluciones al problema social de los desahucios, que las deudas “son sacrosantas”, si bien considera que “se puede retrasar su pago (a los bancos) cuando hay una razón de fuerza mayor” para ello. No obstante, ha precisado que normalmente se asume una deuda “con la promesa de que se pague”.

Leído esto, uno se realiza una serie de preguntas. ¿Quién no puede pagar ahora podrá pagar dentro de dos años? ¿Qué considera este personaje como ‘fuerza mayor’? Si las deudas ‘son sacrosantas’, ¿por qué entidades financieras andaluzas y catalanas intervenidas han condonado préstamos a partidos políticos, sindicatos, la Iglesia, constructoras,….? Si son ‘sacrosantas’, todos estos poderes económicos deberían de pagarlas y no recibir una ventajosa CONDONACIÓN (cancelación sin devolver el dinero pedido prestado) y no un aplazamiento de dos años como los de las familias con amenaza de desahucio.  Pero es más, como él dice, es preciso que se dé “la promesa de que se pague”, ¿la misma que dio Bankia cuando se le prestaron los primeros 4.400 millones de euros en 2011 y que ahora son ya más de 19.000 millones? ¿Quién en Bankia en su momento asumió esa promesa de devolver el dinero? ¿Ha ido a la cárcel por incumplirla?

Todas estas premisas, si son las que van a enmarcar los procesos de aplazamiento de desahucios, recogen claramente el aplazamiento de un problema pero no la solución del mismo. Esta medida es sencillamente una forma de cobardía de ver si las cosas mejoran por si solas sin ‘coger el toro por los cuernos’ del verdadero problema que hay aquí: unas entidades financieras dieron un dinero para comprar una vivienda que nunca volverá a valer lo que se pagó por ella y que quién la compró nunca volverá a tener ingresos para hacer frente a los pagos de la hipoteca. ESA ES LA CRUDA REALIDAD Y EL VERDADERO PROBLEMA, que muy cobardemente no quieren afrontar los políticos y los banqueros.

Si un ahorrador compró preferentes asumiendo un riesgo y ha perdido su dinero, se aguanta, porque había un riesgo. Pues si una entidad concedió un préstamo hipotecario que dio de forma indebida en su momento y ha salido mal, pues que también se aguante.

Este ‘stop desahucios’ debe de ir acompañado de una reforma total de la Ley Hipotecaria y, por descontado, de una aceptación total y con efecto retroactivo de la dación en pago.

José Luis del Campo Villares, colaborador de iAhorro

iahorro.com

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  • Jorge San Miguel

    En el campo de las políticas públicas, conocemos como “evento focalizador” (focusing event) un acontecimiento imprevisto que adquiere la relevancia suficiente para introducir en la agenda política una cuestión determinada. Puede tratarse de una catástrofe natural, un crimen, un escándalo político… y el lector a buen seguro recordará ejemplos sin necesidad de ir muy lejos. En estas última semanas, el problema de los desahucios ha cobrado un protagonismo extraordinario en España, hasta el punto de que ha motivado una reacción rápida y coordinada (y a la hora en que escribo esto, fallida) en los dos principales partidos que no es del todo frecuente. A pesar de que no se trata de un problema nuevo, su irrupción en la agenda se ha producido sólo con motivo de varios suicidios que los medios y la opinión pública han tendido a achacar a desahucios. Parece claro que nos hallamos frente a un evento focalizador, o más bien una cadena de ellos, por más que empiecen a circular versiones que apuntan el “éxito” a algún actor concreto.
    Por supuesto, que un acontecimiento funcione como evento focalizador no resuelve si la interpretación más común es la correcta, ni dice nada sobre la oportunidad de, por usar una expresión tópica, “legislar en caliente”. Pensemos por ejemplo en los casos de “pánico moral” que se producen cuando se informa de determinados crímenes, sobre todo si hay víctimas menores. Por lo que respecta a los desahucios, no parece haber por ahora evidencia clara de que los suicidios hayan aumentado, ni de relaciones causales que sería muy difícil determinar en cualquier caso. Lo importante desde el punto de vista del ciclo político es que el relato que vincula estos suicidios y los desahucios como problema social ha tenido éxito y ha roto la barrera. A la inversa, que un problema no entre en la agenda política no quiere decir que no exista: creo haber hablado alguna vez ya del distinto tratamiento que la violencia doméstica tiene en nuestro entorno, donde países con estadísticas más preocupantes que las españolas no lo viven como un asunto central.
    Como apuntaba antes, mi opinión personal es que en este caso los movimientos sociales y plataformas han tenido en el proceso un papel más modesto de lo que algunos pretenden, sin perjuicio de que ahora puedan convertirse en interlocutores. Tenemos un catalizador: una cadena de focusing events publicitados o incluso construidos -en cuanto relato- por los medios de comunicación. Un “villano” perfecto para estos tiempos: la banca. Y, presumiblemente, un cierto grado de consenso social en que nos hallamos ante una tragedia que es preciso solucionar -donde yo no excluiría del todo factores culturales como el culto español a la propiedad y la confusión entre vivienda como necesidad básica y como inversión-; y en que la actual ley hipotecaria no ofrece el marco óptimo para hacerlo, por más que haya facilitado el acceso a la propiedad de millones de españoles en otras coyunturas, en las que la opinión pública no la consideraba tan negativamente. No es necesario por tanto apelar al activismo ni a una vaporosa “presión social” en las calles para explicar el caso. Estimo que los movimientos informales pueden tener relevancia puntual y local, en casos concretos; pero una y otra vez muestran serios problemas para colocar y mantener asuntos en la agenda política sin el concurso de los mediadores tradicionales y los medios de comunicación masivos. Y, sinceramente, no veo los motivos por los que esta vez hubiera sido distinto de no darse las condiciones citadas.

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  • Flash España: ''IPC en octubre''
    El dato del IPC de octubre confirma la aceleración esperada tanto de la inflación general como de la subyacente comoconsecuencia del aumento de las tasas universitarias

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  • C. Lopez, segun leo por ahi...solo paraliza los deshaucios a rentas inferiores a los 19000 euros, y los españoles somos pagadores por naturaleza..y si alguien no paga, es que estan todos en paro.
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     

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  • Buenos días:

    El problema subyace en la raíz de nuestro sistema. El dinero se "crea" cuando se pide un préstamo.  Os recomiendo ver en youtube EL DINERO ES DEUDA y las explicaciones de la película CONCURSANTE.
    Todo lo que no sea atajar el problema de raíz, son parches en el Titanic.

    Un saludo. 

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  • Sobre el articulo, me choca la sigüiente frase:

    Si las deudas ‘son sacrosantas’, ¿por qué entidades financieras andaluzas y catalanas intervenidas han condonado préstamos a partidos políticos, sindicatos, la Iglesia, constructoras,….? 

     Seguramente es verdad. Pero ¿solo las andaluzas y calatanes?

    Si los andaluces y catalanes culpamos a españa de nuestros problemas, y el resto de españa culpa a los catalanes y andaluces... tenemos lo que tenemos.

    fp 

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