Si tomamos la media de predicciones del paro, del panel de experto Funcas (a marzo de este año), concluiremos que para este 2014 cerraremos con un 25,4% de desempleo y con un 24,2% en el 2015. Pese a que solemos no creernos las predicciones en economía, no es menos cierto que hay instituciones que aciertan de forma consistente en el tiempo. En el caso del paro, AFI y CEPREDE son los que más cerca de la diana han dado según ESADE. Analistas Financieros Internacionales (AFI) predice un paro del 25,7% en 2014, mientras que el Centro de Predicción Económica (CEPREDE-UAM) es menos negativa para el 2014, pronosticando un paro EPA del 25,3%, y un punto menos en el 2015.
Una primera apreciación, después de una primera lectura, es que no hay un futuro próximo para los que quieren volver a trabajar. Sin embargo, este artículo no pretende deprimir aún más al lector, muy al contrario. Trata sobre qué tipo de empleo debemos esperar y cómo prepararnos para obtenerlo.
¿Qué podemos extraer de los datos del empleo de la EPA?
Con los últimos datos del último trimestre del 2013, en relación a cómo se reparte el menguado empleo que genera nuestra economía, varias son las tendencias que podemos destacar.
Lo primero es saber cuánta gente se supone que trabaja en nuestro país. Según la encuesta, 16.758.200 personas tienen empleo, sea por cuenta propia o ajena.
Durante el trimestre baja el empleo a tiempo completo, con una reducción en el último trimestre de 218.100 personas. Si tomamos el total de gente que trabaja todas las horas que la ley permite al día, tenemos 14.019.100 trabajadores que dedican toda su jornada laboral a una empresa (83,66% del total).
Los trabajadores que se supone trabajan a tiempo parcial aumentan en 153.100 personas, dejando el total de empleados que no cobran una jornada completa en 2.739.100 (13,34% del total).
Ya podemos empezar a sacar alguna conclusión de cómo se está comportando el mercado laboral actual y hacer alguna protección futura. Sube con fuerza la contratación temporal, en detrimento de los empleados que trabajan todas las horas legales de la semana (40 horas, en general). Dadas las características de nuestras empresas y empresarios, tiene algún sentido que suban los empleados que trabajan solo un porcentaje de la jornada en empresas grandes, pero no en medianas y pequeñas, acostumbradas a hacer trabajar al máximo a los empleados que ya tienen en plantilla. Con la reforma laboral y resto de modificaciones legislativas relacionadas, se dificulta la acción inspectora de los contratos a tiempo parcial, ya que no hay una obligación de marcar las franjas horarias semanales del trabajador. No hay que ser un lince, conociendo el “empresario” tipo español, para deducir que hay muchos trabajadores que se ven obligados a trabajar parte de su jornada laboral en negro. Evidentemente es una opinión, pero os aseguro que parte de mi conocimiento práctico.
Recomiendo, por ejemplo, que los inspectores de trabajo se pasen por las oficinas de los bancos por la tarde, sector que conozco bien. Ya me dirán cuántos empleados trabajan sin cobrar esas horas (en este caso se trataría de trabajadores a tiempo completo que trabajan más de lo permitido, otra práctica demasiado habitual en la realidad laboral patria). Os sorprenderíais.
El número total de autónomos se reduce en 51.500 personas en el cuarto trimestre de 2013, quedando el total de trabajadores por cuenta propia en 3.013.000 almas. Vale la pena desagregar las cifras de este colectivo al que se le atribuye el emprendimiento en nuestro país. Autónomos que tengan trabajadores a su cargo hay 875.700 y sin trabajadores a su cargo 1.999.800, siendo el resto miembros de cooperativas o autónomos por la ayuda familiar (137.500). Por tanto, casi un 18% de los que trabajan en España son autónomos (trabajadores por cuenta propia). Si nos fijamos en los que no tienen empleados, cuya mayoría son autónomos como forma de autoempleo, hablamos de un colectivo que representa el 10,3% del total de gente con ocupación. ATA ha detectado que en febrero de 2014 ya hay más de 48.692 autónomos (en este caso inscritos en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) respecto al mismo mes de 2013 y pronostica un cierre de 2014 con más de 3.100.000 trabajadores por cuenta propia.
Por su lado, el número de asalariados baja en 10.400 personas en el trimestre analizado, quedando el total de trabajadores por cuenta ajena en 13.737.300, un 82% del total. De estos, los que tienen contrato indefinido aumentan en 45.600 y los de contrato temporal disminuyen en 56.000 individuos. En números absolutos hay 10.450.800 fijos (62,36% del total) y 3.286.500 temporales (19,6%).
Si bien la crisis se está cebando tanto con los trabajadores por cuenta ajena como propia, tengamos muy en mente que ya un 10% de los que trabajan son autónomos sin empleados a su cargo, lo más similar a un trabajador que se busca la vida en este grupo.
Puede que el lector se haya cansado ya de tanto número, pero este trabajo tiene sentido para sacar ahora conclusiones:
Actualmente la base de trabajadores con una mayor protección, a los que realmente los sindicatos representan y defienden sus derechos, son los indefinidos y funcionarios, que según la EPA suman 10.450.800, el 62,36% del sistema. Y de esta cifra podríamos descontar los que trabajan fijos a tiempo parcial, por las razones que explicaremos más adelante.
Por otro lado tenemos a una serie de colectivos cuya precariedad, inestabilidad o flexibilidad (según se mire) es mucho mayor: temporales, gente que trabaja a tiempo parcial y autónomos sin trabajadores (que los que tienen trabajadores también, pero supondremos que les va algo mejor el negocio); de los que trabajan a tiempo parcial hay indefinidos y temporales, pero no es demasiado simplificar pensar que en cualquiera de los casos su situación puede ser bastante precaria, al generar unos ingresos menores y tener menos capacidad de presión. Estamos hablando de 8.025.400 personas, el 48% aproximadamente.
Casi la mitad de los que trabajan en España están sometidos, de una forma u otra, a una precariedad-flexibilidad muy importante. Mientras que la otra mitad aún goza de unos derechos, digamos, importantes. Con más demanda de empleo que oferta, esta situación no es sostenible.
Me encantaría equivocarme, pero el futuro del empleo es muchos más autónomos, autónomos dependientes (y falsos autónomos) y menos indefinidos. Para enfrentarnos a un mundo mucho más competitivo, solo cambiando de mentalidad y asumiendo una formación continua y en constante cambio para ser muy empleables, estaremos preparados para el devenir.
Y de los agentes sociales, les guste o no, necesitamos mucha más presión para mejorar el marco jurídico del autónomo, en detrimento del contrato laboral indefinido (este cambio ya lo obligará el mercado, me temo).
Tiempos de empresarios serán los que nos toquen vivir. De empresarios inteligentes, formados y trabajadores, pero empresarios al fin y al cabo.
Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes. Lao Tsé.
Imagen cortesía de Ideatiza.
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En España, por una razón o por otra, siempre ha habido un % de paro "elevado". Incluso en los tiempos de máxima bonanza el paro rondaba el 7-8%, algo impensable en otros países...
¿Cual ha sido la consecuencia de esto? Pues, a mi entender, el "exceso" de demanda de empleo siempre le ha dado al empleador mucho poder a la hora de contratar, pudiendo elegir a los "mejores" al "mejor" precio (léase más bajo)
Desde mis inicios en la "vida laboral" siempre me he encontrado con las mismas cosas (todos sabemos cuales) que han cambiado de poco a nada, y si han cambiado, ha sido a peor.
Francamente, me sorprende que no haya más gente haciendo las maletas conforme van saliendo de la Universidad, Módulos o FP. Los pocos casos que conozco de gente que dieron el salto, antes de la crisis, claro, resulta que, mayoritariamente, decidieron no volver, salvo de vacaciones, y, tal vez, una vez jubilados...
¿Hay posibilidad de realizar un QE Europeo? http://dlvr.it/5J1xxB
Lagarde (FMI) y adelantos a previsiones de crecimiento global http://dlvr.it/5J8GvW
Hay una polémica en Europa sobre si estamos al borde de un proceso de deflación, que es una bajada generalizada de los precios. El ministro Luis de Guindos dijo ayer que no ve este problema en Europa, pero sí una situación de baja inflación. Según el FMI, la caída de los precios debe apreciarse durante al menos dos semestres para llamarle deflación.
Esta baja inflación, según Guindos, hará que el Banco Central Europeo actúe. Será muy interesante ver qué hace la autoridad monetaria cuando su principal herramienta, que son los tipos de interés, están tan bajos que habría que situarlos en negativo, es decir pagar intereses a quienes pidan prestado en las ventanillas de Fráncfort. Antes que eso Mario Draghi podría actuar sobre la masa monetaria, que es la cantidad de dinero en el sistema, o la velocidad a la que éste circula, e incluso podría idear alguna medida extraordinaria.
Mantener los precios estables es un objetivo del BCE. Y esto, en España, se ha conseguido. Los precios han permanecido muy estables desde septiembre cuando la curva descendente se aplanó. Esto, que debería ser una buena noticia, es considerado como una patología porque el segundo objetivo del BCE es que la inflación no se aleje del 2%, un consenso que ya nadie recuerda cómo se formó cuando se creó el euro. Pero este límite no es más que una convención y ya hemos visto que esta crisis ha desafiado muchas ideas preconcebidas.
Estamos tan acostumbrados a vivir con inflación que la estabilidad de precios nos resulta incómoda. Algunos creen que la inflación es como el humo, una señal de que debajo hay fuego (crecimiento). Pero esto es falso en términos reales. Lo que realmente importa es el crecimiento de la riqueza, no el de los precios. Si los precios bajan pero la economía crece, miel sobre hojuelas, aunque los adictos al humo se quejen.
El ministro subrayó ayer que la baja inflación tiene efectos positivos, como la preservación del poder adquisitivo de los salarios que ya no son víctimas de ese impuesto invisible que es la inflación. Esto es muy bueno cuando el Gobierno se prepara a dictar una ley de desindexación de la economía. Pero Guindos añadió que «España es un país muy endeudado y ahí una inflación excesivamente baja tiene un impacto que no siempre es positivo». El ministro se refiere a que sin inflación, las deudas conservan todo su valor y hay que pagarlas íntegras. Con inflación la deuda se erosiona y si el tipo de interés no lo compensa, el acreedor nunca recupera todo lo prestado.
Históricamente, las crisis de deuda siempre se han resuelto con inflación y con cosas peores que se han comido los pasivos. Pero la inflación es una medida de la irresponsabilidad política en cuanto permite enmascarar decisiones difíciles: por ejemplo, los déficits continuos. O permiten acelerar el empobrecimiento creando la impresión de que las rentas no caen. O consiguen usurpar el ahorro de los jubilados. Por eso no deberíamos llorar mucho por ella.
johnmuller
El FMI amplía el acceso a sus reservas de emergencia por amenazas a la economía mundial http://dlvr.it/5JG2Fs
Agenda del dia http://dlvr.it/5JFcKz
Sabiendo que el paro afecta a muchos de los lectores, y que es una lacra social, también opino que existe una importante economía sumergida que hace incrementar estos números.
A veces me pregunto que pasaría si se fomentase la utilización pago electrónico.
Una vía que se me ocurre es la utilización de tarjetas prepago en las que por cada 98 euros que recargues, se te incremente el saldo en 100. Para compensar este coste, a quien lo incurra (gobierno, tramitación bancaria) incrementamos el IVA a 23 %.
Para quien trabaje en B, aún le sigue compensando defraudar, pero, poco a poco, se iria reduciendo la bolsa de dinero B en circulación.
¿que opinais?
# 7
Los bancos no van a tragar eso de recargar 98 y darte 100, es decir regalarte un 2%, a no ser que te cobren por otro lado 3. Lo del IVA al 23 lo verás después de las elecciones generales de nov-2015 y antes ya pasarán muchos productos del reducido al normal.
La Directora del FMI Christina Lagarde:
"Un periodo potencialmente prolongado de baja inflación puede reprimir demanda y resultados y reprimir crecimiento y trabajo"
Esta señora dice cosas raras. ¿Acaso los consumidores compramos más con precios altos que con precios bajos?
Además, ahora se queja de que los precios no suban, cuando está pidiendo que los salarios bajen aún más de lo que han propiciado que bajen el FMI y la UE. Y digo yo, ¿Nos van a dar parte de su sueldo para que los asalariados podamos comprar más y más caro? o ¿quieren que volvamos a tirar del crédito hasta entramparnos aún más de lo que ya estamos?
A veces pienso que nuestros dirigentes no piensan. Símplemente dicen lo que más les conviene, tenga o no sentido. Y el pastón que cobran por eso!
Coincido en muchas cosas con el Sr. Pau A. Montserrat... y tengo muy claro que el actual sistema productivo, fuertemente automatizado (las máquinas no cotizan) nos va a seguir conduciendo por el mismo camino: no hay trabajo para todos, ni lo habrá y los pocos "yacimientos de empleo" que pudieran surgir no van a necesitar mano de obra intensiva.
Ante este estado de cosas habrá que repartir el trabajo, combatir los paraísos fiscales, la especulación sobre materias primas y energía (aunque haya que dinamitar la City, Singapur o Hong-Kong); pero sobre todo habrá que redistribuir más equitativamente los beneficios y reducir la población, el planeta no da más de si.